Nuestro segundo encuentro se dio luego de un par de meses de tener contacto Miguel y yo, tan sólo una semana antes, un viernes en la mañana definimos vernos en la ciudad donde vive. Contando los días para vernos, se dio el encuentro con un delicioso beso y apretando fuertemente mis senos contra su pecho. No pudimos cumplir la fantasía de aquel bar swinger en donde muchos presentes seguramente, nos verían disfrutando del sexo que tanto nos gusta a ambos, él con el deseo de desnudarme frente a extraños y yo con la idea de ver su cara y boca entre mis piernas. Fuimos a su apartamento, lugar donde iba a permanecer todo ese fin de semana, me lleva a su alcoba me desviste para yo tomar un baño y luego deleitarnos con caricias y besos; su perversión de morderme se sacia, dejando la marcas de sus dientes en mis senos y nalgas, es como si las quisiera arrancar…
Disfruto la manera como lentamente introduce y saca su pene de mi vagina, sintiendo la humedad del placer que me genera sentirlo encima mío, solo con besarlo mi deseo se activa, sujeto su cuello y espalda mientras estoy tendida en la cama debajo de su rico cuerpo, me siento mojada, decide sacarlo y maniobrar con su pene para lograr venirse encima de mi pecho, untando mis manos también y llevando a mi boca uno de mis dedos para sentir aquel sabor dulce y salado de su semen, ya habrá oportunidad de tenerlo dentro de mi boca y beberlo. El placer del sexo juntos es inevitable.