En una tarde de octubre a salir de la uni me encontré con un joven que repartía volantes, me ofreció uno, haciéndome platica y enalteciendo mi belleza, solo sonreía, pues en realidad poseedora de tan encantador cuerpo siempre estuve acechada por todo tipo de hombre, tome aquel volante y seguí mi camino, aquel simple papel solo lo doble y guarde en mi bolso. Al llegar casa me extrañó que todo estuviera en absoluto silencio, me dirigí a mi habitación y aquel bolso lo deje en el tocador. Minutos más tarde, recordé que traía ese volante lo saque y comencé a leer aquel papel, al ver que solicitaban edecanes para trabajo sencillo, mis ojos brillaron, aquellos recuerdos se apoderaron de mi mente, pues desde aquella vez, había pasado un año sin trabajar un año en el que mi pasado y arrepentimiento había sido sepultado; mi vista regreso al volante al parecer era promocionar los productos de algunas empresas o agencias de autos, me llamo la atención, y más por la oferta de pago era interesante, además de que lo podía alternar con sus estudios eso era lo mejor, estudiaría por las mañanas y trabajaría por las tardes.
No hubo necesidad de pensarlo dos veces tome el teléfono y llame a la oficina, aunque ya era tarde pediría informes. Recuerdo que la voz que me atendió fue de una mujer que por cierto se le había olvidado pedir su nombre y que a mí tampoco se me ocurrió preguntárselo, en fin lo cierto es que tenía que asistir a la agencia de edecanes para conocer algunos detalles y si era de mi interés podría firmar contrato.
Al siguiente día me apresure a bañarme; coloque otra muda en la mochila, rápidamente me fui a la escuela, solo veía la hora en el celular, las horas se me hicieron eternas pero por fin el timbre anunciaba la salida de clases, rápidamente salí y tome rumbo a la parada de autos, sitio donde abordaría el transporte para llegar a mi cita, antes de llegar a la parada pase a unos baños públicos a cambiarme pues no quería llegar con el uniforme así que decidí asistir a la entrevista con una minifalda color blanca, una blusa blanca de seda que se ajustaba perfectamente a la silueta de mi cuerpo, brassier blanco y medias color blanco sostenidas desde arriba con un liguero que combinaba y una tanga de seda blanca, y por supuesto zapatillas del mismo color, me veía como un verdadero angelito y eso lo comprobé desde que entre al lugar en que se llevaría a cabo la entrevista, los hombres que estaban ahí presentes me comenzaron a lanzar las miradas que a mí sinceramente me ponían nerviosa de cierto modo, no sé, si me sentía incomoda o deseada, en si me gustaban, aquellas miradas en las que solo se pueden quedar con el antojo, imaginarme tan cerca, a su alcance y no poder tenerme.
Mientras esperaba mi turno más de uno se acercó a mí para entablar plática pero mi nerviosismo por la entrevista me impidió prestarles la atención debida, cada entrevista tenía una duración de 20 a 30 minutos, y siendo yo una de las últimas en pasar realmente estaba más que fastidiada pero eso sí con citas para invitarme a comer, a cenar y hasta bailar, yo pensé, dentro de mí, que si no me daban el trabajo de todos modos salía ganando. Cuando al fin llegó mi turno fui recibida por el gerente, este era una persona de aproximadamente 50 años, un poco más bajo de estatura que yo, sobre todo porque yo llevaba tacones, con abundante cabellera ya canoso, delgado, con unos ojos realmente vivarachos color verdes, el vestía con un traje obscuro, camisa blanca con corbata; la secretaria me llamo y me presento con él, que se encontraba en una puerta del vestíbulo, después de presentarme me dijo que pasáramos a su oficina, la cual se encontraba en un desnivel superior de donde estábamos, desde un principio pude notar que le llamé la atención, y más aún cuando tuvimos que subir las escaleras, ya que él iba detrás de mí, yo sentía su mirada penetrante en mi espalda, mis piernas y más que éstas sobre mi trasero imaginando mi culito; entré a su oficina, de nerviosismo solté algunos papeles los cuales cayeron al piso y como acto seguido me incliné inmediatamente a recogerlos a lo que le di lugar de que pudiera ver mis pechos por debajo del escote, ya de pie me sonrío y me ofreció asiento tomándome de la espalda para que pasara, el sentir su mano en mi espalda me ruborizó toda, nos sentamos en una pequeña sala que tenía dentro de su oficina que por cierto estaba lujosamente decorada, desde ese momento supe que estaba interesado en mi porque de acuerdo con lo que me dijeron los nuevos amigos que hice en el recibidor, la entrevista se las había realizado desde su escritorio.
El gerente fue directo me dijo que era estar 5 horas los fines de semana y hablarles del producto a los que fueran a cargar gasolina, obviamente la mayoría de los clientes es hombre así que al ver una chica guapa se pararían a escuchar y pues algunos hasta comprarían, y la paga era de $1,000 por tres días más comisión si se vendía mucho, esto me pareció muy bien así que respondí con una sonrisa: ¿Cuándo puedo comenzar? Y me respondió el gerente: Hoy mismo. Me pareció una muy buena oportunidad, así que le dije que estaba de acuerdo, me pare muy contenta y ahí me menciono algo más que no me había dicho: lo único que hay que cambiar es su ropa porque lo que trae puesto no es ropa de edecán, pero nosotros tenemos esa clase de uniformes, es cuestión que se cambie y puede empezar a trabajar, pase por aquí por favor.
Me condujo por un pasillo muy iluminado que al fondo tenía una puerta que decía PRIVADO, y a la izquierda antes de llegar a esa puerta tenía otra que daba a unos vestidores donde había unos lockers, ahí me señalo uno y me dijo: dentro hay un vestido rosa con una etiqueta grande de la marca de los aceites, y abajo hay 4 pares de zapatillas de diferentes tamaños, vea cual le queda, se cambia y viene conmigo por favor. Abrí el locker y me sorprendí al ver un pequeño vestido rosa strapless, muy corto la verdad de esa tela que te queda muy pegadita al cuerpo como spandex casi, y como era de esperar, me puse el vestido y me tuve que quitar el brasier ya que al ser strapless se veían las cintas por arriba, de esa parte me quedo muy bien, pero mi problema fue abajo por tener mis nalgas grandes, el vestido me apretaba mucho de la parte de abajo y estaba muy cortito que si me agachaba tantito se me vería todo. Escogí unas zapatillas negras que me quedaron a la perfección, y me vi en un espejo grande que había, me vi muy guapa aunque el vestidito era muy corto, se me lucían mis piernas y eso me gusto. Guarde mis cosas en el locker y fui con el gerente.
Camine de regreso por el pasillo y no había nadie, dije: ya termine de vestirme, pero no hubo respuesta, vi los productos en el piso y me acerque a recogerlos, pero no sabía cómo agacharme sin que se me levantara el vestido. Pensé de frente no, me agachare doblando las rodillas con las piernas juntas y de ladito, es la forma más simple de hacerlo. Me agache la primera vez, recogí los primeros productos y sentí que el vestido se me subió un poquito, me agache la segunda vez, recogí los últimos productos y sentí que el vestido se me subió un poquito más, ya sentía que enseñaba la parte baja de mis nalgas, se me veía todo eso claramente, me levante y súbitamente oí la voz del gerente que venía caminando por otro pasillo: Guauuu, está usted guapísima y el vestido le quedo perfecto, entre mi dije: perfectamente chiquito. Yo estaba parada con los productos en las manos así que no acerté a bajarme el vestido, el al ver como estaba, se apresuró a sentarse en su escritorio como si le fueran a ganar el lugar en un concurso. Abrió los ojos como desorbitados y se puso rojo, ahí me di cuenta que ya me había visto la parte baja de mi colita apenas cubierta por el mini vestido, me apresure a poner los productos sobre el escritorio y rápidamente con las dos manos me lo baje lo más que pude, que la verdad no fue mucho pero si me cubrí.
Después de un rato de silencio y de que el tragara saliva, me dijo: disculpe me puse un poco nervioso ante impresionante belleza, puede pasar a la despachadora de gasolina número uno, esa es en la que trabajara usted, no se preocupe por que la molesten los muchachos yo ya avise que usted trabajaba conmigo y nadie la molestara, cualquier cosa los reporta conmigo, descolgó el teléfono y llamo a un trabajador, no sabía quién era, pero cuando llego y por el uniforme que llevaba deduje que era el chofer, el gerente le pidió que me llevara a la gasolinera que ya había indicaciones precisas.
El chofer un hombre de unos 50 años me ayudo con aquellos productos y nos dirigimos al estacionamiento, al llegar a la gasolinera me dirigí hacia la bomba despachadora, entre las miradas lascivas de los trabajadores pero por suerte ninguno se atrevió a dirigirme la palabra, lo único que dirigían eran unas miradas tratando de ver algo más. Ahí estuve hablándole a la gente que llegaba a la gasolinera, algunos se detenían solo para verme de pies a cabeza, otros para verme bien las piernas, otros para verme las pompas, algunos se paraban como que me prestaban atención pero los veía tratando de ligarme, y ya a algunos se los llevaban sus esposas entre regaños, esos sí que daban risa. Al terminar mi turno no tuve más que una venta de un tipo que prefirió comprar algo antes que lo siguiera viendo su esposa con ojos de regaño seguro, como había terminado me dirigí a la oficina de la gerencia donde había estado, a dejar los productos y a cambiarme para irme a casa tranquilamente.
Al entrar estaba el gerente, Jaime por cierto se llamaba, sentado en su silla en el escritorio con una sonrisa de oreja a oreja, deje los productos sobre la mesa y me dirigí hacia el cuarto de los lockers para cambiarme, pero súbitamente el gerente me hablo en un tono extrañamente amable: Disculpe señorita, veo que ya termino el día y pues tuvo mala suerte ya que realizo solo una venta, es una lástima la verdad, así no ganara muchas comisiones. Me detuve a escucharlo y claramente puse una cara de decepción, a lo que el continuo: obviamente viene usted para ganar dinero si no usted no estaría aquí, pero para su buena suerte le tengo una propuesta de negocios muy interesante y redituable, le gustaría oírla o no le interesa para nada. A lo que respondí: Si, nada más permítame cambiarme el vestido.
Y me dijo: Ok si me quiere escuchar pase al PRIVADO por favor, pero para este negocio es muy importante que se deje el mismo vestido que tiene y se quede tal como está por favor, así que si me lo permite pase de una vez a la otra oficina. Me dirigí aquella oficina como lo había mencionado el gerente, al entrar vi a una mujer de aproximadamente unos 35 o 40 años me observo muy detalladamente, eso sí me ponía muy nerviosa, Jaime me presento aquella mujer, mira Estefanía te presente a Valery es la nueva edecán, le di mi mano y estrechamos con un buen saludo, mira Valery, por tu belleza y atributos le llamaste la atención a mi amiga Estefanía ella es dueña de una agencia de edecanes y que su giro es muy amplio, igual y te interesa su propuesta, pero sobre todo tomen asiento, yo me mantenía a la expectativa, aquella mujer tomo la palabra.
Mira como veras el empleo que yo te ofrezco es que pertenezcas a mi grupo de edecanes, el trabajo es tan amplio que abarca desde repartir muestras de perfume en tiendas departamentales o estar en stands de teléfonos celulares, hasta ir a las carreras de coches o promover bebidas, lo cierto es que la carga de trabajo es en su mayoría son los fines de semana, y dentro de todo esto no está demás que te comente que el vestuario que suelen utilizar generalmente son prendas muy ajustadas, cortas y escotadas, con tacón alto. Hay que parecer sexy, aunque el producto no lo requiera y lo mejor de todo es que como son varios eventos las ubicamos de acuerdo a la cercanía de su casa, esa parte fue la que me agrado y aún más cuando dijo: por el sueldo ni hablar $ 500ºº por evento y este puede durar 3 a 5 horas y en tu caso Valery puedes alternarlo por las tardes, creo que no te vendría nada mal.
En ese momento ni lo pensé y lo único que acerté fue en decir: acepto, me levante y le di las gracias a don Jaime por la oportunidad, sonrió y me dio su mano, me fui a cambiar al privado y minutos después me marchaba con Estefanía rumbo a su oficina me pido número de teléfono y de celular, firme contrato por tres meses y regrese a mi casa.
Comencé a trabajar con Laura, no podía quejarme me estaba hiendo bien, me daba mis lujos tenía dinero para mis cosas y lo gastaba cuando quería, sin duda el haber aceptado aquella propuesta de trabajo me había beneficiado de gran manera, mi vida había cambiado a mas no poder.
Recuerdo que me llamó Estefanía por teléfono y me dijo que tenía una oferta de trabajo para mí. Fui a verla a su oficina y me dijo que necesitaba reemplazar a una edecán para uno de esos eventos de tunning. Era algo muy distinto de lo que venía realizando, como jamás había participado en ese tipo de eventos tenia algunas dudas, por lo que pregunte que tenía que promocionar por lo que Estefanía me menciono que más que promocionar había que estar en el stand entregando y repartiendo tarjetas además de bailar con la exhibición de música que por lo regular el evento se trataba de eso, me quede pensativa porque nunca había bailado, no porque no me gustara, sino porque no tenía experiencia en ese tipo de eventos, pero cuando me dijo sobre la pago que me iba a dar, casi me muero de un infarto. Con el sueldo de ese evento fácilmente podría dejar de trabajar un mes, le dije que sí por supuesto. Me hizo pasar a una habitación y me dio unas ropas para que me probara que es lo normal que se hace en esos casos; Estefanía se fue, me dejó sola y me cambié. Me puse una calza amarilla y un top creo que negro con verde si mal no recuerdo. Salí y me miró de arriba a abajo, mirando mi cuerpo y me dijo te queda bien. Me dijo mi jefa: el domingo esta ese evento y necesitamos cubrir un puesto de edecán. Además del sueldo, nosotros te llevamos y te traemos de vuelta a tu casa y te damos comida y bebida. ¿Qué te parece la idea? Buenísimo, pensé yo y le dije que sí.
El domingo fuimos al mencionado evento, me dio una ropa parecida a la que me había hecho probar el primer día, solo que en esta ocasión el mallon era negro y una pequeño top de color blanco unas plataformas, salí del camerino, mi jefa ya me estaba esperando cuando me vio, hizo cara de sorprendida, con él se encontraba un señor que no sé quién era, solo cuando me acercaba atino a decir que belleza de mujer, yo con una sonrisa coqueta le dije a Estefanía que estaba lista, comenzamos a caminar, podía sentir la mirada de los hombres totalmente clavadas en mis nalgas, no me sentía incomoda pero el llamar la atención de los hombres sí que era algo diferente, cuando ingresamos al auditorio me asombre al ver una muchedumbre en su mayoría hombres de distintas edades.
Al llegar al stand había dos tipos sentados con un carro muy hermoso por cierto. Me presentó delante de ellos, que era Rubén y Tomás, y me explicaron cómo era la cosa. Me dijo que ellos movían un staff de promotoras que servían en sus exhibiciones, para eso Tomás me dijo que las promotoras de coches tenían que estar siempre de buena onda, por decirlo así, porque había muchos tipos que se acercaban para sacarse fotos o te gritaban cosas feas y todo eso, y que si yo reaccionaba mal no me iban a contratar más. Me dijo Rubén: Yo sé que es feo escuchar todas aquellas palabras. Tampoco es tan grave, fíjate que no tuvimos problemas con casi ninguna de las chicas que han trabajado con nosotros. Tomás se paró al lado mío y me empezó a hablar: La verdad que estás divina, que era muy linda. Puedes servir muy bien para este negocio. Me estuvieron elogiando los dos mientras yo estaba ahí parada mirándolos como una mensa. Tomás se me acercó un poco más: Mira, cuando te explicamos hace un rato eso de los tipos que te vienen a pedir fotos, me refiero a que por ahí algunos se pasan de la raya ¿entiendes? Y entonces se me acercó más y me puso una mano en el culo. Yo se la saqué de un cachetazo y le dije algo que no me acuerdo, pero seguro que fue una mentada. Ahí se me acercó Rubén y me agarró de la mano. Tranquila, que acá no te va a pasar nada. Pero lamentablemente te van a pasar cosas de ese estilo. Igual piénsalo, además nadie te va a hacer nada porque siempre hay alguien de seguridad que viene y los saca a los que se pasan de vivos.
Tomás me dijo: No te enojes, que no fue con mala intención. Pero no te voy a mentir, tienes un cuerpo espectacular y algún que otro desubicado siempre va a tratar de tocarte una teta o el culo. Por eso hice eso. Los dos me estaban convenciendo se notaba que seguro ya lo habían hecho con otras chicas, porque Rubén, que hasta ahí casi ni había hablado, también me dijo: Lo de Tomás fue una estupidez, acá estamos para protegerte y para cuidarte, no para hacerte mal. Pero hay un tema que es muy clarito. Si no vas a poder soportar que de vez en cuando algún tipo te trate de toquetear no te podemos contratar. Lo lamento mucho, pero es así. Son las reglas que hay.
Estuvimos hablando unos minutos sobre el tema. Los dos estaban al lado mío, bien cerquita y me hablaban con voz suave, tirando la onda como para seducirme y convencerme. Yo les dije si había guardias, policías o alguien que me pudiera sacar a los tipos de encima si se ponían pesados, y me dijeron que sí, que siempre había alguno dando vueltas, y que además, ellos mismos o alguno de sus empleados siempre se metía para dar protección. Rubén se me acercó un poco más y me puso una mano en el culo suavemente. ¿Ves es algo así? Es un toquecito suave que te hacen algunos hombres nomás, no pasa de ahí. Es casi inocente, como un masaje.
Yo no dije nada, estaba pensando en la paga que podía llegar a ganar y además los tipos ya me habían convencido de tanto hablar. Mientras Rubén me seguía tocando el culo yo dije: Bueno, si no pasa de ahí está todo bien. Ahí Rubén me soltó por fin y Tomás se me puso a un costado y me dijo: también te piden sacarte una foto. Me abrazó con su brazo y puso una mano en mi hombro, y después me dijo: Y de repente se hacen los tontos y te manosean una teta. Y obviamente hizo eso como si a mí no me hubiese quedado claro su idea: me agarró una teta con la mano. Ahí escuché desde atrás la voz de un hombre: son esas cositas nomás. Se me hacía familiar aquella voz. Alguno te va a querer tocar el culo, otro te va a apretar disimuladamente, van a pedirte el teléfono, a ofrecerte dinero para cogerte, va a ser todo el tiempo así. Pero vas a ver que no es tan grave, te vas a acostumbrar. Cuando busque de quien era la voz nadie más estaba en el stand si no pensara mal diría que esa voz era de mi hermano mayor.
Mientras tanto, Tomás seguía aprovechando y me estaba tocando la teta izquierda, y Rubén me empezó a acariciar el culo de nuevo. Me hablaban, no paraban de hablarme, mientras me iban manoseando cada vez más fuerte. Sentí a Rubén que me estaba apoyando la verga por atrás y me seguía tocando el culo, y Tomás me dijo: ¡con estas tetas que tienes haces calentar a cualquiera nena! Digamos que la situación ya había llegado a un límite y la que tenía que frenar, me aparte sin decir nada y los encare le dije que donde estarían los folletos o propaganda que repartiría, algo asombrados por mi actitud, sin más que hacer se miraron y solo señalaron al fondo del stand un pequeño banco donde se encontraba la publicidad, me dirigí hacia ella y empecé a leerla por si alguna cosa necesitaba saber, más bien era muy precavida.
Minutos después el evento comenzaba con el anuncio del interlocutor, no se hacía esperar la música a su máximo nivel, muchas jóvenes edecanes bailaban sensualmente, en cierta medida acaparaban la atención del público masculino, era sorprendente ver a las compañeras con diminutos atuendos, no sé qué tiempo había pasado pero lo cierto es que yo aún me mantenía a la expectativa porque de lo que me habían dicho no había ocurrido nada o por lo menos no eran tan atrevidos, eso sí que era mi consuelo, hasta que vi llegar a un grupo de adolescentes, muy picaros por cierto. Uno de ellos se me acerco y al ritmo de la música me contorneaba, creo que eso hizo que se acercara, pero no imaginaba sus intenciones pues a simple vista se veía como un chico tímido, jejeje, se acercó y me pidió me tomara una foto, cuando me abrazo, sentí una extraña sensación como si me observaran, buscaba ante el gentío pero no identificaba a nadie en especial, tal vez era una sensación por estar ahí, o tal vez mi nerviosismo por que no fuera a ser manoseada por algún patán, simplemente aquello me recordó el pasado.
Fueron fracciones de segundos en el que me sumergí en mis pensamientos y sensaciones que descuide los movimientos de aquel escuincle que el muy pícaro deslizo su mano de mi cintura para posarla en mis nalgas y el muy cabron extendió su mano y con el dedo de en medio lo metió por el canalillo de mis nalgas recorriéndolo a su antojo, mis gestos eran de asombro lo que algunos hombres adultos no habían hecho este fulano lo hacía sin vergüenza alguna, quise cachetearlo, darle un pellizco, bofetearlo, pero sabía que no podía hacer un escándalo, solo lo mire a los ojos y entre mis labios casi cerrados le dije maldito puerco. Voltee hacia el stand Rubén y Tomás solo me veían y se sonreían de seguro se divertían de lo que estaba pasando, poco a poco la gente se acercaba a pedirme una foto, propaganda, y entre cada baile sensual atraía la atención de los hombres ese día no sé cuántos pelados me faltaron el respeto, me agarraban mi colita como si les perteneciera.
Ya terminado el evento me dirijo al camerino a cambiarme, habrían pasado unos 15 minutos cuando el toque en mi puerta hacia que centrara mi atención en ella, con voz fuerte le dije adelante, me sorprendí al ver entrar un hombre de unos 60 años con el uniforme de limpieza, se dirigió de forma respetuosa preguntando por la señorita Valery, al escuchar eso le dije que era yo, de la bolsa de su pantalón saco una tarjeta, me dijo que lo habían enviado para darme un mensaje, tome aquella tarje y él se marchó y al leer decía textualmente "hola mamacita estás bien buena, me fascinan tus piernas, tus chichis y tus nalgas y te quiero coger, si estás interesada llama a este número celular, pregunta por T, a partir de hoy soy tu admirador número uno, pero también estas en mis manos, al principio mi reacción fue tirar ese papel e ignorar el mensaje pero lo pensé mejor y recordé en ese momento que había sentido una extraña sensación, aunándole la voz que se me hacía muy conocida, por lo que decidí conservar esa tarjeta la metí a mi bolsa y me fui a cobrar. Ya en la oficina me esperaba Rubén con dinero en efectivo y con la nómina junto con las demás edecanes, cuando firme la relación de pago Tomás me dijo que me esperara que me quería ir a dejar y de ser posible a tomar unas copas, al principio pensé que no habría problema, pero a la mente llego aquel episodio en el que me estaba magreando antes de iniciar el evento, como pude salí de la oficina sigilosamente, sin que nadie se percatara de mi ausencia.
Rumbo a la casa no podía olvidar aquel mensaje que me inquietaba, de quien se trataba aquel recado, quise marcarle al número que me había dejado en la tarjeta pero para mí mala fortuna no tenía saldo, así que seguí mi trayecto a casa. Al llegar note que todo se encontraba apagado, era extraño pues mis hermanos siempre estaban a esa hora, pero bueno situación que no tome detalle me dirigí a mi habitación y escogí un shorcito y una blusita y una tanguita y me fui a bañar, me seque bien y me dispuse a dormir no sé qué me pasaba pero aquel envío me inquietaba demasiado, escuche ruidos y al ver la luz en la cochera por lógica pensé que eran mis hermanos, como eso de las 2:00 am me desperté y sin más me dirigí a la sala y tome el teléfono. Marqué el número del mensaje y me contestó una voz ronca, áspera y aguardentosa, me identifiqué como la edecán del mensaje y la voz me dijo "hola mamacita que bueno que llamaste", te estaba esperando, le pregunte quien era, me contesto que era un admirador y que desde hoy cumpliría todo lo que me pidiera, que me tenía en sus manos, o preferiría que mi familia en especial mis padres se enteraran del acontecimiento del día de hoy, trate de hacerme la tonta, al grado de decirle que me confundía, pero el muy cabron me hizo mención de cuando Rubén y Tomás me manosearon y del adolescente que me había recorrido el canalillo de mis nalgas, no lo podía creer, para finalizar volvió hacer hincapié que estaba en sus manos y que solo siguiera instrucciones y que le diera mi numero celular, ese día sin más colgué y me fui a dormir pensando en todo aquello.
Por la mañana me fui como si nada a la escuela todo transcurría de maravilla hasta que el prefecto me fue a sacar del salón y me entrego un paquete algo pequeño que lo habían dejado para mí, deduje que se trataba de un cd, me extraño eso porque no tenía ningún trabajo y no se me había olvidado nada, le pregunte que quien había sido, pero solo contesto que un joven de unos 18 años había dejado el cd, de regreso a casa apresurada por saber qué era eso, inmediatamente me dirigí a mi cuarto encendí la lap y puse mi contraseña metí el disco que era un formato dvd y vaya sorpresa cuando empezó a correr el video sin duda me tenía en sus manos el video era mío con todo lo que había pasado en el evento, al final en forma de texto me daba el número de celular y me pedía que le enviara mensaje y esperara instrucciones, atónica me quede en la cama no sabía si llorar o que hacer, no quería un escándalo, y por la tarde había decidido mandar el mensaje, por la noche me contesto que estuviera pendiente para que hiciera lo que él quería.