Mi nombre es Ana y soy la novia de Webmonster. Este relato es como una continuación del relato anterior con el mismo nombre pero más que continuación es mi relato de lo que realmente pasó en ese baño. Para entender algunas cosas debes leer aquella historia primero. ¿Cuánto es real y cuánto es ficción? Te invitamos a imaginarlo.
Lo vi pasar y de inmediato me gustó y decidí que tenía que tirármelo. En un primer intento le escribí mi celular en una servilleta y se lo puse en la bolsa del pantalón a la pasada. La verdad no vi si lo vio o no. El caso es que pasó mucho rato y no se reportaba. La verdad yo estaba un poco desesperada porque sentía que se me escapaba.
Cuando vi que tomaba demasiado tiempo pensé que tal vez no le había gustado pero también pensé que a lo mejor él estaba pensando llamarme después pero nosotros nos íbamos de la ciudad al día siguiente. Yo no le había dicho a XXX porque soy bastante orgullosa y si el chico me rechazaba no quería que sucediera frente a él. No quedaba de otra más que involucrarlo a él para ver qué sugería. Esa negociación está en la primera parte de éste relato así que pasemos a la verdadera acción.
Lo jalé al baño sin que opusiera la menor resistencia.
Yo empezaba a sentirme mojada y con los labios turgentes de las ganas de ser penetrada.
Cuando entramos a donde están los lavamanos yo pensaba fajármelo ahí en el propio baño y proponerle irnos los 3 al hotel pero me di cuenta de que uno de los cubículos estaba abierto y vacío. Era mi oportunidad.
Lo seguí llevando de la mano y nos metimos al cubículo.
Una vez dentro cerré la puerta y puse el seguro.
Me recargué en la pared y me quedé viéndolo.
-¿Qué pedo contigo? -me dijo.
Yo sólo sonreí y seguí mirándolo. Realmente era guapo y sexy. Yo ya me sentía mojada pero estaba disfrutando todo aquello.
Se me acercó un poco y me puso la mano en el vientre. Yo no pude evitar sentir que me estremecía de calentura.
-¿Acostumbras dejarte jalar al baño de mujeres tan fácil? -Le pregunté.
-Aquí todos me conocen y ya saben cómo soy -me respondió y me empezó a besar.
Mientras estábamos fajando me preguntó con quién venía.
-Con mi novio -contesté.
El rio un poco sin dejar de manosearme y besarme.
-qué cabrona eres -me dijo.
-Si quieres sorprenderte él sabe lo que está pasando aquí pero eso es asunto entre él y yo que entenderás mejor si te vas con nosotros.
Él se limitó a ponerme la mano en el trasero y me dijo:
-pues vamos viendo.
Yo puse mi mano en su paquete y comencé a abrir su pantalón. Cuando yo empecé a hacerlo él comenzó a abrir mi vestido por enfrente como Dios le dio a entender y apenas lo apartó a los lados me metió la mano en la pantaleta. Yo estaba muy hot y cooperé disfrutando como sentía que sus dedos resbalaban fácilmente de ll mojada que estaba. Casi me olvidé de terminar de sacar su verga y me limité a dejarlo hacerme. Con la mano libre me manoseaba por todos lados.
-¡Qué bárbara qué buenota estás! -me dijo y agregó- déjame cogerte.
-¿Traes condón? -le pregunté.
Él hizo un monosílabo a manera de negativa.
-Así no se puede -le dije.
-Déjame penetrarte anal -me dijo.
-No me gusta -le respondí y lo aparté un poco de mí pero él siguió con su dedeo en mi vagina casi haciéndome venir.
Yo estaba muy muy excitada y pensaba. Él se separó un poco y terminó de sacarse el miembro comenzando a masturbarse frente a mí.
-Enséñame las tetas -me dijo
Yo me las saqué por encima del sostén con una mano mientras con la otra me masturbaba viéndole a él hacer lo mismo. Decidí acercarme haciendo el gesto de darme la vuelta y él me tomó por los hombros ayudándome en la estrechez del cubículo. Mientras hacía eso le dije:
-penétrame bien pero anal no por favor.
Apoyé lis manos en la pared inclinándome un poco. Él parecía de mi estatura pero yo traía zapatos de plataforma así que la posición era favorable. Me levantó apresuradamente el vestido y rápidamente me bajó la pantaleta. Casi de inmediato sentí sus dos manos manoseando y hurgando en mi trasero.
Apenas le iba a decir que se apurara cuando pude sentir su pene buscando mi vagina. Bajé mi mano por delante y lo guie logrando que me penetrara un poco brusco pero delicioso. Casi de inmediato comenzó a moverse una y otra vez. Ya que me tuvo ensartadita pasó sus manos adelante tomándome un hombro con una y con la otra buscó uno de mis pechos. Estaba por decirle que no fuera a venirse adentro cuando sentí que me empujaba más fuerte y me resigné porque eso me excitó más y empecé a venirme bien rico.
No había terminado de venirme cuando se salió y me dio la vuelta parándose enfrente de mí. Yo seguía sintiendo aún espasmos en mi vagina y en mi vientre. El comenzó a masturbarse mientras veía mi cuerpo moverse recargada contra la pared.
-Ándale -me dijo- enséñame tus tetas otra vez.
Yo había comenzado a tocarme otra vez para terminar mi orgasmo. Me encantó verlo ahí masturbándose frente a mí. Me aparté bien para los lados el vestido y me solté el sostén que era de broche frontal. Lo vi mirando mis pechos cuando de pronto se vino estrellando sus chorros en mi vientre. Eso me encanta y mientras él seguía jaloneando su pene yo comencé a untarme en todo el abdomen su semen que seguía salpicándome. Acto seguido se me acercó y untándose también la mano en su propio semen desde mi abdomen resbaló la mano hacia abajo metiéndome los dedos y haciéndome venir otra vez mientras me besaba en la boca.
Descansamos un momento y luego cuando vio que yo tomaba papel para limpiarme el me ayudó a secarme el semen de mi piel.
Salí primero yo del baño y él después. El resto de la historia la conocen. No me fue mal esa noche.