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Victoria, mi jefa
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Tiempo de lectura: 11 minutos

Me llamo Claudio, soy de Argentina y quisiera contar como se volvieron las mujeres maduras mi más grande fetiche sexual.

Hace un tiempo, yo me estaba mudando a la capital, vengo de una ciudad costera y quería empezar la facultad aquí por el tema de las oportunidades y demás, así que con la venia de mis padres, y un poco de ayuda económica de mis abuelos conseguí instalarme en un departamento de dos ambientes en el centro, pero como no me gusta ser un mantenido, y bastante habían hecho por mi decidí buscar un trabajo acorde a mi vocación, que es el derecho, así que siguiendo como sabueso a un primo de mi madre logre contactarme con él y en parte por cariño, la ayuda que le había dado mi abuelo y la casualidad, logre entrar de cadete en una oficina de abogados, uno era Javier, y la otra era Victoria. Una mujer seria formal, parecía casi fría y distante al principio, alta, rubia de ojos claros, en sus treinta y tantos años, siempre de una elegancia impecable, con trajes que resaltan cada una de sus curvas que se adivinan bajo su ropa. Había conocido a Javier a los 22, mientras estudiaba en la facultad, y se habían casado, el tema es que él es mucho mayor así que si ella ahora debe contar con 38, él debe tener 55 o 56, así que la pareja trabajaban juntos desde hace mucho tiempo, tenían un hijo de más o menos mi edad y parecían felices.

Cuando estallo el tema del corralito, la presentación de amparos judiciales se volvió enorme, todos los ahorros retenidos de la gente y los reclamos hacían que hacer trámites judiciales se volviera una tortura, yo que en ese momento estaba de cadete “sirve café –corre, ve y dile” no daba a basto para atender todos los tramites que debía realizar así que empecé a pasar más tiempo con Victoria ya que esta me pasaba a buscar temprano por mi casa para dejarme en las oficinas en las que debía realizar los trámites, y me pasaba a buscar a la hora del almuerzo, si los había finalizado me alcanzaba hasta mi casa y si no se entretenía conmigo para hacerme más leve el tormento.

Así que teníamos una relación bastante buena y a partir de ese tiempo compartido se afianzo, y nos volvimos más apegados, yo en ese ínterin la miraba como la esposa de mi jefe una bonita mujer pero nada más. Hasta que un día me paso a buscar temprano a la mañana para la misma rutina de los últimos días, pero cuando subo al auto noto que ella había estado llorando. Era una imagen desconsoladora, ella que siempre iba con la cabeza en alto, muy segura, verla así con los ojos rojos, aferrada al volante, y con continuos sollozos entrecortados saliendo de esos labios rojos de tanto mordérselos, me dejo destruido. Le ofrecí que manejaría en lugar de ella, y acepto así que me puse al volante y de camino me detuve en un café, me miro y me dijo:

– que haces mira que vamos a llegar tarde!

– no me importa perder una horas más pero vos me vas a decir que te pasa o como mínimo te tomas un café y te despejas. -le dije.

–pero no…

– nada -le conteste- vos no estás bien y no vas quedarte así todo el día, así que bajas conmigo a tomar algo o te lo voy a tener que sacar a la fuerza si? Le dije con mi mejor sonrisa.

– gracias por tratar de ayudarme pero no podes… son problemas con mi marido…

-lo conozco bastante a Javi como para pensar que te haya hecho algo que no se pueda solucionar o que te ponga así? Así que dale contame si?

Entonces sin que me diera tiempo a reaccionar se arrojó sobre mi llorando como una descosida gemía y no articulaba palabras solo gorgoteos que hacían pensar en un animal herido. Cuando logre que se calmara me dijo que la vida con su marido se había vuelto insoportable desde hace unos años que estaba más irascible, y que ella no lo soportaba, estaba celoso todo el tiempo y por más que ella se esforzara en demostrarle amor el solo se ponía peor día a día, cuando le pregunte por qué ella dijo:

– es impotente, desde que se quedó impotente que empezó a tratarme mal, cree que en cualquier momento me voy a ir con otro, o que si me retraso es porque estoy garchando (esta fue la primera grosería que le escuche en años) por ahí, es un idiota… me compro lencería que me gusta y me hace escándalos inauditos, porque dice que son para mis amantes, si el único que la ve es el… y encima por mas provocativa, que me ponga, como no se le para, se enoja más… lo odio…

– pero no hay tratamientos para eso, no fue a un médico?

-Noooo nada de eso -dijo poniendo una voz burlona- él es muy macho como para eso.

– pero vos lo engañas? –Dije.

– Menos!!! Nunca… yo no hago esas cosas… por más que me muera de ganas de que me cojan bien cogida yo no lo haría… esta mi hijo…

Y mientras seguía hablando yo pensaba para mis adentros como sería tenerla para mí, una mujer con todas las letras, tratando de seducirme… qué lindo seria que ella tratara de seducirme a mí como a su esposo impotente… seguro debía portarse como una perra para que se le pare pero él ni bola, si fuera yo en cambio le pegaría el polvo de su vida… hacia bastante que no tenía novia y las duchas frías últimamente se hacían más seguido, pero trate de sacarme la imagen de la cabeza de ella seduciéndome, y seguir con su problema, ella había terminado de hablar y estaba apoyada en mi hombro, entonces me di cuenta que su camisa estaba abierta como siempre pero por primera vez tenía una buena vista de sus pechos… cubiertos por un corpiño de encajes blanco como la nieve… mi pija se empezó a parar de pensar lo hermosos de apretar esas tetas y encontrarme con una mujer dispuesta y caliente, pero no podía ella estaba mal confiaba en mí, y no podía tratar de aprovecharme de la situación, así que disimulando mi incipiente erección, trate de correrla de mi lado mientras le daba una excusa, pero la mala suerte (ahora pienso que fue muy buena) quiso que ella no me escuchara así que cuando me moví ella no me presto atención y cayo, como reflejo apoyo su mano sobre lo que tenía más cerca y eso fue mi pija, yo no sabía cómo reaccionar me quede quieto una décima de segundo en la que ella advirtió mi estado y saco la mano rápidamente,

-si… mejor vamos a la oficina, ya es tarde para ir a tribunales así que mejor venís, además no quiero quedarme sola con el…

Así que arranque el auto lleno de vergüenza y fuimos a la oficina. Ese fue un día horrible cuando llegamos Javier ya había llegado, y por más que se ignoraron no tardaron más de una hora en volver a discutir, yo estaba en mi "oficina" (la cocina del departamento donde ellos tenían las oficinas) y no llegaba a escuchar lo que decían, pero la cosa no parecía arreglarse, a eso de las tres horas de discutir y mi segunda jarra de café, escucho un portazo y luego un silencio. Despacio me acerco a la oficina y la veo a ella con una cara mezcla de triunfo y dolor.

– ya está -fue lo primero que le oí decir- se acabó, me divorcio -cuando reparó que yo estaba allí me dijo– disculpa por el día de mierda que pasaste -entonces me acerque más, la abrace y susurrándole le dije:

– no tenés por que pedir perdón si? La que está mal sos vos… o estabas verdad?

Se medio sonrió y dijo:

– es verdad estaba, me saque este peso de encima -y me apretó fuerte en el abrazo…

Yo no sé qué dijo después mientras sentía como esos pechos redondos y firmes se apretaban contra el mío, y su perfume se metía en mi nariz. Yo soy alto, 1.85, ella que no mide más de 1.7 me estaba exhalando su aliento en mi cuello… no podía mas, su pantalón de tiro bajo mostraba el inicio de una bombacha de encaje que hacia juego con el corpiño. en eso escucho su voz que dice…

-y gracias por lo de esta mañana si? Siempre te lo voy a agradecer… -y me miro de una forma que hizo que mi corazón dejara de funcionar…- pero bueno basta de charla -dijo sonriendo mientras se separaba de mí con algo de resistencia de mi parte- terminamos lo de hoy y nos vamos a casa, ¿sí?

– Está bien cuanto antes nos vayamos a descansar, mejor -así que seguimos un par de horas más.

Cuando se hicieron las 18 terminamos y nos fuimos, ella se ofreció para alcanzarme en el auto, e íbamos charlando animadamente cuando me doy cuenta que en el apuro de salir no había ido al baño y las jarras de café estaban deseando salir, así que le pedí que parara en el bar más cercano, paramos en uno muy lindo en una avenida céntrica, entro con mucho apuro le pregunto al mozo donde estaba el baño, y me contesta

– es solo para clientes.

Entonces le pido una cerveza y que me indique el baño. Cuando terminé salgo y me encuentro con ella sentada en una mesa con mi cerveza. Me acerco y me dice

– ya que la pediste vamos a tomarla.

– bueno… –digo yo y me senté, entonces propuso un brindis, por el divorcio y festejamos mientras se reía

– pero festejar con cerveza no tiene gracia, vamos con algo más fuerte -y se pidió un gin-tonic yo me pedí otra cerveza y empezamos a perder el tiempo a charlar de nuestros planes, que tenía pensado hacer cada uno, lo libre que se sentía esta tarde y seguimos bebiendo, hasta que anocheció.

En eso se da cuenta de la hora y saca su celular para llamar a su casa, lo cual le devolvió un poco la amargura… “están todos bien?” –dijo- “entonces no te preocupes, come, tranquilizate y después vas para allá” “no quiero volver, aunque sea hoy, así que me buscare un hotel o algo” “voy a comer sola” me miro y me dijo -me acompañas a comer?

Acepte con mucho gusto y trataba de pensar como invitarla a mi casa, pero no me atreví. Así que nos quedamos a comer allí unas tapas y seguimos bebiendo, así que la conversación como toda madre con un joven termino en el tema novias, así que le conté mis experiencias y ella se rio, cuando le pregunte por que, ella me dijo que odas mis novias eran unas frígidas (si ya estaba un poco ebria) y me susurro al oído.

– ¿sabes cómo lo convencí a Javier, de ser mi novio? Él era ayudante en la facultad cuando yo estudiaba… le chupe la pija hasta que no pudo negarse a aprobarme la materia ni a nada más… y se rio mientras se llevaba la cerveza a los labios y hacia un pequeño gesto sensual al tomar del pico… paso sus labios por la punta y dejo asomarse la lengua… mi calentura empezó a crecer y me prometí que esta noche cogía con esa hembra… y siguió hablando de lo buena que era ella en la cama y como se iba a descontrolar ahora que era soltera y la lencería que se iba a comprar… allí la interrumpí y le dije

-¿para que eso?, si así estas hermosa, la lencería no sirve para nada, las mujeres hermosas como vos siempre son lindas.

-pero una mujer linda en lencería es mucho más sexy, más sugerente, además es lindo tener siempre puesto algo así es más suave, mas no sé… entonces le pregunte

– que tenés algo así puesto ahora?

– claro -aseguro– siempre me pongo lo mejor para mí.

– eso debe ser mentira –le dije.

-te lo juro –respondió.

– A ver -dije poniendo mi mejor cara de pícaro, a lo que ella respondió poniendo los codos en la mesa lo que hizo que sus tetas subieran más y se apretaran una contra otra, y mientras decía

–que calor tengo –con la cara de viciosa de película porno barata se abría un poco la camisa y me mostraba lo que yo ya conocía- touche -dijo mientras se acomodaba de vuelta y miraba mi cara de bobo con una sonrisa felina- sabes una cosa? hoy a la mañana cuando te dije gracias también te lo decía por lo del auto, cuando note que se te había parado me di cuenta que todavía soy una mujer deseable, y que no estoy atada a él, siempre fui una adicta al sexo pero desde que mi marido no me coge no garché mas, y lo estoy necesitando con urgencia, así que me llevas a un hotel así me llamo un taxi-boy… o me das una mano vos -mientras su pie descalzo jugaba con mi entrepierna.

-vamos –le dije levantándome casi de golpe, agarre mi abrigo le deje la cuenta al mozo y mientras ella se reía por mi apuro, salimos a la calle, allí mientras trataba de abrir el auto me tomo del brazo y me dijo

– con calma si? -Y poso sus labios sobre los míos, fue muy suave al principio y luego empezó a jugar con mi lengua, separándose de mi me dijo- besas bien -con una sonrisa– dale maneja vos.

Subimos al auto y cuando arranque para mi casa ella empezó a acariciarme la pija por sobre el pantalón mientras me daba besos de lengua en la oreja y el cuello, yo manejaba como demente zigzagueando para todos lados.

Estacionamos y bajamos apurados, en el ascensor que nos llevaba hasta mi piso me encontré con una vecina que me miro raro pero no dijo nada, ella aprovecho para jugar un poco más con mi pija mientras apoyaba su raja del culo contra mi pija, y hacia movimientos circulares con él, yo sudaba como testigo falso hasta que la vecina se bajó en su piso, apenas quedamos solos, la tome de la nuca y la atraje hacia mí para besarla, me metió la lengua hasta la garganta mientras un poco se colgaba de mí, la tome de la cola divina que tenía y la ayudé entonces quedo casi como si estuviéramos cogiendo de parados con ella colgada. En eso me susurra…

-que pija amor… hace cuanto que no cojo… esta noche recupero el tiempo perdido… me vas a coger bien?

Le respondí metiéndole mi mano en su pantalón y apretando su conchita contra mi pija, dio un gemidito de placer y llegamos a mi piso… abrí la puerta mientras ella desde atrás me acariciaba la pija y me apretaba el culo mientras decía

– ya quisiera yo un culo así de duro y paradito -cuando entramos empezamos a desvestirnos con locura, besándonos el cuerpo sobre la ropa y cada centímetro de piel desnuda cuando quedamos en ropa interior ella se separó de mí y me dijo- mira, no te gusta mi lencería? -con cara de puchero.

– Si –dije- me encanta -mientras trataba de ir hacia ella me empujo sobre el sillón de mi sala mientras decía

– no seas impaciente -entonces empezó a bailar muy sensualmente cada vez acercándose más a donde estaba sentado, hasta quedar entre mis piernas y empezó a bajar hasta quedar casi arrodillada, tomo mi bóxer por el elástico y empezó a bajarlo, cuando tuve que levantar el culo para que saliera deliberadamente empuje mi miembro contra su cara, y ella no lo rechazo lo dejo apoyarse en su mejilla mientras terminaba de quitármelo, cuando quede desnudo ella lo agarro con una mano mientras lo llevaba a su boca y le dio un beso suave, como si besara a un sobrino en la cabeza, yo no podía mas mi erección era fatal, no tenía más sangre en el cuerpo para ponerla así de dura, entonces empezó a pajearme con un movimiento suave- te gustan mis tetas.

– si… –susurre

– entonces acarícialas.

Empecé a acariciar sus pechos por sobre la tela de su sostén, eran hermosas, firmes debían ser un talle 90 o más, con los pezones duros, y grandes por la excitación, las apreté mientras su aliento bañaba mi pija y de golpe la libere de sus sostén diciéndole

–Te compro otro después –rompí la hebilla de adelante y los pechos cayeron por su propio peso pero con firmeza, ella se rio y dijo

– que macho… así me gusta sabes… –entonces empecé a apretar más duro mientras sus gemidos iban subiendo de volumen, la hice levantarse un poco más y le dije

– haceme una paja con esas tetas hermosas.

Ella se tomó los pechos y llevándolos hasta mi palo ardiente lo empezó a masajear con fuerza, se le empezaron a mojar las tetas con mis fluidos y cuando puse mis manos en su cabellera dorada ella me miro y me dijo

– ahora vas a saber que tan buena soy chupando pijas -y me la empezó a mamar como una actriz porno mientras se la ponía entre las tetas, subía y bajaba y cuando mi cabeza asomaba entre esos globos la chupaba como una golosa, en eso le tomo las tetas yo, y mientras las apretaba le digo que se pajee, ella ni lenta ni perezosa llevo sus manos a su concha y empezó a masturbarse, cuando estaba a punto de acabar pare porque me daba cuenta de lo caliente que estaba ella y de que tenía que aprovechar la situación, así que la levante la di vuelta y la puse en cuatro patas en el sillón, ella gemía de gusto y con todo el movimiento para acomodarse nunca dejo de pajearse.

Le baje la bombacha de un tirón y encontré sus suaves labios, estaba toda depilada con un cavado hermoso, así que empecé a comerle la concha con toda mi alma, a lo que ella respondió con alaridos de placer, mientras repetía “haceme acabar, que te cojo todo pendejo, vas a saber qué te pasa por calentarme, te voy a comer esa pija deliciosa”, lo que me ponía a full, en eso cuando me separo de ella para subirme encima ella se separa las nalgas y me dice

– me das tu leche en la conchita? Porque yo me la quiero tomar, así que avísame si? Así te la chupo bien.

Ver a mi jefa, una mujer madura, madre, en cuatro patas pidiéndome que le de la leche en la boca me volvió loco, le acerque la pija, se la pase por los labios para hacérsela desear mientras ella empujaba para atrás, de golpe se la pongo en la entrada y cuando ella se mueve para atrás buscándola, empuje para adelante con todas mis fuerzas.

Ella dio un aullido hermoso de doloroso placer, y empezó a moverse como loca para atrás y adelante, nos movíamos sin ritmo como fonéticos a toda velocidad, así que me afiance sobre su espalda, y la tome de sus pechos mientras seguí moviéndome

– apretarme pendejo, clávame más adentro!!! Ahhh siii aahhhh –gemía sin control- ahhhh siii mi amor!!! Mas, mas, mas, ahhhhh.

Empezó a sudar y sentí como sus jugos se derramaban entre mis piernas, mis bolas hacían un hermoso ruido cuando chocaban contra su cola, y todo estaba transpirado y mojado, seguimos cogiendo en esa posición, hasta que me llevándola conmigo doy una vuelta completa dejándome a mi sentado y ella encima mío, se levantó y dándose vuelta se puso de frente a mí, de la calentura mi pija cuando la quiso volver a meterse se resbalo por su vientre hermoso, la tomo y dijo

– que lindo es una pija dura -y apretándola fuerte la volvió a meter en su concha húmeda, mientras me cabalgaba nos besamos como locos, en la boca los pezones hasta que empezó a gemir con violencia, fuerte y a clavarme sus uñas en la espalda, cerró los ojos con fuerza y empezó un orgasmo delicioso, su concha daba espasmos apretando mi verga mientras con una mano le acariciaba la raya del culo, y la otra le apretaba su seno, entonces apretó los dientes mientras un sonoro gemido huía de su garganta, yo con mi verga todavía dura, seguí moviéndome para alcanzarla y mientras ella se relajaba caída sobre mí, con mi pija moviéndose dentro de ella me dijo al oído “en la boca, acaba en mi boca bebe”. Así que tomándola de las axilas la senté en el sillón, cuando saque mi verga de su concha se derramaron jugos de ella por todo el lugar, y parándome al costado del sillón tome su cabeza y la acerque a mi verga, ella comenzó a succionarme como una aspiradora mientras me acariciaba los testículos y cada tanto le daba una lamida que sentía como un hierro ardiente, se abrazó a mí y me tomo de las nalgas, mientras enredaba yo mis manos en su cabello, empecé a moverme como si cogiera su boca, cada vez más rápido, sentía como ella jugaba con su lengua en mi glande, el tronco, lo chupaba como una experta, y me corrí rugiendo como un león, me salto leche como para alimentar a una docena de gatas ninfómanas, y ella seguí lamiendo tratando de tragarla toda, mientras mi verga se relajaba la seguí chupando, y cuando la dejo bien limpia, tomo su sostén y limpiándose el semen que le había caído en el cuerpo dijo

– lo voy a guardar así, sin lavarlo así me acuerdo de mi primer polvo de soltera.

Ese fue el comienzo de la mejor noche de mi vida y de una amistad muy caliente.

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