Regularmente no me dejo crecer la barba y cuando lo hago, regularmente es para esos días del más duro invierno por la zona, pues verdaderamente ayuda para mitigar el viento frio y a mí me gusta caminar en todas las épocas. Aquel día venía de mi caminata cuando veo que mi hermana va saliendo del estacionamiento de la casa y me grita invitándome a ir a desayunar con ellos. Reconocí a Sofía, una hermosa rusa con la que tuve algunas aventuras sexuales años atrás, pero no sabía que alguien más iba en el asiento trasero, pues el vehículo todo terreno de mi hermana tiene las ventanas traseras polarizadas.
Me encuentro con la sorpresa de conocer a su prima hermana y a quien me presentaron como Aleksandra. Una chica rubia como Sofía, linda como la prima, diez años más joven que ella y mucho más coqueta y abierta que a la rusa que me cogí hace 10 años y que ahora cuenta con 38. Aleksandra es risueña y gesticula mucho sus emociones y aunque casada, cuando tiene la oportunidad de coquetear se muestra con una seducción muy abierta, solo hay que esperar el momento, pues no quiere que nadie más lo sepa, porque después de todo, es casada y no quiere levantar sospechas de su conducta promiscua.
Resulta que ya en el restaurante mi hermana y Sofía se desaparecen por unos cinco o siete minutos para ir al tocador, típico de la mayoría de mujeres y me quedo a solas con la hermosa chica rusa quien tiene un acento todavía que denota su origen. No desaprovechó ningún segundo; tan pronto vio a mi hermana y a su prima desaparecer, me arrojó sus cartas con una provocación difícil de contener, pues Aleksandra tiene una mirada angelical, ojos azules, unos labios carnosos que llaman mucho la atención, unas piernas alargadas y bien torneadas y con una curva divina que forma un atractivo trasero. Y con el vestido que modelaba en esa ocasión, realmente a uno le hace volar la imaginación e indagar como se miraría totalmente desnuda. Ella fue directa a donde quería llegar y sabía que tenía poco tiempo.
– Me cuentan que es soltero… ¿Cómo un hombre tan guapo, tan apuesto como usted puede estar libre por esta vida? ¿Imagino le gustan esas compañías temporales y sin ningún compromiso?
– ¡Algo así! –le he contestado.
– ¿Cómo las prefiere? Casadas, solteras, jóvenes, maduras… ¿Cómo?
– Creo que debe haber algo de química… lo demás realmente es secundario.
– ¿Qué le parece si lo invito a almorzar a mi casa uno de estos días?
– ¿Y tú esposo?
– A él no lo invitamos, además no me agrada la idea de un trío. – y se sonríe sensualmente.
– Digo, ¿no crees que tomas muchos riesgos?
– Bueno, la vida es un riesgo y no sabes cómo se me sube la adrenalina el pensar que estoy con alguien más en la misma cama donde mi marido piensa que solo me entrego a él. ¿Tú te arriesgas conmigo?
– Sí, me gustaría tomar ese riesgo contigo. –le he contestado con una sonrisa.
– ¿En ese caso que te parece pasado mañana? Es el día que regularmente tiene más ocupado y viaja alrededor del estado.
– Me parece bien, solo que tengo una condición.
– Dime.
– No me gustan las objeciones en el sexo y soy muy abierto en ello.
– Yo también, mientras no hayan golpes o moretones. Tú sabes, no puedo dejar ningún tipo de evidencias de nada… ¿me entiendes verdad? Aunque yo también tengo una condición.
– Dime.
– No te vayas a quitar esa barba… quiero que me haga cosquilleo en mi cuerpo. Créeme que ya la imagino haciéndome cosquillas.
Mi hermana y Sofía llegaron, comimos el desayuno, nos despedimos y ya para ese entonces ya habíamos intercambiado teléfonos con Aleksandra. Exactamente como había acordado, a las diez de la mañana recibo el texto donde me da su domicilio y salgo con ese nerviosismo característico en lo que es la sensación de estar haciendo algo prohibido con alguien a quien poco conozco. El marido de Aleksandra en un hombre peruano, quien es ingeniero y viven muy bien. Su buen salario le dio la oportunidad de comprar una bonita casa, como también comprar a una bonita esposa de esas que se ofrecen en estas nuevas redes sociales, pero Aleksandra necesita más de lo que su marido le da, pues al ver sus fotografías colgadas en la pared, me doy cuenta que está fuera de condiciones físicas y si hay que darle un adjetivo, diría que está entre los obesos.
Llego y Aleksandra viste un pantalón corto de nylon el cual me permite ver la tanga que lleva puesta. Sus medianos pechos son sostenidos por un bustier deportivo y el cual me permite ver su bien trabajado abdomen, esa bonita cintura, como lo sensual de su ombligo. Me ofrece algo de tomar y me da una muestra de su casa, me lleva por los jardines y finalmente pasamos por las recamaras hasta llegar donde ella duerme con el Sr. Sánchez. Es Aleksandra la que toma la iniciativa y se me acerca y me ofrece sus labios, los cuales beso mientras ella me toma de los glúteos. Su respiración es profusa y comienzo a lamer su cuello y me dice que siente delicioso el cosquilleo de mi barba en esa zona. Me tomo mi tiempo y esta preciosa mujer solo respira y me dice repetitivamente: ¡Tony, me gustas mucho!
De beso en beso, me fui deslizando hasta sus pechos, donde ella me asistió en removerle su bustier y me quedaron aquellos melones blancos con una areola rosada deseosos a ser lamidos, devorados a placer. Aleksandra solo gemía y entre palabras recortadas lograba decir: ¡Me encanta, comete mis pechos Tony! Se los mamé por un buen tiempo y de esa manera llegué a su ombligo y descubrí ese pelvis desnuda de vellos y al remover su tanga color blanca pude ver como esos hilos de lubricación espesa se desprendían como si fuesen telas de araña. Aleksandra se estaba muriendo de las ganas; sus gestos, sus gemidos, todo parecía indicar que quería ser penetrada. Yo todavía estaba vestido y ella me asistió al removerme la camisa mientras me lamia los pectorales, me bajo el pantalón y observo mi paquete queriendo tomar libremente esa erección esperada, pues con ropa interior estilo bikini, se restringe su crecimiento absoluto. Ella me lo tocó y me dijo: ¡Tony, que rica y hermosa se mira tú verga. No esperó y me los quitó y se puso a mamarla con todas sus ganas.
Aleksandra mama rico, tiene una buena técnica, que tuve que interrumpirla en un par de ocasiones, pues ya me mandaba al paraíso. Hay que tener fuerza de voluntad para que esta chica no te mande al paraíso en unos minutos, pues debo decir que está entre las mejores mamadas que le han dado a mi verga. Desde lo visual, es una delicia ver mamando a esta rusa y su técnica es exquisita. Es un proceso progresivo que te envía unos toques de choque desde su mamada sublime, hasta que Aleksandra intentaba meterse toda mi verga en su esófago. Realmente le doy un diez por su forma de mamar.
Le correspondí con un oral de mi parte, pero yo si la mandé al paraíso en minutos. Ella debió estar tan excitada con la mamada que me dio, que cuando yo me bajé entre sus piernas y comencé a besar su clítoris y succionarlo, me lo anunció con sus movimientos al principio, pues ella hacía ese movimiento con su pelvis, para que su conchita se restregara con mi boca. De esa manera llegó el orgasmo, un orgasmo potente que le descontroló los músculos y aun cuando ya no tenía ese contacto con mi boca, ella siguió con el movimiento como si estuviese cogiendo hasta que le pasó en minutos. Se ríe y me dice:
– Me has sacado un orgasmo delicioso. Eso de sentir tu barba entre mis piernas, sentí que fue un agregado para que fuese tan potente. ¡Que rico Tony, que rico mamas!
En esa plática estaba cuando me limpiaba mi rostro con una toalla y acomodaba a Aleksandra en posición de misionero y le comienzo a dar en esa posición con un ritmo semi lento. A mis 50 años, he desarrollado la habilidad que no me vengo tan fácil y de hecho, llego a un punto que se me hace difícil venirme, pero cuando lo hago llega de repente y son las eyaculaciones más ricas y cargadas que he tenido. Le doy con un ritmo más elevado a Aleksandra y donde me encorvo para poderle mamar las tetas a esta mujer. En los minutos, ella me pide que aumente el ritmo, que siente que se va a venir… yo siento como su vagina se contrae y puedo sentir el calor que me quema por dentro. Aleksandra hace una mueca de placer y entre gemidos explota con un segundo orgasmo, el cual no parece con la potencia como el primero, pero que lo obtiene con solo diez minutos después del primero. Eso es lo que envidio de las mujeres, se pueden venir muchas veces a la vez.
Tengo tan lubricado mi pene, que en esa misma posición pretendo taladrar ese culo ruso y solo levanto sus nalgas y ella sabe cuál es mi idea, Aleksandra asiste y permite que su rico culo se alinee con mi erecta verga. Poco a poco se la he introducido, hasta que mis testículos chocan con lo que es la parte baja de su columna. Aleksandra solo me mira y me da una expresión con una sonrisa coqueta, seductora y me dice: ¡Que rico coges Tony!
Prácticamente estábamos en la misma posición del misionero, pero ahora mi verga se deslizaba adentro de su rico culo. Volví en esa misma posición a mamarle las chiches, pues me pareció que esa combinación de ser penetrada y a la vez sentir que le mamaba las tetas elevaban sus excitación y no me equivocaba, a los cinco minutos ella me vuelve a decir: ¡Tony, siento algo extraño, creo que me vas hacer acabar por el culo… ¡No pares!
Efectivamente, ella en ese momento comenzó con su movimiento de caderas que a los minutos fue acompañado con un gemir constante que parecía que lloraba y gritó: ¡Tony, me vengo! – No paré a pesar que sus movimientos eran descoordinados, y pude ver que sus ojos tampoco tenían coordinación, como si se tratara de una persona embriagada, y le di y le di hasta que sentí que yo me iba a venir y le dejo ir mi descarga.
Cuando retomamos la compostura, pues nos calmamos aun cuando mi verga estaba ensartada en el culo de esta chica rusa, cuando se la removí, Aleksandra sintió todo mi esperma salir y quedó admirada como quedó el cubrecama de empapado de ese liquido blancuzco de mi corrida. Ella tomó algo de mi esperma entre sus manos y me dijo: ¡Nunca vi tanto esperma en una sola descarga! ¿Desde cuándo no cogías?
La verdad que solo tenía 4 días de no coger, pero mi alimentación es de muchas frutas y líquidos y cuando me contengo de esa manera, parece que mis testículos produjeran mas semen en el proceso. Hay veces que tengo semanas de no coger y si me vengo rápido, la descarga es normal, un poco más de lo normal quizá, pero no tanto como cuando me contengo de no eyacular prematuramente.
Aleksandra me habló que nadie le había sacado un orgasmo anal tan potente y que ella adjudicó al tamaño y grosor de mi verga y según ella, era de las más grandes que había cogido hasta ese instante. Según ella, no era tan inclinada al sexo anal, pero este día lo hicimos dos veces más por su rico culo y cada vez logró obtener un orgasmo. Quedó tan fascinada con su experiencia, pues siempre que hablamos por teléfono o me envía un texto provocativo, la insinuación de que le abra el culo es latente. El problema con Aleksandra es que ella piensa que es única y yo me debo a otras chicas y algunas por no decir la mayoría, están casadas y cansadas de esperar que sus maridos las complazcan dándoles un buen servicio. Yo creo que es el problema de los matrimonios, esa maldita rutina de hacerlo en el mismo lugar y de la misma manera. Según Aleksandra, su marido nunca le ha pedido el culo y raras veces le da placer oral. Sus únicas experiencias anales fueron cuando era una joven cuando recién conocía su sexualidad.
Obviamente quiere más y me llama todos los días, pero ya se le pasará, es cuestión que encuentre a alguien más con quien vivir otro momento diferente y prohibido.