Violeta Velmon't
Viernes 12 de Octubre.
Era viernes, las clases habían terminado durante el transcurso de la semana. Era el mejor día para salir con las amigas, tener relaciones con tu novio, ir a comer y beber hasta no saber cómo carajos terminas en la cama de quien te cae por él culo. ¡Era viernes! Y yo anulé todos aquellos planes para estudiar mis pruebas de cardiología para él lunes a primera hora de la mañana. Era médico residente y mi carrera estaba despegando.
-Violeta no puede creer que me dejes por un libro. ¡Dios mujer! Tienes dos días más para estudiar, nosotros solo una noche ¡Maldita sea!- dijo Chase, mi novio.
Trate de acercarme pero él me alejo.
Suspire.
-Violeta no se en que mierdas estás pensando pero yo- Se detiene viéndome detenidamente. Sus ojos azules estaban a punto de estallar de la rabia- Para que haya una relación debe existir dos malditas personas, no uno y un libro. Al menos que te metas el libro por la vagina. ¡Me pones hasta los cojones! ¡Quiero sexo! ¡Lo necesito! -Grito
-Chase entiéndeme, tengo que estudiar.- le dije lo más calmada que pude. Chase se dio la vuelta y golpeo la pared del muro del hospital. Rodé los ojos.
– ¡No! Tú entiéndeme. Él día de mañana que me veas con otra mujer que me esté chupando él pito no me preguntes el por qué. ¿Si? – Rugió. Yo me quede perpleja y le tome el brazo.
-Chase podemos hacerlo- dije molesta.- Pero que sea rápido.
Chase quito fuertemente su brazo de mis manos y me miro de mala manera- Yo no quiero un polvo rápido, amorcito. Yo quiero un sexo fuerte, divertido apasionado como antes y que pueda disfrutarlo toda la noche Violeta Velmon't. – Me dijo enfurecido dándome la espalda para volver a entrar al hospital.
-CHASE- Grite pero él no me hizo caso. Me sentía mal por él, por nosotros, pero estaba consiente que mi carrera era primero que todo y luego estaba todo aquello. Tenía que estudiar y así lo hice. Salí del hospital molesta, cansada y angustiada. Chase se comportaba como una damisela en apuros, una perra en celos, una persona egoísta e inmadura. Sexo hay para cualquier hora y momento pero para atender a un paciente no pasa eso y el como médico debería entenderlo. Salí del hospital, de mi turno, con mis libros en la mano hacia la parada de autobús. Durante 30 minutos, ningún maldito autobús había pasado. Ya eran las 22:00 horas, demasiado tarde. Tome un gran suspiro y no me quedo más remedio que caminar hasta el ferrocarril más cercano. Las calles estaban desoladas, el aire era helado, un silencio profundo que podría jurarse como muerto. Tenia miedo, me apresure a caminar más rápido pero en eso los libros resbalaron de mis brazos, maldije por dentro y me agache para tomarlo deprisa, en aquel instante una mano tapo mi boca y otra mi abdomen. Me removí instantáneamente pero aquella persona me tenia sujeta muy fuertemente.
-¡Shshshshshs! No hagas ningún ruido.-susurro en mi oído. Temblaba del miedo. Sus brazos me tomaron fuertemente y me llevaron a un callejón espantoso rodeada de dos edificios. Trate de zafarme de sus brazos pero no pude, el jalo de mi cabello y apretó mi abdomen mas fuerte, pude sentir todo el aire saliendo de mi diafragma. Se adentró mas al callejón y pateo una puerta trasera de uno de los edificios, me tomo nuevamente por los pelos y me tiro dentro del edificio.
Chillé al dar mi mentón contra él piso, aquella persona me empujó mas fuerte hasta quitarme de la puerta de la entrada y luego cerró la puerta de un portazo.
Traté de levantarme pero aquella persona me tomo por los pelos.
Chillé.-¡Suéltame! ¡Suéltame! !Ayuda! ¡Ayuda!-Grité y recibí una bofetada como respuesta. Tenía puesto un pasamontañas, sus ojos verdes me miraban con mucha rabia y deseo. Su cuerpo era él de un hombre joven pero muy fuerte.
-¡Cierra la boca maldita zorra!- me dijo. Yo comencé a llorar y a removerme debajo de él. Él forcejeo conmigo hasta que logro inmovilizarme poniéndome boca abajo y atándome las manos con las sogas de unas cortinas. – No tienes ni la mas mínima idea-dijo rabioso- Tú y tu maldito cuerpo moviéndose de un lado a otro, en aquel maldito hospital.- dijo entre dientes.
-¡Suéltame maldito pervertido! ¡Suéltame! ¡Ayuda! ¡Por favorrrr! Ayu- Me interrumpió jalándome fuertemente él cabello.
-Cierre la maldita boca Dra. Velmon't.- Me dijo. Con una de sus manos jaló hacia tras mi cabello y con la otra estrujó fuertemente mis mejillas- Es lo mejor que puedes hacer- Sonrió. En aquel momento sus ojos brillaban, juraría que esta alegre. Lo escupí. Él se rio. – ¡Oh Dios! Había olvidado lo respetuosa y atenta que eres.- Dijo riéndose, la mire furiosa.
-Sabes Violeta, es mejor verte de cerca que de largo.- Dice, soltando mi cabello, para tocar uno de mis pechos. Me remuevo y él lo tomo por completo y lo estruja. Cerró los ojos y sonrió. Aquella sonrisa se me hizo parecida, parecida a alguien en un tiempo atrás pero no recordaba bien. – Eres una morena tan hermosa, con grandes pechos y un gran trasero que no dudo que el idiota del Dr. Chase no pudo haber saboreado antes. – Me dice apretando mi pecho agresivamente al mencionar a Chase. ¿Quién era este tipo? – Voy a gozar lo que es mío por derecho.- Gruño, sentí que mi pecho reventaría y gemí de dolor.-Voy a gozar de este cuerpo tan lindo como el tuyo- Me escupió en la cara, y tapó mi boca con su mano.
Me tenía dominada.
Comenzó a reír- No sabes cuánto tiempo he esperado para esto- Carcajea- Una morena como tú, con culo y tetas, tan pequeña e ingenua, toda para un imbécil que no merece la pena de estar dentro de ti y hacerte fingir deseo y perversidad. Me levanto de una jalada, y me arrincono a una esquina de la habitación.
-Escuchaaaaa, po…rr fa…a…vorrr- Mi voz temblaba- No sé quién eres, peerooo porrr faavor- Lloré- ¡Dejame ir!. – Él ignoro mis plegarias y se acercó a mi con su pene flácido a mi labios. Gire mi rostro.
-Escucha preciosa, tu cooperas y yo coopero, esto será más rápido y sencillo si te ayudas a ti misma.-Dijo. Yo lloraba y apretaba fuertemente los labios- Me estoy hartando, estoy siendo compasivo contigo Doctora, así que abra la boca, y CHÚPEMELA-Grito. Yo seguía negándome. Él gruño y me dio una bofetada. Tapo mi nariz y volvió abofetearme. Abrí la boca involuntariamente y él introdujo su pene hasta el fondo de mi garganta, proporcionándome una arcada.
Él gimió. Tomo mi cabeza y empezó un vaivén de caderas de adelante hacia atrás, conducía el ritmo de las embestidas.
-¡Ah ah! Si ¡Dios!- Grito con una gran sonrisa en la cara.
-Gla Gla Gla -Se escuchaba cada vez que metía su pene en mi. Mi cabeza golpeaba fuertemente con la pared, la saliva resbala por mi mentón y sus bolas golpeaban mi barbilla con mucha potencia.
-Sé que te gusta bebe, solo mírate con mi amigo en tu boca.-Dijo. No podía respirar su pene era demasiado grande, y me daba arcadas, lo sacaba y volvió a embestirme hasta la garganta. Saco su pene de mi boca y lo restregó por toda mi cara, lloraba y le suplicaba que me dejara pero solo sonreía como respuesta. Aquel proceso era continuo, me embestía, sacaba su polla y la introducía nuevamente cada vez, con más fuerza y euforia.
Su polla era gruesa, larga, mas grande y profunda que la del cualquier hombre que había visto.
Saco su pene de mi boca y pude respirar agitadamente. Él me jalo nuevamente el pelo para obligarme a verlo.- Ahora te toca chupármela Dra. Velmon’t. Hazlo, AHORA. – Su voz era amenazante. Lloré mientras me acercaba a su pene, con los ojos cerrados, abrí la boca, y atrape con mis labios solo la punta del glande, y succione, él gimió fuertemente y acaricio mi cabello, continúe succionando solo la punta hasta que el introdujo mas su pene para que yo chupara más y lo hice.- Así bebe, así se hace. -Dijo.
Subía y bajaba mis labios por toda su longitud hasta llegar a su ingle, me mantenía unos segundos allí hasta cuando ya no soportaba más. El gemía fuertemente; su pene tenía un sabor salado y dulce a la vez pero aquel acto me daba tanto asco que deseaba que todo esto ya acabara. Así que comencé a chupar mas rápido para que el pudiera correrse y así dejarme ir.
-¡Oh Dios tu si que eres toda una mujer! Sigue asi ¡Oh mierda como la chupas!- Succionaba fuertemente. Después de un rato volvió a tomarme del cabello y comenzó con sus fuertes embestidas.
-GLA GLA GLA AH HAHAH!!! – Lo saco y volvió a meterlo. Lo mantuvo fuertemente en mi garganta hasta que con un grito se corrió.- Trágatelo y mírame mientras lo haces-Me dijo, me sentí humillada pero aun así lo hice. Él sonrió pícaramente y saco su pene de mi boca, acerco sus bolas a mi y me obligo a chupárselas. Eran redondas, claras y gruesas, tuve que chupar y succionar cada una. El golpeaba mis mejillas al momento de tener sus bolas en mi boca.
Se retiró de mi y se quito sus pantalones. -Por faaavorrr de…j…ameee irrr- Dije lloriqueando tratando de levantarme del piso, pero él volvió a tirarme al suelo. Tomó mi camisa de pijama y con sus manos la rompió dejando ver mi brasier, el cual también procedió a romperlo, sonrió de oreja a oreja al ver mis pechos, los tomo desesperadamente y los chupo como un niño. Grite, llore y seguí gritando pero nadie venia, nadie al parecer me escuchaba. El seguía allí entre mis pechos, chupando como un niño recién nacido, tomo mis pechos con sus dos manos y las junta, embistiéndolas a su placer.
Dejo mis pechos, y escupió sobre ellos, con su mano esparció toda su saliva por todo mi pecho, y llevo sus dedos a mi boca, donde los introdujo hasta el fondo causándome arcadas. Escupí. – Eres un maldito, mal parido. Déjame- Le dije furiosa.
Él se alejó de mi y fue a la parte trasera de la habitación. En aquel momento que él se dio la vuelta yo me levante de un salto y salí corriendo a la salida. Di un giro para tomar con mis manos la manecilla, pero el brinco de un salto. – ¡NO NOOO DÉJAME MALDITO IMBÉCIL!! – El me empujo de la puerta y le puso el cerrojo, colocando una cuerda sucesivamente. Él se me tiro encima y me cargo entre sus brazos hasta ponerme de boca abajo en una mesa. Amarro mi abdomen con una doble cuerda y la enlazo por debajo de la mesa, dejándome sujeta a la mesa. Maldije por dentro.
-Eres una idiota. ¿Lo sabía Doctora?- Me dijo retóricamente palmeando mi trasero duramente.
-Te voy a demandar maldito, per…v ¡aaahhhhh! -Dije pero él me interrumpió volviendo a palmear mi trasero. Con sus manos rompió mi pantalón y lamio todo mi trasero. Grite mas fuerte por ayuda pero al parecer mis gritos no lo molestaban.
-Sabes-Me dijo palmeando otra vez mi trasero, mi piel ardía. Jadié de dolor. – Te voy a dar tanto placer que me vas a pedir mas, hasta que tu vagina y todos los hoyos de tu maldito cuerpo este llena de toda mi leche. Eres una zorra- Gruño y palmeo mi trasero.
Jadee- Por favor déjame.-Suplique. En aquel momento él se bajó de mi y se acercó a mi rostro. Rio y negó con la cabeza.
-¿Por qué me sigues suplicando que te deje? Sabes que no lo voy hacer preciosa- Llore. Aquel hombre tomo mis mejillas y me obligo a besarlo. – Abre la boca y bésame zorra, bésame o serás que quieres una linda cicatriz en tu cara. Así que béseme doctora.
Las lágrimas salían de mis ojos, como una lluvia en invierno. Sus labios se acercaron a los míos, y los tomaron con desesperación, su lengua saboreaba todo dentro de mi. Sujeto mas fuerte mi cara y presiono mas sus labios, al separarse tomaba aire y volvía a besarme haciendo ruidos fuertes y empalagosos. Bajo sus labios de los míos y lamio todo mi cuello, hasta posicionarse debajo de mi oreja y succionar fuertemente. Mi piel quemaba.
-Y este es solo el inicio mi querida Violeta-Susurro en mi oído profundamente y después mordió el lóbulo de mi oreja.
-¿Porr q…ueee me ha…c…es.s.s es…to? – Dije entre lloriqueadas. Él se alejó de mi y se puso enfrente. Su polla se estaba volviendo a poner eréctil. Volvió a restregarla en mi cara y palmear su polla en mis labios para introducirla nuevamente, y golpear mi mejilla un par de veces con su pene en mi boca.
-Porque quiero y me lo debes- dijo introduciendo de una estocada su pene hasta el fondo. Causándome una arcada. Saco su pene de mi y se agacho.- Ay Violeta.-Negó con la cabeza, mientras me miraba toda desecha. Se quitó su pasa montañas y mi mundo cayo a sus pies. – Sabes que me lo debes.- Dijo tomándome del pelo y volviendo a introducir su pene en mi.
Flashback
01 de Enero del 2015
20:30 horas. Sala Preoperatoria
-Verónica Martínez, paciente de 26 años con cáncer de pulmón en etapa IV, se le hará un trasplanté de pulmón derecho para la eliminación y prevención de metástasis en un futuro. – Dije al Doctor James. La paciente me sonrió débilmente y luego voltio a ver al Doctor.
-¿Cuánto son las posibilidades de vida? -Pregunto ella. El Doctor y yo nos miramos rápidamente, y él asintió con la cabeza.
-Un 10% si no se presenta complicaciones durante la intervención.- Dije y ella asintió mientras salían unas lágrimas de sus ojos. Me acerque a ella y acaricie su fina y delicada piel. -Escuche Verónica todo estará bien, confié en nosotros, haremos lo que está a nuestro alcance para salvarla- Dije. Ella tomo mi mano y la beso.
– Lo sé Doctora, confió en ustedes y sé que podrán hacerlo y…- Se vio interrumpida, por un muchacho – Harry. – Susurro.
El doctor James y yo giramos a verlo. – Verónica, tienes que hacerlo, tienes que hacerlo por mi, por ti y por todo los que te queremos.-le dijo mientras me miraba a mi.- ¿Doctora pueda puedo hablar con usted a solas? -Pregunto. Asentí.
Salí de la sala y me jalo hasta los baños de limpieza y me beso desesperadamente. – ¿Harry qué estás haciendo?- Le dije separándome de él. Sus ojos verdes, me miraban con lujuria.
-Te necesito Violeta, te necesito conmigo.- Dijo en un gemido, se acercó pero yo lo empuje. – Deja a Chase, yo te amo y tú sabes que lo hago.
Negué- No Harry, yo soy la doctora de tu novia, y tú eres un, un… ¡ah! Escucha esto está mal, tu y yo jamás debimos tener esto. Tu novia está muriendo y tu estas aquí suplicando que este contigo. No puedo y no lo hare.
-No la amo, estoy con ella por compromiso, yo te quiero a ti. Deja a Chase.
-No dejare a Chase, Harry.-Le dije y Harry me odio en aquel momento. Salió del cuarto enfurecido y yo rece en mis adentros.
Harry era novio de mi paciente. Era alto, castaño, con ojos verdes y muy divertido, lo conocí en una de las citas que tuvo con el Dr. James, mientras yo era su interna de rotación. Atendí a Harry y a su novia en los momentos mas difíciles del cáncer, pero Harry se interesó mas por mi, venia constantemente al hospital con o sin su novia y me escucho cuando tenía una crisis en mi relación con Chase, hasta que llego a enamorarse de mi pero yo no de él.
Al terminar la operación lamentablemente Verónica murió la sala de operaciones, y al decirle a sus familiares. Harry se volvió loco y trato de echarme la culpa a mi. La situación se complicó y después de 1 año ante lo sucedido. Harry se presentaba constantemente en el hospital molestando a Chase y a mi, hasta tal punto de que casi perdimos nuestro segundo año de residencia. Chase se peleó con Harry y Harry amenazo a Chase de pagárselas en un futuro y desde aquel entonces no volví a verlo.
Y me jure a mi misma no volverme a involucrar con ningún paciente y/o sus familiares.
Fin del Flashback
Harry saco su polla de mí y yo tosí. – En verdad que eres un maldito-Le dije. – Déjame ir. Tu y yo nunca tuvimos nada, ni lo tendremos.- Le grite. Harry rio fuertemente.
-Así que “nunca tuvimos nada” -Carcajeo- Vaya quien es la mala de la historia, tu o yo Violeta? –Se giró y se subió encima de mi palmeando mi trasero. Sentí su respiración en mi entrepierna y yo me removí pero Harry me pellizcaba o me pegaba cada vez que lo hacía.– Tu mataste a Verónica- Escupió mi entrepierna. Me tense por dentro.
-Yo no mate a Verónica, el cáncer mato a tu novia.- Le dije pero él me ignoro y siguió escupiendo mi entrada. Yo permanecí inmóvil mientras él separaba sus húmedos pliegues con los pulgares por debajo de la trama en forma de diamante. Harry inclino su cabeza, grite, el lamio, chupo y succiono las hebras de mi feminidad. Harry separo mis rodillas y ahueco mis pechos con las palmas de sus manos. Su polla se restregaba en mi entrepierna, subiéndolo de arriba hacia abajo.
-Y tú me mataste a mi- Dijo metiendo de una sola embestida su pene dentro de mi. Gemí fuertemente. -¡Dios! ¡Si! ¡No sabes cuánto deseaba esto!-Sus caderas comenzaron a moverse desenfrenadamente dentro de mi. Me embestía con cólera, fuerza, arrogancia y mucha agresividad. Sus bolas chocaban fuertemente con mi trasero y su pene se anchabas cada vez mas dentro de mi.
-AHHHHH AHHHH HARRY BAS… AAHHA TAAAAA- Gritaba mientras me destrozaba por dentro. – Azotaba mi trasero y me embestía a la misma vez. Él gemía, jadeaba y gruñía al sentirme estremecer.
PLA! PLA! PLA! Se escuchaba cada vez que descendía dentro de mi. Sus caderas chocaban agresivamente. Podía sentir como su virilidad entraba y salía de mi, tan rápido, tan fuerte, sentía como dentro de mi se habría cada vez mas, y se acomodaba al tamaño de su pene. – AHHH HARRY BA…S.T.S.A…AAA- Decía entre lloriqueos. Cada maldito segundo que pasaba lo sentía mas violento, mas rudo, él gruñía y golpeaba mi trasero hasta verlo tenso. Después de un rato bajo mi trasero que estaba en pompa y se acostó encima de mi, tiro de mi cabello hacia atrás, hasta dejarme verlo a él, cara a cara.
-Me sientes ¿Puedes sentirme Violeta?- Me pregunto introduciéndose fuertemente dentro de mi -Esto es lo que quería hacerte desde el primer día que te vi en aquella consulta. – Gruño y me beso. Mientras me besaba mordí su labio inferior y él se quejó, como resultado el embestía más fuerte, mi vagina ardía y dolía. Quería que todo acabara.
Harry se bajó de mi y soltó un poco las cuerdas que me tenía atada, me bajo de la mesa sin soltarme y me dejo de pie, con el dorso acostaba en la madera. Palmeo mis glúteos, me tomo de las caderas y volvió a entrar. Gemí fuertemente
-Oh Violeta yo sé que tú también deseabas esto. Admítelo- Dijo besando mi cuello.- Admítelo bebe- Me mordió la clavícula. Mis labios estaban muy apretados para no tratar de gemir. Harry continuo dominándome. Se detuvo y se retiró de mi. – Hoy vamos hacer algo divertido- Me dijo.
-Yo no veo nada divertido en esto. Eres un desgraciado.- Escupí. – Estas enfermo- Le grite. Él solo sonrió, sacando una cámara de un bolso.
-Para eso, estas aquí para curarme- Dijo sonriendo y encendió la cámara. Me sobresalte.- Ahora le haremos un pequeño obsequio al idiota de tu novio ¿si bebé?
Me desborde por dentro, y comencé a pensar la forma de zafarme de su amarre.
-Vas a gemir, a abrir tu linda boquita y decir cosas sucias para tu novio mientras yo te estoy cogiendo, y si no lo haces voy a matar a tu lindo novio con cara de pito, y no lo volverás a ver jamás. – Amenazo.
-Harry por favor no lo hagas.-Rogué.- Hare lo que quieras pero no me obligues hacer esto, no lastime a Chase ni a nadie, por favor. -Dije entre lloriqueos. Él estaba desquiciado, ya no era el Harry que conocía.
El negó-Nena esto es lo que quiero y vamos hacerlo.- Dijo acercándose a mi, me dio una bofetada y después tomo mi cara con su mano derecha y con la otra me enfoco con su cara. – ¿Entendido?- No respondí.- DIJE QUE SI ENTENDIDO.- Grito, soltando su mano de mi cara para retorcerme un pezón. Gemí de dolor. -Lo tomare como un si.- Dice y se coloca la cámara en la frente con una faja especial.
Trate de patalear o arañarlo mientras me daba vueltas, y me ponía cara a cara con él, me abrió las piernas y enfoco la cámara allí. Apreté los labios mientras él pasaba los dedos en mi feminidad, levanto la cabeza y me pregunto. -¿Te gusta lo que te hago mi amor?- Aquella pregunta tenía en lo mas profundo una amenaza. Asentí. -¿Por qué no te tocas para mi eh?
Maldije a Harry aquel momento. Tome mis senos y los acaricie suavemente. Harry introdujo sus dedos en mi, y comenzó a masturbarme no pude evitar gemir mientras hacía aquello. Me sentía apena, no estaba disfrutando pero mi cuerpo no estaba de acuerdo conmigo, Harry grababa todo aquello y me sentía tan mal por Chase y por mi, yo en verdad lo amo.
-Ah Ah ah ya, ya por favor.- dije entre un gemido.
-¿Quieres que siga bebe? Dime que quieres que haga- Me sonrió sin sacar a un sus dedos en mi. Me mordí la lengua pero hable.
-Quiero que sigas bebe, sigue. Follame, tomame ah ah ah s… ooyyy ahhh ah toda tuya.-Harry movió sus dedos mas rápidos.- Pene… tra…m…e con t…u gran pollaaa, ha…zme tuyaaa ah- Sentí como mi vagina se estremecía y mi corazón también
Harry gimió mientras se levantaba, se acercó a mi y puso su pene cerca de mis labios. Sabía lo que tenía que hacer. Con una de mis manos, comencé a moverlo de arriba hacia abajo.
-Oh si bebe sigue, sigue. – Jadeo. Acerque mi labios a su pene y lo lamí, Harry solo reía y acercaba la cámara a mi. Chupe fuertemente hasta soltarlo y ¡Plop – Ves cómo me chupa la polla tu novia Chase, es una gran zorra. – Dijo. Seguí chupando y lamiendo. Harry bajo la cámara de su frente y la puso encima de otra mesa, saco su pene de mi, abrió mi entrepiernas y me penetro, no pude evitar sacar un gemido.
Comenzó nuevamente un vaivén fuerte y lleno de cochinas. Harry chupaba mis tetas, las estrujaba y me movía a su placer, yo solo gemía. Después de un rato sentía estremecerlo, se acercó a tomar la cámara y grabar aquella gran escena.
-Ahora Chase mira como me corro dentro de tu bella Doctora.- Dijo moviéndose más rápido y enfocando todo. El subió rápido la cámara y espero a que dijera algo.
-Más Harry dame más. -Fue lo único que pude decir pero él seguía viéndome mal.- Lléname Harry, lléname.- Y sonrió. Bajo la cámara y embistió rápido, con una de sus manos abrió mi pierna y enfoco como se venía dentro de mi.
-Eres un maldito Harry, un maldito.- Dije y lo patee tan fuerte como pude.
Continuara…