En mi relato anterior pude contar sobre mi primera aventura con Junis, que era mi apoyo en el hogar como empleada doméstica, ella tenía en ese momento 25 años, de cuerpo pequeño, delgada, unas tetas pequeñas pero uniformes y un culo bien parado y firme.
Pasamos múltiples noches en las que esperábamos que mis hijas se quedaran dormidas para que ella se pasara a mi cuarto, llegaba cubierta de una sábana lista para disfrutar, no esperaba a cruzar palabras tomada mi verga con sus manos y me mostraba la habilidad que tenía con su boca, me pasaban corriente con cada chupada, era una artista con la boca, después se acostaba con las piernas muy abiertas y su raja húmeda, mi boca y mi lengua se deleitaban dándole placer mientras con mis dedos frotaba por dentro su punto G.
Se venía con gritos fuertes, con el primer orgasmo me pedía que se la metiera hasta el fondo, me ponía más acelerado y empezaba a bombear esa deliciosa concha hasta terminar dentro de ella. Empecé a descubrir a una mujer muy caliente que tomaba más confianza y me dejaba descubrir esa boca sucia con sus palabras que me ponían a mil.
-Métemela fuerte.
-Hasta el fondo papi.
-Quiero tu leche.
-Párteme esa cuca.
Se montaba y se meneaba como una autentica batidora, era una experta en la cama, al terminar se quedaba acostada al lado mientras me acariciaba el pene, así dormía un rato y volvía a su cuarto, parece una fantasía, pero todo ocurrió realmente y de forma mágica.