Mis vecinas, la mayoría al menos, siempre han sido unas mujeres guapas. Desde chicas de mi edad con las que sin duda tendría una relación sería hasta maduras MILF's con las que tendría más de una aventura.
Al lado de mi casa vivía una mujer de entre unos cuarenta y cincuenta años, era hermosa, su cara angelical, pero de una mujer madura, su culo apretado en buena forma aunque ya muy usado, piernas largas y unas tetas que aunque parecían estar operadas no perdían ese brillo único de unas tetas bonitas.
En el momento en que ocurrió lo que aquí voy a contar ocurrió cuando yo tenía 20 años, paso mucho tiempo antes de que me diera cuenta que desde mi azotea podía ver hacia el patio de la casa de mi vecina, justo donde se encontraba su lavadero y dónde casi siempre a la misma hora ella lavaba los trastes o la ropa en su lavadora.
Fueron gloriosas las tardes en las que podía subir y verla con sus jeans ajustados hasta los tobillos. Mientras la veía ella siempre parecía hacer movimientos extraños con sus piernas o inclinarse sin ninguna razón alzando así su hermoso culo perfecto solo para mí, tal cual como si ella supiera que la estaba viendo, razón por la cual mis fantasía aumentaron y se volvieron mucho mejores aún más por seguir siendo virgen a esa edad y creyendo que una mujer con experiencia como ella podría llegar a quitármela.
Por desgracia o por fortuna, no era por mi que hacia esos movimientos, me costó un poco de trabajo confirmar que los hacía porque llevaba puesto en su vagina un vibrador de aplicación. De esto me di cuenta porque un día en el que había mucho silencio, se escuchaba solo un poco el zumbido del vibrador aún más porque coincidentemente aumentaba cuando ella movía algo en su celular. Conseguí dar con el nombre de la aplicación, me tomo mucho tiempo más averiguar cuál era después de descargar varias, esto lo hice porque leí en internet que esos aparatos no eran tan seguros debido a que cualquiera con la aplicación podría vincularse con el aparato vibrador y así controlarlo.
Di con el correcto y si, el único aparato que se encontraba tan cerca como para vincularse con el era el de ella, así es que es que esperé al otro día para vincularme rápido antes que ella y comenzar con mi juego e increíblemente lo logré sin esfuerzo. Ella pareció no darse cuenta y continuó haciendo lo que siempre hacía, aquel día llevaba puesto unos pantalones de yoga grises, lo suficiente apretados como para mostrar la forma natural de su culo redondo, pero sin apretarlo demasiado.
Ella comenzó con los movimientos de siempre, yo continuaba aumentando poco a poco para averiguar hasta que punto ella llegaba y cuando me di cuenta, no era ni una cuarta parte de la velocidad del vibrador. No me importo y continúe aumentando y aumentando, parecía que ya había pasado su límite porque note que varias veces miro su teléfono y trato de mover algo como si quisiera bajar la velocidad, pero obviamente era inútil. Pude ver de lejos que apagó su teléfono por completo, allí se daría cuenta que no era ella, si no alguien más.
También pude ver que en su vagina comenzaba a notarse un pequeño pedazo mojado. Decidido y sin pensarlo aumente la velocidad al máximo, ella se inclinó demasiado y soltó un grito muy fuerte de placer, su vagina comenzó a echar chorros y chorros de su glorioso líquido, tanto que no tardo nada en poner sus pantalones de yoga de gris claro a gris oscuro y a hacer un charco en el suelo.
Ella continuo gimiendo y gritando de placer mientras se bajaba el pantalón y trato de quitarse unas ricas bragas rosas también ya empapadas por completo. Se las quitó y pude ver el vibrador en el momento en que se lo saco de su vagina aún chorreante, creo que su hormigueo fue tanto que continuo masturbándose después de lanzar el vibrador a un lado, se masturba un rato aun gimiendo muy fuerte en el suelo.
El espectáculo fue tal que olvide en masturbarme para eyacular viéndola a ella, su vagina era hermosa aunque no la alcance a ver muy bien, se veía depilada. Se levantó y se puso los pantalones de yoga empapados, se metió en su casa para cambiarse y eso fue todo lo que pude ver.
Al otro día, ella realizó su misma rutina pero ahora sin el vibrador, el único movimiento que hacía con su culo era cuando tallaba los trastes con fuerza, mientras tanto con continuaba masturbándome mientras la veía, con diferentes jeans, shorts o incluso algunas pijamas sexys, todo eso hasta que encontré otra oportunidad para lograr que al menos mi semen tocara su cuerpo pero esta vez sería arriesgado, pero eso era mi único objetivo por ahora, lograr que al menos mi semen tocara su cuerpo.