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Mi primer acercamiento con el sexo
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Tiempo de lectura: 9 minutos

Mi vida siempre había sido normal sin muchas sorpresas o novedades en ella, era la típica chica tímida, que se limitaba solo a responder cuando me hablaban y que rara vez hacía algún aporte en una conversación, eso sí, desde chica y pese a mi timidez, nunca me faltaron pretendientes, por fortuna desde chica siempre he sido una chica atractiva, soy blanca, contextura delgada, pelo negro largo, 1,57 de estatura, unos pechos 36c y un culito que a día de hoy es mi mayor atractivo.

Llegué a los 18 sin haber tenido sexo, lo poco que conocía era por videos porno que mis compañeros se pasaban y por las experiencias que charlaban mis amigas, en mi vida solo sentía en ocasiones leves atracciones por chicos, pero jamás los veía con ganas de sexo, tampoco era mucho de tocarme, esas ganas nacieron a partir de haber empezado a tener calenturas y pensamientos lujuriosos que me encaminarían a ser la putita que soy hoy.

Hoy les contaré la experiencia de mi primera vez, cómo ese chico que simplemente me robó un beso despertó en mí una lujuria incontrolable, si este relato tiene éxito y les gusta, con gusto seguiré compartiendo más de mis experiencias y travesías en el mundo del sexo.

Recién terminaba mis estudios en el colegio, además en ese año cumplí los 18 y ya era mayor de edad así que aspiraba a tener una buena independencia de mi vida. Fui una distinguida estudiante quien sacó de las más altas calificaciones en mi escuela, como recompensa a esa buena labor, mis padres pensaban regalarme un viaje a la playa para que celebráramos ese acontecimiento, pero primero debía asistir a una fiesta que se realizaría a los recién graduados como conmemoración, realmente tenía pocas ganas de ir, la mayoría de mis compañeros me caían bastante mal y no quería volver a verles la cara así fuera por última vez, pero mi mejor amiga insistió en que fuera y la acompañara a este evento y, por gratitud, decidí ir y que este fuera mi último contacto con esa gente, o al menos eso era lo que pensaba.

Llegó el día, viernes por la noche, pese a mi poco interés en ir, decidí ponerme bastante guapa para esa noche, usé un vestido de escote negro que me llegaba un poco más hasta arriba de las rodillas, unos tacones negros, también tenía muy arreglado el pelo ya que había asistido previamente a la peluquería y usé un labial rojo carmesí que hacía resaltar mis labios.

A eso de las 6 llega mi amiga en el coche de su padre, mi papá me dice que a más tardar a eso de las 11 me esperaba en casa, me despido y subo al auto, en el camino, mientras hablaba con mi amiga, noto como por el retrovisor el padre de ella me mira constantemente, me sentí un poco incomoda al principio pero al rato me hacía sentir que estaba guapa y llamativa y eso me encendió un poco, llegamos al lugar que era una finca y, el padre de mi amiga, nos dice que a las 10.30 viene a recogernos, no sin antes despedirse y que mirara levemente hacia mis pechos.

Entramos y había mucha gente, estaban todas las personas de diferentes grupos del último año de la escuela, no me despegaba en ningún momento de mi amiga y solo me limitaba a saludar a quien nos encontrábamos, al ir adentrándonos en la finca notaba como los chicos me miraban y se decían cosas entre ellos, eso me hizo sentir algo de pena al principio, pero a la vez en el fondo, sentía algo de gusto y placer en esas miradas. Nos sentamos en una mesa con unas amigas, charlábamos mientras hacían alguna intervención al micrófono sobre agradecimientos, despedidas y cosas así, más tarde llegó el momento del baile, mis amigas se levantaron y salieron con sus novios o amigos a la pista, yo en cambio, me quedé sentada ya que poco conocía o trataba con los demás chicos.

Unos minutos más tarde mientras bebía algún trago, sentí un brazo en mi hombro, sorprendida volteé y vi a un chico llamado Pablo de otro grupo, me pidió sentarse a mi lado y se lo permití, era un chico muy agradable, rompió el hielo fácil conmigo cosa que era difícil de hacer, mientras charlábamos me llamó la atención lo guapo que era, alguna vez lo había visto por ahí en la escuela pero sin mucho detalle, ahora más de cerca lograba apreciar a ese chico alto, de unos 1,80 de estatura, un pelo corto negro bien cuidado, traía unos jeans y una camisa blanca, tenía unos ojos verdes que me envolvían en su mirada mientras hablábamos, hasta que en un momento, me pidió que lo acompañara a bailar, se me hacía tan agradable el poco rato que habíamos tratado que me convenció al final de acompañarlo.

Ya en la sala bailamos un buen rato, pese a mi torpeza, el me guiaba y trataba de seguirle el paso, todo esto hasta que pusieron música tipo reggaetón y trap, allí los demás se descontrolaron y empezaron a perrear y tocarse y besarse sin disimulo alguno, voltee a mirar a Pablo y ya estaba muy cerca de mí, estaba un poco tomado, me abrazó lentamente y se acercó a mí de a poco hasta que me dio un beso, no me lo esperaba, pero al sentir ese contacto con sus labios, un escalofrío recorrió mi cuerpo, estaba un poco en shock pero me dejé llevar por el momento, en verdad lo estaba disfrutando, sentía cómo una sensación de calentura llegaba a mi cabeza y me hacía sentir de a poco deseosa que pasara algo más, pasados unos minutos, deja de besarme y se acerca a mi oído a decirme

-quería decirte algo, te traigo unas ganas enormes de comerte desde hace años, quiero agarrarte esas tetas tan ricas que tienes y llenarte de mí lechita para luego darte bien rico por esa conchita tuya.

Al decirme eso me dejó helada, no pensaba escuchar eso esa noche y me quedé en silencio y en shock por un momento hasta que retomó:

-mira a tu alrededor, todos estos chicos hablan de lo rica que estás hoy, de cómo se marcan esas tetas en ese vestidito que traes, eres el morbo de todos hoy preciosa-

Miraba a mi alrededor y si, más allá de los que bailaban y se comían en la pista, había chicos en grupos viéndonos y hablando entre ellos, regresé mi atención hacia él y retomó:

– sé que tú también traes ganas preciosa, acompáñame a una habitación que te quiero enseñar algo-

El escuchar todo esto despertó más esa calentura que había empezado a sentir, me hacía ya una idea de que pasaría en ese cuarto, pero, aunque un poco nerviosa, empezaba a sentirme deseosa de que pasara algo más con ese chico que me había cautivado completamente.

Me llevó de la mano a un cuarto donde nos encerramos, comenzó a besarme ferozmente y con muchas ganas, en mi vida había recibido solo uno que otro besito genuino, pero no besos de tal magnitud, mientras me besaba empezaba a agarrarme de mi culito y eso me hizo pegar un saltito y dio paso a un escalofrío que recorrió mi cuerpo al sentir todo eso.

Estaba completamente poseída por el placer, nunca antes había sentido tal sensación, por ese chico apuesto con que apenas y había cruzado un par de palabras esa misma noche y ahora nos encontrábamos en esta situación tan candente, se separó de mí y me dijo:

-que rica estás, me la tienes durísima, ven y sácame mi verga que ya quiere salir.

Estaba ansiosa en ese momento, nunca antes había visto y tocado una verga en persona, solo las conocía por videos e imágenes que encontraba en internet, me quité mis tacones y me arrodillé al borde de la cama, recordaba brevemente lo que había visto en algunos videos porno donde la actriz le bajaba los pantalones al actor de turno para devorarle su verga, eso mismo pensé que debía hacer en ese instante.

Al bajarle su pantalón me llevé una gran sorpresa, me topé con unos boxers rojos donde se podía apreciar un gran bulto que se marcaba, me ruboricé un poco por la sorpresa que tenía, bajé sus interiores y de repente salió disparado esa verga que pedía a gritos salir, quedé con la boca abierta, era un pene grande, recto, de unos 19 cm, con unas venas marcadas y algo grueso, Pablo sonrió y me dijo:

-jeje ya ves lo que te vas a comer preciosa, todo esto es solo para ti, adelante

Me tiré el pelo un poco para atrás y agarré su pene con mi mano, sentía como esa gran verga palpitaba y tiraba un poco de líquido preseminal, recordé nuevamente lo que veía en los videos porno y cerré los ojos y me metí su pene en mi boca, sentía un sabor un poco amargo pero gustoso, sentía en mi boca como palpitaba aquel palo que estaba saboreando, no logré meterlo del todo en mi boca así que empecé a chupársela hasta la mitad, apretaba un poco mi boca y subía y bajaba lentamente, Pablo me dijo:

-vaya, sí que la sabes chupar, pero quiero que te la metas toda en tu boca, te voy a ayudar un poco.

El puso su mano en mi cabeza y la empujaba para que mi boquita entrara mas en su pene, sentía como entraba esa gran verga con un poco de dificultad pero gustosa lo seguía disfrutando, me tuvo así un ratito hasta que empecé a hacer arcadas, el jaló de mi pelo nuevamente hacia afuera y logré sacar mi pene de su boca, me quedé viendo ese pene erecto cubierto de mis babas, cómo permanecía allí erguido esperando más, mientras que a mi se me deslizaba un poco la pestañita por las lágrimas que había producido mientras apretaban mi cabeza a esa deliciosa verga, Pablo se paró y me dijo:

-acuéstate preciosa, que ahora me toca a mí.

Me agarró de mi cintura y me tiró a la cama, bajó el escote de mi vestido para poder apreciar mis pechos, agarraba mis pezones y les daba pequeños pellizcos que me hacían estremecer y disfrutarlo, todo esto mientras me besaba apasionadamente, luego, empezó a chuparme las tetas y, a su vez, sentía como tocaba con sus dedos los pantys que traía puestos de interiores.

Me volvía loca al sentir sus dedos pasando por encima de mis interiores, era una sensación de placer que generaban en mi unos pequeños gemidos que soltaba, Pablo dejó de comerme las tetas y se levantó a meterse un dedo a su boca, luego se acercó y me dijo:

-quiero meterte mis dedos para empezar a abrir allí abajo

Estaba un poco asustada, era la primera vez que un hombre tocaría y bebería de mi sexo, al bajar, sentía como Pablo bajaba lentamente mis pantys hasta que logró sacarlos del todo y los arrojó a un lado, al meter un dedo, sentí como mi cuerpo se estremecía por completo, jamás había sentido tal sensación, una mezcla de dolor, placer y algo de morbo sobre esa primera experiencia que tenía en mi vida, de a poco fue metiendo otro de sus dedos y ya empezaba a dejarme de a poco lista para la penetración, en un momento sube y me dice:

-veo que eres virgen preciosa, que suerte la mía de poder estrenarte y que suerte para ti poder debutar con una verga como esta.

Le dije que lo hiciera despacio, que no quería sufrir mucho en mi primera vez, el asintió y me dijo que no me preocupara, que iríamos poco a poco y que me lo haría sin prisa, vi como a sacar de un bolso un condón que puso de inmediato en su pene, no sin antes lubricarlo un poco, se puso encima de mi mientras agarraba su pene e intentaba acomodarlo en mi coñito, al principió costó un poco ya que me dolían sus intentos de que me lo metiera, pero al fin logró dar la puntada, empezaba a meter de a poco su pene en mi vagina, sentía como su puntita causaba un poco de dolor dentro de mí, pero este se apaciguaba con los besos apasionados que me daba Pablo, en un momento, su delicioso pene logró entrar casi del todo en mí, Pablo me dijo:

-ya está preciosa, no te preocupes, déjate llevar y disfrútalo, vas a quedar bien cogidita.

Y así fue, el dolor pasó y llegó a mi una oleada de sensaciones inexplicables de esa penetración que me estaban dando, por un momento mi mente se sintió despejada y pensaba cómo había terminado aquí, cogida por un macho apuesto y más grande que yo, empalada por una gran verga para ser mi primera vez, me sentía afortunada de recibir tal premio, Pablo empezó a subirle al ritmo y penetrarme un poco mas rápido, sentía como si me estuviera removiendo las tripas de la cogida que me estaba dando, estaba empezando a gemir bastante y el se acercaba y me besaba mientras me agarraba del pelo, sus embestidas me pusieron a ver estrellas, estaba completamente entregada a este chico quien me estaba dando una de las mejores noches de mi vida, en un momento, el se levantó y me tiró boca abajo, me dijo:

-te voy a dar de perrito preciosa, quiero agarrar y admirar ese culito que me estoy comiendo.

Empezó a clavarme nuevamente, sentía que su pene entraría hasta mi estómago y por ello me agarraba fuertemente de una almohada mientras que la cama se movía de un lado a otro por la faena sexual que se estaba viviendo, el momento clímax llegó cuando ya estaba completamente extasiada, Pablo frenó un momento y al instante, ¡boom! Me mete toda su verga de una embestida implacable que arremetió dentro de mí, al sentirlo, pegué un grito que significaba la consumación de esa noche de iniciación, no sentía mi cuerpo, levemente sentía como me temblaban un poco las piernas, abrazaba la almohada mientras disfrutaba de ese éxtasis que acababa de vivir, pero Pablo aún no había terminado, me agarró de mi cintura nuevamente y me volcó en posición de misionero para seguir dándome mientras me besaba apasionadamente, así hasta que llegó a decirme.

-levántate preciosa, ahora me toca a mí, arrodíllate y recibe tu premio

Le hice caso, me arrodillé, el se masturbaba su pene mientras gemía y llegó el momento, de su verga salió disparada una ráfaga de semen, me empapó toda mi carita, al terminar, restregó su verga en mi cara cubierta de su leche y me la metió nuevamente en mi boca, después me levantó y me limpió la carita, me dio un beso nuevamente y me susurró:

-que rico estuvo preciosa, estás muy rica, espero volver a repetirlo y experimentar más contigo.

Nos vestimos, yo estaba ya con el pelo desarreglado, me tocó echarme un poco de agua en mi cara para que no se viera como se había derramado mi pestañina, me subí mi escote, acomodé mi vestido y salí primero de la habitación mientras Pablo se quedó allí un rato mas para esperar, al salir me encuentro con mi amiga y me dice:

-donde estabas? Papá nos está esperando afuera, vamos 10 minutos tarde.

Salimos apresuradas y subimos al coche, el camino fue mas bien silencioso, yo estaba sumergida en mis pensamientos rememorando todo lo que acababa de pasar mientras soltaba una sonrisa pícara en el auto, al llegar a casa me despido de mi amiga y me encuentro con papá, me pregunta asombrado qué me pasó, que por qué estaba tan desarreglada, le expliqué que habíamos hecho muchas dinámicas y juegos y por eso andaba así, mi sorpresa fue cuando me preguntó por le que tenia regado en el escote de mi vestido, al mirar al espejo noté sorprendida como había un poco de semen de Pablo que no me había percatado en limpiar antes.

Le dije a mi padre que había sido un poco de yogurt que se me había regado, como ya estaba tarde y estábamos próximos al viaje, no hubo mas interrogatorio y nos fuimos todos a dormir, llegué a mi habitación y me quité el vestido y mis tacones, solo eso, ya que mis pantys quedaron en manos de aquel chico que me desvirgó y me hizo suya, me bañé, me puse mi pijama y dormí plácidamente como hacía rato que no lo hacía, feliz por haber sido cogida por primera vez y empezar a disfrutar de los encantos y pasiones que desata el sexo, de las cuales lamenté después el haber perdido tanto tiempo para probarlo.

Dos días después me iría al viaje, donde no solo sería ir a conocer el mar y disfrutar de sus playas, también tendría tiempo para otras cositas más… Pero esto queda para otro relato.

Si les gustó no duden en dejar sus buenas valoraciones para seguir con los relatos, es mi primera vez haciendo esto así que recibo todo tipo de sugerencias, también quedaré agradecida con los comentarios que me dejen (de valoración o calentura) para estarlos leyendo y tenerlos presentes, muchas gracias a todos por sacar tiempo para leerme, besitos a todos.

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