Hola a todos. Este es mi primer relato y se trata de una mezcla de sucesos reales e imaginarios que acaban en la fantasía de un joven. Pero quien sabe, nunca es tarde para que dichas fantasías puedan volverse realidad.
Como todos los años, he acudido a mi pueblo de veraneo en la costa cántabra. Se trata de un pueblo con una magnifica playa y al que acuden muchísimos veraneantes en las fechas veraniegas. A diferencia de años anteriores, este he ido a finales de julio por lo que mis amigos no vendrían hasta comienzos de agosto. Siempre he sido un gran amante de la playa por lo que nada más llegar, decidí bajar a la playa y darme el que sería el primer baño de la temporada. Al salir del agua, busqué una zona en las dunas donde tomaría el sol y descansaría el resto de la tarde. Se trataba del primer día, por lo que tras pasar unas horas al sol decidí ir a casa y descansar.
La semana se presentaba tranquila, aprovechaba las mañanas para ir a correr o andar en bici y tras el deporte diario bajaba a la zona de la duna que me gustaba a tomar el sol mientras escuchaba música o leía alguno de mis libros.
Estando en la duna vi que, a unos escasos veinte metros de mí, se sentaba un matrimonio en el que ambos tendrían alrededor de unos 40 años. El solía pasar largos ratos al teléfono hablando de temas laborales y ella en cambio disfrutaba del sol junto alguna revista o lectura. Desde el primer momento me llamó la atención aquella mujer. Morena con ojos claros, tenía un cuerpo llamativo, era delgada con un culo atractivo y unos pechos de buen tamaño y firmes que llamaron mi atención. Le gustaba vestir con un bañador ajustado que resaltase su culo y dejase poco a la imaginación. Me quedé mirándola y creo que me pilló, pero continuó tomando el sol con su marido. Pasaron las horas del día y decidí volverme a casa.
Al día siguiente, volví a la misma zona y allí estaban ya ellos. En un momento vi que su marido marchaba a dar un paseo por la playa y nada más marchar ella aprovechó para hacer topless, algo que hizo que mis ojos se fijasen en sus llamativas tetas y que mi pene creciese y se marcase en el bañador. Ella se debió de dar cuenta y sonrió. Yo muerto de vergüenza traté de disimular y continué tomando el sol. Al cabo de un rato decidí bajar el calentón dándome un baño en la mar, pero cuando volvía a mi toalla me crucé con ella y volvió a sonreír mientras miraba mi entrepierna.
Tras volver del agua, comenzó a untarse la crema del sol por todo su cuerpo lentamente de una manera muy sensual y vi que en varias ocasiones giraba la vista hacia mí con gestos provocativos. Un rato más tarde volvía su marido del paseo y marcharon a casa. Al poco rato yo también marché a casa con un calentón enorme por lo que tuve que hacerme una paja pensando en aquella mujer.
Los próximos días fueron muy similares. Continuos cruces de miradas y posturas provocadoras queriendo llamar mi atención, hasta que un día acudió ella sola a la playa. Ese día estaba en la playa en topless con un bañador de estilo tanga y con el que con su juego de piernas podía percibir que estaba depilada. Esto hizo que mi pene estuviese totalmente erecto, pero a diferencia de la vez anterior y al estar solos en aquella duna no la oculté y vi que a ella le puso cachonda la situación. Sus pezones estaban duros y mordía su labio en numerosas ocasiones mientras me miraba. Las miradas eran mutuas y ambos estábamos muy cachondos, pero llegó su marido y tuvimos que disimular la situación.
Al otro día, unos familiares me invitaron a comer y a pasar el día en la piscina de su residencia por lo que pensaba que se acabaría el juego de todos esos días anteriores. Estando disfrutando de un baño en la piscina vi que la pareja de la playa entraba a esa misma residencia. No me lo podía creer, la suerte estaba de mi lado. Cogieron sitio en el jardín y la mujer entró a la piscina. Al pasar cerca de mí ella pasó su mano sobre mi pene por encima del bañador. ¡¡Esa mujer quería jugar conmigo en todos los sitios!! Al salir de la piscina y sin que nadie la viera introdujo su mano en mi bañador, y acarició mi pene erecto en aquel momento, mordió su labio y se marchó mientras me mirada echando la vista atrás.
Tenía que hacer algo, agosto estaba al llegar y quería poder follarme a esa mujer como fuera. Al día siguiente en la playa, en el momento en el que fue a darse un baño con su marido, aproveché para introducir en un papel mi número de teléfono en el libro que estaba leyendo. No sabía si lo vería, pero era una de las pocas oportunidades que tenía para poder seguir en contacto con ella. Esa misma noche recibí un whatsapp de ella con una foto en la que me mostraba sus tetas y me decía lo siguiente: “Mañana estaré sola en mi casa. Estas tetas son tuyas y sacaré toda la leche de tu polla sobre ellas” y me mando su dirección.
Esa noche apenas pude dormir. Tendría a la mujer con la que había fantaseado todos esos días para mí. Una vez llegó la hora, acudí a su casa. Toqué el timbre y me adentré en su interior. Pude verla a ella sobre el sofá del salón, con el diminuto tanga que usaba en la playa y mostrándome las tetas con los pezones en punta. No nos pudimos resistir, nos comimos la boca y comencé a chupar aquellas tetas y mordisquear esos pezones con los que soñaba. Ella rápidamente me quitó la camiseta y los pantalones y comenzó con una tremenda mamada. Estaba muy cachondo quiso que le metiese la polla en su coño que por aquel entonces estaba empapadísimo.
Comenzamos un intenso mete saca en varias posturas. Ella gemía y gritaba en cada embestida, estábamos gozando como dos adolescentes locos por follar. Estaba a punto de correrme y antes de hacerlo, ella saco mi polla y apunto sobre sus tetas. Mi semen salió disparado sobre ellas y sobre su boca y acabó chupando todo lo que quedaba. Ambos quedamos rendidos sobre el sofá habiendo disfrutado de la tan deseada situación. El día continúo follando en varios lugares de su casa y cumpliendo las fantasías que ambos teníamos por cumplir.
Al día siguiente comenzaba agosto, vinieron todos los amigos con los que veraneaba en el pueblo y ella marchaba junto a su marido dos semanas a las islas baleares. Por las noches seguimos mandándonos fotos calientes y quedamos en que seguiríamos viéndonos siempre que pudiéramos. Si tengo suerte podré volver a comerme sus tetas y disfrutar del sexo con ella a la vuelta de sus vacaciones.
Espero que les haya gustado mi primer relato. Siempre quise hacerlo con una madura y quién sabe si el destino me permitirá cumplir mi fantasía.
Espero vuestros comentarios y sugerencias para poder mejorar en mis próximos relatos. Os dejo mi correo: [email protected].
Muchas gracias a todos!!