Hace tiempo que no escribo nada porque mi vida cambió y ya no me resulta fácil sentarme a escribir, pero decidí que esta historia debía publicarla. Esta publicación también es de mis épocas de adolescente. Les recuerdo algunos datos sobre mí, me llamo Claudia, delgada de cabello largo, ensortijado y negro, 1,65 m, y mis medidas 92-57-90, y para los que leyeron mis antiguas publicaciones saben de chica me atraían más los maduritos que los chicos de mi edad.
Mi cambio físico de niña a mujercita se hizo muy evidente cuando cursaba el tercer año de la secundaria, en realidad esos cambios de contextura femenina al principio me incomodaron porque no estaba preparada para ello ya que de pronto empecé a ser piropeada y que me alaben determinadas partes de mi cuerpo. Eso fue solo al principio, cuando asumí que les gustaba a los hombres empecé a aceptarlo, al fin y al cabo era algo normal de la vida.
Como les decía me sentí incomoda al principio pero mucho más con mi primer piropo… fue al mediodía yo regresaba sola de la escuela siempre volvíamos caminando del colegio con mis compañeras, pero ese día me atrasé en la salida y caminé sola a mi casa un señor mayor al pasar al lado de él me dijo: “Quisiera ser agua para poder rozar tu cuerpo cuando te duchas”
Me sentí turbada… incomoda… molesta ya que no entendía como ese señor que podría ser mi padre me decía eso, empecé a cruzarme varias con él pero solo me piropeaba cuando estaba sola cuando estaba acompañada sus ojos me miraban como devorándome. El tiempo fue pasando y empezaron a gustarme sus piropos, pero lo que más me gustaba era que sus piropos no eran repetitivos, siempre tenía uno nuevo para mí, adulaba mi cuerpo y eso empezó a gustarme y yo sonreía cuando lo hacía.
El tiempo pasó y terminé mi secundaria, y con ello mis cruces con “mi caballero enamorado” pero durante mi último mes de clases no lo vi y el no pasar más por su casa hacia que no volviésemos a vernos. Igualmente intenté ver si podía volver a cruzarlo varias veces pasé por su casa pero no lograba verlo. Podría ser mi padre, pero el no verlo me obsesionaba, tenía alrededor de 40, fachero, elegante, alto 1,80 cabello castaño con algunas canas cuerpo musculoso lo que lo hacía por demás interesante
Un sábado a la mañana fui a una clínica, a cuidar a la mamá de Karina, una amiga mía, la mamá había sido operada el día anterior, estuve con ella toda la mañana y luego me reemplazaría Karina y a la noche se quedaría su tía… me quede con ella hasta las 18 h., cuando terminó el horario de visitas a las 18 h, ella se quedaría a cuidarla hasta que llegase su tía a las 22 h que pasaría la noche con ella.
Salí de la clínica y entre a mirar vidrieras en un en shopping. Llevaba mi cabello negro suelto, maquillados mis párpados, labios con un rouge rojo pálido y con cadenita de oro con una medallita que me había regalado mi abuelo. Tenía puesta una remera roja con breteles y escote recto que si bien no mostraba nada lo ajustado de ella insinuaba mis buenos senos, redondos y parados y una minifalda negra, levemente ajustada que marcaba mis caderas, mi cola parada y mis piernas torneadas dejándolas al descubierto más allá de 10 cm sobre las rodillas y unos zapatos abiertos también negros de taco alto con plataforma
En mí recorrida recibí un par de piropos algo soeces al rato un chico me siguió intentando levantarme, como no me gustó intenté por todos los medios que se fuera, él insistía y yo no sabía ya como espantarlo, hacía rato que ni lo miraba ni le pedía que se fuese, simplemente lo ignoraba, cuando una voz dijo:
R- Te están molestando Claudia
Me di vuelta y la voz era la de “mi madurito príncipe azul” (el de los piropos), lo mire me derretí al verlo y sonreí diciendo
C- No… ya se iba
Cuando quedamos solos dijo:
R- Puedo seguir siendo tu guardaespaldas… digo… si queres
C- No creo que te guste mirar vidrieras…
R- Nada me molesta si eso me permite estar a tu lado.
C- Gracias… ¿Cómo te llamas?
R- Rodrigo… y vos tenes otro nombre
C- Marcela
R- Hummm, se ve que tus papás sabían que ibas a ser hermosa y te pusieron nombres que estuviesen a tono con tu belleza
Seguimos caminando, charlado y riendo, él llevaba un jean azul y una remera blanca de cuello en V que le marcaban los pectorales, media 1,82 m., cabello castaño lacio, con algunas canas, ojos entre celeste y gris, cara hermosa de delicados rasgos, sexy divertido y agradable.
Recorrimos el shopping y luego me invito a cenar, iba a aceptar pero ya eran cerca de las 20 h así que fuimos a comer una hamburguesa y a tomar un helado
Mientras más estaba con él más me enamoraba, yo no estaba de novio y él era viudo desde hacía 7 años, su esposa cuando murió estaba embarazada de 4 meses, hablamos de muchas cosas, nos fuimos conociendo, el tiempo volaba, miré la hora y dije que debía irme a casa porque dije a mis padres que estaría en casa cerca de las 22 h.
Salimos por una calle lateral al shopping y caminamos, Rodrigo me llevaría a casa en su auto, me quedé mirando una vidriera luego entramos a ella y dije:
C- Ay que hermoso top (era semitransparente, pancita al aire y escotado mostrando senos), pero mi padre no me dejaría usarlo
R- Es entendible, si yo fuese tu padre tampoco te dejaría usarlo
C- ¿Y si fuese tu novia o tu esposa?
R- Solo lo podrías usar conmigo.
Quedaba una cuadra para llegar al establecimiento donde tenía el auto cuando me tomó de la mano, sentirla en mi piel me hizo estremecer, subimos al auto y 3 cuadras dije:
C- Dejame en la esquina así evito preguntas de mis papis y chusmerío de las vecinas
Rodrigo no me quiso dejar sola y dijo que iría detrás mío para cuidarme, antes de llegar me pidió vernos al día siguiente para pasear y almorzar juntos, lo cual acepté, nos despedimos con un beso en la mejilla pero muy cerca de la comisura de mis labios que sacudió mis fibras más íntimas, me bajé y camine esas cuadras con Rodrigo detrás de mi unos 20 metros.
Llegué a casa le conté a Karina lo que me había pasado y le dije que me cubriese porque al día siguiente saldría con él y yo dije que mañana iría a la clínica. Cuando me levanté la mañana había amanecido un tanto fresca, no sabía que ponerme, quería llevar algo para aparentar no ser tan pendeja, pero de última decidí que lo mejor era ser yo misma, no tenía sentido vestirme o maquillarme como alguien mayor, así que llevé mis ojos y labios maquillados mi cabello suelto una remera rosa pálido de mangas cortas con un escote que permitía ver las nacientes de mis senos, un jean celeste muy ajustado que insinuaba mi cola parada y una camperita para cubrirme del fresco y que mis papis no viesen el escote de mi remera que por momentos según mis movimientos dejaba el borde fucsia de mi corpiño, y zapatos cerrados de taco alto.
Salí de casa y fui al encuentro de Rodrigo, él me estaría esperando a cuatro cuadras donde paraba el colectivo, yo me sentía extraña, una mezcla de excitación, nerviosismo, no sabía cómo actuar si aparentar madures para que él no se sintiese mal junto a mi o ser simplemente yo misma; y decidí eso mostrarme tal y como era si al fin y al cabo él me empezó a piropear siendo más pendeja.
Al llegar él me estaba esperando dentro del auto, nos dimos un beso en la mejilla y fuimos a Lujan, caminamos tomados de la mano fuimos a la basílica, caminamos a orillas del río, fuimos a almorzar, me encantaba estar con él, era sensible, dulce, tierno, tanto como para sentirme enamorada. Abruptamente y a eso de las 14 h salimos del restaurante casi a las apuradas, empezó a levantar mucho viento y el cielo oscureció, cuando llegamos al auto empezó a llover y cuando llegamos a la ruta debimos parar porque ya la lluvia era torrencial y no se veía nada, salimos de la ruta y nos detuvimos a un costado esperando que la lluvia parase.
Estuvimos parados en ese lugar unos 20 minutos, charlamos un poco noté como sus ojos se clavaron en mi escote, el cual al no tener puesta la campera mostraba las nacientes de mis senos y los bordes fucsia de mi corpiño, lo miré y dije:
C- ¿Te gustan?
R- Todo en vos me gusta… sos hermosa
C- Me encanta oírte decir eso porque vos también me gustas.
Nos miramos a los ojos su cara se acercó a la mía, su boca se depositó en mis labios y nos besamos en la boca, mi cuerpo se estremeció, su lengua entró en mi boca, sentí mis pezones erguirse, el beso fue cada vez más apasionado, podía sentir mi tanguita mojada, no podíamos detenernos, el beso era cada vez más intenso y sus manos por sobre mi remera magreaban mis senos, la lluvia luego de esos 5 minutos se aplacó y volvió a asomar el sol; pero entre nosotros se desató un intensa e irrefrenable tormenta de pasión lo que evidentemente solo la iba a calmar un encuentro íntimo, me pregunto si estaba segura y mi respuesta fue un beso apasionado.
A unas pocas cuadras de allí había un hotel alojamiento, parecía un jardín con césped y arboleda, entramos a la habitación, nunca había ido a un hotel, la habitación era hermosa, con una luz en el ambiente tenue y música suave. Me quedé mirando la habitación, sentía una mezcla de excitación y temores, no sabía y si podía siendo alguien con poca experiencia satisfacerlo en la cama.
Me abrazo por atrás y besó mi cuello, mis pezones respondieron a sus besos endureciéndose enseguida, me recostó en la cama mis pies en el piso, él los tomó y me quitó los zapatos, se pero delante de mí y dijo:
R- Sos hermosa…
Se arrodilló delante mío y sus manos por sobre el pantalón se deslizaron juguetonas y sensuales por mi vagina, luego fue subiendo lentamente mi remera acariciando y besando cada centímetro libre de mi vientre, mi boca gemía, mi cuerpo se revolcaba de placer y mis manos jugueteaban con su cabello, al llegar a mis senos, quitó por completo mi remera, besó mis senos sobre mi corpiño fucsia e instantes después lo retiró de mi cuerpo tomó mis senos con sus manos, los besó… los lamió… se apoderó de ellos… mi cuerpo disfrutaba cada incursión de su boca, y mis gemidos demostraban sin equívocos el placer que ello me provocaba..
Luego su boca fue en busca de la mía y nos besamos con intensa pasión, luego dijo:
R- Ay chiquita… sos hermosa, quiero disfrutar cada centímetro de tu cuerpo, penetrarte y hacerte mía, desde que te vi por primera vez sos mi obsesión, pero antes de hacerte mía quiero recorrer todo tu cuerpo con mi boca
C- Si mi amor es hermoso poderte sentir en mi cuerpo te amo y te deseo con todas mis fuerzas, quiero ser tuya…
Nuestras lenguas se unieron en un apasionado beso de lengua, para luego con sus besos y caricias bajar por ni cuerpo, volvió a saborear mis senos, yo me sentía en otro mundo, siguió bajando por mi vientre, desprendió mi jean, bajo el cierre, quitó de mi cuerpo el jean acarició mis muslos y besó mi vagina sobre mi tanga húmeda, luego la retiró dejando libre de ropa todo mi cuerpo y besó mi húmeda y depilada vagina a la que le dio leves besos, mi cuerpo se estremecía y mi boca no paraba de gemir, luego su lengua entró en mi vagina y su lengua lamió y se apoderó de ella en medio de mi cada vez más intensos gemidos y me sentí enloquecer de placer porque nadie me hizo vibrar de esa manera, y tuve mi primer orgasmo, mi cuerpo convulsionó de manera intensa lanzando mis jugos vaginales que él saboreo deseoso.
Cuando mi cuerpo se calmó, sus besos volvieron a recorrer mi cuerpo, descendiendo por cada una de mis piernas, esto me excito muchísimo, a tal punto que le pedí que me penetrara y el respondió:
R- Si chiquita… hacerte mía es lo que más deseo en el mundo… hace dos años que lo deseo.
Nos besamos enloquecedoramente, luego me miró a los ojos y volvió a acariciar mi cuerpo suavemente y besarme, mi cuerpo se llenaba de pasión, sentí su miembro erguido en la puerta de mi vagina empezó a frotarlo sobre mi concha humedecida y empezó a penetrarme suavemente haciéndome sentir su pene dentro de mi ser, lo sentía entrar y sentía como mi ser lo iba devorando, y lo tuve todo dentro mío cuando nuestros vientres se unieron y su voz dijo:
R- Al fin sos mía…
C- Si mi amor es hermoso ser tuya
Sentía su pene entrar y salir de mi cuerpo en forma suave, mi cuerpo sentía un placer inmenso, me sentía explotar, la pasión me invadía, mis gemidos invadían la habitación y dijo:
R- Así princesa, es hermoso tenerte así y sentirte mi mujer.
C- Si papi… me encanta estar así con vos me encanta ser tu mujer
Nos besamos apasionadamente, me sentía plena de tener su pene recorriendo mi vagina, sus movimientos se aceleraron, yo aferraba su cuerpo con mis manos y el momento que estábamos viviendo era de locura y pasión, no me pude contener más, mi cuerpo estalló en un infernal orgasmo… un orgasmo de placer infinito y mi cuerpo se agitaba sobre la cama cuando su pene exploto lanzando su cálido semen en mis entrañas, mis piernas se entrelazaron a su cuerpo, la pasión y la lujuria nos invadía, ese momento fue hermoso, me sentía feliz de poseer a Rodrigo y tener al hombre que durante 2 años me hizo sentir mujer con sus piropos, ahora era su mujer en la cama.
Cuando nuestros cuerpos se aquietaron nos acariciamos y besamos nuevamente, me sentí feliz al escuchar en mi oído palabras de amor, nos fuimos a duchar juntos, sus besos su caricias volvieron a excitarme. Fuimos hacia la habitación y dijo:
R- Aun tenemos tiempo casi dos horas ¿quieres que nos quedemos?
C- Si quedémonos hasta que nos echen… quiero ser tuya de nuevo papi
Sus besos y caricias volvieron a enloquecerme, hubo un intenso beso de lengua, para luego ir bajando por su cuerpo con besos y caricias hasta llegar a su miembro que aún no estaba muy tieso, mis besos, caricias y lengüetazos lo activaron nuevamente, empezó a gemir, más aun cuando su pene ingreso totalmente en mi boca, ahora su pene había vuelto a endurecerse, nuestros cuerpos giraron hasta que mi vagina quede a disposición de su boca, su lengua entro en mi vagina yo estaba muy excitada, sentía que estaba a punto de tener otro orgasmo, mi boca abandonó su pene y lo monté introduciendo su pene en mi caliente vagina, apenas lo hice mi cuerpo estalló en un nuevo orgasmo.
Cuando mi cuerpo se calmó empecé a cabalgar sobre él, sus manos recorrían mi torso hasta llegar a mis tetas, acariciarla suavemente, pellizcar mis pezones y dijo:
R- Princesa sos una delicia de mujer
C- Si papi esto es hermoso quiero ser tu mujer por siempre… te amooo
Era hermoso estar así, sentir su miembro tan dentro de mí moverme para satisfacer en plenitud mis deseos y dije:
C- Me encanta papi tenerte así y ser tu hembra
R- Es hermoso tenerte así y si sos una hembra deliciosa
Él se incorporó un poco, sus manos aferraron mis nalgas, me detuve unos instantes, el mamó de mis senos y pellizcó suavemente mis pezones, eso me excitó más aún, era hermoso sentir su miembro viril dentro de mí entrando y saliendo, el placer y el gozo nos invadía y dije:
C- Por favor papi… dame tu semen… mi vagina y yo lo deseamos
R- Voy a cumplir con creces tu pedido pero deseo cambiar de posición
C- Lo que quieras papi, lo que estoy viviendo hoy es hermoso
Me hizo poner en cuatro, me sujetó con sus manos por mis caderas y volvió a introducir su pene, la sensación de gozo era indescriptible, su pene entraba y salía con facilidad mi vagina esta empapada por mis jugos vaginales, yo gemía y gritaba por el intenso placer que sentía y dije:
C- Por favor papi… acábame… quiero sentir tu leche dentro mío
R- Ahora vas a ser mía, disfrutemos este momento
Segundos después los dos explotamos en miles de convulsiones en un delicioso orgasmo, su cálido semen inundó mis entrañas, mi cuerpo vibraba desde lo más profundo de mi ser.
Cuando nuestro cuerpo se aquietaron nos acostamos en la cama, me acote de costado, él me tomo por la cintura sentí su pene en mi cola sus besos en mi cuello, su boca repitiendo “te amo”, segundos después el llamado del teléfono y una voz que decía… ”acabó su turno”, nos duchamos y regresamos luego de haber vivido un intenso domingo de amor y sexo. Pero lo nuestro solo duró 2 meses más, creo que la diferencia se edades contribuyó en nuestra separación.
Espero les haya gustado.