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Una sorpresa agradable al llegar a casa
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Tiempo de lectura: 2 minutos

Esa noche me marche a trabajar, al rato de comenzar mi jornada laboral empecé a sentirme mal y me marché a mi domicilio.

Cuando llegué al mismo, abrí la puerta lo más despacio posible, no quería despertar a mi mujer. Subí las escaleras tras desplazarme en la entrada para ir a mi dormitorio, al llegar a mitad de las escaleras escuché unos leves gemidos mezclados con el ruido de la televisión, acelere mi ascenso y de forma sigilosa me asomé al dormitorio, cuál fue mi sorpresa al ver como Sara que así se llama mi mujer, se encontraba con una mano acariciándose sus pequeños pero bien puestos pechos, y la otra la tenía acariciándose sus labios vaginales, tras la sorpresa inicial decidí seguir observando, mi excitación estación a máxima, cuantas veces le habría pedido que se masturbara cuando estuviera yo trabajando, que lo grabará y me mandara el vídeo.

Ella seguía a lo suyo, se notaba que estaba muy caliente, dejó de amasar sus tetas y mientras con una mano abría los pliegues de su coño con la otra introducía dos dedos en su interior, primero despacio para ir aumentando el ritmo. Su coño brillaba a causa de su humedad, sus ojos cerrados y mordiéndose el labio inferior, se notaba que estaba gozando, volvió a subir su mano derecha para restregar los jugos que había recogido con sus dedos del interior de su ser por sus pezones, dejándolos también húmedos. Con la mano izquierda comenzó a acariciar su clítoris de forma circular, ya tenía mojados hasta el interior de sus muslos, se notaba en su cara la proximidad de un orgasmo, inclino la cabeza y sacando su lengua y elevando con la mano sus pechos lámina sus pezones, le quedaba segundos para llegar al éxtasis, sus dedos castigaba su clítoris y de vez en cuando se los introducía para humedecerlos, esta acción la fue alternando hasta que el aumento de sus gemidos y ver como arqueaba su espalda anunció su orgasmo, tuvo varios espasmos y quedó rendida en la cama recuperando el aliento.

En ese mismo momento entre en el dormitorio, totalmente desnudo y con mi polla dura y en su máxima expresión, mi mujer al verme puso cara mezcla de Vergüenza y sorpresa, me acerqué a ella y tras besarla me tumbar junto a ella, el olor a sexo impregnada la cama, intentó darme explicaciones pero la interrumpí con un nuevo beso, proseguí bajando por su cuello hasta sus pechos, los lamí, bese y sabores el líquido de su intimidad que anteriormente ella se había esparcido por las mismas, luego seguí mi recorrido hasta su entrepierna, el olor era intenso, me encantaba ese aroma, saque mi lengua y comencé muy despacio a recoger el resultado de su excitación, la anterior y la que estaba sintiendo ahora. Estuve un buen rato saboreando y comiéndose su coño, hasta que note que estaba otra vez a punto de llegar al clímax, me coloqué de rodillas entre sus piernas, las levante hasta mis hombros y de forma brusca le metí mi miembro hasta que mis huevos chocaron contra su culo, a Sara se le escapó un fuerte gemido al que siguieron más al ritmo de mis embestidas, Yo estaba a punto de correrme y al notar que ella estaba ya también llegando al orgasmo me vine en los más profundo de su interior, me derrumbe encima suya y así abrazados nos quedamos dormidos.

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