El siguiente relato es una fantasía escrita para personas adultas que disfrutan del travestismo, en él se describen situaciones eróticas que la autora no ha vivido directamente pero con las que fantasea, espero que quienes lo lean lo disfruten y se imaginen haciendo parte de esta deliciosa reunión.
Sin más que agregar y sabiendo hay tres travestis que se encuentran durante un largo fin de semana bajo la premisa de tener mucho placer, así en nuestro primer día acordamos que entre dos harían realidad una fantasía de cada una usando la ropa adecuada y comportándose para complacernos una a la vez, así nos turnaríamos para ser el centro de atención y daríamos las indicaciones que deseáramos para ser complacidas como sumisas, pues las tres deseábamos lo mismo, ser sometidas por dos travestis, sobre decir que las tres somos travestis de closet, adultas que tuvimos la suerte de vivir en lugares medianamente cercanos y conocernos a través de relatos y correos electrónicos.
Yo era el puente común entre ambas pues ya habíamos tenido nuestras aventuras en pareja y también habíamos estado juntas en dos ocasiones muy íntimas y deliciosas, así que ya nos conocíamos y teníamos la confianza para encontrarnos las tres nuevamente a vivir nuestras fantasías de travestis y si en algo teníamos afinidad era en el gusto por ser dominadas y sometidas como buenas travestis sumisas que imaginamos ser, así que con eso en mente nos encontramos en el apartamento de Sandra, ella era la menor de nosotras, luego seguía yo y por ultimo Ana que tenía 42, Sandra era soltera y vivía sola mientras Ana yo estábamos casadas y vivíamos con nuestras esposas, las tres éramos delgadas, Sandra era la más alta con sus casi 2 metros, mientras Ana y yo teníamos entre 1.7 y 1.8 metros.
Como habíamos quedado cada una había preparado todo para recrear una de sus más calientes fantasías, así que Ana y yo llegamos juntas cada una con una maleta grande llena de ropa femenina y muchas más cosas, Sandra nos abrió ya en vestido y lo primero al entrar fue quitarnos nosotras las sudaderos que teníamos puestas para quedar también en nuestros vestidos, luego de saludar y mientras Sandra nos servía algo nos sentamos en la sala para sacar los tacones y maquillarnos rápidamente, eso fue fácil ya que Sandra nos ayudó a ambas.
Una vez estuvimos listas sabíamos que fantasía haríamos realidad primero, la de Ana, ella quería que todas estuviéramos muy apretadas y nos había traído sus fajas para que las usáramos, deseaba que Claudia y yo nos vistiéramos con fajas negras de cuerpo completo, con vestidos de falda negros y que la sometiéramos como una puta sucia y caliente.
Así que las tres nos pusimos en acción, lo primero fue desnudarnos juntas, eso lo hicimos en la sala en donde cada una abrió su maleta y luego de dejar caer nuestros vestidos quedamos en pantis y sostenes, Ana miro nuestra ropita interior y escogió para cada una lo que debía usar, para mi saco unas tangas apretadas negras, un sostén negro relleno, medias de liguero negras con ligas, y me entrego una faja negra que me tuvo que enseñar a colocar pues era de cuerpo completo, desde los muslos hasta los hombros y tenía relleno que aumentaba mis pechos, también tenía un cierre grueso desde mi obligo hasta la parte de atrás, yo lo use encima de la ropa interior y cuando las tres tuvimos con nuestra ropa interior puesta ella nos entregó a cada una un vestido liso que llegaba a nuestros pechos, de faldita muy corta y de color rojo, muy apretado, Ana se vistió igual solo que con pantis blancos, faja blanca y un vestido rosado de señorita y Claudia estaba usando lo mismo que yo.
Ya completamente vestidas nos retocamos el maquillaje las unas a las otras mientras íbamos entrando cada una en el rol que Ana nos había dado en su fantasía, así que Claudia y yo nos pusimos más dominantes y ella ms sumisa e inocente, ya terminando éramos Claudia y yo quienes nos turnábamos para maquillar a Ana.
Mientras lo hacíamos abrimos una botella de vino y conversábamos alegres, entonces Claudia dijo que tenía la habitación perfecta para someter y feminizar a Ana, ambas la miramos juguetonas pero no nos causó gran sorpresa, pues desde que habíamos llegado nos dimos cuenta que Claudia estaba en un nivel económico superior y muy alejado de personas del común como Ana y yo, así que la seguimos hacia un pasillo largo con varias puertas hasta llegar casi al fondo donde ella abrió una puerta y entramos a un cuarto de sadomasoquismo que parecía de película, tenía látigos, cuerdas, juguetes eróticos y un sinfín de cosas en las paredes, una cama en la mitad, varios muebles, se venían argollas en el techo y un par de closets, además de un baño que nos turnamos para usar mientras Claudia nos contaba que ese cuarto lo había construido uno de sus familiares y que lo encontró así cuando heredo la propiedad y Ana nos decía que no fuéramos demasiado severas con ella pues no tenía ninguna experiencia siendo dominada de esa forma.
Yo miraba las paredes y junto a Ana abrí los closet en donde encontramos más juguetes, ropa femenina como vestidos, corsets y medias veladas y toda una variedad de lubricantes, ya con una idea general de lo que había tome un collar de perra con cadena de uno de los muros y un par de pulseras con argollas, tome a Ana y mientras la tranquilizaba y le decía que iba a disfrutar mucho fui colocándole el collar de perra, con el la lleve hasta la cama y la ubique donde había una cuerda colgando de una argolla del techo, le coloque las pulseras y amarre sus manos hacia arriba dejándola expuesta e indefensa, así comencé a acariciarla metiendo mis manos debajo de su faldita.
Claudia se nos unió desde atrás y comenzó a tocarla entre las piernas, mientras Ana entre gemidos nos prometía obediencia y placer, entonces le dije a Claudia que trajera uno de los corsets para enseñarle a la sumisa como era estar apretada como una hembra, mientras ella iba al closet yo baje el vestido de Ana dejándola solo con su faja y cuando regreso note que traía además una faldita de bailarina de ballet, unas tangas de encaje y unas ligas rojas y negras como el corset que traía, le colocamos fácilmente el corset entre las dos dejándola muy apretada y con una cintura como de una hembra y mientras ella le colocaba las pantis y el resto yo fui a la sala por los juguetes eróticos que había visto en su maleta.
Cuando regrese Claudia había terminado de vestir a Ana y se dedicaba a darle unas nalgada con sus manos mientras le decía que era una putica sucia y caliente, yo deje los juguetes en la cama y me pare en ella tomando la cabeza de Ana para ponerla cerca de mi verga mientras le pedía que me dijera como sacar mi colita de la faja, ella entre gemidos me dijo que debía bajar el cierre desde mi colita hasta mi ombligo y correr mis tanguitas, entonces yo me di vuelta y levantando mi faldita puse el cierre al alcance de su boquita.
Con ayuda de Claudia y gracias a mis movimientos de cadera ella logro bajar el cierre hasta la mitad de mis piernas dejando a la vista mi culito con tangas, así que Claudia puso la boquita de Ana a besarme y lamerme toda en esa parte, luego me gire y la ayudamos a terminar de subir el cierre hasta mi obligo liberando así mi pene que seguía en tangas, al igual que con mi culito Claudia dirigió la boquita de Ana para que me besara y lamiera toda aun en tangas, cuando me divertí bastante las corrí para que ella me pudiera mamar completa la verga, cuando lo hizo Claudia la soltó y tomando con una mano los juguetes se paró detrás de ella y bajo el cierre de su faja en la colita, saco un lubricante y luego de ponerlo en sus manos vi como la metía en la nalguita de Ana, así comenzó a meterle los deditos por el culito mientras le preguntaba si le gustaba y ella solo alcanzaba a asentir con mi verga en su boquita.
Luego Claudia saco un plug vibrador de la bolsa de juguetes de Ana y colocándole más lubricante lo metió en su culito y volvió a subir el cierre de la faja, yo saque mi verga de la boquita de Ana y me baje de la cama, entonces Claudia fue por un collar a una de las paredes, este era grueso y negro y tenía dos aditamentos para las muñecas, así que soltamos a Ana y después de ponerle su collar y atar sus manos a su cuello la pusimos de rodillas en la cama, Claudia se acostó boca abajo frente a ella enseñando su cierre y yo me puse de espaldas a Ana para ayudarla a bajar el cierre con la boquita y ponerla a lamer el culito de Claudia, cuando lo hice baje el cierre de su faja y encontré el plug vibrando en su culito mojado y caliente, así que lo saque y metí un rato haciendo gemir a Ana.
Luego tome un dildo más grande y comencé a penetrarla con el mientras ella seguía lamiendo el culito de Claudia, entonces Claudia se quiso girar y yo ayude a Ana con el cierre y a sacar la verga de Claudia de sus pantis para meterla en su boquita, cuento estuvo lista volví a colocarme en posición frente al culito de Ana, pero esta vez metí toda mi verguita de un solo golpe, ella gimió y resoplo con la verga de Claudia en la boquita, pero yo no lo saque, solo me quede quieta un momento y cuando vi que relajaba su cuerpo comencé a montarla como una hembra, así despacio pero firme, lo sacaba y volvía a meter lo más adentro que podía, entonces sentí como su culito se ponía muy caliente, se apretaba todo y ella se comenzó a mover arriba y abajo lentamente mientras sentía como me apretaba toda, como se venía en sus pantis sin siquiera tocarse, así que lleve mi mano entre sus piernas y sentí como sus tangas chorreaban semen. Claudia también lo noto y mientras yo sacaba mi verga aun dura de su culito la ayudo a poner de rodillas nuevamente, para luego moverla hasta acostarla boca debajo poniendo su boquita justo donde había caído su lechita en la cama, en donde la soltamos para descansar un rato con la satisfacción de haber cumplido con su fantasía
Por motivos de extensión de este relato lo voy a ir publicando en partes que espero no sean demasiado largas, espero que esta primera parte fuera del agrado de quienes se tomaron el tiempo de leerla y que les de muchas ideas, mi correo es [email protected] y me encanta recibir todo tipo de mensajes, especialmente de tipo erótico, espero publicar pronto las siguientes partes.