back to top
InicioAmor filalMi prima Lupe

Mi prima Lupe
M

el

|

visitas

y

comentarios

Apoya a los autores/as con likes y comentarios. No cuestan nada.
Tiempo de lectura: 5 minutos

Les conté sobre Violeta, una ex tía que me devoré hace algunos años, pues bueno hoy les hablaré de su hija Lupe, es mi prima y tiene 19 años, nunca la había visto con morbo hasta apenas hace unas semanas que ocurrió algo inesperado y rico.

Lupe es guapa, tiene las nalgas firmes y buena pierna, me recuerda mucho a su mama, ya que al igual que ella, mi primita es muy fácil.

Mi familia salió a un paseo, por alguna razón extraña ella me llevo comida a mi casa, la verdad por más que trato de pensar porque fue ella no encuentro la respuesta, pero bueno, yo al principio me dedique a comer en lo que ella lavaba unos trastes de mi fregadero, la voltee a ver y me di cuenta lo mucho que maduro, traía una licra que dejaba ver su tanga y sus ricas nalgas, ella volteaba y me sonreía, yo comía pero no podía dejar de mirarle sus nalgas y es que, ya había tenido experiencias incestuosas pero ella es una de mis primas menores y la verdad me daba pena y me sentía mal de los pensamientos que invadían mi cabeza!

Terminé de comer y ella se sentó frente a mí, sonriendo coquetamente comenzamos a charlar, en ese momento me di cuenta que nunca había intercambiado muchas palabras con ella, hablamos un rato de cómo le iba en la prepa ya que aún estaba en el sexto semestre, ¡pero yo no podía de dejarle de ver las tetas!

¡Ya todo cachondo decidí llevar esto a algo más perverso y malévolo!

L: ¡Oye prima quieres una cervecita!

Lu: ¡Hay primo, no sé, me da pena contigo

L: ¿Pena? ¿Y eso por qué?

Lu: Es que tú eres el mayor y yo te respeto, ¡además mi papa se molestaría un poco!

L: No creo que mi tío se enoje, más porque estás conmigo, además Lety y los demás no están, ¡no hay problema!

Lu: Ok, ¡pero solo una eh!

Ambos tomamos una corona, la manera en cómo se metía la botella en la boca y como me miraba me decía que era una tremenda zorra lo cual me puso cachondisimo, paso el tiempo y una cerveza se convirtió ya en casi un cartón entero, ella puso música se puso a bailar, bailaba sensualmente y provocadoramente, ¡yo la tenía piradísima al ver como movía sus nalgas y me miraba incitándome a lago más!

Lu: Que rico ambiente primo, ¡ven vamos a bailar!

L: Bailas bien prima, ¡te mueves muy bien!

Lu: ¡Ven primo baila pegadito conmigo!

Ella me arrimo sus nalgas en mi pene duro, no fue tonta sintió como mis 21 cm estaban durísimos, así que ella comenzó mover sus nalgas en círculos sobre mí, uf, que rico sentía, ¡yo le acariciaba la cadera y los brazos!

L: ¡Que rico te mueves Lupe!

Lu: Uf, que traes ahí primo, ¿en serio así son?

L: ¿Que nunca has visto uno?

Lu: Solo en películas, ¡pero que rico se siente!

L: ¿Has tenido sexo?

Lu: ¡Primo!, que pregunta es esa!

L: Solo curiosidad, es que te mueves muy rico, ¡para tener 19 años!

Lu: Solo eh tenido fajes, todo por encimita, mi novio lo intento hace unos días, ¡pero termino pronto y ya no pudo levantarlo!

L: ¡No lo culpo, estás tremenda!

Lu: Y estoy ansiosa desde ese día, ¡pensé que dejaría mi virginidad aun lado jajá!

L: Si gustas te puedo ayudar hermosa, ¡todo por la familia!

Me miro anonadada, le tome la cintura y le di un tremendo bes, sus labios suaves y jóvenes ensalivaron riquísimo los míos, seguí besándola y la lleve al sofá, ahí caímos juntos, le comencé a besar su cuello mientras mis manos tocaban sus piernas, ella cerraba los ojos y lanzaba gemidos suaves, le besaba su cuello y mi verga acariciaba su vagina por encima de su ropa, ella comenzó a humedecerse, yo como todo un cazador la empecé a moldear a mi forma, me baje el pantalón y mi bóxer dejando mis 21 cm frente a ella!

L: ¡Ven nena, chúpalo!

Lu: ¡Dios mío, que grande!

L: ¡Ven, mamarla rico Lupe!

Lu: ¿Como, así?

Empezó lamiendo mi tronco, su pequeña lengua daba geniales lamidas, ¡me acariciaba con su manita y me miraba confundida!

L: ¡Si, así está bien nena, lo hace bien!

Comenzó hacer lo mismo con la cabecita de mi pene, la lamia riquísimo, mi verga ase ponía dura y dura, abrió su boca y la introdujo lentamente, mientras sentía como su boquita apenas si podía abrirse, que rica mamada, ¡la tome de la cabeza ay la ayude a que entrara mejor!

Lu: ¡Que rica verga tienes primo, me encanta su sabor!

L: ¡Eres una experta mamando nena, uf!

¡Me la mamo un buen rato, después de darle de comer verga, me decidí a comerme su coño virgen, la desnude totalmente, dios mío, que rico cuerpo tiene, todo firme y sin estrías, blanquito y su coñito dios, un poco velludo pero cerradísimo, eso me volvió loco!

La acosté en el sofá y comencé a besarle sus pies subiendo por sus piernas, me entretuve con sus entrepiernas hasta que pro fi llegué al plato fuerte, su rico coño, ella tembló al sentir cómo mi lengua rosaba sus labios vaginales

¡Levante sus piernas para verlo mejor, notaba como aun tenia himen, eso me prendió, le ensalivaba todo, no quería meterle toda mi lengua así que solo jugaba su clítoris, ella gemía y gemía, yo comía su juventud hermosa!

Le provoqué su primer orgasmo, ella temblaba como loca, gritaba y se humedecía más y más, ¡entonces supe que ya momento de quitarle su virginidad!

Sin condón, empecé a ponerle la cabeza de mi pene en la entrada de su gloria, ella cerraba los ojos, entonces yo empecé a empujársela suavemente, sentía como si estuviera rompiendo algo, ella gritaba y se mordía su brazo, sus gritos de dolor me ponían a mil, entonces le metía más y más, ¡hasta casi por completo!

L: Que apretada, ¡eres una virgen rica prima!

¡Fue entonces que comencé mis movimientos, eran suaves, ella ya no gritaba de dolor si no de placer, levantando sus piernas mi verga entraba y salía ya más fácil, su humedad ayudo mucho, le mordía sus dedos de los pies y le apretaba sus tetas, me subí encima de ella, en la posición tradicional, le besaba su cuello y sus tetas, los gemidos de ella se escuchaban en toda la casa!

Lu: ¡Así Luis, que rico, ah, dios, ah!

L: Uf, Lupe, que rico, ¡uf!

Lu: ¡Dios mío, ah! ¡Esto es la gloria, así que por eso todos se vuelven loco por el sexo, es lo máximo!

¡La puse encima de mí, cabalgaba riquísimo, yo le acariciaba sus nalgas en lo que ella, se dejaba caer sobre mí, le apretaba el cabello y la levantaba con mis movimientos!

Lu: ¡Que rico, Luis, así no pares, dios mío!

L: ¡Coges rico bebe, uf, uf, ahora eres mi perra!

Lu: ¡Si, soy la perra de mi primo mayor, uf!

¡La puse en cuatro en el sofá, la embestí fuerte, ya a esas alturas mi verga entraba con facilidad, su coño ya era mío, le daba de nalgadas y le jalaba el cabello, me acercaba para poder acariciarle sus tetas y sus pezones!

L: ¡Lupe, que rico, dios mío!

Lu: Ah, que rico, ¡ah empújamela más uf!

Me senté en el sofá y la cargué viéndome de frente, nos besábamos mientras ella movía su cadera y dejaba caerse sobre mi verga, nuestras lenguas entraban en las bocas de ambos, sus pezones eran mordidos fuerte, ella me arañaba la espalda, uf, ¡que rico era coger con esa joven!

Lu: ¡Primo, siento que me vengo, uf!

L: ¡Si nena, termina, mójame la verga!

Lu: ¿Dios mío, que es esto?

L: ¡Es la gloria bebe!

Lu: Uf, que rico, que rico se siente, ¡dios!

¡Se chorreo toda sobre mí, yo seguía besándola pasionalmente, pero aun no terminaba, la volví a acostar en el sofá, le abrí las piernas y las puse en mis hombros, mis embestidas eran fuertes, ella todavía vibraba del orgasmo que había tenido, yo le besaba las tetas y seguía moviéndome!

L: Sácame la leche prima, muévete, ¡muévete rico!

Lu: Sácala primo, uf, ¡saca tu leche!

L: ¡Zorra, sabía que eras así!

Lu: ¿Por?

L: ¡Instinto, jajá!

Seguí ensartándola hasta que mis huevos comenzaron a hincharse, en ese momento le saque la verga y termine llenándola de leche en todo su cuerpo, me había ordeñado riquísimo ya que no paraba de salir, ese polvo fue riquísimo y duradero, para ser virgen cogió delicioso, ¡ella embarrada de mi semen se lamia los dedos y se lo embarraba en todo su cuerpo!

Repose a lado de ella, mientras se vestía y al parecer ella arrepentida me decía que ya se tenía que ir, que su papa la estaba buscando, yo la deje ir dándole una tremenda nalgada y un beso y diciéndole “ahora eres mía”, ella me sonrió y se fue, ¡yo me quede recordando su rico cuerpo que ahora ya era mío!

Compartir relato
Autor

Comparte y síguenos en redes

Populares

Novedades

Comentarios

DEJA UN COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los comentarios que contengan palabras que puedan ofender a otros, serán eliminados automáticamente.
También serán eliminados los comentarios con datos personales: enlaces a páginas o sitios web, correos electrónicos, números de teléfono, WhatsApp, direcciones, etc. Este tipo de datos puede ser utilizado para perjudicar a terceros.