Y llego el día de conocernos, por la mañana a primera hora le envié el mail con las instrucciones para la sesión de la noche, este fue:
Buenos días!!!
Para el día de hoy no voy a pedirte mucha cosa, además tienes que descansar y prefiero que fluya tu propia imaginación también, hasta las 19H.
Si tienes que ducharte hazlo antes de esa hora (19h.) después de esa hora no quiero ya que te toques, limpies o seques tu coño, a partir de ahí lo que pueda fluir de él ya me pertenece.
Podrás venir vestida como quieras, solo te pediré 4 cosas:
.- No lleves sujetador puesto (puedes llevarlo en el bolso si quieres)
.- Tu braguitas deben ser blancas o claras.
.- Antes de salir de casa te pondrás las bolas chinas dentro de tu coñito, con ellas dentro te presentarás ante mí.
.- Y tu juguete preferido lo llevaras en el bolso.
Debes ir a la calle Consejo, cuando llegues me avisas, y te diré el piso y la puerta, deberías estar allí a las 22 horas, cuando sepas el piso ya podrás decírselo a quien quieras, y si tienes que llamar a alguien por teléfono a una hora determinada te agradecería pusieras el despertador para avisarnos de ello.
Las instrucciones no eran nada del otro mundo, pues teníamos una limitación, o seguíamos adelante con la sesión o deberíamos aplazarla, pero la decisión de ambos fue seguir adelante con ella y no demorarnos más en conocernos, teníamos ganas de hacerlo.
Los juguetes son algo muy personal de cada mujer, y hacer que te los enseñen o compartan contigo tiene su morbo, así al menos es lo que yo he percibido hasta ahora.
A su hora indicada Yolanda estaba tocando el interfono, y yo estaba allí para conocerla, guauuu la primera impresión como siempre impacta, me gusta ese instante.
Que paso a continuación? Os dejo con sus sensaciones, pues creo que mejor ella explicando lo que yo.
Sensaciones Yolanda de lo ocurrido esa noche
Llevaba más de una semana nerviosa, a medida que pasaban los días, aumentaba ese nerviosismo.
Los últimos dos días fueron algo extraños, mi mente se enfrentaba por una parte al cambio de sueño y el cansancio y por otra a una experiencia que jamás hubiera pensado llevarla a cabo. Alguien a quien no conocía, a quién no ponía cara ni voz, me preguntaba y pedía que hiciera ciertas cosas que hasta el momento para mí eran íntimas. Me sentía capaz, podía compartirlo y me gustaba.
Y por fin llegó el día, me encontraba a tan sólo minutos de saber quién era ese hombre, de qué iba todo este mundo… Me asaltaban millones de dudas, pero no estaba dispuesta a retirarme, a estas alturas, no. Los nervios, la incertidumbre crecían en mi estómago y sin saber cómo, me hallaba en el primer piso de aquellos apartamentos.
Cuando él asomó por la puerta fue una sensación muy extraña, quizá de alivio, no lo sé, la verdad es que no me esperaba nada en especial, ya había conseguido conquistarme con sus palabras, el físico pasaba a un segundo plano, pero de todas maneras no me decepcionó.
Sí que es posible que me hubiera esperado a alguien con las facciones más duras, más serio…
En cambio la primera impresión al ver su cara fue de una persona risueña.
Empezamos a hablar, a mí los nervios me traicionaban y la impaciencia cobraba vida. Decidí empezar, estaba allí de pie, en la postura que él me había pedido y empezó a desnudarme. En un principio me dio muchísima vergüenza el hecho de mostrarme ante un desconocido, pero enseguida se me pasó. Sus caricias y atenciones me relajaron.
El siguiente paso fue pasar a la cama, me ató y me gustó la sensación de sentirme indefensa y ésta aumentó cuando me tapó los ojos. Podía escucharlo, podía sentirlo y me imaginaba lo que estaba sucediendo, pero había momentos en los que mi cuerpo se tensaba por la incertidumbre, estaba totalmente a su merced.
Me gustaba la contrariedad entre sus caricias y sus azotes (que me gustaron mucho más con la mano), entre el agua fría y la cera caliente…
El sexo anal, fue increíble y me gustó mucho. Cuando sentí por primera vez que me tocaba, me dio un poco de miedo, pero fueron segundos, enseguida quise que siguiera, estaba tan excitada que me encantaba todo lo que provocaba… Llegados a aquellos momentos, mi cuerpo estaba tan extasiado que no dejaba que mi mente funcionase, sólo podía sentir, me había negado tantas veces el orgasmo que yo creo mi cuerpo se acostumbró a ello y por un momento se resistía, fue una sensación extraña de querer y no poder. Pero finalmente me liberé y fue el mayor orgasmo que había tenido nunca. Desapareció toda la tensión que llevaba acumulada, el cuerpo entero me temblaba, bueno más que temblor era hormigueo, algo que no me había pasado nunca. A pesar de todo, me sentía bien.
Hasta el momento en que me destapó los ojos, me ayudó a desatarme y vi toda aquella sangre… volví a la realidad, me morí de la vergüenza, todo aquello lo había manchado yo aún tenía algunos restos de regla y él no parecía inmutarse, me dio más confianza y me hacía sentirme cómoda, aunque seguía sin poder pensar… Allí, en un principio creía que se había acabado, pero no, hubo un segundo, no tan intenso y placentero como el primero, pero bienvenido de todas formas, me gustó.
En general, me gustó todo, quizá lo que pude echar de menos fue más dureza, aunque creo que poco a poco la tendré y poder recrearme más en su cuerpo. También noté que cuando se acabó todo él parecía impasible, su gesto en la cara no me decía nada y hoy por hoy no tengo muy claro aún porque…
Mi respuesta al mail de Yolanda:
Comentarte que aunque este mundo se base en la dominación no tiene porqué ser siempre rudo y serio, hay cabida para todo y cada uno debe ser como es…
Mi primera impresión al verte fue ver a una persona decidida y convencida a experimentar su primera vez en este mundo, como ya te había avanzado en una primera sesión me interesaba más conocerte que usarte, y creo que te conocí un poco, la mala suerte fue que aun tenías algo de sangre de la regla que me limito un poco, pero aun así disfrute mucho tocándote, acariciándote, azotándote, follándote y haciéndote mía.
Lo más importante de esa sesión es que viste que puedes confiar en mí, que nunca te haría nada que te pudiera dañar por muy expuesta que estuvieras y que siempre pararía si me lo pidieras, la confianza es lo primordial para estos juegos.
Me comentas que cuando acabamos mi expresión no te decía nada, no sé qué decirte a ello, quizás fue porque sabía que debías de marchar y yo aún hubiera seguido más y más :)? pero no sé exactamente el porqué, no sé qué decirte, jajaja, la próxima vez espero que mi expresión si te refleje algo más, pues estaba muy complacido.
Estos relatos que escribo, lo hago con toda mi admiración hacia las personas que participan, nadie puede relacionar a nadie, las cosas más privadas que sí, podrían relacionar esas las omito todas, creo que solo la propia persona conocerá que es ella, pues verá su historia y sus sensaciones aquí reflejadas, es una historia, sí, pero es un reflejo de toda mi gratitud y admiración hacia ellas, gracias.
Y gracias a todos por leerme y por los mails que me hacen llegar con sus comentarios.
VentRoig