Antes que nada les agradezco muchísimo todos sus comentarios luego de mi anterior relato y bueno como les dije en las respuestas a sus correos ésta es la siguiente parte de como mi servicio social se convirtió en servicio sexual.
Luego de ese maravilloso momento que pasamos en la oficina de mi jefe y después de haberme limpiado mi rajita en el baño privado que tiene, regrese al lugar que yo ocupaba obviamente cansadita, pero muy satisfecha, a pesar de que fue rápido si me dejo contenta, cuando me fui a despedir nos dimos un besito y el aprovecho para darme un apretón en las pompas.
Cuando llegue a mi casa la verdad es que seguía disfrutando de lo sucedido y no pude menos que masturbarme de una manera deliciosa tocando mi almejita, abriendo mis labios, luego tocando mi clítoris y metiéndome dos deditos tan profundo como era posible para luego hacerlo con más velocidad hasta que exploté en un maravilloso orgasmo que me dejo más que relajada y lista para perderme en un profundo sueño hasta que el despertador me regreso a la realidad de que había que ir a la escuela y bueno las obligaciones primero, además de ahora tenía una motivación especial.
Ese día en especial las horas de clase se me hicieron larguísimas, pero al final llego la hora de salir y de ir hacia la oficina, en cuanto entré mi corazón latía con más fuerza y por fin llegó el momento de saludar al jefe, como siempre lo hacíamos o sea todas, luego de un momento se asistente me dijo que fuera a su oficina porque quería comentarme unas cosas.
Al entrar estaba sentado en su escritorio, me pidió que me sentara y comenzamos a platicar en relación a lo que había pasado la tarde anterior, fue como poner las cartas sobre la mesa y ver hasta donde ambos seriamos capaces de llegar o de hacer, me dijo que siempre le han gustado las jóvenes y más aún cuando usan uniformes (para mis adentros agregué que más todavía si eran tan putitas como yo jejeje) y que desde que me vio le guste mucho, después de varias cosas más me dijo que quería que siguiéramos cogiendo y de mi parte le dije que a mí también me había gustado mucho y de mi fijación por los hombres mayores, que también quería que hubiera más momentos como el que habíamos compartido, pero que si le pedía que fuera lo más discreto en la oficina, no quería que nadie se diera cuenta, comenzamos a hacer algunos acuerdos y así llegamos a que solo sería sexo y nada más, el ofreció aumentar mi ayuda económica que nos daban, pero como creí que sería muy obvio le dije que si aceptaba pero que lo hiciera de su mano a la mía, además como siempre he sido fanática de la lencería sexy pensé en destinar ese dinero extra para esos gustos y algunos otros.
Luego de aceptar convertirme en su putita particular me pidió que lo primero que haría cuando llegara a la oficina sería quitarme mi tanga, bikini o panty, no quería que debajo de mi falda hubiera nada que le impidiera tocarme en directo mis nalguitas o mi rajita, estuve de acuerdo obviamente con excepción de cuando tuviera mi periodo, también debería de quitarme mi brassier, aunque aquí si le puse como condición que me pudiera quedar con mi sweater porque mi blusa en blanca y se me iban a transparentar mi pezones, no le hizo mucha gracia pero al final acepto. También acordamos que si teníamos alguna fantasía la comentaríamos y en la medida de lo posible las iríamos realizando.
Así de claras las cosas y siguiendo sus instrucciones en cuanto salí de su oficina fui al tocador y me quite el bikini blanco y mi bra que llevaba ese día y con todo cuidado los guarde en mi backpack donde llevo mis cosas de la escuela, la verdad es que me gustó mucho esa sensación de "libertad" de mi cuerpo y a la vez comencé a sentir una excitación muy rica que se iba convirtiendo en humedad, me puse a trabajar en algunas cosas que tenía pendientes aunque me costaba trabajo concentrarme y más todavía después de que recibí un mensaje en mi celular, era del jefe y literalmente decía "hola putita espero que ya me hayas hecho caso y que no traigas nada de ropa interior porque se me antoja mucho meterte un dedo en tu raja, te van a llamar y quiero que me muestres", le contesté que estaba lista tal y como él quería y en efecto en unos minutos me avisa la secretaria para que le pasara a su oficina, enorme fue mi sorpresa cuando entro y me pide que ponga el seguro de la puerta, lo hago y se levanta y ya estaba con la verga bien parada y fuera del cierre, de inmediato me acerco a él y me ordena que me levante la falda para verme, le dio gusto ver que era obediente y luego también comprobó que no llevaba ya mi brassier, esta vez sí pude tocarle rica verga, pero como le avisaron que lo buscaban unas personas me dijo que me quedara cuando las demás se fueran, salí de su oficina más que húmeda.
Fui con mis compañeras para inventarles que querían unos cambios en el trabajo que estábamos haciendo pues no quería que sospecharan porque iba tanto a la oficina del jefe.
Pasaron las horas durante las cuales recibí algunos otros mensajes por el estilo del otro, en los cuales la constante era que me llamara "putita" en otras situaciones seguro me hubiera molestado que me llamaran así, pero ahora incluso me estaba empezando a gustar, me decía que me quería coger, que me iba a poner su verga entre mis tetas y que un día me la iba a meter por mi culito, como comprenderán yo ya estaba bastante calientita, luego él se fue a comer como casi siempre con el de recursos humanos.
Cuando él regreso noté que traía una bolsita de plástico de las que dan en cualquier puesto ya casi era hora de la salida de nosotras y les dije a mis amigas que se adelantaran que yo tenía que ver lo de los cambios a nuestro proyecto que estábamos haciendo, luego fue la hora de que la secretaria del jefe se fuera y al pasar eso mi rajita y mis senos comenzaban a palpitar, me gustaba la sensación de que muy pronto me iban a coger, tal vez me agradaba mucho más la idea de sentirme su putita, de que iba a ser solo eso, un objeto sexual como había fantaseado muchas veces.
Desde que él había entrado a su oficina yo comencé a contar mentalmente los minutos y de verdad se me hicieron una eternidad hasta que por fin se asomó a la puerta llamándome para que entrara, tome varios papeles de los del proyecto y tome camino hacia su oficina, pude darme cuenta antes de entrar que ya no había prácticamente nadie en la oficina, lo cual claramente me dio gusto y fui contenta, en cuanto entré se me hizo raro no verlo en su escritorio como de costumbre, pero ya luego me di cuenta que estaba en su baño privado y bueno decidí esperarlo de pie, una vez que salió me dijo que todo el día había estado pensando en cómo me iba a coger, en mis nalguitas y cosas así, cuando de repente se me acerco y abrazándome me comenzó a besar de una manera muy rica al mismo tiempo que me levantaba mi faldita y me agarraba mis nalgas, me metía los dedos por donde podía y obviamente yo ya estaba más que mojada y en cuanto me permitió zafarme le pedí que me dejara saborear su rica verga y me dijo que estaba bien, pero que le iba a complacer porque me había comprado un regalo y le contesté que él podía hacer conmigo lo que quisiera y de inmediato me puse de rodillas para abrirle el cierre de su pantalón y sacarle su rica verga que aún la tenía un poco flácida, aunque así me gusta en lo particular una verga para comenzar a mamarla y luego ir sintiendo como se pone más y más parada, entonces comencé dándole unos besitos en la cabeza, luego por todo el tronco hasta llegar a sus huevos, en todo el camino le deje un rastro de mi saliva, luego ya regresé a la punta rica y me lo metí despacio, muy despacio a mi boca dándole unos ricos apretoncitos con mis labios (obviamente teniendo mucho cuidado con mis dientes) la primera vez si me lo pude meter todo completo, pero luego que se puso bien duro ya no me fue posible, así estuve durante un rato, luego él me tomaba con sus dos manos por mi nuca y me empujaba, quería metérmelo entero, pero pues ya no cabía y me prometí que me pondría a practicar para que un día si me cupiera todo, ya luego me dijo que no quería venirse en mi boca que mejor me levantara y que me sentara en la orilla de su escritorio, así lo hice, pero antes me quite toda mi ropa y me senté como me había dicho, él se sentó en su sillón y me pidió que pusiera mis piernas en los brazos del sillón, con lo que como comprenderán le quedo toda mi rajita bien abierta y a su completa disposición, me dijo que recargara la espalda en el escritorio y que cerrara mis ojos que había llegado el momento de mi sorpresa, claro que obedecí y comenzó a jugar con mis más que empapados labios luego me dio unos besitos ricos y ya luego me metía un dedo y más tarde dos y hasta tres, así de rico me llego mi primer orgasmo de la tarde, pero él siguió adelante y de repente sentí algo frio en la entrada de mi rajita y por el contacto supuse que sería un consolador o algo así y en efecto no me equivoqué, primero lo paseaba por todo lo largo y ancho de mi encharcada vagina y luego lo comenzó a meter, al inicio solo la puntita y ya luego un poco más y más hasta que me entró todo, claro que todo esto o hizo sin dejar de masajearme el clítoris, así de que ni sentí el tamaño real de esa "verga pirata".
Yo sentía que ya me escurrían mis juguitos hasta mi agujerito entre mis nalgas, eso es algo que me encanta y creo que a él también, entonces me dijo que me quedara en esa posición y sacando el juguete me dijo que ya estaba muy caliente y que ya me la quería meter, lo cual desde luego que me encanto y tomando mis tobillos abrió aún más mis piernas y puso la cabeza de su rica verga en la entrada de mi almejita y de un solo golpe me la metió completa, algo que logró que soltara un gemido muy profundo, me la dejo completamente adentro unos segundos y ya luego la saco para metérmela de nuevo pero ya despacito, dejándome saborear milímetro a milímetro el grosor y longitud de esa "mi" verga que me estaba dando un gusto tremendo, me abrió mi blusa y con ambas manos capturó mis tetas pellizcando mis pezones hasta que me dolieron, pero no me importaba, y así sin sacármela me puso de ladito sobre el escritorio y me siguió dando, pero ahora dándome unas nalgadas y un masajito con sus dedos en la entrada de mi culito que lo que lograron fue que me pusiera más caliente todavía y se lo demostré con una nueva cantidad de juguitos, pero él nada que se venía, después de unos momentos así me pidió que me pusiera de panza en el escritorio para que mis piernas quedaran "volando" y me las levantó y la volvió a clavar hasta los mismos huevos y ya las nalgadas eran más fuertes, en un momento me agarro los dos cachetes de mis nalguitas y separándolas me escupió entre ellas, luego de eso y con su verga bien metida con una mano me las abría y con la otra comenzó a tratar de meterme un dedo, la verdad es que al principio si me dolió un poco y así lo sintió porque le apreté su dedo y eso le dio gusto, ya que me dijo que quería romperme el culito, que ese culito sería solo para su uso y cosas por el estilo que me ponían mucho más caliente, además de que me pedía que le dijera que yo era su putita, que mis nalgas, mi rajita y todo yo eran solo de él y que él podía hacer lo que le viniera en gana conmigo y cada que yo se lo decía me daba unas metidas más profundas, más nalgadas y hasta que sentí que se le ponía más dura y que se quedó en calma unos segundos anunciándome que ya estaba por darme mi lechita y en efecto comencé a sentir como mi interior se inundaba con su rica leche y yo también me vine por tercera vez en esa tarde maravillosa, pero lo mejor del momento fue cuando me dejo ir dos hasta el fondo se dedo corazón mmmm fue una sensación deliciosa, aunque si me dolió me hizo ver estrellas y me quede toda sin fuerza sobre su escritorio, sentía realmente muy rico como movía su dedo en lo más profundo de mi colita, sentía ya como se iba acostumbrando a su grosor, ya estaba pensando que lo siguiente era que me la iba a meter entre mis nalguitas y a la vez que me emocionaba también me daba algo de miedito porque sin ser un "monumento a la verga" si era de un tamaño importante como para que me lo metiera por ese agujerito, pero mi calentura me daba para eso y para más, en esos momentos le entro una llamada a su celular, era su esposa y sin dejar de darme dedo me metió de nuevo la verga de plástico en mi rajita y la saco así toda llena de su leche y como pudo me hizo señas para que la chupara y la dejara limpia, cosa que desde luego hice, pero como me había causado mucho morbo el saber que era ella con quien hablaba me baje del escritorio y nuevamente me puse sobre mis rodillas para comenzar a mamársela de nuevo, con señas le pedí que abriera las piernas y en cuanto lo hizo me puse entre ellas para besarle sus huevos a la vez que le comencé a hacer una puñetita con movimientos acompasados, pero muy lentos, sintiendo como su verga iba recobrando vida, fueron momentos ricos hasta que regrese de frente a él y me la metí en la boca, pero me pidió con sus manos que me detuviera un momento.
Como no estaba yo decidida a dejar escapar la ocasión de que se pusiera más caliente mientras hablaba con su esposa, de nuevo me subí al escritorio, tome el consolador y abriendo mis piernas lo más que podía le di un show con mi masturbada, lo chupaba dejándolo lleno de saliva para luego irlo metiendo centímetro a centímetro todo completo, lo sacaba, lo volvía a meter, le pedí que se acercara a la orilla y le puse las piernas en sus hombros, pero con mi rajita bien llena con la verga de plástico, vi con mucho gusto que ya se le había parado por completo y que ahora la pasaba por mis labios mojándose la punta, en eso estaba cuando me jalo más hacia él y mis nalguitas quedaron en el aire y ahora la cabecita deliciosa quedo a la entrada de mi culito y me quede quieta, ya quería que me la metiera por ahí, hizo un poco de presión y la verdad es que no pude evitar que me salieran un par de lágrimas porque si me dolió cuando entro un poquito, cuando vio mi reacción se detuvo, pero le agradecí que no lo sacara, por fin llegó el momento en que colgó el teléfono y me dijo que mejor no lo intentaríamos en ésta ocasión por ahí porque ya había sentido lo apretadito de mi culito y no tenía ningún lubricante que luego lo compraría, pero eso no evito que me diera verga de nuevo por mi rajadita y mordiéndome las tetas mientras me masajeaba mi botoncito del clítoris, no tarde mucho en venirme de nuevo y él también me volvió a dar una buena dotación de leche, luego de eso nos calmamos un poco y me dijo que se tenía que ir, así de que le poníamos fin por el momento a nuestra calentura, me fui a su baño y me limpié los restos de nuestras venidas ricas para ya salir bien vestidita, eso sí con unas ojeras tremendas, pero muy feliz, me prometió que la próxima vez me daría una enculada y me reitero que iba a comprar el lubricante y otra "sorpresita", antes de salir de su oficina me dio un beso y una nalgada, además me hizo prometerle que me iba a ir sin ropa interior a mi casa, lo cual obviamente implicaba subirme en peseros y en el metro.
Pronto les estaré enviando un nuevo capítulo de toda esta maravillosa relación de oficina, créanme que hay mucho material, solo dependerá de ustedes, si quieren que les siga contando y con todo gusto lo haré, les agradezco mucho a todos los que me han escrito ([email protected]) ya saben que si contesto.
Les mando muchos besos, se los pueden poner donde quieran.