Pasaban los días y como siempre Doña Elvira hervía de deseo por su vecina, no verla la desesperaba. Hasta que finalmente una tarde la vio en el jardín, tomando sol y se apuró a llegar hasta el muro que separaba ambas casas.
"Hola nena como estas?" pregunto Doña Elvira a lo que su vecina contesto "Bien y Usted como esta Doña Elvira?"
"Deseando verte" contesto sin contenerse la excitada mujer, sabiendo que la tía de la chica generalmente no estaba a esa hora.
"Estaba deseando verme? quiere que vaya un ratito a su casa" pregunto la muchacha con voz suave y provocadora. "Si, nena, la última vez me dejaste con muchas ganas" dijo Doña Elvira que estaba caliente solo con ver esa impresionante nena. La chica estaba tomando sol sin corpiño y solo verle las tetas jóvenes y duras enloquecía a la mujer que se babeaba sin control.
"Bueno, voy un ratito" y agrego "Sabe Doña Elvira que encontré en el ropero el uniforme del cole que usaba y me lo probé, quiere que me lo ponga así me dice que le parece'".
"Si nena, te debe quedar lindo el uniforme, ponételo que te espero" dijo la afiebrada mujer, en el colmo de la excitación que sentía por esa pendeja infernal.
Al cabo de unos minutos apareció Marielena ataviada con su uniforme escolar y la visión casi provoca un infarto a Doña Elvira. Su pollera a cuadros apenas le llegaba a medio muslo y completaba el atuendo con una blusa blanca y corbata a cuadros. Estaba descalza sobre el césped y así paso por el murito que llevaba a la casa de Doña Elvira… Le dijo provocativamente "la pollera me queda un poco cortita pero todavía me entra. Le gusta Doña Elvira?"
La afiebrada mujer la tomo de un brazo y la llevo al interior de su casa, tratando de controlarse para no abalanzarse sobre esa diosa y cubrirla a besos antes de entrar. La llevo directamente al dormitorio. Marielena se daba cuenta de la calentura terrible de su vecina y que se le iba a tirar encima como un animal en celo.
Para provocarla aún más, con picardía y voz sensual la chica volvió a decirle "le gusta cómo me queda el uniforme Doña Elvira".
"Como me calentas nena te voy a chupar toda", la tomo por la cintura y se apretó junto a ella besándola en la boca a lo que respondía Marielena, que se empezaba a mojar sabiendo por anticipado el disfrute que le iba a proporcionar su caliente vecina.
La mujer subió sus manos hasta atrapar con cada una los preciosos senos de la joven y se los empezó a apretar, la chica le pregunto con voz sensual "le gustan mis tetas Doña Elvira". Por toda respuesta la mujer le paso la lengua por el cuello provocando sensaciones deliciosas en la muchacha. Doña Elvira busco con avidez los pezones de Marielena y empezó a chupárselos con locura mientras le desprendía la blusa y se la quitaba junto con su corbata.
Doña Elvira quiso ver al monumento que tenía enfrente y dejo de chuponearla para mirarla: la chica estaba solo vestida con su corta pollera, sus piernas espectaculares desnudas y entonces puso a la chica de espaldas, le paso las manos por debajo de los brazos y reanudo su manoseo de tetas mientras la besuqueaba y lamia en el cuello y hombros. Se pegó a Marielena y se frotaba contra las nalgas de la chica. Marielena se dejaba llevar en esa vorágine, siendo totalmente consciente que era el objeto de deseo de esa mujer y como tal, se dejaba hacer de todo en forma pasiva.
Doña Elvira estimulaba los pezones de su vecina y los ponía duros y con las manos abiertas agarraba y amasaba los monumentales pechos de esa pendeja mientras se seguía frotando contra la dura cola de Marielena. Decidió sacarle la pollera y de un tirón se la quitó, admirando la espectacular cola y le apretó las duras nalgas. No aguantando más la brutal calentura que tenía, la llevo a la cama , la puso boca abajo y empezó a chuparle las piernas, subiendo por sus muslos mientras Marielena gemía y suspiraba de placer, llego a su cola y la beso y chupo metiéndole la lengua entre las dos nalgas y busco su culo chupándolo y queriendo penetrarlo, siguió hasta su empapada concha y la lamio y con su lengua estimulo el clítoris y un brutal orgasmo hizo vibrar a la chica mientras la mujer se subía sobre la chica y frotaba su mojada concha contra las nalgas de Mariaelena hasta que sintió llegar un terrible orgasmo y luego cayo derrumbada al lado de su querida y deseada vecina. Quedaron así por un rato, luego Marielena se levantó, busco sus ropas y se despidió diciendo "Hasta mañana Doña Elvira, me gustó mucho" y dejo a Doña Elvira con una expresión feliz en su rostro además del olor y sabor de esa rica pendeja en su boca.