El lunes no abrimos el bar dada la poca afluencia de clientes por estarse arreglando la calle (Parece que va para largo) Como a las 7 de la noche me hallaba en casa mirando la tele y preparando la cena, papá en su habitación dormía tranquilo, de repente tocaron a la puerta y abrí ¡Era Isis mi ex esposa! ¡Hola! ¿Puedo pasar? ¡Claro adelante! Después de los saludos de rigor y de preguntarle yo cómo estaba nuestro hijo casado en la norteña ciudad de Tijuana donde viven le dije: Que guapa estas! Y es que su padre es mi vecino el cual vive con su hermana, así que me platicó que llegó en la mañana y pasó el día con ellos, por el calorón que ha estado haciendo se puso un pantaloncillo súper corto y una playera sin mangas y me pasó a saludar ya que su hermana le dijo que yo estaba en casa, me vio cuando fui por el pan.
Se veía guapa, sin maquillaje, solo un poco de carmín en los labios, pero el shorcito mostraba generosamente sus piernotas hermosas, le invité a tomar un café conmigo, me preguntó por mi papá y le dije que estaba durmiendo, me le quedé mirando y le dije: De verdad estás muy guapa (tiene 41 años) Pues gracias ¿Por qué no estás en el bar? Y le conté lo de la calle y eso. También me miró profundamente, yo vestía una licra negra arriba de las rodillas y una blusita fresca de esas que regalan para propaganda, unos huaraches y nada más, sin aretes y el cabello recogido en una coleta. Platicamos un poco y de repente le pregunté por su marido y cómo estaban sus relaciones ¿Sexuales o qué? Me respondió como preguntándome. Pues… de todas. Bien, solo que este cabrón me salió hace poco con una aventura con una tipa de San Diego. Se le humedecieron los ojos. ¡Cuéntame todo!
Y así me platicó del romance de su marido con una chica de 27 años que es su asistente en el consultorio. Gracias a que en Tijuana vie mi hijo, su esposa y mi nieto ha soportado el desengaño, bueno eso me dijo. La consolé como pude y me acerqué a ella diciéndole lo guapa que era y, es que de verdad se ve muy guapa, digamos gordibuena pero hermosa. La chulee tanto que se puso un poco a la defensiva ¡Ya vas a empezar! No, pero mis ojos ven en ti una mujer muy guapa, cualquiera andaría como perro babeante detrás de ti. Ese mediquillo no valora lo que de veras eres. Me puse detrás de ella y comencé a cepillarle su larga melena, ella se dejó y también le acaricié los hombros, se volteó a mirarme con los ojos húmedos y deseosa de verga (Si no la conoceré) Le besé el cuello y puse mi mano entre sus piernas que lentamente se abrieron para dejar que mis dedos acariciaran esa conchita rica sobre el pantaloncito de mezclilla.
Se levantó y nos besamos con pasión, acaricié sus piernas una y otra vez mientras ella se fue encajando en mi pelvis ¡Pinche Julieta! (Ella no me dice Mara) ¡Qué rico me haces! le bajé como pude el entalladísimo pantaloncillo que parecía que quería reventar entre esos muslossss deliciosos y lo logré, quedó solo en pantaletas (bragas) blancas cacheteras, ya muy caliente la volteé y la puse en cuatro sobre el sofá, le puse mi verga y se la froté entre el ano y la papaya. Se humedeció y así separada de piernas ella le mamé todos sus jugos mientras gemía como puta. La llevé a mi cama y le pedí que se desnudara toda mientras me fui a asomar si papá estaba bien, él dormía a pierna suelta aunque sabía que en cualquier momento se despertaría para pedirme de cenar. Me valió y regresé al cuarto que habito. Ella estaba ya sin pantaletas acariciándose la papayota rica y jugosa, se dejó el brasier para más morbo, posee unas tetazas enormes y bonitas… me lancé como una loca poseída y sobres… se la metí hasta dentro, un rato después nos giramos y se puso encima de mí. Así pude mamarle a gusto las tetas hasta hartarme. Volvió a pedirme que me pusiera encima de ella y abriendo sus piernas y alzándolas lo más que pudo mientras se las sostenía entre mis hombros se vino y yo detrás de ella ¡No mi amor perdóname, no mi amor perdóname! Le dije: Toma uta, trágate mi leche puta…
Luego lloró un poco y se fue, regresó ayer a mi casa a llevarle fruta a mi papá.