Todo comenzó un día cuando la pequeña Noemí y sus padres se van a unas trágicas vacaciones al campo. Al llegar al lugar escogido fueron víctimas de un atraco por un par de malhechores que les propinaron tres tiros a los adultos tras oponer resistencia. Su padre murió instantáneamente, mientras que su mamá falleció después de cinco días de agonía en el hospital. De ese mismo día la vida de Noemí de tan sólo 15 años cambió totalmente.
Hubo disputas por ella por la guardia custodia, pero tuvo que irse a vivir a la casa de unos tíos que eran parientes de su mamá porque el juez de menores de la localidad dictó una sentencia sobre esto, ya que los familiares de su padre no eran aptos para asumir tal responsabilidad.
Noemí llegó a este nuevo núcleo familiar donde estaba su tío Eduardo de 38 años, quien era casado con Cecilia y tenía un hijo de la misma edad que su prima que se llamaba Diego. Junto a ellos vivía su otro tío Jorge de 33 años quien era soltero pero que estaba comprometido para contraer nupcias prontamente.
Lo cierto es que Noemí le costó adaptarse a su nueva vida sin sus padres. Sus tíos la consentían en todo lo que estaba a su alcance; pero a la vez tenía que soportar en silencio las rabietas de su tía política Cecilia.
Así transcurrió su vida entre el estudio y de ser como especie de una ama de llaves de la casa de sus tíos para pagarle con algo el haberle dado refugio.
Unos años después, Noemí ya con 18 años asistió a unas vacaciones con sus familiares a un balneario playero cerca de la ciudad donde vivían. Allí se puso un bikini de dos piezas que Cecilia le había regalado. Eso fue la clave de todo el cambio radical de su vida.
Las miradas disimuladas de sus tíos Eduardo y Jorge a su cuerpo no cesaron, ya que Noemí estaba muy bien formada esculturalmente. Para detallarla para que tengan una idea, tenía grandes senos y un culo muy duro y ni hablar de su cuca, la cual se le notaba abultadamente con su traje de baño.
Jorge se metió a bañar con ella y se la llevó hacia la parte más profunda que hizo que ella se aferrara a su cuerpo porque el agua del mar la sobrepasaba. En ese manoseo entre ambos Jorge sin querer le acarició sus grandes senos que le ocasionó una corta excitación. Al mismo momento su tío Jorge siguió disimuladamente y le frotaba su miembro por su culo, lo cual ella al parecer no lo notaba.
Seguidamente se salieron del agua pero Jorge quedó marcado por el constante roce con su sobrina. Llegaron hasta donde estaba su tío Eduardo, Cecilia y su primo Diego. No pasó nada en especial hasta que se fueron a la casa que habían alquilado para pasar el fin de semana.
Durante la cena se destaparon cuatro botellas vino y todos tomaron pero con el resultado de que Jorge, Eduardo y Cecilia se excedieron en la bebida que los hizo embriagarse. Diego y Noemí sólo tomaron unas pocas copas que le causaron casi lo mismo, pero aún estaban sobrios. Eduardo y Cecilia se fueron al cuarto para hacer el amor y después dormir. Diego igualmente se fue acostar, mientras Noemí fue invitada por su tío Jorge para seguir brindando aunque ella casi no quería.
Le fue fácil a Jorge convencerla, prendió la televisión y con el control fue buscando un canal de pornografía privado. Noemí sintió pena con su tío pero a la vez miraba atónita la película. De pronto se escucharon los gemidos de Cecilia que era fornicada por su esposo Eduardo. Gritos y alaridos eran escuchados por toda la casa; además de algunas palabras obscenas.
En eso su tío Jorge le propuso a su sobrina Noemí que si quería ver la escena en vivo de sus tíos. Ella no dijo nada pero su tío Jorge insistió y la llevó de la mano hasta el cuarto donde la pareja hacía el amor. Logró abrir la puerta con el mayor silencio y espiaron la escena de amor. Noemí por primera vez vio una sesión de sexo. Quedó sorprendida cuando logró ver como el gran miembro de su tío Eduardo taladraba con fuerza en el culo de Cecilia o después en la boca. Cuando todo término se bañaron para quedarse profundamente dormidos.
Noemí sugirió a su tío Jorge que se fueran a dormir igualmente, pero éste insistió que aún era muy temprano y que todavía le quedaba una botella de vino; además el canal porno servía con otra película.
Al cabo de una hora Noemí estaba totalmente rendida con la cabeza puesta en las piernas de su tío. Éste la levantó y se la llevó a dormir a su cuarto con él. En la cama le quitó la ropa para ponerle una bata de dormir, fue en ese momento cuando vio muy cerca las grandes tetas que poseía su sobrina. Se las acarició y hasta incluso se las chupó sin que ella se diera cuenta producto de su borrachera. Casi 15 minutos duró su tío chupándoles los senos. Le bajó el short e hizo lo mismo con sus pantaletas. Jorge quedó extasiado al ver la cuca rasurada de su sobrina. Se la acarició y le frotó con sus dedos el clítoris que hizo que Noemí totalmente dormida por el alcohol ingerido se mojara completamente. Se la chupó un buen rato, se quitó la ropa y se colocó encima de ella para intentar penetrarla, pero el miembro no lograba entrar en la vagina virginal de su sobrina Noemí.
Buscó un aceite de coco que tenía para broncearse y llenó todo su miembro y la cuca de su sobrina. Se volvió a montar encima y colocó su miembro en la entrada de la vagina. Se impulsó con fuerza y poco a poco fue cediendo el himen hasta que se reventó todo. Noemí se quejó del dolor y se despertó notando la sorpresa que su tío la estaba cogiendo.
―Tío que me haces, que me duele -replicó Noemí.
―Nada querida sobrina, sólo te hago mujer. De ahora en adelante serás mi mujer, contestó Jorge.
―Me duele tío, me duele mucho, sácame tu guevo dentro mi cuca por favor.
―No quiero ni puedo, así que quédate tranquila y colabora conmigo mamita que ahora serás mi puta privada. Qué rica y cerrada tienes la cuca Noemí, no sabía que eras tan divina. Toma, toma, puta, porque eso es lo que en ahora en adelante serás, dijo Jorge.
Jorge siguió consumando el acto sexual y se movía fogosamente dentro del cuerpo de su sobrina que aún se seguía quejando pero cada vez menos y al mismo tiempo soltaba un gemido cuando.
Jorge estuvo a punto de acabar y se lo sacó para llevarse su miembro hasta la boca de Noemí que sintió asco pero que no opuso ningún tipo de resistencia porque estaba a merced de su tío Jorge. A los pocos segundos Noemí sintió como algo caliente y espeso se derramaba en su boca. Su tío la obligó a que se lo tragara todo cosa que hizo muy bien.
―Bueno sobrina, ahora eres mi mujer, por hoy está bien, pero quiero que no comentes con nadie esto que pasó entre tú y yo. OK., le ordenó Jorge.
Noemí sólo afirmó con su cabeza. Su tío se despidió con un beso en la frente y se marchó. Ella notó que en sus piernas estaba manchada de sangre al igual que la cama. Supo que era la ruptura de su virgo.
En la mañana cuando se levantó a desayunar se encontró que Eduardo, Cecilia y Diego habían salido desde muy temprano según se encontró una nota pegada en la puerta de la nevera, en la cual estaba escrita que llegarían al mediodía.
Al rato se levantó Jorge y sintió miedo, pero éste la tomó por un brazo y le preguntó que como había terminado de pasar la noche. Ella le dijo que bien pero que sentía un pequeño dolor en su vientre.
Jorge le respondió que no se preocupara porque pronto se le pasaría. Seguidamente le preguntó por su hermano, cuñada y su sobrino Diego, y Noemí le mostró la nota que habían dejado. Eso puso a mil a Jorge y le pidió a su sobrina que fuera hasta su cuarto que tenía que hablar seriamente con ella. Le hizo caso y al llegar Jorge la acostó en la cama y le pidió que se quitara la ropa; pero ella le pidió que no se lo hiciera nuevamente, cosa que no fue aceptada porque fue el mismo quien le quitó la ropa. A los pocos minutos Noemí era penetrada por su tío por segunda vez en menos de 5 horas. Esta vez ella sentía poco dolor y ligero ardor, pero se notaba como respondía a las ancadas que le daba su propio tío.
―Que rico follas sobrina, de que lo que me estuve perdiendo desde hace mucho tiempo. Cada vez que pueda te voy a coger, dijo Jorge.
―Está bien tío seré tuya como tú lo dices, pero con la condición que debes cuidarme porque no deseo salir embarazada.
―Eso lo tengo resuelto porque tengo en mi cuarto unas pastillas anticonceptivas las cuales tomarás a partir de hoy mismo.
―No tío, eso no, nunca he tomado pastillas, respondió Noemí.
―Hazlo es una orden, replicó su tío.
Al instante Noemí sintió como por primera vez un semen caliente inundaba su pequeña cueva.
El otro resto tuvo que limpiarlo con su boca. Al cabo de media hora la lanza de Jorge estaba erecta, se paró de la cama y se fue a buscar el aceite de coco que tenía en su cuarto. Noemí estaba inocente de todo pero esperaba cualquier cosa.
No se equivocó porque su tío Jorge la levantó y la puso en posición en cuatro patas para colocarse detrás de ella. Seguidamente Noemí sintió como le perforaba su culo que hizo que soltara un grito inmenso que se escuchó por toda la casa.
—No tío, esto no… ahhhhh, fueron sus palabras. Pero ya nada podía hacer porque el miembro de su tío estaba todo adentro sin ningún tipo de contemplación que le cercenaba su ano.
Jorge se movía intensamente que le provocó una rápida eyaculación dentro del ano de su sobrina.
Se paró y se fue a bañar y lo mismo hizo Noemí que estaba sumamente dolida por la relación anal que le había propinado su tío.
Por la tarde Jorge repitió la dosis y a pesar de las quejas de su sobrina igualmente culminó con su semen dentro de ella.
En la noche llegaron Eduardo, Cecilia y Diego y todo estuvo en silencio.
Jorge y Eduardo eran grandes compañeros y al sostener una conversación entre ambos se enteró de todo lo que había pasado con Noemí.
―Qué le hiciste a Noemí, preguntó Eduardo.
―Me la cogí, tal como lo oyes, respondió Jorge.
―Cuando pasó eso, volvió a preguntar Eduardo.
―Anoche y hoy un par de veces, le rompí todos sus virgos.
―Que arrecho eres no me dejaste uno para mí.
―Tranquilo de todas maneras vas a gozar mucho cuando la estés cogiendo, le dijo Jorge a Eduardo.
―Ayúdame hacerlo esta misma noche, contestó finalmente Eduardo.
Era como la una de la madrugada y Cecilia y Diego se habían quedado dormidos. Al igual estaba Noemí, en cambio Jorge y Eduardo aguardaban como unas fieras hienas tras la caza de su presa.
Se aseguraron que todos estaban bien dormidos y se fueron hasta el cuarto donde dormía Noemí. Al llegar estaba ella acostada con una pequeña bata de dormir. Su tío Eduardo se escondió en el closet pero veía todo a pocos metros de distancia. Jorge se encargó de despertar a Noemí quien le dijo a su tío que estaba muy cansada y que le dolía todo su cuerpo. Pero esto no fue causa para paralizar la intención de sus tíos.
Jorge le quitó la bata de dormir, se montó encima de ella y zuas, la penetró otra vez por su cuca. Noemí ya reaccionaba como una verdadera puta privada de su tío Jorge. Apenas sintió el miembro de su tío comenzó a gemir y mover sus caderas para que la penetración fuera mayor.
Eduardo miraba atónito el acontecimiento excitado y aguardaba por su turno. Cuando casi Jorge estaba a punto de acabar le dijo a Noemí que le tenía una sorpresa la cual debía aceptar.
Ella contestó preguntando que se trataba esta vez, pero Jorge le contestó que ella debía aceptar y callarse.
Jorge para hacer más excitante la sesión sexual le pidió que se tapara con una venda su rostro. Ella así lo hizo y Eduardo salió del closet donde estaba escondido, se desnudó y se montó encima de su sobrina. Lo primero que hizo antes de penetrarla fue darle una buena mamada al culo de su sobrina y frotarle el clítoris que yacía húmedo y caliente.
Al cabo de unos 10 minutos sacó su potente miembro, el más grande de los dos hombres y se lo colocó en la entrada de su vagina mientras que Jorge era el que hablaba por ambos.
Todo se hundió completamente que hizo que Noemí se quejara por sentirlo muy grande para su cuca, pero sin quitarse la venda.
Eduardo le daba duro y Noemí la cuca de Noemí poco a poco se iba amoldando a la magnitud de tan gigantesco miembro.
La volteó y se lo hundió por el culo, pero esta vez Noemí si es verdad que no aguantó más por su profundo dolor. Se quitó la venda que le prohibía ver todo y vio cuando Jorge estaba al frente de ella y se dio cuenta que no era él quien la penetraba.
―¿Qué esto tío?, preguntó asustada Noemí.
―Tranquila sobrina que quien te esta cogiendo ahora soy yo tu tío Eduardo.
―No, tu no tío, porque me hacen esto ustedes dos.
―Muy bien te lo dije sobrina que ibas a ser nuestra puta personal, exclamó Jorge.
―Sácamelo, sácamelo, tío Eduardo, sácamelo, decía agitada Noemí.
Pero Eduardo hacía todo lo contrario, ya que para él estas palabras pronunciadas por su sobrina aumentaban su excitación.
Fue en ese mismo momento cuando Jorge se abalanzó sobre ella y le metió el miembro en la boca, cosa que se opuso pero la fuerza de su tío se impuso totalmente.
Mientras que Eduardo la cogía por el culo, Jorge se lo metía por la boca simultáneamente. Jorge se sacó su miembro de la boca y se colocó debajo de ella y por primera vez Noemí sintió como dos miembros al mismo tiempo perforaban sus orificios hasta que los derramaron sus leches dentro de ella.
Salieron sonriendo por el acto consumado y se fueron a dormir. Noemí sentía como el semen de ambos estaban dentro de su cuerpo. Se bañó y se fue a dormir llorando. Pasaron tres días y la misma escena se repitió.
Ambos tíos se comían ansiosamente la cuca y el culo de Noemí.
Regresaron a la casa después de las vacaciones. La vida transcurría normalmente. Noemí seguía en sus clases de la universidad y en el momento indicado Jorge o Eduardo, a veces los dos al mismo tiempo la poseían.
Luego de un mes Jorge invitó a su cuñada Cecilia a hacer unas compras al automercado y Eduardo y su hijo Diego se quedaron con Noemí.
―Diego te tengo una agradable sorpresa. Quiero que a partir de hoy seas un verdadero hombre y vas a tener a una mujer para ti a tu disposición.
―Qué es papá, respondió Diego.
―Tu tranquilo que pronto vas a saberlo.
Fue así como Eduardo llevó a su hijo Diego al cuarto donde se alojaba Noemí y ningún tipo de miramientos le pidió a su sobrina que se desnudara porque Diego debía ser hombre.
Parece mentira pero Noemí no dijo nada y sólo cumplió la orden de su tío.
Se quitó la ropa y se acostó con las piernas abiertas. Diego asombrado por todo lo que veía y ordenado por su padre se montó encima de ella inexpertamente pero fue guiado por Noemí que le agarró el miembro de su primo y se lo metió dentro de su cuca. No pasaron 5 minutos cuando Diego acaba por primera vez en el cuerpo de una mujer.
Lo que no pensaba jamás Eduardo es que su mujer Cecilia y su hermano Jorge si andaban para automercado, pero con la variante que antes habían ido a un hotel para hacer el amor.
Pues sí, Jorge y Cecilia eran amantes de hace cierto tiempo, pero nadie hasta ahora lo sabía. Jorge la cogió por todas partes y al culminar ambos se regresaron hasta su casa como si nada hubiese pasado.
Así pasó la vida de Noemí entre guevos al mismo tiempo, pero hubo algo que cambió todo, porque Jorge la llevó hasta un hotel donde lo esperaba un amigo suyo quien la cogió sin que ella dijera absolutamente nada.