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Pesadilla en el autobús (Parte 2)
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Al momento de llegar, ya al sitio donde nos debíamos bajar, el muy amablemente me tomo de la mano y luego me abrazo por la cintura. Me ayudo a bajar y como aún faltaban algunas cuadras caminando para llegar a mi casa, me detuvo y me dijo.

– ¿Quieres que te lleve a tu casa y hablemos con tus padres de lo ocurrido?

Yo un poco más calmada y con mucha vergüenza por lo ocurrido, sólo quería olvidar y borrar mi fea historia. A lo que le respondí que no.

– no don Julio, por favor no, yo solo quiero dejar así. Ellos no lo soportarían.

Mientras temblaba y estaba a punto de entrar en shock de nuevo.

– está bien mi niña pero, en ese estado no puedes llegar a tu casa, mira como estas de des arreglada y demacrada. Ellos notaran que te paso algo. Por lo menos vamos a mi casa para que te tomes una aromática y te organices un poco.

Yo me mire y estaba un asco, a lo que le dije que sí.

-Muchas gracias don Julio – lo abrace lo vi como un padre. Llegamos a su casa, entramos, todo era muy bonito y muy organizado. Me sentó en la sala y me dijo que si quería entrara al baño a organizarme un poco, mientras el preparaba mi aromática.

Yo le pregunte donde quedaba y me señalo al fondo de la casa. Fui me encerré con seguro, me lave mi cara, saque toallas húmedas intimas de mi bolso me limpie mi vagina y mis piernas, organice mi uniforme me maquille y me llene de fuerza. Salí fui a la sala pero don Julio aún estaba en la cocina, me dijo:

– mi niña si quieres llama a tus padres y les dices que estas acá, ya es tarde y se van a preocupar.

Yo le vi mucha lógica y eso me genero más confianza aun en don Julio, pero, pensé que si decía

Que estaba en casa de un extraño y más del vecino, me iban a interrogar peor, y no quería que nadie más supiera.

– No don Julio más bien voy a llamar y diré que estoy donde Mafe mi amiga, es menos sospechoso

Y de nuevo mi fortaleza cayó al piso y me senté a llorar, él ya llegaba con su aromática, me la dio se sentó a mi lado y empezó a decirme que me calmara.

– Cálmate mi niña más bien tomate el agüita y llama a tus padres.

Yo me tome el agua y de inmediato llame a mis padres y les dije, que me demoraba un, que estaba esperando el auto bus porqué me había quedado con Mafe haciendo un trabajo. Ellos me dijeron que no había problema.

– Don Julio por favor que nadie se entere se lo suplico, que este sea un secreto.

Él se paró en frente mío, me tomo de las manos me paro, y me abrazo me dio un beso en la frente y llevo su boca a mi oído y me dijo:

– Tranquila Marcelita lo que te hicieron fue injusto, un hombre de verdad te habría hecho gemir de placer y te lo hubiera metido por todos tus orificios, pero tranquila yo te voy a enseñar cómo es que se coge bien rico una hembrita como tú.

Mientras deslizaba sus manos y se apoderaba de mis nalgas, yo de inmediato me horrorice y me aparte de él, caí sentada en la silla de la sala pero, cuando fui a incorporarme el mundo empezó a darme vueltas, lo que hizo que me sentara de nuevo.

– Jajaja veo que ya te hizo efecto la agüita mi vecinita rica, pero tranquila la dosis que te di no te va a dejar dormir ni mucho menos solo vas a disfrutar de lo que te voy a hacer.

No sé qué diablos me había dado, pero, a pesar de ser consiente no podía reaccionar, de nuevo empecé a llorar y le dije:

– No, don Julio por favor no me haga más daño.

Él se paró frente a mí, tomo mi rostro con sus manos, me acaricio y me hizo poner de pie. Yo temblaba y lloraba, mientras el solo me miraba y sonreía.

– tranquila marcelita no te voy a hacer daño. Solo te voy a hacer pasar un rato delicioso y de paso yo me quito estas ganas que tengo de culearte, me tienes loco nena.

– por ahora te vas a portar como una niña de casa y me vas a obedecer, arrodíllate…

Y con sus manos me empujo de mis hombros y caí de rodillas, zafo su correa desabrocho su pantalón y lo bajo junto con sus calzoncillos de viejo. De inmediato dejo ver su verga a medio parar y la uso en mi cara.

– Vamos Marcelita empieza a chupármela abre la boca.

Yo, lloraba y casi me vomitaba al sentir su olor, pero nada podía hacer mi cuerpo no reaccionaba, me tomo del pelo y me restregó su pene y de nuevo me ordeno abrir la boca, yo solo obedecí y deje que metiera su asqueroso pene en mi boca.

– Bien perrita ahora chúpalo, saboréalo, lámelo.

Yo nunca lo había mamado era algo que aún no conocía pero, empecé a meterlo y sacarlo de mi boca.

– Veo que es tu primera vez mamita, que bien solo hazlo así y usa tu lengua.

Yo solo obedecía y empecé a sentir como su pene crecía y se ponía más duro dentro de mi boca, tanto que me ahogo y me hizo toser mucho.

– Jajajaja, que mal lo haces pero, lograste ponérmelo bien duro, ahora párate.

Y de nuevo con sus manos me levanto de los hombros y me condujo a su habitación. Yo caminaba como si no coordinara. Pero aun así no entendía como era que le hacía caso en todo. Sin mi voluntad.

– Ahora quítate la blusa y desabróchate la falda.

Yo sabía que no debía hacerlo pero, estaba entontada por esa bebida. Y de nuevo solo obedecí y quite mi blusa quedando solo en mi top blanco.

– Ahora desabróchate la falda.

Me dijo mientras se manoseaba su pene y se saboreaba la boca. Yo zafe el botón de mi falda y baje la cremallera lo cual hizo que esta callera al piso sin ningún impedimento, quedo solo en mi top y en mi diminuta tanga.

– que delicia marcelita, esto es justo lo que me imaginaba cada vez que te veía pasar y me masturbaba pensando en ti y en tu culo bien parado. Ahora voy a eternizar este momento.

Y acto seguido saco una cámara de video y la puso de tal modo que todo en esa habitación fuera grabado. Yo solo miraba llena de angustia pero, entontecida. Se quitó su camisa y quedo totalmente desnudo y frente a mí, con su cuerpo escuálido, arrugado, pero con un pene más bien firme y palpitante.

Se acercó lentamente a mí, tomo mi rostro y empezó a besarme, mordía mes labio y metía su asquerosa lengua hasta mi garganta. Luego empezó a besar mi cuello, mis hombros y muy suavemente fue quitando mi top para dejar descubiertas mis téticas. Las tomo con sus carrasposas manos y las masajeo dándome pequeños pellizcos en mis pezones, para luego chupármelas de tal manera que se me pusieran muy duras.

– Vez como te gusta Marcelita.

Continúo besando mi vientre, bajo a mi ombligo metió su lengua. Yo ya empezaba a reaccionar pero también sentí muchos corrientosos en mi cuerpo. Continuo descendiendo con su boca y mientras con sus manos tomaba los bordes de mi tanga para irla bajando y quitándomela, dejo su cara frente a mi vagina y oliéndola. Me empujo a su cama y haciéndome caer acostada en ella, abrió mis piernas y metió su cara y de un lengüetazo hizo que nuevamente mi cuerpo se estremeciera.

– Qué maravilla, mi putica hermosa que vagina más preciosa.

Empezó a succionar mi clítoris de tal manera que mi cosita se mojó de inmediato y yo gemí.

– Mmmmm no no no don Julio.

El solo metía su lengua se deleitaba con mi vagina, mientras me la chupaba masajeaba mis senos y lo hizo de tal manera que mi cuerpo me traicionara y causara mi primer orgasmo en la vida. Yo mordí mis labios y con mis manos agarre las sábanas blancas de su cama.

El solo la chupo más y trago parte de mis líquidos.

– Jajaja, vez como te corriste. Ahora sigue lo mejor.

Yo ya con mi orgasmo pude recuperar mi sentido y mientras fui dimensionando lo que me estaba pasando, el viejo asqueroso de don Julio abría más mis piernas e iba poniendo su pene en la entrada de mi cosita. Y la metió con tantas ganas, que de un solo taco me la llevo hasta el fondo, yo solo alcance a gritar y poner mis manos en su pecho para empujarlo pero, él ya me la había empujado a mí, y bien adentro. Tomo mis manos con la suyas y me las abrió para con su boca apoderarse de mis tetas.

Mientras lamia mis erectos y duros pezones, seguía con su pene dentro de mí en lo más profundo de mí, para luego sacarlo muy lentamente y metérmelo de nuevo hasta el fondo. Debo reconocer que ya estaba resignada y excitada y solo relaje mis manos y deje que mi cadera empezara a moverse al ritmo de las embestidas de don Julio.

– Ves cómo te gusta Marcelita, esooo así muévelo así de rico que mi pene se meceré todo el placer de estar dentro de tu vagina calientica.

– Don Julio por favor no diga más, solo hágamelo y ya déjeme ir.

Empezó a besar mi cuello, eso me volvió más loca, luego beso mi boca y mi instinto de perra llena de placer me hizo responder también besando su asquerosa boca con olor a tabaco. Siguió penetrándome con más fuerza y más seguido algo que hizo que de nuevo yo empezara a gemir de placer.

– Ahhhh ahhhh uffff nooo siiiii.

– ¿Te gusta cómo te lo hago mi perrita hermosa?- me decía el viejo

– Siiiii siiiii – yo ya estaba jodida de placer.

– Pero por favor no se venga dentro de mí.

El viejo empezó a empujar más seguido, soltó mis manos y me tomo de los hombros para hacer que sus embestidas llegaran más hondo, yo solo lo abrace y arañe su espalda pero de placer pues sentía como con cada penetrada mi nuevo orgasmo brotaba de mí. Mis piernas rodearon su espalda y solo deje que saliera mi fluido, el siguió y siguió dándome metiéndomela chocando contra mí para de un momento a otro dejar visear todo su semen acumulado dentro de mí.

– Ahhhhh que ricooo Marcelita mamacita ya eres mía solo mía.

Yo reaccione y le dije que porque lo había hecho porque dentro de mí, y del placer pase de nuevo al llanto.

– Ya deja de llorar niña que se nota que lo disfrutaste, esas dos corridas que te pegaste solo fueron de placer. Más bien vístete que ya es tarde, y empieza a planificar porque lo que se viene de hoy en adelante es mucho mejor- ve preparando ese delicioso culo que la próxima vez te lo voy a meter por ahí y te lo voy a llenar de leche. Jajaja.

Como pude tome mis prendas me las puse y me dispuse a salir, mientras él tomaba su cámara de video y me grababa mientras me vestía e iba saliendo. Y justo antes de llegar a la puerta de salida me tomo por el cuello, palmoteo mis nalgas y luego me beso a la fuerza diciéndome al oído.

– Ni una palara de esto a nadie, no sería bueno que este video rotara en las redes. Además eres ya mi perrita hermosa.

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