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Primera vez de un adulto
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Tiempo de lectura: 8 minutos

Durante toda mi vida tuve un torbellino de emociones, deseos y sentimientos. Por un lado siempre observaba a mis amigos en las duchas o en la playa, por el otro lado era un macho latino a toda regla.

Novias, sexo con mujeres y eventualmente pagaba algún travesti para poder tener sexo, pero en mi interior siempre tenía el deseo de ser yo el travesti, el penetrado, el femenino. Probé con algunos vegetales y otras cosas, dolor y no mucho más. Terminaba masturbándome hasta acabar. Pero el miedo a buscar a hombre de verdad por la vergüenza y la excesiva opresión religiosa de mi familia me llevaban a negar mi realidad.

Recuerdo una ocasión que lleve un travesti hermoso, alto, rubio muy femenino, con unas piernas fabulosas y le hice de todo lo que se me ocurrió, al terminar me dijo que había quedado muy caliente y que quería terminar, y me pidió hacérmelo a mí, después de pensarlo varias veces y hablar con él un poco, pensé que si la ocasión venía a mí, pues tenía que aprovecharla, y acepte, resulto que tenía un pene súper pequeño y hasta el condón le quedo flojo, no sentí nada, realmente no estoy seguro de que haya entrado. Ahora mismo no sé si eso conto como mi primera vez.

En otra ocasión borracho fui a una discoteca gay, no pasó nada y me fui, ya en la calle un tipo en un carro se detuvo y me ofreció llevarme, me emocione, subí y se detuvo en una calle oscura, le baje el ziper y me dijo que no que él me haría oral a mí. Otra decepción.

Pensé que ya había terminado de probar y que ya no buscaría otra ocasión, así que con el tiempo deje eso a un lado, seguí mi vida como un heterosexual normal, incluso me case y tuve un hijo. Pero siempre disfrutando las páginas de videos gay, incluso compre un dildo de un pene, y me penetre a mí mismo, y siempre sonando que con ser el pasivo.

Una noche decidí crear una página de twitter donde disfrutaba las fotos de grandes miembros y videos, debo decir que no me gusta el porno, prefiero los videos caseros, me dan la sensación de que esa realidad podría ser la mía.

Navegando decidí postear unas fotos de mis nalgas y otras de mi dildo, al que llamo Lucas, y se las agregue como comentario a un usuario que tenía unos videos masturbándose, disfrutaba sus videos y le comente que introducía el dildo en mi pensando en él.

El me contesto y me agrego, y comenzamos una amistad caliente, en la que nos decíamos cuanto nos deseábamos, nos mandábamos fotos de nuestros miembros y de mi ano. Le envié algunos videos míos introduciendo el dildo, poco a poco fuimos entrando en confianza, hasta entonces no nos habíamos dejado ver el rostro. Un día decidimos que era tiempo de dar el paso y vernos la cara así que comenzamos a un video chat, nos vimos y eso subió el tono de todo. Fue allí que pensé que debo intentarlo de nuevo? Y pensé voy a esperar que él lo diga, porque no quería arruinar lo que ya tenía, un noche el me pidió conocernos, y fue un momento de mucho nervio y miedo, no solo a lo que iba a pasar, sino a que no quería salir decepcionado de nuevo, pero acepte.

Nos vimos en un mall de Queens, él es mexicano, no es un súper guapo pero es muy agradable, cuerpo normal (odio esos cuentos en que todos son cuerpazos, guapísimos y con penes de 35 cm), charlamos, fuimos a comer, nos tomamos un café, caminamos, cuando yo pensaba que no pasaría a mas, me pidió ir a su apartamento, me dijo que vivía en un basement cerca del mall, y fuimos, acordamos que no pasaría nada más de lo que estuviera yo listo para sucediera, llegamos y me dio una cerveza, tomamos 2 o 3 cervezas y el comenzó a tocarme las piernas, la cara, hablando y poco se acercaba más, le deje hacer, cuando el vio que no me rehusaba, comenzó a abrazarme, debo decir que nunca di un beso verdadero a otro hombre, así que ese primer beso fue como si alguien hubiera encendido una llama de dentro de mí, ahora mismo siento nervios, fuego por dentro y mucho deseo de que vuelva a suceder.

Me beso por largo rato, me tocaba y sentía como deseaba que su pene me rozara, con maestría me fue girando hasta que le di la espalda, me beso el cuello, mientras metía sus manos dentro de mi camisa, comenzaba a acariciar mi pecho, llegando a mis pezones, que estaban en llamas, cuando los toco fue como si explotara, la excitación era brutal, el deseo que me corría desde mi pene a los pezones y de allí a mi ano, una electricidad me recorría, sentía como mi trasero me decía quiero hacerlo y será hoy.

Me quito la camisa y beso mi espalda y me daba pequeñas mordidas que me hacían explotar, me sentí femenino, por fin era femenino, por fin era la hembra, su hembra y estaba rendida a sus deseos a lo que él quisiera.

Me giro de nuevo me soltó la correa, y soltó el pantalón, me dejo en ropa interior, yo mientras tanto sobaba su cara y le besaba como si fuera la última vez que iba a besar, le quite la camisa, mientras me besaba el cuello y las orejas, le solté la correa y le baje el pantalón, pero también baje su bóxer, otra explosión dentro de mí, había un hombre frente a mí, excitado por mí, con el pene duro por mí, su pene palpitaba por mí y me deseaba a mí. Sentí que iba a morir de la excitación, sentí que era mi momento, ya no pensaba, ya no sentía más, solo sabía que era para mí y yo para el

Con algo de timidez y seguridad al mismo tiempo empecé a tocar su pene, la sensación fue exquisita, otra vez la electricidad llego de mis manos a mi ano. Sabía lo que quería y lo quería ya. Me desnudo completo y sus manos recorrían mi cuerpo de punta a punta

Sentí una leve presión que hizo o el sobre mí, no sé como pero sabía lo que quería, me estaba pidiendo que bajara, que le besara pero que siguiera el camino correcto hacia abajo, le bese el cuello, el pecho, el abdomen, y entonces lo tuve frente a mí, su pene, moreno como el, con algo de bello, como de unos 16 cm, no muy grueso y con algo de venas, debo decir que me pareció muy bonito, me da risa pensar que en mi mente dije mucho gusto, por alguna razón no atrevía a mirarle la cara, solo veía el pene, lo bese, y le pase la lengua, el sensación fue de placer, de alivio, de cerrar un capitulo que tardo la mitad de mi vida en cerrar.

Con mi inexperiencia le hice un oral, un par de veces me dio saltitos, quizás los dientes o quizás algo hice mal, no lo sé, pero no me detenía, mientras el acariciaba mi cabeza y daba gemiditos. Como estábamos en el sofá él se acostó con un pierna arriba y una abajo, pero se fue acomodando hasta quedar medio sentado, yo entendía porque hasta que sus manos empezaron a acariciar mi espalda, y fueron acomodándome hasta que pudo alcanzar mi ano, acariciaba mi ano y mis nalgas, ame esa sensación, wow, sentir que te desean, que su corazón bombea a mil por hora mí, me mataba, me hacía sentir especial y excitado.

En un momento me pidió que me detuviera y me pregunto si estaba listo, por un segundo me perdí y pensé listo para que, y la idea vino a mi mente como un rayo, me va a penetrar, por fin. Una sensación de miedo, angustia y deseo me invadió. Ya había practicado con el dildo, pero sería lo mismo? Me dolería? Estaba listo? Estaré limpio? Le dije que sí.

Se levantó me tomo de la mano y me llevo a su cuarto, tenía miedo, pero sabía que lo deseaba y lo quería así. Camine con él, se puso detrás de mí y fue allí que sentí por primera vez su pene desnudo tocando la puerta de mi ano. Me excito más, llevo, me acostó boca arriba, mientras me seguía besando y tocando mi cuerpo por completo, instintivamente fui abriendo las piernas y él lo disfruto, me toco y me beso mucho, en momento se separó de mí, yo no quería pensé que se había arrepentido o yo había hecho algo mal, pero el solo saco de su mesa de noche un lubricante y me dijo que no quería hacerme daño, lo agradecí en silencio, no podía pronunciar palabra, regreso a besarme y de nuevo la misma maestría me dio vuelta, me manipulaba como a un títere y yo me dejaba, él era el experto, me coloco en cuatro y puso dos almohadas debajo de mí, mi ano quedo expuesto, era suyo, ya no era yo, ya no mandaba yo sobre mi cuerpo, mi cuerpo y mi ano le pertenecían, mientras me tocaba y me besaba me empezó a poner el lubricante, al principio algo frio, supongo que así como tenía yo la temperatura de alta, todo me parecería muy frio.

Con el lubricante introdujo un dedo y luego dos, yo sabía que mi ano no pondría mucha resistencia por la practica con mi Lucas, bendito Lucas, introdujo dos dedos, pienso que por un momento dudo si de verdad yo era virgen, nunca le pregunte, yo no miraba, solo tenía la cara sumida en la cama, con nervios y mucho deseo solo pensaba que ya casi, y lo deseaba, sentía como salían pequeños gemidos de mi mientras me penetraban sus dedos, sentía riquísimo, no era mi mano, no era un vegetal, no un dildo, era un hombre de verdad que me metía sus deseos, mientras su pene esperaba turno.

De repente dejo de tocarme, y sentí su pene, sabía que era su pene, sentía que mi alma había salido del cuerpo y que podía ver lo que estaba pasando allá atrás, empezó a empujar, debo decir que un dildo es de gran ayudar para dilatar el ano y hacer que se acostumbre, pero jamás será los mismo, al entrar sentí algo de dolor e incomodidad, pero casi de inmediato él se movió, se acomodó y me pregunto si estaba bien, no sé si fue porque gemí un poco fuerte o por como mi cuerpo se retorció, sentí la electricidad de nuevo, pero todo estaba concentrado en mi ano.

No tenía energía en el resto del cuerpo, yo era mi ano y nada más. Empezó a moverse adentro afuera, adentro afuera, adentro y afuera, placer, el cielo, maravilla, mas por favor, quería más. Que rico. Disfrutaba cada centímetro de esa carne que entraba y salía, adiós Lucas, no hay mejor sensación que la carne caliente, palpitante y con sangre corriendo por la venas de un pene. Delicioso, mas, mas. Me quito las almohadas y me hizo acostar completo en la cama, y pensé para mí, si, esa posición era mi sueño, así lo deseaba, estaba el en mi cabeza, no recuerdo si se lo había dicho, quizás sí, me sentía su cuerpo completo sobre mí, sus labios en mi cuello, mi espalda, su manos, creo que tenía 5 manos porque no sabía dónde estaban, las sentía en todos lados. Maravilloso, entraba y salía, mi ano quería más, yo quería más.

El cuerpo humano es una maravilla, porque sentía como propio pene estaba al borde de explotar sin tocarlo. Como era eso posible? Que rico.

Sus gemidos y los míos estaban casi coordinados con las veces que el entraba y salía, me encanto la sensación de que salía casi por completo para volver a entrar, maravilloso sentir toda la extensión del pene entrando y recorriendo cada centímetro de tus entrañas hasta llegar al tope, y sentir la estimulación de la próstata, wow, que sensación, de lo que me había perdido toda mi vida.

El seguía manipulando mi cuerpo a placer, me paraba las nalgas, entraba, salía, me besaba, mordía, en un momento me giro para dejarme de frente, puso un poco de lubricante adicional y con las piernas al aire me volvió a penetrar de frente, podía ver su cara de placer, el movimiento de su pelvis para entrar y salir, otra vez el pensamiento, un hombre gozaba de mí, lo veía, sentía placer, en el espejo de su ropero podía ver casi por completo como entraba y salía, era yo ese que estaba en la cama, ese que le daba placer a un hombre, a mi hombre, mi macho, mi activo.

Esa sensación es maravillosa, no sé si una mujer sentirá lo mismo, pero saberse deseado es más excitante que el mismo acto de tener sexo a mi modo de ver, lo goce tanto, que casi no me di cuenta del tiempo, seguía penetrándome y de un momento a otro, empezó a acelerar, sabía yo lo que venía, empecé a gemir más y más. Me daba más duro, más rápido, con más ganas, podía ver su cara, sentía su pene inflamado de ganas de llenarme de su semen, la sensación era total, yo quería probar otras formas pero él estaba por terminar, así que le deje hacer, quería sentir su esencia dentro de mí, no podía para de disfrutarlo, era un sueño que el terminara por mí, dentro de mí.

Empezó a moverse más rápido, más fuerte, sentía como quería entrar más, ya no se podía sentía sus testículos chocar contra mí, si hubiera podido habría entrado más hasta su cuerpo pero no podía, y entonces, su semen, uno, dos, tres, cuatro disparos dentro, no lo deje salir, él se dio cuenta que yo lo quería adentro, se detuvo un poco y luego siguió moviéndose suave, yo sabía que estaba todo hecho, el me toco el pene solo un poco y también me corrí, fuerte, creo que como nunca lo había hecho. Wow maravilloso.

Se acostó sobre mí, lo besaba, no quería que saliera, lo estaba disfrutando tanto. Nos besamos lo que pudimos, fue saliendo hasta que estaba afuera. Sus jugos corrías dentro de mí, mi ano estaba estaba lleno de su semen, de nuevo la sensación, un hombre se excito tanto por mí que me penetro, disfruto tanto que termino dentro de mí. Lo había hecho, todos mis miedos se fueron, gracias por matar mis miedos con placer.

Él fue al baño y yo fui después de él. Regrese a la cama nos acostamos desnudos, charlamos un rato, lo que siguió después lo contare en otro relato si le ha gustado este.

Quiero aclarar que fue un error y una mala decisión no exigir preservativo, pero no me arrepiento porque quería sentir su semen dentro de mí. No lo volveré a hacer sin preservativo con ninguna pareja, me he hecho muchos exámenes de sida y de todo desde esa vez.

[email protected].

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