Hola de nuevo.
En este relato os cuento la historia que viví con una escritora de relatos para que veáis que los milagros existen!!!
Siempre que leo relatos, lo hago con un protocolo concreto… Busco escritores/as de mi país, selecciono por temáticas y leo primero escritoras de temáticas que me atraen, (sexo con maduros, infidelidades, general, tríos, dominación…). Luego leo el resto pero siempre empiezo de esta manera.
Así es como llegué a Nuria (nombre ficticio por supuesto) una escritora que hablaba de aventuras con maduros mezcladas con infidelidades.
Escribí un comentario en su relato dejando mi email pero… pasaron días sin saber nada, con lo que imaginé que sería de nuevo una anécdota ya que lo he hecho muchas veces sin ningún resultado más que algún intercambio de fotos sin más.
Un día recibí un correo de Nuria agradeciendo mi comentario y comentando un par de relatos míos, cosa que me sorprendió y alegró al mismo tiempo.
Nos intercambiamos algunos correos en los que íbamos avanzando sobre relatos, temas que nos interesaban, un par de fotos intercambiadas… y algún que otro intento por mi parte fallido, como no.
En mi último correo pensé que había forzado demasiado y estuve días sin recibir respuesta. “Lo has estropeado de nuevo chico”, pensé… “¿Qué debo escribir que siempre que llego a este punto, mis correos y contactos se pierden sin explicación?” pensaba una y otra vez. Siempre pensé que algo no hacía, ni decía bien, ya que llegado un punto, siempre me sucede esto que os acabo de contar… Missing L
Al cabo de dos semanas recibí un nuevo correo suyo. Sorpresa!!!
Antes de seguir dejadme que os cuente algo más de Nuria…
Nuria tiene 28 años, rubia, un cuerpo con curvas, no delgado pero no gordo ni con exceso de carnes. En una de sus fotos estaba con bikini en la playa y se asomaban unos buenos pechos, sin despreciar su fabuloso culo. Era guapa, ojos lindos y tenía un buen cuerpo, no de modelo pero si buen cuerpo para mi gusto.
Salía con un chico, pero no se entendía demasiado con él en el tema sexual. Tenía fantasías y él no estaba mucho por hacerle caso.
Era de mi ciudad, Barcelona y su mirada era intrigante a la vez que explosiva.
Bien pues abrí su correo y para resumir os diré que me hizo una confesión que no esperaba. “…he releído tus correos, tus relatos y experiencias y aunque no quería seguir escribiéndote porque yo misma me daba miedo, he pensado proponerte hacer un café para conocerte en persona y poder sincerarnos hablando de relatos, de sexo, de experiencias y fantasías, ¿querrías?…”
Por supuesto le respondí que donde y cuándo, jajaja
Quedamos un sábado a media tarde en un Starbucks del centro de la ciudad. 10 minutos antes de la hora ya estaba sentado en una mesa, con mi café y observando la entrada hasta que apareció Nuria. Iba con falda y camiseta y con una chaquetilla. Cara maquillada, no mucho, lo suficiente para realzar su belleza. Me vio, se acercó, dos besos de rigor y fue a pedir su café.
“Que tal Nuria… ya tenía ganas de verte en persona, ¿tú no?” le pregunté al sentarse
“Si, la verdad es que me apetecía conocerte Santi”
Le cogí una mano y se la acaricié un momento cortito para hacer menos tenso ese primer encuentro.
Hablamos de mucho y salió el tema de su relación, de su novio. Me confesó que era extremadamente efusiva y caliente y necesitaba sexo pero a la vez excitación y situaciones que la pusieran al límite de tensión para luego relajarse haciendo… ya me entendéis. “…se lo he dicho y confesado muchas veces que necesito situaciones excitantes para luego, mientras lo hacemos, llegar mucho más excitada al orgasmo y que sea así más intenso que en una situación normal, pero no me entiende, dice que estoy loca y que soy una enferma de sexo… Es frustrante, ¿verdad?”, me confesaba hablando de su novio.
“Te entiendo porque yo también llegué a pensar que era raro, pero ahora no pienso esto. Creo que cada uno vive y debe vivir el sexo como le guste y siempre con respeto y compartiendo gustos, se puede hacer de todo. Por eso creo que si tu pareja no te da lo que necesitas tienes dos opciones, o la dejas o intentas buscar donde no tienes”
“Ya pero entonces…” me decía Nuria “… es como engañarle. Me siento culpable si lo hago a escondidas con otro aunque sea lo que necesito”
“Por supuesto lo mejor es ir con la verdad por delante. Por eso yo siempre diferencio entre infidelidad o engaño o complicidad. De todas maneras, si tus relatos son reales algo de ese engaño ha existido, ¿no?”
Nuria me confesó que a veces ha necesitado ser infiel sin contar a su novio lo que hacía porque no lo quería perder, a lo que yo le dije que si ella pensaba de esa manera, tarde o temprano vería que no era su pareja ideal ya que eso le pesaría demasiado.
Para no alargar este tema, vamos a lo que pasó al rato de charlar.
“Mira Nuria”, le dije… “No sé si vienes dispuesta a ponerte al límite de tu excitación pero yo vine pensando en qué quiero pedirte, para probar si es verdad lo que me dices y ver si eres capaz de llegar a donde ni te imaginas… ¿me dejas empezar contigo?”
“Jajaja, no sé, sí, jajaja”, rio ella un poco nerviosa. “No vine a liarme contigo ni a hacer nada, créeme, pero porque no un poco de juego, vamos!!!”
“Quiero que vayas al baño y que te quites las bragas. Al volver, debes dármelas y ponerte en una posición donde pueda meter mi mano bajo tu falda y pueda masturbarte. Quiero intentar que te corras, pero controlando tus gemidos para ver cómo te excitas durante este rato… ¿hace?”
“Esto es lo que me hace falta Santi… Voy”
Se fue, y volvió dándome al sentarse sus braguitas que cogí con mi mano y me la aproximé a mi nariz oliéndolas y comentándole lo rico que olían y lo mojadas que las notaba en mi mano “ya ves como estoy Santi”, me dijo de nuevo.
En el lugar donde estábamos, ella estaba en una especie de sofá y yo me puse sentado en una silla justo delante. Discretamente le puse mi mano por debajo de su falda y empecé a acariciar su pierna acercándome cada vez más a su entrepierna. Llegué al final y empecé a acariciar sus labios que estaban empapados y a hacer círculos en su hinchado clítoris mientras le hablaba suave cerca de su oído y ella abría sus piernas para facilitarme el trabajo.
“Mmmm que mojadita que estas Nuria. Solo te dejo cerrar los ojos mientras te toco pero no puedes gemir demasiado alto para que no te oigan. Voy a meter un dedito en tu coño cielo porque quiero sentir como te corres en mi mano y como tiembla tu cuerpo de placer Nuria”.
Seguí acariciando sus labios, metí un dedo y luego otro y con dos dedos dentro empecé simulando un mete y saca con ellos mientras que con mi pulgar acariciaba su clítoris.
Se acercó a mi oído y susurraba “…mmm me gusta Santi, sigue y no pares que me corro rápido, mmm que bien tocas tío, que bien se mueven esos dedos que tienes, ahhggg ufffff, coy a correrme en nadaaahhh uuuhhh mmmm no puedo más Santiihhh”
“Quieres correrte o vamos al baño y te la meto hasta el fondo y que mis huevos choquen contra tu culo… dime que quieres Nuria”.
“Nooohhh ya no quiero que pares… ssshhhh shhhhh no puedo gritar pero no puedo parar”.
Sus gemidos silenciosos aumentaban de ritmo y subían su tono, así que no me quedó otro remedio que tapar su boca con un beso mientras se corría con un gran orgasmo.
Saqué mi mano, empapada de sus jugos y me llevé los dedos a mi boca, chupándolos. Ella se apoyó al sofá con los ojos cerrados.
Pasados unos minutos me miró y me dijo “ha sido una pasada Santi. ¿Quieres ser mi novio, jajajaja?”… “De momento me conformo con ser tu amante y tu válvula de escape a todo lo que llevas dentro, que veo que es mucho… jajaja”
Terminamos de tomar lo que habíamos pedido y quedamos para vernos en unos días donde si continuáis leyendo en la próxima entrega, sucedieron más cosas excitantes entre Nuria y…
…Ya os contaré
Espero os haya gustado mi relato
Escribid a [email protected].