Mi historia con Karina se remonta al año 2007, un año muy especial para mí, ya que ese año terminé una relación muy larga y con la persona con la cual pensaba que me iba a casar y pasar el resto de mi vida, quizás este quiebre fue el que liberó todo la esencia de mi ser, estaba muy enojado con la vida, enojado con todos, me costaba entender porque esa chica a la cual amé con todo mi corazón me había engañado, o a lo mejor no hay ninguna explicación tan profunda, quizás siempre fui así y tenía este ser perverso, morboso y calculador a punto de salir.
Así fue como empezó mi historia de perversiones, relaciones dominantes, bisexualidad, tríos y todo lo que se me viniese a la mente, nada lograba satisfacerme por completo, siempre encontraba una nueva idea oscura que necesitaba satisfacer y la primera víctima, por decirlo de una forma, fue Karina.
Había una sola regla que me impuse, solo una, todo en el máximo anonimato, para ello tenía siempre diversos alías, cuando me juntaba con mis amantes, enamoradas o derechamente solo a tener sexo estaba todo permitido, no existen las reglas, pero fuera de la habitación yo no los conocía, si la persona se enamoraba de mí, era su problema, a mí no me interesaba, yo tengo que mantener mi imagen de un profesional exitoso, de una familia muy acomodada desde el punto de vista económico y todo lo que conlleva esa situación.
De esa forma fue como en el año 2007 me cree una cuenta en una web de contactos, mi primer centro de caza, puse una foto en Europa y eso fue un imán para cierto tipos de personas, y así fue como me habló una chica morena, siendo muy sincero muy lejano a los estereotipos de belleza que siempre busqué, pero la verdad no andaba buscando novia, solo chicas con las cuales tener sexo.
Conociendo a Karina
Karina era una chica de 18 años (según lo que ella me contaba), la verdad nunca me interesó saber mucho de su vida, es más hasta el día de hoy no sé cómo se llaman sus padres, ni su hermano, tampoco sé cuándo es su cumpleaños, pero si conozco a la perfección cuáles son sus fantasías sexuales y como hacerla llegar hasta los límites. Era una chica de origen humilde, pero ella aparentaba no serlo, se notaba de inmediato por su forma de hablar y expresarse, físicamente era muy voluptuosa, no gorda, pero si con unas tetas enormes y un culo que daban ganas de darles nalgadas, de cara no era muy bella la verdad, pero tampoco era fea, solo que su piel morena llena de pecas no era lo que yo estaba acostumbrado.
Cuando empezamos a chatear al principio fue de cosas muy banales, para ir tomando su confianza, hasta que lentamente fueron subiendo de tono nuestras conversaciones hasta largas horas de la noche, y hasta que por fin me dijo lo que más llamó mi atención, era virgen y eso fue lo que más me atrajo de ella, la verdad me costó creerle, pero le seguí el juego por unas semanas, hasta que por fin nos juntamos, fuimos al cine, conversamos y reímos hartos, y para finalizar la velada nos fuimos a un mirador de la playa muy solitario, ella sabía que yo tenía otras intenciones, pero tampoco se opuso, de todas formas no pensaba tener sexo con ella en mi auto, por miedo a que si en verdad era virgen me lo ensuciara con sangre. Así que me conformaba con tocarla, besarla y lo que saliera.
Ya en el mirador empezamos a besarnos de manera muy apasionado, lo que llevó a que se empañaran muy rápidamente los vidrios, la verdad no sabía si iba a tener la fuerza de voluntad para solo eso y no tratar de tener sexo con ella, lentamente mis manos empezaron a tocar más de lo que debían, y ya era imposible ocultar la erección enorme que se marcaba en mi pantalón, ella está sentada arriba de mí y fue la que dio el primer paso, bajó las manos y empezó a tocar mi pene por sobre el pantalón y ya estaba que explotaba, yo metí mis manos por debajo de su remera para soltar su sostén y por primera vez vi esas enorme tetas con ese pezón gigante y oscuro, que hasta el día de hoy gozo pasarle la lengua y morderlo hasta donde ella resista y un poco más, ella siguió tocando mi pene hasta que por fin sentí como me empezaba a abrir el pantalón y mi pene hizo su aparición: enorme, con la cabeza toda húmeda y erecto a más no poder, y sentí como por primera vez Karina me lo tocaba de una manera muy especial, que me causo mucha atención, no me estaba masturbando, me estaba haciendo cariño en él, le pregunte si me lo quería mamar, y ahí vino la confesión de ella: "si te lo voy a mamar todo lo que quieras mi príncipe, pero nada más, recuerda que soy virgen, y me estoy guardando para la persona especial".
Yo la verdad no sé qué diablos me hablaba, ¿o sea estaba dispuesta a mamármelo porque según así ella era más pura?, pero en fin, no me preocupé, hice mi asiento para atrás y me dediqué a disfrutar la primera mamada de Karina y hasta el día de hoy es la mamada más rica que me han realizado en mi vida, ella realmente gozaba con tener mi pene adentro de su boca, sentía como bajaba su lengua y me la pasaba por mis cocos peludos y subía lentamente, hasta que no resistí más y le dije que me iba a ir y aquí vino mi primera sorpresa, ella no sacó su boca de mi pene y terminé dentro de ella, y lentamente vi cómo se tomó toda mi leche, sin dejar ninguna gota afuera, y después me dio un beso, que sabía obviamente muy raro por el sabor de mi leche y me dijo que ella mientras estuviera conmigo no iba a desperdiciar mi leche.
Fue realmente glorioso, la mejor mamada de mi vida hasta el momento, sin lugar a duda era una warrior de tomo y lomo, pero virgen, y eso me tenía obsesionado, no niego que sus mamadas eran las mejores y me las hacía cada vez que yo quería, pero quería algo más, tampoco iba a ser su novio, ella entendió desde el principio las reglas del juego y siempre asumió ese rol y nunca se quejó, pero necesitaba algo más, hasta que por fin se me ocurrió algo que nos iba a dejar a los dos felices: SEXO ANAL.