Esta historia es real, me paso hace unos años con la mama de mi mejor amigo.
Debería empezar diciendo que esta es una familia muy fea, la verdad que ninguno de sus integrantes es atractivo, pero la mama, a pesar de ser fea tiene un cuerpazo impresionante. Tal vez es un poco baja, 1.55 de estatura, pero sus senos serán de una talla 36b y unas caderas realmente grandes. Yo solía ir a su casa desde niño, desde esa época recuerdo las miradas nada santas que esta señora me daba. Conforme fue pasando el tiempo yo fui creciendo, me fui poniendo más apuesto y de eso me di cuenta pues ya no solo la señora Daniela era la que me miraba, sino también su hija Milena compartía ese gusto de desvestirme con la mirada. Deje de visitar a mi amigo pues me mude, pero el contacto se mantenía por mail. A veces me contaba que las cosas no iban bien por casa, los problemas económicos pero sobre todo el comportamiento libertino de su madre le preocupaba. En más de una oportunidad había llegado borracha a la casa, otras veces llamaba de madrugada pidiendo que la recogiera, las cosas iban de mal en peor.
Un día decidí visitar a mi amigo, aproveche mis vacaciones, así que llegue como a las 10 de la mañana.
– Señora Daniela buenos días
– Hola Ed, como estas, tiempo que no venias
– Lo sé, por eso aproveche mis vacaciones para venir a ver a Juan
– Él ha salido, está trabajando desde hace unos días
– Que gusto, y su hija?
– Esta en el instituto… pero pasa, no te quedes afuera
– Gracias
Cuando abrió la puerta por completo pude ver que estaba escasamente vestida, un polo blanco transparente, un sostén que le cubría pequeña parte de sus senos, un pantalón cortito transparente, como esos que usan los futbolistas, que me permitía ver un calzón amarillo que llevaba debajo. Pasamos y nos sentamos en su sala y nos pusimos a conversar
– Terminaste la universidad
– Sí, estoy trabajando en el Dpto. legal de un banco
– Que bien, debes estar ganando buen dinero
– Lo suficiente, tengo mi apartamento propio y mi auto
– Que suerte, Juan apenas gana para sobrevivir
– Yo empecé igual, pero gracias a mi trabajo ya me puedo dar mis lujos
– Te debes dar la gran vida, mujeres, buena ropa, fiestas…
– Ni crea, no soy muy amante de las juergas
– Y de las mujeres?
En ese momento me di cuenta adonde quería llegar, tenía dos opciones, o seguirle el juego o terminarla de una vez, así que decidí seguirla…
– Prefiero las mujeres mayores
– Ah sí, por qué?
– Las veo más atractivas, más interesantes, más seguras de lo que quieren
– De que edad te gustan?
– Mayores de 40
– Uy… que suerte, yo tengo 45
– Jajaja, pero usted es casada y es la mama de mi mejor amigo
– Si pues, que mala suerte
Después de eso, se fue a la cocina y trajo unos refrescos, parece que estaba planeado pues fingió resbalarse y los tiro sobre mis pantalones
– Uy discúlpame, que tonta soy
– No se preocupe, eso se limpia
– Tenemos que quitar la mancha ahora mismo, quítate los pantalones
– Tráigame una toalla
– Anda quitándotelos mientras la traigo
Me saque los pantalones quedando en calzoncillos, entra a la sala y en lugar de darme la toalla se queda mirándome y me dice:
– Seguro que por ser la mama de tu amigo no te fijarías en mí?
– Perdón…
– No te gustaría hacerme tuya en este momento?
-…
Se acercó hasta donde estaba parado, empezó a tocar mi pene que por cierto ya estaba erecto desde hace un buen rato, se arrodillo delante de mí y me dijo:
– Te la chupo?
Sin decirle nada bajo mi calzoncillo, y empezó… primero a olerla, de arriba hacia abajo, pasaba su lengua por la cabeza de mi pene, por luego termino metiendo todo mi pene en su boca. Lo chupaba como loca, sin parar, parecía que hacía tiempo no probaba una buena verga. Estuvo así un buen tiempo, como yo estaba sin sexo desde hacía un buen tiempo no me pude controlar y solté toda mi leche en su boca. Levanto su mirada y se sonrió, era la primera vez que veía en vivo y en directo chorrear semen de la boca de una mujer, tal como se veía en las películas. Sin dudarlo se tragó el semen, y lo demás lo recogió con sus dedos y se lo metió a la boca.
Me llevo a su dormitorio, se empezó a quitar la ropa…
– Ponte unas pantys
– Que?
– Ponte unas pantys de color negro y zapatos de taco…
– Por qué?
– Siempre he querido tirarme a una señora vestida así
Abrió sus cajones y saco las medias, se puso los zapatos y empezamos otra vez. Esta vez la eche en su cama, le abrí las piernas y le empecé a lamer su concha, estaba riquísima, no se la había rasurado, le hice la sopa por un buen tiempo, cuando ya estaba erecto otra vez, sin decirle nada se la metí de golpe, soltó un grito de dolor y placer. La estuve penetrando un buen rato, yo encima, luego cambiamos de posición, de perrito; luego me acosté y ella se sentó encima mío, primero mirando hacia mí, luego mirando hacia el otro lado. La volví a recostar, levante sus piernas y se la metí otra vez pero con más fuerza, gritaba como si fuera virgen, se quejaba… me duele, me duele… hasta que eyacule dentro de ella, fue un gran chorro de leche, se puso de pie inmediatamente, hizo un movimiento y la leche salió de su vagina. Nos recostamos los dos, conversando..
– Pensaste alguna vez que cacharías conmigo?
– Desde hace años te deseo
– Yo también
– Me acuerdo cuando venía a buscar a Juan, te veía y me excitaba, sentía tus miradas pero no sabía cómo decirte que te deseaba
Mientras conversábamos ella me masturbaba, le pedí que mejor lo hiciera con los pies
– Si, desde chico me gustabas, eres muy guapo
– Desde niño me masturbaba por ti, pensando que te hacia el amor
– De verdad… cuanta leche habrás derramado por mí?
– Por eso ahora tienes que tomarte toda la leche que salga ok?
– Si, uy… ya se te paro otra vez… quieres meterla por atrás?
– Si, tienes un culo bien grande, te han dado por atrás antes?
– Una vez, mi marido, pero ese idiota la tiene muy chica, me dolió un poco pero me acostumbre a su tamaño, la tuya es más grande y más gruesa, así que quiero sentirla por atrás
– Y has cachado con alguien más?
– Si, con un par de amigos, pero una vez nada más y no hubo nada de mamadas ni por atrás, fue algo rápido y con condón
– Y porque a mi permites hacértelo sin condón y por atrás?
– Tu eres distinto, y me gustaría que no sea solo esta vez, me prometes que volverás?
– Te lo prometo… ahora voltéate para meterla
Se puso de rodillas, tenía frente a mi todo ese trasero que había sido mi obsesión, empecé a sobarle el ano, le eche una cremita y sobaba y sobaba, metí un dedo, luego el más grande, lo metí todo, cuando me di cuenta ya estaba dilatado para metérsela.
Puse la punta de mi pene en su ano, empecé a girarlo despacio, apreté un poco y entro la cabecita con dificultad, ella se quejó un poco, después de intentar un rato empezó a entrar el resto, cuando ya habían entrado unos 5 cm la tarea se hizo más fácil, tome aire y se la empuje todita, entraron más o menos 14 cm de los 17 que tengo, la vieja empezó a gemir de dolor, me acerque a ella y vi unas lágrimas salir de sus ojos. La saque para que descansara un poco, cuando la saque me sorprendí al ver ese espectáculo… su culo abierto con un orificio negro, estuvo así un rato, después se cerró. Descanso y volvimos a lo mismo, trabajarle el ano, esta vez más despacio, metía… metía… y hasta que entro la mayor parte de mi picha. Estuve un buen rato así, es delicioso pues el ano es más estrecho y aprieta más. Metía y la sacaba con dificultad, un buen rato hasta que me corrí dentro de ella. Esta vez no pudo repetir lo de pararse u botar el semen.
– Te dolió?
– Un poco
– Sorry, no fue mi intención
– No te preocupes, me gusto
– Que hora es?
– Creo que la una, uy… mi hija llega a la 1 y 30
– Entonces me tengo que ir
– Si, vete
Me puse de pie y me vestí, no sin antes pedirle una mamada de despedida, me mando a lavármela pues mi pene olía a excremento, me contó que antes de que yo llegara estaba en el baño, me la lavo y me la chupo en el baño, quise penetrarla otra vez, pero no me dejo.
Me fui y ahora, dos años después, quisiera volverla a ver, espero que no esté amarga conmigo, pues así como llegue, me fui, sin decirle nada.