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Tiempo de lectura: 3 minutos

Sigo siendo una gatita muy temperamental, creo que hasta me he vuelto ninfómana porque todos los días siento esa necesidad urgente de ser tocada, manoseada, y de tocar a cualquier hombre y ver su verga jugosa. Disfruto ver mucho como un hombre se corre en mi mano y la baña y luego quiero limpiársela pensando en que se corrió por mi. Me han dado muchas ganas de mandarles la verga y tragarme toda sintiéndola dura dentro de mi. Por ello es que a recomendación de mi amo me visto provocativa para que cuando me subo al taxi, al metro, al camión los hombres se fijen en mi. Quizás sea momento de provocar así a mi hombre y hacerlo 24/7 y mantenerlo a él totalmente excitado. Creo que me comprenden. Pasará a contarles mis últimos días. Por cierto, todo ocurre al sur de la ciudad de México. Quizás algún día me los encuentre en el metro barranca y disfruten conmigo. Ojalá las mujeres me escriban sus experiencias.

Teniendo la imagen de su exquisita verga en mi mente, y con mi panochita palpitando y húmeda pensando en su miel brotando de ella, deseando probarla y lamerla, así como toda su verga y sus huevos, estaba realmente caliente y deseaba tocada por manos extrañas que me hicieran estar cerca de la puta que mi Amo quiere,

Así de caliente tomé un taxi (el Didi se iba a tardar mucho), lo manejaba un joven debo decir que atractivo, tez morena, cabello chino, ojos negros, pestañas chinas y cejas pobladas, delgado,

Iba con su cubre bocas y guantes negros, camisa negra y pantalón de mezclilla.

Amable desde que me subí y fijando su mirada en la blusa y las nenas que se transparentaban,

Le dije a donde me dirigía y me dijo que iba a ser un gusto llevar a una mujer tan guapa, me sonreí y le dije gracias, en el camino, me mencionó que no pretendía incomodarme, pero que tenía unas nenas muy lindas y que con la blusa y el bra me veía muy sensual, le contesté que no le incomodaba y que al contrario me gustaba que lo dijera, “que se te antojaría hacerles” le pregunté, y rápidamente contesto, que tocarlas, acariciarlas, apretándolas, le dije que siguiera que me estaba calentando, y abrí mis piernas para empezar a tocarme, mientras seguía diciendo que me mordería, suavemente los pezones, haciéndome gemir, “te gusta que te muerdan” me pregunto, siiii claro, me prende mucho que lo hagan (seguía yo atendiéndome muy rico, sentía como mi panochita se humedecía más) me estas excitando mucho, estoy mojada, que mas harías?, “lamería y con ambas manos las pondría entre mi verga para que las aprietas con ellas” delicioso, de verdad me gusta lo que dices.

Estaba tan caliente y al ver que se tocaba con una mano su verga, no pude contenerme y me corrí, gemí delicioso y él dijo extasiado “que rico te viniste, debes estar muy caliente y con ganas de coger”.

Le contesté que así era, que no quería tocar mis nenas y hacer lo que quería hacer con ellas, busco un lugar en el que pudiera detenerse y así lo hizo, esta vez yo me pase al frente y primero por encima de la blusa y después por abajo de ella , las acaricio, manoseó, subió la blusa y el bra y las lamió tal y como lo dijo, dándole un pequeño mordisco al final, mientras yo frotaba con mi mano su verga buscando sacarla, logre meterla con dificultad, el pantalón le quedaba justo, pero su verga se sentía muuuy bien gruesa, el entre el manoseó (para ya se había quitado los guantes y sus manos se sentían húmedas sobre mi) con su lengua recorría mis nenas y pezones y con sus mano manoseaba la otra alternando, también se dio la maña de tocarme la otra la panochita, la cual volvió a humedecerse y palpitar rápidamente hasta que me invadió un rico orgasmo. Mmmm igual que él, se recostó en mi hombro emitiendo un gemido exquisito, me beso el hombro y el cuello, y me dijo al oído “que rico me vine, la jalas delicioso, debes de mamarla mejor” su lechita me cubría mi mano, la limpie (mi mano y me acomode la blusa) y él se acomodó para que se la limpiara y me dijo que “con la boca, lame mi leche” lo mire un rato y vi si aún la calle estaba vacía, y así era. Empecé con lamiéndolo en la parte de arriba, sabía y olía como a dulce pero insípida, baje mi lengua por ella y lo veía como disfrutaba que lo hiciera, al último metí toda mi boca en ella para mamársela y dejarla muy limpia.

Y me dio mucha risa, por lo que hacía, me vio un poco desconcertado, “pasa algo”

No, esto le va a encantar a mi pareja cuando se lo cuente, y eso platicamos ya para ir al metro.

En el metro no pasó mucho, solo que se me quedaron viendo. Me fui sentada pensando en lo que había pasado y como se lo contaría.

10-09-2020

El verlo ayer me emocionó mucho, y obviamente también elevó aún más mi calentura, me vestí como le dije con el vestido café a media pierna, con medias y sin bragas sentía como el frío se filtraba por mis piernas y se instalaba en mi panochita, con esa sensación y mi calentura me subí otra vez a un taxi (como ayer me fue bien, creí que se podía repetir.

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