Crecí mimado por muchos en la familia, pero en especial por mi tía Laura que siempre supo manifestarme su inmenso cariño con besos, abrazos, y regalos, siempre me llamo: “Mi amor hermoso” lo que me hacía sentir muy especial, pero al pasar los años por alguna razón esa cantidad de afecto comenzaba abochornarme, no tenía claro porque al principio, pero poco a poco fui descubriendo que mi tía Laura me atraía y no era para menos porque era una mujer de 38 años, alta de 1.74 cm, figura delgada armoniosa, de ojos verdes, cabello largo castaño, pero lo que más me atraída eran sus pechos suntuosos, y sumamente llamativos por su gran volumen, y forma esférica que no pasaban desapercibidos fácilmente, a no ser que ella usara un abrigo o algo así.
Mis confusiones me llevaron a desahogarme con mi amigo Francisco, pero este lejos de aconsejarme bien me empujo a caminar por el filo de la lujuria, pues palabras más palabras menos decía irónicamente: “Déjese consentir de su tía Laura y disfrute!” Entonces mi paso a mi adultez fue despertada por la musa de mi tía Laura, cada beso me derretía, y cada abrazo donde podía sentir sus pechos llenos me excitaba, esto me llevo a tener una que otra fantasía sexual con ella que en más de una oportunidad me hizo sentir tan culpable que me deprimí, por lo que me llevo a comer más de la cuenta, llegando a mis 22 años y 1,85 cm, a tener un peso de 130 kilos, lo que no demoro a tener el señalamiento de gordo, manteca, cerdo, y otros muchos apodos siendo el único decente de Germán Monster el de la seria de Tv “Los Locos Adams” Y aunque ningún apodo me hacía fácil mi vida, por lo menos este último apodo me hizo popular.
Los días pasaron y junto con mi familia tome la opción de recluirme en un centro de adicciones no solo por mi adicción a la comida, sino a la pornografía pasaba horas pegado en el computador en sitios web donde pagaba por servicios de Sex-show, por supuesto desde que puse un pie en el Centro de rehabilitación “El Renacer” las cosas no solo cambiaron, sino fueron difíciles. El tratamiento fue de asilamiento y de abstinencia total, lo que entre en una etapa de mucha ansiedad y en algunos casos perdía el control alterándome por el desespero de querer comer o ver porno. Y lo único que tenía permitido para desfogar mi energía, en este encierro era hacer deporte en el gimnasio o en el parque, tampoco tenía contacto con casi nadie. Solo escasamente con Psicoterapeutas y uno que otro paciente, que también tenía su problemita. Por lo que casi no nos dejaban compartir, solo en las terapias de grupo y tal cual juego de integración.
Así transcurrieron dos meses para cuando recibí la primera visita de mi familia, sin embargo esta visita fue restringida solo podíamos caminar en grupo 20 minutos, pero esta visita no me callo nada bien, no solo por la tristeza de verlos partir, sino que al ver a mi tía Laura despedirse me decía: “Mi amor hermoso te vas a poner bien. Pronto!” Y mientras me lo decía dulcemente me abrazaba cariñosamente, mi cuerpo se estremecía al sentir sus exuberantes pechos contra mi cuerpo y medaba un besote en la mejilla.
Esa noche tuve una crisis que no indique a mi psicoterapeuta. En realidad ese tema de que me gustaba mi tía Laura, no lo había tocado, no lo había afrontado y solo se lo había confesado a mi amigo Francisco, que curiosamente me decía para entonces que mis problemas de adicción acabarían si me daba la oportunidad de cogerme una mujer, y que para eso estaban las putas de la calle, si tenía mucha necesidad de dejar de ser virgen. Y si! A mis 22 años estaba quedado. No había tenido la oportunidad de saber que era comerse una mujer y es que imagen de Germán Monster no me había ayudado para conseguir una noviecita, por eso es que Francisco me insistía que fuera donde las putas, que no había mejor Psicoterapeuta para mí que ellas. Pero yo nunca lo tome en serio, aunque ya lo estaba contemplando. Porque me estaba echando para atrás en el tratamiento desde que vi a mi ti a Laura, solo pensaba en masturbarme en su nombre, ni las duchas frías o extenuante ejercicio me quitaba de la idea de cogerme a mi tía Laura cada día me sentía más necesitado, por lo que decidí confesarle mi situación a mi terapeuta:
Yo (Julio): Charly Tengo que confesarle algo que no le había contado
Charly (Terapeuta): Si cuénteme
Yo (Julio): Tengo el permanente deseo de cogerme a mi tía Laura
Charly (Terapeuta): Entiendo y este deseo como te hace sentir?
Yo (Julio): Mal! Por eso se lo cuento para que me ayude a controlarlo
Charly (Terapeuta): Entiendo Julio pero tu respuesta me indica que no has perdido el control y que eres consciente de que no es correcto, como no es correcto muchas otras cosas como lo es ingerir descontroladamente alimentos o ver pornografía permanentemente y por eso estas aquí.
Al finalizar la sección con Charly, sentí que no era importante lo que sentía por mi tía Laura casi que el resultado fue el mismo que al hablar con mi amigo Francisco, estaba por creer que yo era el que estaba exagerando todo, y por consiguiente me preguntaba: “Que hago aquí?” “Sera que voy más bien donde las putas?” Entonces pedí mi salida del centro y así como había entrado voluntariamente, también tenía la opción de salir voluntariamente, por lo que para el Viernes mi familia vino por mi todo estaba normal, hasta que vi a mi tía Laura que estaba más que hermosa, Provocativa! Sería la forma correcta de describirla, tenía puesto una falda negra de pliegues hasta arriba de la rodilla y una blusa blanca que sombreaba su brasier, lo que me permitía deducir que tenía una brasier blanco, también traslucía claramente el tamaño de sus tetas, lo cual me abrió el apetito literalmente por auscultarla, por lo que aprovechando delas circunstancias le pedía mi tía Laura que me ayudará ir a mi habitación por mis cosas, lo cual ella acepto, al llegar mis manos templaban tanto que me costaba trabajo tomar mis cosas, por lo que mi tía Laura se dio cuenta de mis nervios que estaban totalmente alterados:
Laura: Estas bien mi amor?
Yo (Julio): Si Tía
Y mientras le contestaba solo le miraba sus pechos, por lo que ella se sintió aludida y me dice:
Laura: Que te pasa mi amor porque me miras así? Porque miras mis pechos?
Yo (Julio): Tía es que….
Ya no solo temblor en mis manos, no me dejaba contestar claramente, sino también respiraba agitadamente, y comenzaba a tener sudoración
Laura: Que pasa Amor?
Y me abrazo mi tía Laura, tratándome de tranquilizar pero provoco lo contrario, mi corazón comenzó a latir desbocadamente y mi respiración se intensifico. Sentir su cuerpo me puso así de perturbado.
Laura: Amor que pasa estas muy ansioso!
Para ese entonces no dejaba de mirar los pechos de mi tía Laura, teniendo el impulso de tocarlos, suavemente hice una leve presión con mis yemas de mis dedos, ella inmediatamente se percató de mi interés y aunque dejo de abrazarme, no se retiró del todo de mi lado solo me dijo:
Laura: Julio que pasa?
Y aunque escuchaba perfectamente su pregunta, mi mente como mi mirada estaba clavada en los pechos de mi tía Laura, por lo que balbuciendo solo respondí:
Yo (Julio): Pu… edoo…?
Y con mi mano izquierda aun temblorosa, me animaba a meter uno de mis dedos entre la blusa abotonada ella solo pregunto:
Laura: Quieres tocarme Julio? Es eso lo que te pasa?
Yo (Julio): Quiqui… erooo..!
Y no sé qué pasó si fue un acto de compasión o lastima pero me respondió:
Laura: Si te dejo tocar mi pecho Amor, te calmas?
Y moviendo mi cabeza afirmativamente. Sólo comencé a tratar de desabotonar la blusa de mi tía Laura, pero mi mano temblaba aun como gelatina, por lo que ella misma desabotonó un botón por donde ingrese mi mano temblorosa, con tal premura que abusivamente parte de mis dedos se metieron dentro de su brasier, tal vez había ido más lejos de lo que ella misma pensaba, porque al ver mi entusiasmo, quiso detenerme diciéndome:
Laura: Amor ya eso no!
Se incomodó al ver que mi mano, prácticamente se había metido entre su brasier recubriendo su teta derecha, por lo que me dio la oportunidad de no solo espichar su teta, sino con mis dedos jugar con su pezón. Lo que provoco que ella tomara mi muñeca deteniendo mi mano diciéndome:
Laura: Julio ya basta!
Pero esto fue tan delirante para mí que fue como haber probado la droga. Ahora solo quería mas! Creándome una necesidad imperiosa por consumir las tetas de mi tía Laura, por lo que como un adicto loco me arroje sobre ella encima de mi cama, de inmediato a la fuerza hice que totearan todos los botones de su blusa, quedando al descubierto sus poderosos atributos solo aun cubiertos por su brasier mientras ella decía:
Laura: Julio CÁLMATE! Para soy tu tía!
Pero yo poseído por el deseo de usufrutuar las tetas de mi tíaLaura como una fiera puse mis garras en sus tetas, arranque su brasier trato de cubrirse, pero yo estaba sentado encima de ella por lo que se me hizo fácil tomarla de los brazos firmemente sobre la cama, para así contemplar plenamente sus tetas voluptuosas, solo basto unos segundos de acariciarlos para darme cuenta de su suavidad y abundancia abriéndome el apetito, por lo que no aguante más y de inmediato me sumergí en sus tetas chupándolas y besándolas encarnizado mamando sus pezones grandes. Verdaderamente sus tetas eran más que generosas, estaba siendo muy glotón al consumir sus tetas en mi boca.
Para ese momento mi tía Laura entre su consternación solo me decía:
Laura: Julio ya está bien, Suéltame! Suéltame ya!
Pero NO! No estaba en capacidad de razonar, solo le estaba dando rienda suelta al deseo, por lo que en contra de sus reproches fui sacando mi verga, lo que provocó una fuerte reacción de mi tía Laura que me decía:
Laura: No te atrevas a violarme! Suéltame! Para ya con esto!!
Pero en realidad solo quería una paja-rusa por lo que le explique:
Yo (Julio): Solo quiero una rusa!
Laura: Que?
Yo (Julio): Una Paja-rusa o una cubana, tu sabes! Y te suelto.
Laura: Estas Loco Julio. Porque me tomas?
Para ese momento estaba tan agitado, tan desencajado de mí mismo que transpiraba exageradamente, por lo que dijo mi tía Laura:
Laura: Relájate Amor! Cálmate hablemos!!
Yo (Julio): No! Quiero mi paja rusa! Dame mi rusa!!!
Laura: Estas muy ansioso…
En ese momento al verme tan alterado y fuera de control, mi tía Laura cambio de opinión:
Laura: Bueno acabemos con esto ya! Y me sueltas?
Y sin responderle. Vorazmente acomode mi verga erguida en medio de su pecho, y comencé a friccionar mi verga con sus abundantes tetas, que se podía decir que abrigaban plenamente mi verga, poniéndola muy rígida casi como sacándole filo, logrando un trabajo tan espléndido de satisfacción llevándome al clímax. Lo que me hizo perder la cordura.
Yo (Julio): Que buenas tetas tiene esta mujerzuela!
Laura: Que me dijiste?
Cállate! Le dije. Y muy bruscamente decidí ultrajarla por lo que cambie mi postura y a las malas forcejeando con mi tía Laura me metí entre sus piernas, y medio de su lucha había arrancado su panty, solo era cuestión la embestir, pero mi tía Laura seguía poniendo resistencia y comenzó a gritar desesperadamente:
Laura: Auxilio! Ayúdenme!!! Para Julio por favor no sigas!!!
Y logro zafarme de encima de ella, alcanzando a llegar a la puerta donde la tome de su cabello gracias a su peinado (Una cola de caballo) Que literalmente al agarrar tire como si fuera un lazo, lo que me facilito retomar nuevamente el control, empujándola boca abajo sobre la mesa del cuarto, en donde rápidamente solo fue cuestión de levantar su falda para arremeter contra mi tía Laura con todo los bríos, pues sabía que lo rudo era entrar la punta. Y así fue con presión entro pero luego se hundió suavemente en mi tía Laura mi verga, de ahí en adelante solo fue cuestión de pujar y pujar, siendo tan intenso que no la dejaba ni hablar, Laura solo resistía el castigo no pronunciaba palabra, pero en ese momento entro el Psicoterapeuta junto con otros funcionarios no sé cómo se imaginaron el hecho y cuando trataron de quitarme Laura solo dijo:
Laura: Déjenlo acabar! Déjenlo!!
Su beneplácito solo facilito las cosas para que terminara eyaculándola, dejándome sumamente agotado y aferrado al cuerpo de Laura que recibía todo mi sudor. No sé por qué quiso que terminara si fue por consideración conmigo, o porque le había gustado. Pero al final fue mía! Me pareció sentir por un instante que hubo conexión, no solo porque tomo mis manos con fuerza, sino por un leve quejido que escuche casi podía decir que fue su gemido. No lo sé! Porque al final me recluyeron unos días más, solo que no hubo más visitas! Pero yo me sentía más tranquilo, menos ansioso, creo que tenía razón mi amigo Francisco solo que no hubo necesidad de ir a donde las putas.