Recuerdo que desde la secundaria la mayor parte del tiempo estábamos juntos, ideando infinidad de cosas como cualquier adolescente, intentábamos ligar chicas más grandes que nosotros con la esperanza de tener sexo como típico adolescente.
Recuerdo mucho una tarde de fin de semana, su mamá trabajaba y nos dejaba dinero para comprar pizza y rentar alguna película, pero esta vez fue muy diferente puesto que habíamos conseguido unas películas porno, entonces, comenzamos a verlas muy emocionados y llego un momento en el que Ricardo se sacó la verga y comenzó a masturbarse frente a mí con normalidad, me animo a que yo también lo hiciera, entonces lo hice y con ello descubrimos un nuevo pasatiempo, cada fin de semana era igual, competir de todo lo que pudiéramos (quién se venía más rápido, quien aventaba más, quién más lejos, etc.)
Con el tiempo las cosas fueron cambiando, recuerdo una vez que llevamos a una compañera que era putísima, según nosotros haríamos un trio, nunca sucedió, ella lo más que hizo fue darnos sexo oral a los dos, uno de los peores orales de la historia, pero en ese momento nos sentimos maravillados.
Hubo una ocasión que Ricardo se hizo una novia, la chica que a mí me gustaba de hecho, la invitó a la casa y tuvo sexo por primera vez con ella, después supe que se vino a los 10 segundos, aunque él lo contó cómo una escena de película porno.
Un día tuvimos la brillante idea de yo esconderme en el armario y observarlos tener sexo, obviamente sentía muchos celos, pero me excitaba la idea, las cosas no salieron como esperábamos y ella lo terminó antes de cualquier cosa.
Ese día, conseguimos comprar cerveza y debido a la ruptura amorosa de Ricardo decidimos emborracharnos, fue de nuestras primeras borracheras, ya muy borrachos el me insinuó que nos hiciéramos sexo oral mutuamente a manera de broma, nos reímos y estuvimos escuchando música hasta dormirnos, esa ocasión su mamá no estaría todo el fin de semana por lo cual estuvimos solos en la casa, ya en la madrugada mientras dormíamos (él dormía en su cama y yo en una colchoneta en el suelo) sentí que se bajó a la colchoneta y quedamos en posición de 69, ambos usábamos bóxer, pero me empezó a palpitar muy fuerte el corazón de nervios, tenía sus partes a unos 30 cm de mi cara, no podía evitar notar que la tenía parada, comenzó a acercarse poco a poco más a mi cara, hasta el punto que tenía su verga pegando en mi cara, yo también la tenía muy parada, entonces sentí como me empezó a levantar el bóxer y chupar poco a poco mi verga, sin pensarlo yo también hice lo mismo y comenzamos a hacer un 69, no sé qué sucedió que lo sentía eyacular pero seguía en el acto y su erección no se bajaba, ni la mía, luego comencé a chuparle el glande y lo sentía retorcerse pero lo sujete por las nalgas para que no se quitará hasta que comenzó a aventarme su lluvia dorada en la boca, el hizo lo mismo conmigo, hasta que nos eyaculamos hasta la última gota en la boca, justo después de eso, nos quedamos completamente dormidos.
A la mañana siguiente desperté con la resaca y algunos breves recuerdos de lo sucedido, lo vi dormido sin ropa y sentí muchísimo asco de lo que había sucedido, entonces sin pensarlo me puse mi ropa rápidamente, me eché pasta de dientes y enjuague bucal que había en el baño y me fui de su casa sin avisar.
No podía creer lo que habíamos hecho, a la semana siguiente me hice la pinta tres días seguidos con tal de no verlo, sabía que no podría mirarlo a los ojos, ya que no me considero gay, nunca me ha llamado la atención un hombre, por lo tanto me daba asco pensar en las cosas.
Por fin se llegó el día en que inevitablemente nos tendríamos que ver y pues todo fue normal, como siempre, no mencionó nada ni yo tampoco.
Así pasaron muchos años en los que seguimos siendo muy amigos y en una ocasión el me invitó con una amiga, fuimos a una cabaña e hicimos un trio, pero mientras él la cogía no podía evitar las ganas de chupársela, no lo hice…
Entonces en un momento mientras yo la cogía a ella, sentí como el me sacó la verga de la vagina de ella y comenzó a chupármela y luego me la volvió a acomodar para penetrarla y así en ratos sentía que me chupaba los huevos y el pene, después yo hice lo mismo.
Cuando termine en las nalgas de la amiga el comenzó a chuparla hasta limpiarle todo mi semen y después el término adentro de su vagina y yo no pude evitar hacer lo mismo.
Después de eso un día hablamos de lo que había pasado y coincidió que parte de lo que más nos había gustado era habernos chupado, le pregunté que si él se consideraba gay y me juro que no, igual yo nunca me he considerado gay pero ambos coincidimos en que nos excita mucho el chupar la verga del otro, únicamente eso, nunca hemos hecho más, nunca ha habido besos, ni penetración, he estado en tríos con otras personas y nunca he tenido ganas de chupar a otro.
Continuará…