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Tiempo de lectura: 5 minutos

Hola mi nombre es Carolina, tengo 21 años, soy latina y vivo actualmente en los Estados Unidos.

La historia que contaré hoy es una historia real sólo que cambiaré los nombres de los personajes.

Es mi historia, la actual.

Hace algunos meses me mudé de Estado, así que soy nueva en esta ciudad. Conseguí un trabajo y al llegar a este, estaba seria, y un poco tímida, aunque algunas personas intentaban darme conversación yo casi no hablaba con nadie. Hasta que lo vi… parecía un monumento tallado por los mismos dioses, sin exagerar. Wow!! Que hombre!! Justo como me lo recetó el doctor… jaja. Lo vi no sé por cuánto tiempo hasta que reaccioné ya tenía hecha agua la boca y algo más.

No creo que el haya notado mi presencia en ese momento, más bien yo creo que hice el ridículo debí haberme visto bien tonta mirándolo de esa manera.

Durante los próximos meses cruzamos solo miradas muy intensas, diría yo que demasiado intensas y algunas palabras, pero yo sabía que le gustaba, aunque a veces me confundía porque no sabía si en realidad le gustaba por que casi no hablaba conmigo.

Decidí investigarlo y supe que tenía mujer, cabe destacar que él tiene 23 y ella le dobla la edad, es demasiado celosa, le hace escándalo donde sea, en el trabajo y fuera de él, en la casa y en la calle, lo engaña con otros hombres pero lo vigila para que él no haga lo mismo, revisa su celular y lo controla casi al cien por cien y además tiene varios amigos ahí en el trabajo que vigilan los movimientos de él y luego se lo informan, ella trabajaba ahí pero la despidieron por escandalosa y problemática, Si! Hice bien mi trabajo de investigadora, debería dedicarme a eso, bueno en fin.

Después de haber hecho una exhausta investigación sobre él me di cuenta porqué era que casi no me hablaba, para no ser acosado por sus vigías o su mujer… qué asco! Tener un hombre y vigilarlo así prefiero mejor no tener nada! a mi me asfixia, pero bueno, cada loco con su locura.

Como decía pasaron meses de muchas miradas y pocas palabras, algunas atrevidas.

Como en todo centro laboral hubo chismes y eso nos hizo frenarnos un poco.

Pero los deseos que nos teníamos eran más fuertes que eso y cada vez que nos mirábamos era mucho más intenso.

Yo casi me doy por vencida lo admito, pero aún tenía esperanzas. Así que sólo trabajé durante días y esperé pacientemente. Hasta que un día normal como otros me desperté he hice las mismas actividades que siempre hacía, ducharme y arreglarme bien bonita y coqueta para sentirme bien conmigo misma y además para atraer las miradas de los demás también, ya que me encanta gustarle a todos pero yo sólo tengo ojos para uno. Esa mañana cuando llegué al trabajo me dirigía hacia donde siempre nos reuníamos mis compañeros y yo para repartirnos el trabajo y me lo tropecé a él en el camino, pasé a su lado y me dijo:

-Qué voy a hacer con las ganas que tengo de singar contigo?

Esas fueron las palabras más fuertes que él me había dicho, me tomó por sorpresa, atravesaron todo mi interior pero reaccioné rápido y sólo le respondí que él debería de saber qué hacer, volteé la espalda y me fui.

En la tarde a la hora del último break le pregunté que qué pasaba con lo que me había dicho y el respondió preguntando que si eso tenía algo de malo, le respondí que no. Y el solo me dijo que al día siguiente a esa misma hora nos viéramos en el estacionamiento.

Llegó el día y la hora y lo esperé en el estacionamiento, él tardó un poco porque no se había podido escapar del trabajo hasta que logró escabullirse y montó en mi auto, después de conversar un rato nos besamos fue tan delicioso sentir su boca y su lengua mientras él tenía su mano en mi nuca. Queríamos hacerlo ahí mismo pero él era demasiado grande para mi auto, el mide casi un metro 90 y yo solo 1,60, mi carro es un auto mediano que para mi está bien pero para los dos en ese acto iba a ser demasiado incómodo, además él no podía demorar mucho porque tenía que regresar al trabajo por eso no podíamos ir a otro lugar tampoco.

Pero me encargué de que se fuera de allí feliz, chupé su delicioso pene con muchos deseos lo escuchaba deseándome y cuando estaba a punto de venirse paré, solo quería que pensara toda la tarde en mi y en como lo dejé con deseos, jaja total si se quedaba con dolor podía ir luego al baño y acabar lo que yo comencé o total llegar a su casa y cogerse a su mujer, pero de que se iba a quedar pensando en mi lo iba a hacer.

Después de eso pasó fin de año y no tuvimos casi tiempo de nada, nos saturaron de trabajo y luego nos dieron vacaciones al regresar yo me enfermé de COVID y tuve que ausentarme por 15 días, en esos días chateábamos, también él me llamaba y conversábamos un rato, y pues al yo dar negativo al test finalmente me faltaban pocos días para incorporarme cuando él me dio la terrible noticia de que habían hecho recorte de personal y a él le tocó irse, pero al menos teníamos un poco de tiempo esos días en los que el buscaba otro trabajo y yo me incorporaba, nos vimos un día y tuvimos sexo en su carro, ese día llevé un leggings súper suave para podérmelo quitar fácilmente, me monte encima de él y cabalgué durante un rato era delicioso como me besaba y me sostenía de las nalgas con sus grandes manos, luego me puso de perrito.

No teníamos mucho tiempo hasta que nos descubrieran así que terminamos rápido, era nuestra primera vez así que lógicamente nos quedamos con muchos deseos así que al día siguiente me las ingenié para traerlo a mi casa cuando no había nadie y lo metí a mi cuarto, ahí nos comimos como si no hubiera un mañana, los dos teníamos tantos deseos que estábamos nerviosos pero a la vez teníamos el control de la situación.

Me puse de rodillas ya desnuda y le comencé a lamer el pene, desde arriba el observaba mi gran cola, y también observaba cómo yo disfrutaba chupar su pene, si me encantaba hacerlo, su pene babeaba tanto y era tan delicioso eso me gustaba mucho porque sabía que significaba que estaba muy excitado. Sostuve mis grandes senos naturales y le hice una rusa, su pene se desaparecía entre mis enormes senos y cuando asomaba la cabeza lo lamía y eso le encantaba, demonios ese hombre estaba sintiendo mucho placer! Lo podía escuchar y también lo veía en su cara y sentía como palpitaba.

Después de un rato me agarró del brazo me levantó y me lanzo en la cama se puso encima mío y comenzó a penetrarme, fuck!!… él si que sabía como hacerme gemir, y como dice Celia ¡¡¡Azucaaa!!!

El me acariciaba mientras me besaba y me penetraba duro, después aflojaba y me miraba fijamente, no teníamos que hablar, desde el primer momento en que nos conocimos las miradas han sido nuestra mejor forma de expresión, se dice tanto con tan poco.

Luego yo quise tener el control y lo cabalgué, me encanta montar a ese hombre, ver cómo me mira como me agarra de las caderas y los senos mientras yo lo monto y me muevo de varias maneras para no hacer monótona mi cabalgata, y a él le estaba gustando mucho y que yo lo hiciera rápido le fascinaba al punto de casi venirse pero como yo sabía el momento exacto de su explote paraba y se lo hacía suavecito y eso lo desquiciaba y más me apretaba y cuando ya se relajaba volvía a montarlo rápido rebotando mis nalgas encima de él.

Y de repente Baammm!!!… estallé de placer, tuve un orgasmo y todo mi fluido corría por su cuerpo y mi cuerpo temblaba en especial mis piernas el me apretaba para seguirme penetrando mientras yo estaba sintiendo eso tan delicioso, después me puso contra la pared de espalda a él y comenzó a penetrarme mientras agarraba mi cuello con una mano y con su boca respiraba en mi cuello y mi oreja y me besaba luego me puse de perrito y lo hicimos dura te otro rato más de la manera más sensual y bruta al mismo tiempo que me volvía loca, mi totico estaba tan mojado y sus movimientos eran tan ricos que él no aguantó más y se vino, lo sacó a tiempo y me llenó toda la cola de su lechita caliente, se sentía delicioso y aún mis piernas temblaban, como pudimos nos limpiamos y vestimos y después de un rato nos tuvimos que despedir ya que él esperaba la llamada de la mujer, que le encanta controlar como siempre, bueno me dio un beso apasionado y ya cuando se iba me dio otro en la frente me abrazó y se fue.

Seguimos viéndonos, a veces en mi casa, otras veces en el carro o por ahí donde nos agarre la calentura.

Él y yo somos fuego cuando estamos juntos, así que mejor que nadie se acerque cuando estemos juntos porque se pueden quemar. Jaja

Tenemos mucha química.

Espero les guste la historia…

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