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Regalo imprevisto a mi madura amante
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Esta fantasía está inspirada en los deseos que me induce mantener un encuentro sexual con una mujer de mayor edad que yo, al imaginarlo me surgen inmensos deseos de entregarme sin límites, gozar y sobre todo aprender.

Recientemente me invitaron a la celebración del cincuenta cumpleaños de un viejo amigo. La fiesta se desarrollaría en una bonita finca con alojamiento incluido, en la que pasaríamos todo un fin de semana el grupo de amigos, compañeros de trabajo y familiares del homenajeado que habíamos sido invitados.

Tras el día disfrutando de la fiesta había tenido oportunidad de conocer y saludar a muchos de los invitados e invitadas, y conforme avanzaron las horas fuimos afianzando el grupo, cerrando amistades y disfrutando más acaloradamente de la fiesta.

Aunque en un principio mantuvimos la compostura, poco a poco fuimos liberando comportamientos y entrando en conversaciones más amigables, cercanas y desinhibidas.

Mi situación de soltería me hacía estar especialmente atento a los comportamientos femeninos y a lo largo del día hubo un par de mujeres que me atrajeron especialmente, pero no hubo nada mas que risas, miradas y algo de flirteo sin consecuencias.

Al llegar la noche e irnos distribuyendo por habitaciones el grupo fue perdiendo integrantes, pero no por ello intensidad en su espíritu festivo.

Yo me había fijado especialmente en ti, en tu atractivo de mujer madura. Deduje que eras algo mayor que yo y estarías en torno a cincuenta y cinco años. Tu figura se presentaba no especialmente delgada, pero si adornada con unos enormes pechos y una maravillosa sonrisa y alegría, algo que para mí era triplemente seductor u atractivo.

Cuando te vi caminar hacia las habitaciones, entendí que mi interés por tomar más copas de alcohol había desaparecido y que ahora mi atención debía caminar hacia otro rumbo, justo detrás de tus pasos.

Mientras buscábamos nuestras habitaciones entré intencionadamente en la tuya con la excusa de compararla con la mía. Nos despedimos con un coqueto cruce de miradas y con dos besos tan sonoros como intensos. Ambos queríamos dejar claras las intenciones y dejar abiertas todas las opciones. El recuerdo de nuestra conversación, en la que me habías confesado que tu marido no te comía el coño ni te dejaba chuparle la polla me había disparado las intenciones.

Llegué a mi habitación, me cambié de ropa y, tras armarme de valor, decidí caminar hacia tu alcoba. Habían transcurrido apenas cinco minutos, pero cuando abrí tu puerta te observé aparentemente dormida, plácidamente tendida sobre la cama.

Con mucho agrado pude ver que el calor reinante te había hecho dormir solo con tus braguitas, mi vista se sorprendió gratamente ante tan deliciosa imagen y me decidí a entrar hasta la altura de tu cama, llegando a ti.

Cuando me situé a tu lado, noté tu respiración profunda y relajada. Te miré en silencio, recorrí tu cuerpo desnudo con mis ojos y reparé en tus preciosos pechos, en tus pezones y en tus bragas que permitían intuir un frondoso coño peludo bajo ellas.

Por tus confesiones e insinuaciones previas yo tenía muy claro a lo que había venido a tu habitación y deseaba regalarte esa noche lo que no te dan en tus habituales noches de matrimonio. Y sin duda, quiero que sea lo mas lindo y rico para ti…

Acerco mis labios a tus senos, los deslizo plácidamente sobre su fina piel. Te recorro mediante besos y suaves lamidas entre una y otra teta, disfruto de su tacto a través de mis labios y lengua. Notas mi calor y la humedad de mi saliva. Comienza a erizarse tu piel…

Mi recorrido en círculos sobre tus tetas es suave y cálido. Estimulo tus pezones y se enrojecen y ponen mas duros para mi boca. Tú estás relajada, dejas que mi boca haga tus delicias. Tus suaves gemidos denotan una creciente excitación.

Esta tarde lo imaginé y ahora estoy haciéndotelo… deseaba probar tus pechos, deseaba mamarte las tetas, ansiaba con todas mis ganas lamerte y probar el sabor de tu piel desnuda. Y tú lo sabías…. y lo deseabas igual que yo. De hecho, mojaste tus braguitas al pensarlo…

Un poco mas abajo, mi mano comienza a deslizar sobre tus piernas, acaricio por su zona alta y doy suaves pasadas sobre tu vientre y tu zona más íntima. Apenas paso sobre tu entrepierna noto el calor que emana.

Abres un poquito tus piernas en señal de aprobación y permites que mis dedos accedan con curiosidad a explorar esa parte tan deliciosa como húmeda ya. Percibo el húmedo calor que brota de tu sexo. Subo deslizando y noto el atractivo tacto de tu vello púbico excitando mi evolución.

Te como las tetas y también te beso los labios. Me decido a subir con mi boca hasta la tuya y te beso con deseo. Compartimos saliva al rozarnos calientes las lenguas.

Tu calentura asciende junto a la mía. Bésame así de bien por favor, me encanta lo apasionadamente que besas.

Mi mano, traviesamente ha subido a sobarte las tetas, es pura lascivia porque deseo sentirte más y con todo. Eres puro deseo para mis sentidos. Inmediatamente, vuelvo a bajar con mis manos, pero no superficialmente, ahora ya descaradamente penetran bajo tus bragas.

Al entrar debajo de tus braguitas, noto con toda su intensidad la fuerza del deseo que irradia tu sexo. Mis dedos se hacen camino entre su vello púbico, alcanzan sus labios vaginales y rozan y estimulan su parte exterior. Se impregnan de tus primeros jugos cremosos. Acaricio tu coño generosamente, con delicadeza y placer. Me llenas de tus flujos varios dedos. Estás muy caliente. Te toco a placer….

Te sigo besando y te como las tetas mientras mis dedos ya acarician sin pudor toda tu rajita que, empapada, moja mis dedos, tus bragas e incendia mis deseos de ti.

Decido incorporarme un poquito para situarme mas abajo, sigo de pie junto a tu cama. Tomo tus braguitas por su borde elástico y comienzo a bajártelas. Mueves tus piernas ayudándome en esta maniobra mediante la que quedas totalmente desnuda y expuesta.

Acerco mi cara a tu oído para anunciarte verbalmente lo que va a suceder:

– Voy a comerte la panochita mami! Voy a lamer tu jugosito coño…

Te excitan mis palabras y observas que, tras quitarme el bóxer, me subo a la cama contigo, y me deslizo a lo largo de tu cuerpo, descendiendo desde tu cabeza, hacia tu pecho y alcanzando tu sexo, quedando nuestros cuerpos en un excitante 69.

Mi cabeza entra entre tus piernas, comienzo a lamer tu rajita de forma deliciosa. Está muy mojada, te pruebo y tu sabor llena de sensaciones mi excitación.

Estás empapada de jugos y, con mi lengua, lo voy recogiendo todo para mi boca.

Me ayudo de mis dedos para abrir tu rajita y deslizar mi lengua más adentro. Tu carnoso coño sabe delicioso. Lo chupo y lamo sin tregua. Mueves tus caderas complacida. Tienes un precioso coño. Me encanta comértelo así cielo.

Mi polla ha quedado a la altura de tu boca. Noto como tus manos la empiezan a explorar. La recorren y aprietan. Empiezas a meneármela suavemente. Juegas con mi verga y también con mis bolas. Ahí te paras un poco mas.

Mientras tu mano aprieta mi tronco carnoso, tu lengua comienza a recorrer mis huevos que se te ofrecen gordos y depilados para mamarlos. Gustosamente, deslizas tu lengua y aprietas con tus labios mis bolas, mojándome toda la zona con tu saliva mientras agitas ardientemente mi erecto palo, propiciando mi placer.

Mi lengua se para en tu clítoris. Lo froto y lamo todo. Te estimulo esa zona.

Todo tu coño sabe delicioso. Los jugos que segregas son puro vicio para mis deseos mas carnales. En ese lance, también lamo tu zona anal. Estoy súper caliente ya y deseo darte mas placer.

Noto como tu boca ya engulle mi polla dura. La empiezas a meter dentro de ti. Tu boca la frota y lame con maestría. Me encanta como me la chupas. Mis rodillas sobre la cama permiten elevar mi cadera y tu dispones de mas espacio para subir y bajar la cabeza al mamarme la verga. Tus manos van de mi polla a mi culo y a tus propias tetas, que las noto apretadas contra mi vientre.

Mi lengua aumenta su movimiento sobre tu coño. La punta roza con fuerza tu clítoris. Mis dedos también entran y salen de tu vagina. Cada vez más flujo acude a su entraba para que mi lengua los rebañe a placer.

Empiezo a mover mi cadera y te follo la boca. La punta de mi falo alcanza tu garganta ocasionalmente.

Noto que vas a correrte… quiero que me des toda tu corrida y abro mi boca abarcando así todo tu coño. Aprieto con mis manos tu culo. Abro tu rajita y me echas todo… ¡¡¡siii, que bueno!!! Expulsas varios chorros de líquido caliente y empapas mi boca con ellos.

Al sentir su sabor salado me pongo a lamer salvajemente todo tu chochazo jugosito y noto como tu boca aprieta mi polla con ganas de hacer que me corra.

Si… siii oooh…

Me corro dentro de tu boca. Eyaculo dentro de tu cavidad con tres enormes chorros de semen caliente que la llenan de sabor. Sigues chupando, estrujas mi falo y sacas sus últimas gotas. Te lo tragas plácidamente todo. Te trae deliciosos recuerdos el sabor a semen en tu boca.

Quedamos tumbados, inmóviles….

Huelo a ti y me encanta.

Sabes a mí y te vuelve loca de placer.

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Jaime

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