Buenas! Voy a intentar contaros esta historia que comenzó hace como 3 años y que ha puesto mi vida patas arriba pero no cambiaría por nada.
Empezaré por presentarme, me llamo Irene, tengo 28 años, vivo en Málaga (España), tengo el castaño claro y rizado, ojos marrón verdosos, mido 1'65 y con un peso normal. Estoy casada y tengo dos hijos.
Hace 3 años cansada de buscar trabajo y no encontrar cosas decentes decidí apuntarme a un FP semipresencial ya que podría llevar mi casa y al mismo tiempo sacarme algo de estudios y si me salía algo decente de trabajo lo podía compaginar.
Empezó el curso y aunque casi no había que ir a clase nos juntamos en un grupo de Whatsapp varios compañeros y durante los dos años que duró el FP hicimos amistad y había muy buen rollo entre todos. Yo era la pequeña del curso con 25 años, la mayoría estaban en torno a los 40. Algunas veces después de clase nos íbamos y nos tomábamos unas cervezas y nos echamos unas risas. Siempre entre risas me hacían saber que yo era la pequeña del grupo y me gastaban bromas que a mí no me molestaban la verdad.
En especial estaba Carla, 14 años mayor que yo, casada, con 2 hijos, rubia, ojos marrones, algo más alta que yo y un cuerpo que llamaba la atención. Carla cuando me veía andaba abrazándome, llamándome su niña de forma cariñosa y siempre andábamos escribiendo por privado fuera del grupo. Hicimos una buena amistad y nos echamos una mano cuando era necesario y alguna de las dos tenía algún problema.
Pasaron los dos años de curso y quedamos para hacer una cena y salir de fiesta para celebrar que todos habíamos aprobado. Cuando llegué al bar donde habíamos quedado Carla estaba con Cristina y ya llevaban dos cervezas de ventaja, al verme llegar se acercó corriendo a saludarme.
Carla: Hola mi niña!! Ya era hora no? Venga pídete una cervecita y siéntate a mi lado.- Me abrazó, me dio dos besos en la mejilla con fuerza y cogiéndome por la cintura me acompañó hasta la mesa.
Irene: Hola guapa! Jo eso es trampa parece que ya me llevas algo de ventaja.- Actúe de la misma forma que ella y le guiñé un ojo.
Cristina: Hombre ya está bien! Menos mal que empezáis a llegar, la puntualidad no es vuestro fuerte.
Irene: Buenas Cris! Si que es verdad, por lo menos no soy la última en llegar, bueno nos pedimos una cervecita y hasta que llegue el resto.
Durante la cena bebimos bastante, todos íbamos bastante perjudicados y como no podía ser de otra la forma según iba avanzando la cena y corría el alcohol las conversaciones se volvían más calientes. Carla cada vez se acercaba más pero no le di mayor importancia, al contrario, por algún motivo me gustaba tenerla tan pendiente de mí.
En una de las ocasiones fui al baño y al abrir la puerta del baño para volver a la mesa me encontré a Carla de frente, sin dejarme salir entró al baño y cerró la puerta.
Carla: Uy! pues ahora ya te tienes que esperar a que mee! – soltó una carcajada y se fue a mear.
Irene: Jajaja creo que esto se puede considerar un secuestro – Dije mientras apoyaba la espalda en la puerta del baño.
Cuando terminó se puso delante de mí, se me quedo mirando a los ojos y puso sus manos en mi cintura. No entendía muy bien que estaba haciendo pero me puso nerviosa, el estómago se me hizo un nudo y mi corazón se aceleró, le miraba los ojos y no podía evitar mirarle a los labios, hasta que se separó.
Carla: Bueno volvamos a la mesa que se van a pensar cosas raras jajaja.
Irene: Venga vamos que ya va siendo hora de irnos por ahí.
Carla: Eso!! Vámonos a tomarnos un copazo!
Mi cabeza no paraba de dar vueltas y no sólo por el alcohol, era la primera vez que me había encontrado en una situación así y para nada me había resultado incómoda y eso hacía que me sintiera bastante confusa.
Salimos del bar y nos fuimos a un garito que había cerca a tomarnos unas copas. Nos sentamos en una mesa con sillones y un sofá, y estuvimos de risas recordando cosas que nos habían pasado durante los dos años. Yo me senté en el sofá y para cuando me quise dar cuenta tenía a Carla sentada al lado mío, ponía una de sus piernas sobre las mías, se apoyaba en mí y con su mano acariciaba mi cuello. No sabía si el resto de los compañeros se estaban dando cuenta de que Carla estaba especialmente cariñosa esa noche, decidí hacerme la loca y hacer como que no pasaba nada y dejar que Carla hiciera.
Carla se fue al baño y entonces llegó un mensaje a mi móvil.
Carla: Vente al baño un ratito conmigo no?
Mi estómago se volvió a hacer un nudo y mi corazón pegó un salto. Tenía curiosidad y Carla me había estado picando toda la noche, no pensé en mi marido ni en la situación que se me estaba planteando y me guíe por lo que me pedía el cuerpo en ese momento.
Irene: Voy…
Entre al baño y una de las puerta se abrió un poquito y Carla se asomó, me acerqué, abrió la puerta del todo, entré y cerré la puerta.
Irene: Qué te pasa loca?
Carla: Bueno… No lo pienses demasiado…
Carla me chocó contra la puerta y empezó a besarme, me pilló un poco de sorpresa pero me encantaba y rápidamente respondí a sus besos. Le comía el cuello y besaba su pecho aprovechando el escote de su camiseta, mientras ella mordía mi oreja y notaba su respiración acelerada. Nos besábamos con cierta desesperación, con un calentón tremendo, hasta que la puerta del baño de fuera se abrió y alguien vino a buscarnos.
Laura: Eeeeh!! Qué pasa?! Carla?! Irene?! Os ha tragado el wc o que?! Salid que os estáis perdiendo el baile de Juan!!
Laura volvió a salir y cerró la puerta tras ella.
Carla: Tendremos que salir no?.- Se rio y me susurró al oído mientras yo seguía comiéndole el cuello.
Irene: Que remedio…tendremos que ver el baile de Juan… -Puse los ojos en blanco, me mordí el labio y empecé a reírme.
Antes de salir del baño, Carla me cogió de la mano y me dio un beso en los labios.
Carla: El último… -me dijo con una sonrisa.
Salimos y efectivamente Juan se estaba marcando un baile digno de ver, nos separamos y cada una se sentó alejada de la otra. A las 5 de la madrugada decidimos que ya era hora de acabar con la fiesta, nos separamos en varios grupos según la dirección que teníamos que tomar, Carla se iba en un grupo y yo en otro, nos despedimos todos con dos besos, deseándonos buena suerte y un buen verano.