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Visitando Singapur (parte 2)
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Después de ese encuentro con Oaki, él se mantuvo algo distante, frío. Su trato conmigo había cambiado. Mi compañero uruguayo notaba ese cambio y me pregunta si le había hecho algo, a lo que obviamente respondí, ¡yo nada!

Faltaban 7 días para volverme a Buenos Aires y dejar esa ciudad que al fin y al cabo tenía cosas que me habían conquistado. Incluso abrí allí una app de citas muy conocida (si bien más que con Oaki, no hice mas nada con nadie) y la mayoría de los usuarios de esa aplicación eran muy similares a él y la gran mayoría regaladísimos. Al menos con perfiles como el mío. La realidad es que no quería irme de esa ciudad sin una última excelente cogida con alguien. Había likeado a un par de perfiles que en caso de mucha calentura, decirles que vengan al hotel.

En mi última semana en esa oficina, ya terminando de poner las cosas en orden, el gerente me habla para que considere en un futuro no muy lejano un probable cambio a esa región. Me comentó que había caído muy bien en el grupo en general, y que había hablado con mis jefes en la regional de Buenos Aires para ver si ellos me otorgarían un probable pase, pero que todo dependía de mi decisión. A lo que manifesté que era una gran oferta, para pensar, que no lo visualizaba en el corto plazo ya que tenía proyectos personales que terminar en Argentina pero que una respuesta le daría pronto.

Durante ese comentario lo veo a Oaki mirando y escuchando la charla desde afuera de la oficina, ya que tenía la puerta abierta y era todo de vidrio y se le había iluminado la cara.

El gerente le pide a Oaki que se ponga a ver conmigo unas últimas traducciones de la seccional en Malasia. Él va a buscar su notebook y junto con un anotador entra a mi oficina y se sienta cerca de la puerta. El gerente sale y cierra la puerta, yo lo miro y le pregunto: ¿estás bien?

A lo que él sonriendo me responde: si, así es.

Si hice algo que te molestó o te pareció inapropiado, primero disculpas, y segundo, no quiero que estés distante conmigo.

Mirando para abajo y sacudiendo sus piernas, y mirando hacia los costados me responde.

Quiero yo disculparme con Ud. porque al fin y al cabo el que se extra limitó con Ud. fui yo. Le pido disculpas. No me pude contener. Por acá no es normal ver un hombre como Ud.

Yo riéndome le respondo: disculpas aceptadas y no te compliques la vida.

¿Sos virgen? ¿Tuviste experiencias con otros hombres?

Poniéndose muy nervioso, baja la cabeza, se ríe y mirando hacia afuera con temor a ser oído me responde: Solo una vez, que le pagué a un acompañante. Quería saber como era el sexo y solo fue eso. Pasó algo mas de un año desde que toque a otro hombre y ese fue Ud.

Yo algo sorprendido siendo que vengo de una ciudad donde es muy fácil conseguir sexo, y ahora estoy en una cultura diferente, con costumbres y valores diferentes.

Le pregunté, ¿quisieras tener una buena noche de sexo conmigo antes de que me vaya?

Abrió los ojos grandes como dos pelotas de tenis y se puso colorado.

Mira hacía los costados y me responde: ¡realmente me gustaría mucho!

Yo sonriendo le dije: Ok, te acordas donde queda mi hotel, igual te paso los datos a través de WhatsApp, no te preocupes pero hacete una buena limpieza y venite esta noche.

Sonreía emocionado y totalmente colorado y apabullado por la noticia. Le temblaban las manos. Yo lo miraba con ternura y calentura. Le pregunté además: ¿usaste alguna lencería femenina?

Él tapándose la boca, riéndose me hace el gesto de que No con la cabeza y le dije: Ok.

Segundos luego, el gerente me toca a la puerta y me pide que vaya a su oficina para una videollamada.

Después de 20 minutos, salgo de su oficina y le aviso que tengo que salir y que vuelvo en máximo media hora. Cerca del edificio donde están las oficinas hay un centro o paseo comercial. Busqué y encontré una tienda de ropa sexy para mujeres. Compré el talle mas chiquito de una tanga blanca con encaje y medias blancas. Realmente Oaki es mini, mide 1.58, debe pesar casi 60 kg es delgado, lampiño, huesudito. Yo 1.84 de altura, peso casi 100 kg, una pierna mía es equivalente a 3 o 4 piernas de él.

Le pedí a la vendedora si podía poner la ropa en una bolsa mas discreta y lo puso en un sobre blanco grande.

Volví rápido a la oficina, pasé por el baño a mear y que se me baje la gomosidad que traía en mi pija desde que compré esa lencería e imaginarme a Oaki con eso puesto.

Lo llamo a mi oficina para terminar la traducción que nos encargaron, saco el sobre y se lo doy diciéndole que me gustaría que eso lo traiga puesto en el encuentro conmigo. Ni siquiera se animó a mirarlo.

Abrió su notebook y se puso a trabajar y a preguntarme como terminaríamos la traducción, todo con máxima seriedad y tratando de ocultar el sobre.

Antes de salir de la oficina le doy un papelito con la dirección y número de habitación de mi hotel.

Te espero. Sonrió, se puso serio y salió de la oficina con la notebook, el sobre con la ropa, el papelito.

Volví al hotel y esperé a que me escriba diciéndome que venía. Eran casi las 23 h y no esperé más, medio ofuscado me puse mi slip blanco, bajé las cortinas y me acosté a dormir.

A los 20 minutos entrando en sueño, mi celular empieza a sonar. Lo levanto y era Oaki que estaba en la recepción del hotel pero que no lo dejaban subir porqué yo no había avisado que tendría visitas.

Le dije que se quede en línea, desde el teléfono de la habitación llamo a recepción y le dije que lo dejen subir.

Salté de la cama así en slip como estaba y pensando en la situación de que siendo él tan vergonzoso, pasar ese momento que te miran de arriba a abajo según como sea tu impronta y le recriminen que viene a ver a un extranjero al hotel. Lo que habría pasado por su cabeza.

Tocan a la puerta, abro y era él sonriendo medio nervioso y se mete rápido.

Me quiere explicar toda su situación, pero lo levanto casi a upa y empiezo a besarlo. Él con sus bracitos me rodea el cuello y me besa con mucha pasión. Empezamos a acariciarnos y yo ansioso de verlo con lo que le compré, de manera arrebatada le saco la ropa y encuentro que le quedaba mejor que a una mujer. Lo que hizo que me engarrote cual piedra. Lo vuelvo a levantar y lo llevo hacia la cama. Lo arrojo y empiezo a sobarme el bulto que era una columna de acero de lo dura que la tenía. El lleva su manito a mi bulto y lo empieza a acariciar. Acerca su carita y empieza a olerme, sacaba la lengua y lamía por encima del slip. Yo colorado, sentía que explotaba. Lo dejé explorar, lo dejé tocar y hacer.

Me bajé el slip y mi pija engarrotada le pegó en la carita. Sonriendo la toma con su manita, y la mira curioso, asombrado, me acariciaba las piernas y acerco su carita para que abra la boca. Abrió su boquita y se la metió en la boca. Solo le cabía la cabeza de mi pija y apenas el tronco. Él se esforzaba por que entre mas pero anatómicamente para él era complicado y yo estaba que reventaba.

Lo volví a alzar, lo besé y de un movimiento brusco lo di vuelta boca abajo sobre la cama así podía disponer cómodamente de su culo. Comencé a besárselo, a pasarle la lengua, admirando lo bien que le quedaba esa tanga. Él se retorcía de placer, gemía, le daban espasmos de placer.

Corrí ese hilito para tener su agujerito a mi disposición, olía hermoso, y comencé a pasar la lengua, lamía y tranzaba, apretaba, mordía, succionaba, y para él era un éxtasis nunca antes visto.

Noté que estaba cerradito, apretado, comencé a introducir mis dedos, de a poquito, gemía y le dolía. Así que ensalive un poco más. Busco ponerlo mas en 4 y lo noto muy húmedo y me dice que lo disculpe pero se había venido en medio de mi cogida con la lengua.

Nos reímos y le pregunte si queria que me detuviera y me pidió que no, que continúe pero despacio.

Seguí introduciendo de a poco y despacio mis dedos. Cuando a los minutos noté que 3 de mis dedos ya entraban más fácilmente, me acerqué a la mesa de noche, saqué un lubricante y comencé a untármelo en la pija que no se bajaba y lo lubriqué a él.

Le dije que se relaje que lo iba a penetrar. Que respire y se calme.

Puse la cabeza de mi pija en su entrada y comencé a empujar de a poco. Él apretaba las sábanas y bajaba su cabecita con mueca de dolor. Yo: ¡shhh relax! ¡Breathe!. Nunca le saqué la tanga ni las medias blancas. El contraste con su tono de piel era hermoso.

Él con una actitud de soporte me pidió que continuara, empujé un poquito mas fuerte y me detuvo. Me quedé un par de minutos así. Cuando me lo indicó volví a empujar. Hasta que volvió a detenerme. Respiraba y se quejaba cual parturienta, hasta que después de un rato ya toda mi pija estaba adentro. Él soportaba como un héroe.

Empecé a moverme muy de a poco. Él se quejaba, gemía, me pedía que me detenga, que continúe hasta que finalmente se dilató y adaptó, entonces pude moverme mas fuerte. Lo puse en 4 con mi pija adentro y la cogida empezó a ser mas movida. Ya del padecimiento pasamos al gemido de placer y fue que comencé a ser mas bruto.

Saqué mi pija y para sorpresa mía estaba limpísima. Pensé que por su inexperiencia ocurrirían accidentes o sangrado, pero no.

Lo alcé, nos besamos con pasión y me senté apoyándome contra las almohadas, lo levanté y le pedí que se siente sobre la pija. Obedeció y con tranquilidad empezó a sentarse y estando tan lubricado, le entró de una.

Me abrazó con un quejido /gemido y se movía intentando cabalgarme. Lo tomé de sus nalguitas, y lo movía de arriba hacia abajo. Su carita de dolor y placer era mucho mas excitante para mí. Cuando se habituaba, me abrazaba y besaba. Yo necesitaba preñarlo pero me obligaba a aguantar, giramos para tenerlo boca arriba y yo encima de él. Asi en esa postura, pude vernos en el espejo de la habitación y era notorio y hasta bizarro la diferencia de tamaños de cuerpo.

Él toleraba un poco mejor mis embestidas y con mayor movimiento fui haciéndolo mío. Ese culito estrecho que me hacía notar que mi pija estaba literalmente desvirgándolo, partiéndolo al medio pero él y yo lo estábamos disfrutando a full. Su carita de dolor y placer, sus gemidos, sus manitas tratando de frenarme y mi enorme cuerpo que arrasaba con su detención para hacerlo mío. A los pocos minutos en esa posición me transforme en un toro. Acelere el ritmo y la forma de las embestidas, ya no podía más.

Necesitaba preñarlo. Le avisé que me venía y él me sujetó con sus piernitas, me apretaba los pezones, y gemía a lo loco, y yo rebuznando y casi desvaneciéndome sobre él, dejando fluir chorros de semen en su interior que encima por su estrechez, se sentía como que los chorros salían a presión por que su esfínter apretaba.

Nos quedamos abrazados, uno encima del otro agitados, gimiendo, besándonos, recobrando el aire y el sentido. Mi pija no paraba de latir adentro de él. Quería más, pero su colita y su cuerpito estaban exhaustos.

Se quedó tirado en la cama casi desvanecido, yo me fui a duchar. Apenas salgo de la ducha lo veo cambiándose como para irse.

No, de ninguna manera, tú te quedas a dormir aquí.

Se me acerco, me beso y le dije: ¡ve a asearte!

Salió del baño solo con las medias de red puestas, la tanga dijo que le rozaba un poco pero que las medias eran muy suaves.

Se acostó al lado mío, nos quedamos dormidos abrazados.

Sonó el despertador pero lo apagué porqué era sábado, no teníamos que trabajar, quise repetir franeleándole mi pija por su cola pero después de la noche que tuvimos había quedado algo irritado.

En compensación me comenta que vio en una peli porno sobre edging y cumcontrol y aplicó esa técnica como mañanero. Y lo disfruté tanto como cogerlo. Le acabé en la boquita y después de una ducha juntos nos pusimos a desayunar.

Volvió a su casa, apenas llego me escribió para agradecerme la noche que pasamos y que antes de que me vaya quiere nuevamente…

Continuará.

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