Solo quería decirte que eres el único para mí…
Pensaba que había ciertas cosas que solo ocurrían en las películas, y que yo nunca sería la protagonista de una de esas historias. Y cosas que tiene la vida, al final la película ha sido mi realidad diaria, durante años, y no me arrepiento, he vivido por y para esos momentos.
Recuerdo muchos de ellos, recuerdo una comida al fondo de un bar, recuerdo su mano acariciando la mía, recuerdo su mirada. Las ganas locas de levantarme de la silla para darle un beso y saber que no podía hacerlo. Quizás eso me excitaba más, esa cosa de querer y no poder, esa angustia que hacía que mis pezones se pusieran en alerta y que mis bragas se llenaran de humedad con solo su mirada. Todas las horas que vinieron después, en el trabajo, totalmente empapada, deseando llegar a casa para poder pensar en él, en su olor, en su sudor, en él entero. Nunca había tenido esa sensación. Quiero mezclarme con su sudor, tener cada poro de su piel pegado a mí. Es eso lo que él me provoca, es como un imán para mí, cuando le tengo cerca no puedo dejar de pensar en otra cosa que no sea acariciarle, exprimirle hasta la última gota.
También recuerdo haberme puesto sus calzoncillos, recuerdo que me los dejó en el baño del trabajo. Fue rozar esos calzoncillos con mi coño y excitarme al máximo. A partir de ahí no pude trabajar más, no podía dejar de pensar en correrme para él, me lo imaginaba mirándome a los ojos mientras me follaba, yo sentada en una de esas mesas de la oficina, el metiéndomela hasta correrse susurrándome al oído que me quiere. Recuerdo haberme masturbado al llegar a casa y haber untado mi coñito en aquellos calzoncillos, solo para dárselos después. Recuerdo su sorpresa al ver lo mojados que estaban. Le adoro.
Recuerdo todas las veces que le he chupado la polla en las escaleras de nuestra oficina, de la que era nuestra oficina, como se la he lamido impaciente por oírle jadear. Recuerdo el día que se corrió en aquellas escaleras, siempre alerta pendientes de que apareciera alguien. Me encanta mirarle mientras le masturbo, me encanta mirarle en general.
Y aquella vez que nos quedamos solos en la oficina. ¿La recordará? Le hubiese follado entero.
Solo quería decirte que eres sexo para mí, y del bueno, sexo con amor.