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Julio, mi jefe y amante
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Tiempo de lectura: 14 minutos

Hola, soy María, espero les guste algunas historias que me han sucedido, a mi marido le encanta el saber de mis infidelidades, a ver qué opinan ustedes.

Soy una chica morena de cabellos castaños, mis senos son normales ni grandes ni pequeños, tengo una cintura pequeña y lo que más les llama la atención a los hombres son mis nalgas y mis piernas, me cuido mucho de conservarlas duras y en forma.

Todo empezó al cumplir yo los 18 años, ese día hable con mi padre y le pedí que me consiguiera un trabajo para tener para mis gastos y comprarme mis cosas, creo que ese es el sueño de todos, mi padre me prometió que hablaría con algunos de sus amigos para ver si alguno de ellos me aceptaba en alguna de sus empresas, me dijo que los llamaría y les pediría ese favor.

A todo esto mi padre es un conocido cirujano y tiene un círculo de amigos de lo más exclusivo así que el conseguirme trabajo no sería un problema para él.

A las dos semanas me llamo un día a casa y me dijo, “vente a mi consultorio que he quedado en ir a comer con un amigo de los que te hable él tiene una empresa dedicada al sector inmobiliario”.

—Ok papi voy volando para allá —contesté.

Al llegar me presento a dicho amigo su nombre era Julio, era un hombre de unos 54 años de pelo cano y de 1.78 de estatura, no era muy atlético pues tenía una barriga un poco prominente, eso sí vestía pulcramente y se notaba que era muy educado y amable. De inmediato me trato como a una hija y me dijo que me ayudaría en lo que pudiese y que si yo quería empezaría de inmediato a trabajar con él.

Yo estaba en las nubes de un momento a otro tenia trabajo y el sueldo que me prometió era muy bueno para una chica de mi edad era magnifico.

Empecé a trabajar con él y todo iba de maravillas, los compañeros eran excelentes y de inmediato me hice de amigos, Julio era muy bueno yo lo trataba con respeto por su edad, le decía Don Julio a lo que él siempre se reía y me decía “no me digas don que parece que tratases con tu abuelo”, yo le contestaba que no podía decirle de otra manera pues le respetaba mucho y no podía tutearlo, él se volteaba y se iba caminando a su oficina riéndose.

Por esa época conocí a Luis y comenzamos a salir, luego nos hicimos novios y viví uno de los años más maravillosos, tenía un novio guapo y un trabajo en el que me sentía valorada y querida por todos, luego de unos 3 años decidimos casarnos. Al principio mis padres y los de Luis se oponían pero luego lo aceptaron, Don Julio se puso muy triste y me decía que no sea tonta y que disfrute mi juventud, creo que al final me case con Luis por capricho, bueno esa es otra historia.

Al casarnos las cosas cambiaron, las responsabilidades se hicieron enormes y lo que ganaba Luis no era mucho, y lo mío no alcanzaba para mantener la casa, así que siempre estábamos pidiéndole dinero prestado a nuestros padres o adelantos en mi trabajo, creo que ese fue el error que nos llevó a vivir todo lo que vivimos después.

Luis se acostumbró a que yo llevase el dinero a casa y poco a poco Don Julio comenzó a darse cuenta de mis necesidades, el como siempre se portaba de maravillas, si había que adelantarme el sueldo lo hacía sin decir nada, cosa que hacíamos casi todos los meses pues no llegábamos a fin de mes. Yo le pedía a mi marido el que se buscase otro trabajo pero era muy difícil pues por esa época estaba estudiando así que no podía conseguir algo bueno.

Además siempre bromeaba y me decía “pídele a tu viejito que te adelante algo de dinero” y se reía, yo poco a poco me iba cansando de esto. Pero siempre llegábamos a lo mismo.

Hasta que un día paso algo que no esperábamos, nos llegó una carta del banco pidiéndonos el pago de una deuda contraída hace algunos meses y que si no la pagábamos en el transcurso de la semana nos embargarían. Luis me espero con la noticia estaba nervioso y no sabía qué hacer, me dijo que era demasiado dinero pues los intereses se habían triplicado y que no podríamos pagar, hasta que me miro y me dice, “amor vas a tener que pedirle al viejo de tu jefe, es la única solución sino estamos muertos” yo al principio me negué pues la cifra era más de lo que nunca me habían adelantado, pero al final comprendí que no había otra salida.

Así que al día siguiente al salir a trabajar trate de calmar a mi marido, no te preocupes, le dije, si logro que me preste te llamo y te tranquilizo, me dio un beso y se quedó ahí de pie con la mirada asustada.

Llegue a la oficina y tenía muchísima vergüenza de abordar a mi jefe así que me quede en mi escritorio todo el día ni salí a tomar un café ni nada, todos los chicos salieron al refrigerio y yo me quede sola pensando en cómo decírselo, no paso mucho tiempo hasta que don Julio salió de su oficina y como cada mañana se acercó a mí y me pregunto qué tal estaban las cosas,” no muy bien” le conteste, me miro y me pidió que le acompañara a su oficina, me senté y le conté lo del embargo y todas esas cosas, empezó a decirme muchas cosas, yo de la vergüenza casi ni le escuchaba, al final se me aproximo me tomo de los hombros y me dijo:

—María yo te quiero muchísimo y no quiero que sufras, cuenta con ese dinero te quiero mucho para verte sufrir así.

—Gracias —le conteste, me sentía avergonzada de todo esto.

—Mira es muy tarde para sacar dinero del banco así que vamos a hacer una cosa, al salir del trabajo me esperas y nos vamos a mi casa ahí saco el dinero y te lo doy así mañana temprano lo depositas y asunto arreglado.

En ese momento me sentí más tranquila,

—Ok don Julio a la salida lo espero no se preocupe por la hora tárdese lo que necesite, tengo mucho tiempo.

Llame a Luis y le conté lo sucedido, se alegró “ya ves eres una tonta ese viejo es como nuestro banco” dijo y se rio, yo me sentí mal, pero bueno quedamos en que más tarde lo llamaría cuando tuviese el dinero en las manos.

Pasaron las horas y al fin Don Julio salió de la oficina.

—Perdóname hija —me dijo— se me paso el tiempo volando es muy tarde, no te preocupes que nos vamos a casa y te doy el dinero.

Salimos del edificio y nos dirigimos a su coche, salimos hacia su casa, luego de conducir por un rato me miro y me dice:

—María no se tu pero yo me muero de hambre, porque no me dejas que te invite a cenar y luego ya te doy eso.

Me fastidio un poco pues estaba apurada pero no tenía otra opción ese hombre estaba a punto de salvarnos de un embargo dándonos una cantidad de dinero que no nos lo prestaría nadie ni siquiera nuestros padres los cuales ya estaban cansados de darnos esas ayudas.

—como usted quiera conteste.

—perfecto, conozco un sitio donde hacen una comida deliciosa.

El restaurante era de primera un sitio hermoso, me sentía rara en un sitio así con alguien que no era mi marido, además él no se podía dar el gusto de pagarme una cena en un sitio así.

Antes de cenar le pedí que me dejase el ir al servicio, dentro de este llame a Luis.

“Hola, mira amor estoy con Don Julio y con la gente del trabajo, resulta que nos invitó a cenar y vamos a demorar un poquito”, yo misma me sorprendí al escucharme decir esa mentira, pensé que no le gustaría el saber que estaba a solas con mi jefe cenando a la luz de las velas.

Su respuesta fue “ya te dio el dinero”.

“No todavía no me lo da creo que al terminar la cena vamos a ir con Carla (la otra secretaria a su casa y me lo da, luego con ella nos vamos a acompañar” volví a mentir.

“Ok amor te espero” dijo Luis.

Regrese a la mesa, él ya había pedido.

—disculpa que haya pedido por ti —me dijo yo sonreí en verdad me hubiera puesto en un aprieto eran platos raros y no hubiese sabido que pedir.

La cena fue encantadora, a pesar de trabajar tanto tiempo con él nunca nos habíamos puesto a conversar como esa noche, me sentía muy bien en compañía de él, y el al final la cena me confeso que lo había pasado de maravillas conmigo, era ya un poco tarde casi las 11pm y fuimos a casa de él. Era una mansión lindísima, grandes jardines y muy bien cuidada, entramos me condujo al salón, era hermoso unos muebles comodísimos y bellos la decoración era de primera, le dije que me encantaba su casa, me miro y me dijo:

—algún día tendrás una casa así estoy seguro de eso eres una chica muy emprendedora y tu belleza te abrirá mil puertas. Ahora discúlpame un momento te voy a servir una copa de vino y me iré a mi habitación a sacar este traje, busco tu dinero y te lo traigo, es que estoy muy incómodo con la corbata y todo esto.

Me quede sola por unos minutos la verdad es que ya me estaba poniendo nerviosa era tarde y Luis seguramente estaría intranquilo. Estaba pensando en esto cuando sentí que Don Julio entraba en la habitación, estaba vestido de una forma más casual, me extraño pues siempre lo había visto de traje y ahora lo veía como una persona normal con la que te cruzas en la calle.

Me entrego un sobre con el dinero que le había pedido, lo tome y solo me quedo decirle

—gracias don Julio no sé qué haría sin usted.

—no seas tonta no me agradezcas nada, el verte tranquila es mi felicidad —dijo el— Antes de irte tomemos una copa más de vino.

—es muy tarde, mi marido debe de estar nervioso, le dije que llegaría temprano y son casi las 12 PM.

Se quedó mirándome y me dijo:

—María solo te pido que te quedes un momento tomamos un par de copas y si quieres yo mismo te llevo a tu casa.

A regañadientes y fingiendo tranquilidad acepte. Comenzamos a beber al final se nos pasó la hora y eran ya casi la 1am, todo este tiempo él estaba sentado al frente mío yo solo miraba el reloj disimuladamente y el no paraba de hablar, en una de esas le dije:

—Mire don Julio me tengo que ir si no voy a tener un problema en casa.

Entonces me dijo algo que me dejo sin repuesta…

—María te voy a proponer algo, no quiero que lo tomes a mal si no quieres no pasa nada, sé que este dinero no me lo vas a poder pagar además aunque lo hagas siempre me tendrás que seguir pidiendo adelantos y no está bien visto en la oficina que lo haga, el trato que te propongo es el siguiente, si te quedas esta noche conmigo acá en casa te regalo el dinero, prometo no hacer nada malo solo quiero el conversar con alguien hace mucho que nadie me escucha ni sale conmigo como hoy día hemos hecho tu y yo, el dinero no es nada para mí, en cambio tu amistad es mi tesoro.

No supe que decir, pero me acorde de las deudas y de los malos momentos que pasábamos en casa, además él no me pedía nada malo solo quería un poco de compañía.

—Dime que sí, no seas malita —decía como un niño en busca de un dulce que no le quieren dar— anda di que sí te prometo que lo pasaremos bien tengo mil cosas que contarte.

Sin más y después de pensarlo fríamente saque de mi bolso el teléfono llame a casa me contesto Luis “que pasa que no vienes” no pasa nada conteste. “ya tienes el dinero o no”, “si ya lo tengo, me dio la cantidad que necesitamos”. Don Julio escuchaba atento la conversación. “qué bueno de buena nos sacó el viejo, vente para acá entonces ya” dijo Luis. “Sabes una cosa es muy tarde y me da miedo el salir a la calle a buscar un taxi ahora estoy en casa de Carla y creo que me voy a quedar a dormir con ella, mañana temprano me paso por el banco y en la tarde voy a casa”.

Al decir esto vi la cara de Don Julio era de alegría y satisfacción, me sentí mal al mentir otra vez a mi marido. Luis comenzó a gritarme cosas pero luego se tranquilizó, “cuidado con salir por ahí con esa tonta de tu amiga” me dijo y colgó.

Guarde el teléfono y Don Julio se puso feliz, ya verás lo bien que lo pasamos, hace mucho que no tenía compañía acá en casa, más tarde te acomodo en una habitación dijo el

Empezamos a conversar de cosas del trabajo y poco a poco fuimos hablando de cosas más personales.

En un momento se quedó mirándome y me dijo:

—María te podría dar un beso, solo uno.

—Creo que eso no está bien además usted prometió el no pasarse conmigo —conteste, me puse de pie y le puse el dinero en la mesa, en ese momento tuve ganas de mandarlo al demonio, me sentí como comprada por él— discúlpeme no volveré a pedirle nada —le dije mientras me dirigía a la puerta, él no me dejo ni andar 5 pasos me tomo de un brazo y me dijo:

—por favor no lo dejes esto no tiene nada que ver —me miro profundamente y musito— no me hagas sentir mal perdóname no te volveré a pedir nada. —Se sentó puso las manos en su cabeza y empezó a llorar— soy un estúpido decía sin parar.

Al verlo así me dio pena, era solo un viejo solitario falto de cariño. Me senté a su lado y le acaricie la cabeza la no paraba de llorar.

—Mira —le dije tuteándolo por primera vez en mi vida— déjate de llorar que no se ve bien en un hombre como tú. —Él no podía dejar de hacerlo entonces levante su cara con mis manos le limpie las lágrimas y le dije— si te doy un beso dejaras de llorar. —El asintió con la cabeza.

—Si me das un beso me harás el hombre más feliz del mundo.

Aproxime mis labios a los suyos y le bese, fue un beso largo y tierno, ahí estaba yo besándome con un hombre de 54 años casi 30 años mayor que yo. Nos quedamos así un momento .entonces el levanto una de sus manos me tomo por la cabeza y me atrajo nuevamente hacia él.

—Solo un beso —dije.

—Dame uno más —contesto

Me beso otra vez esta vez el dominaba la situación, lentamente introdujo su lengua en mi boca, yo solo atinaba a recibir sus beso, saque mi lengua y se la puse en la boca, esto lo excito muchísimo sentí como se ponía a mil, sin querer baje una de mis manos hasta su abdomen y sentí que me encontraba con un bulto enorme que subía desde su entrepierna, él se sintió un poco avergonzado al ver que descubría su erección “hace mucho que no beso a una chica tan bella como tú” yo solo atine a mirar su bulto, era impresionante, pensé que el pantalón le iba a explotar.

Me quede así con mi mano en su abdomen besándolo largamente, me estaba excitando y la situación se me estaba escapando de las manos, la idea de ser follada por un viejo me ponía caliente.

El continuaba chupando mi lengua sin parar, puso la boca al lado de mis orejas y las empezó a morder y besar muy lentamente, me daba pequeños mordiscos en los lóbulos de mis orejas, yo sentía que una corriente de electricidad me pasaba por el cuerpo, no sabía qué hacer, quería parar eso pero la verdad es que me sentía muy bien.

Sentí que sus manos empezaban a tocarme muy suavemente, con muchísimo cuidado abrió los botones de la blusa, me los desabotono uno a uno hasta que me quede solo con el sujetador, en este momento yo ya estaba casi recostada encima del sofá y solo dejaba que el haga lo que le venía en gana, él se dio cuenta de esto y de mi sumisión pues sin perder tiempo quito el broche delantero del sostén y mis senos saltaron hacia adelante, tenía los pezones duros y parados, se volvió loco me comenzó a chupar las tetas de una forma salvaje. Tomaba los dos senos con sus manos y los juntaba tratando de hacer que los pezones estuviesen una al lado del otro y así comenzaba a pasar la lengua por los dos de un solo lengüetazo me mojaba los dos pezones. Yo solo podía hacerle cariño en entre sus cabellos.

Tenía las tetas rojas de tanto que me las chupaba, entonces puse una de mis manos en su paquete , él se quedó quieto me miro y me dio un respiro, se quedó esperando el que yo actuara, cosa que hice de inmediato, desabroche sus pantalones él se puso de pie frente a mí para que se los sacara, al bajárselos quedo marcado su bulto enorme detrás de sus calzoncillos, los tome por el borde y se los baje, ante mi quedo algo digno de ser visto, era un pene de dimensiones increíbles, de largo tenía casi 18cm pienso yo, pero lo increíble era lo gruesa de la polla de este viejo, además al estar totalmente erecta me dejo impresionada, mi marido la tiene grande pero este la tenía casi el doble de gruesa, él se quedó de pie y yo así sentada como estaba introduje con dificultad su pene en mi boca, al principio le daba pequeñas lamidas al glande él se retorcía de placer, luego de darle algunos pasaditas de lengua me lo metí hasta la mitad, tuve que abrir toda la boca pues no me entraba, solo me quedo moverme rítmicamente para pajearlo con mis labios, el muy cabron me tomo de los cabellos y empezó a empujar hacia adentro me tenía atrapada entre su enorme pija y sus manos.

—eres maravillosa, déjame correrme un tu boquita —decía jadeando.

Yo continuaba y sentía como poco a poco las venas del pene se hinchaban cada vez más, los huevos que eran gordos y negros estaban recogidos en la base, estaba un buen ratio así hasta que sentí que se convulsionaba, me comenzó a follar de una manera frenética la boca, no paso mucho hasta que sentí como le salía chorros de semen de la polla, no me moví, comencé a tragársela toda, el casi estaba tambaleando frente a mí, lo ayude a sentarse y comencé a limpiarle con la lengua hasta la última gota de leche enseguida me puse encima de él y le bese “te quiero María, quiero que seas mi mujer para siempre” dijo mirándome fijamente.

—Eso no puede ser estoy casada y quiero a Luis —conteste.

Se puso de pie me tomo en sus brazos y sin decir nada me llevo hasta su dormitorio, me deposito en la cama y sin más me quito el vestido, me quede solo con las bragas puestas, yo que creía que este viejito me iba a aguantar solo un polvo estaba ahí otra vez con la polla parada metiendo su lengua por entra mis piernas, solo mis bragas le separaban de mi sexo, el pasaba la lengua por encima de la tela a la altura de mi vagina esta sensación me hacía botar una cantidad tremenda de líquido pre seminal de mi orificio, tenía las bragas mojadas a causa de eso, el continuaba friccionando, no podía esperar más con una mano puse a un lado las bragas y con la otra le aproxime la cabeza a mi sexo el metió la lengua ahí y creo que a los 10 segundos tuve un primer orgasmo me quede tumbada en la cama disfrutando de esa chupada de vagina, el muy cabron me saco la ropa interior y me levanto un poco las piernas. Ante el quedo mi vagina totalmente lubricada y un poquito más abajo mi ano, el pasaba la lengua por los dos me metía una vez adelante y otra atrás, cuando metía la lengua en el culo trataba de abrirse paso hacia el fondo eso me excitaba demasiado, no me acuerdo pero creo que volví a venirme así.

Julio no se apuraba, total tenía toda la noche para follarme como quisiera, estuvo chupándome mis orificios un buen momento luego se puso a mi altura y sin dejar de mirarme me dijo.

—María, quiero hacerte el amor, quieres tu hacerlo —imagínense me había comido toda me había llenado de leche la boca y me preguntaba como un caballero si me podía follar, solo me quedo darle un beso y decirle “quiero que me la metas y que me lo hagas toda la noche, no pares”.

Me volvió a besar y se puso en posición para poder introducirme esa enorme cosa dentro mío, tome con una mano su miembro y lo guie hasta la puerta de la vagina ahí me la restregué un par de veces para que su miembro supiese donde iba a entrar puse mi mano alrededor de su polla y solo deje que me meta la punta, “ahhh que rica hembra eres, que apretadita la tienes” “tu marido la tiene pequeña” decirme esto le excitaba, solté su miembro y sentí como me lo metía hasta la mitad.

—Despacio no me lo metas de golpe, me puedes hacer daño.

—Si mi amor lo que tú digas despacito me voy a comer tu conchita, está muy chiquita se nota que no te la han comido bien, eres una putita falta de verga —decía.

Estas palabras me ponían a mil  él no se cortaba, poco a poco me la fue metiendo hasta que no quedo un cm. Fuera de mí, ahí empezó a moverse rítmicamente, me sentía en las nubes era una verga riquísima nos dimos la vuelta y quede yo encima, así podía controlar los movimientos comencé a subir y bajar por su pene, cada vez que entraba sentía como las paredes de la vagina se habrían a su paso, a pesar de que Luis me follaba mucho y bien esta verga sentía alguna molestia pues el viejito la tenía más grande de lo normal, continué así, subía y bajaba, luego de unos minutos comencé a follar más rápidamente, sentí que iba a tener otro orgasmo, me moje y me quede un poco mareada encima de ese potro, en cambio el no terminaba quería más y más ahí quizás tuve muchos orgasmos más pues perdí la noción del tiempo y de todo, a partir de ese momento Julio me hizo muchísimas poses, poses que nunca me habían hecho gemía como un animal y cada vez me embestía con más fuerza , la polla estaba hinchada y dura, me puso debajo y me cabalgo a mil por hora, “por favor no termines dentro que me puedes embarazar” le dije. El muy cabron no me escuchaba, te voy a llenar la concha de leche amor gritaba, quiero dejarte mi leche dentro. “no, no dentro no te mojes”.

No había terminado de decir esto cuando sentí litros de leche dentro era como un caballo orinando dentro mío, “ojala tuvieses un hijo mío, te amo chiquita”.

Nos quedamos así echados uno al lado del otro, nos duchamos juntos y me follo otra vez en la ducha, luego tuve que suplicarle el dejarme dormir, “tenemos que trabajar mañana” le dije, él sonrió “María yo soy el dueño, mañana nos quedamos durmiendo acá hasta tarde luego vas al banco y después te dejo en tu casa, no se diga más mañana nos tomamos el día libre” me quede dormida más tranquila.

Al día siguiente me despertó chupándome el culo me sobresalte y me quede quieta haciéndome la dormida, el muy cabron seguía lamiéndome el ano sin parar, con sus manos me masajeaba las nalgas y me daba pequeños mordiscos en ella, otra vez su lengua dentro de mí, no podía más tenia temblores por todos lado , sentí como se paraba se iba a buscar algo y regreso se acostó otra vez a mi lado y con sus dedos me sobaba los pliegues del culo me estaba lubricando para follarme por atrás.

—Que haces —le dije sin mirarlo.

—te voy a comer ese culo precioso que tienes, no puedo dejar que te vayas sin que te lo coma.

La verdad que me gustó la idea, no le dije nada solo apreté mis nalgas contra su cosota, el me tomo con sus manos me puso donde pensaba que era el mejor sitio y sin más me coloco la punta de la polla en la puerta del culo hizo un poco de presión y me la metió me agarre de la cama y grite “ayyy, me vas a matar chiquito”, le dije, el ya no hablaba solo estaba concentrado en comerme.

Otra embestida y tenía ya casi todo dentro, el anillo del culo lo tenía alrededor de su vergota, el viejo en verdad era un toro me imagino que si me pasaba un par de días con él hubiese terminado embarazada y culeada para un largo tiempo.

Comenzó a bombear entraba y salía de mi como un sádico se puso de lado y con las manos me estrujaba las tetas su miembro no tenía problemas en entrar y salir detrás por momentos lo sacaba y lo metía en la vagina para de inmediato regresar al culo, me corrí de inmediato, él me tuvo así casi 20 minutos luego después de casi haberme destrozado el culo se corrió en lo más recóndito de mí, ni me la saco se quedó así abrazado a mi besándome y diciéndome cuanto había deseado esto.

Al final de la mañana fuimos al banco y luego me llevo a casa, me dio un beso y me dijo que me amaba y que quería repetirlo pronto, entre a casa y me duche al rato llego Luis y follamos como hace mucho no lo hacíamos, le conté lo sucedido y se excito mucho lo hicimos varias veces esa tarde, esa semana fue de mucho sexo, creo que el imaginarme follada por ese viejo le ponía a cien por hora, después de esto no volvimos a tener problemas económicos durante casi 4 años Julio nos dio lo que necesitábamos y ya me encargaba yo de pagarle. Luego Luis encontró un buen trabajo y yo renuncie al mío, eso si nunca deje de ver a Julio es más, creo que nunca lo dejare de ver.

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