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Gracias al trabajo (2)
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Tiempo de lectura: 6 minutos

Al día siguiente de mí, mejor dicho, de nuestra primera relación con un hombre, me levanté totalmente excitado, la polla bien dura y mojada del líquido preseminal que brotaba de ella. Me estaba vistiendo cuando sonó el móvil del trabajo, me indicaban que había habido problemas en una de las sedes de Sevilla y que tendría que desplazarme en unos 3 días hasta la capital andaluza, pero antes tenía que volver a mi ciudad para recoger documentación de esa sede, y ese regreso estaba organizado para esa misma tarde.

Torcí el gesto de la cara con desagrado, habíamos pensado Jorge y yo, así se llamaba mi "conquista" de la noche anterior, que esta noche repetiríamos, pero con follada de culo incluida, si nos calentábamos lo suficiente. Lo único bueno era que, en vista de que no se sabía el tiempo que necesitaría para estar en Sevilla, habían decidido alquilar una pequeña casa cerca de la ubicación de la sede sevillana.

Llamé a Jorge y lo primero que me dijo fue que tuve una excelente idea en intercambiarnos la ropa interior, yo me quedé con sus slips y el se llevó mis bóxer, lo tenía puesto y me dijo que llevaba empalmado desde el momento que se los puso, se lo agradecí, pensaba ponerme sus slips, y le comenté lo sucedido, lo lamentó muchísimo ya que había estado haciéndose ilusiones para esa misma noche, tendríamos que dejarlo para otro día, él era de Sevilla y podría desplazarse hasta la casa alquilada por la empresa en el momento que regresase, y volvía en dos o tres días, eso sería, dentro de lo malo, lo mejor que podría pasar.

Una vez que regresé a casa esa misma tarde, mi mujer me recibió un poco distante, tenía muchas ganas de acostarme con ella, llevaba una camiseta ajustada, marcando bien sus pechos, incluso se le apreciaba los pezones un poco marcados, unas mallas muy ajustadas que le hacían un culo increíble, marcando bien su entrepierna.

Acababa de llegar del gym y se iba a duchar, observé como se desnudaba mientras mi polla quería salirse de la prisión que eran los slips de Jorge,  me desnudé y me dirigí hacia el baño, vi como me miraba, y me preguntó si los slips que me acababa de quitar eran nuevos, no me los había visto nunca, le dije que no encontraba la ropa interior y salí a comprarme los primeros que vi, abrió la mampara de la ducha y tirando de mi polla me metió en ella, me besó metiendo su lengua bien hasta el fondo mientras mis dedos buscaba su raja y mi otra mano agarraba con fuerza el culo, mis dedos empezaron a jugar con su coñito, que lo tenía pringoso de lo excitada que se encontraba, me había visto con la polla dura y se excitó,  se giró, apoyó los brazos contra la pared y me dijo:

– ¡Vamos, clávamela! ¡no aguanto más sin tenerla dentro!

La despegué de la pared tirando de sus caderas para mí, coloqué mi capullo en la entrada de su coño y ella sola se movió hacia atrás, clavándosela hasta el fondo y gimiendo como una novia la noche de bodas, notaba lo caliente y mojado que lo tenía, mientras con un dedo le acariciaba el ojal, y eso le hacía suspirar y me recordaba el culo de Jorge la noche anterior, esos recuerdos me pusieron a mil y empecé a bombear con fuerza mientras me ella me pedía que no parase, que le diera fuerte,  algo había cambiado en ella, últimamente era muy pasiva cuando follábamos, más que pasiva yo diría que tenía el síndrome del maniquí enfocado al sexo.

Siguió diciéndome que le diera más fuerte, sus gemidos eran ahora gritos de placer, me dedo se había introducido totalmente en su culo y lo giraba hasta que metí otro más, en ese momento empezó a decir:

– ¡¡¡Dios, sigue, sigue que me corrooo!!! ¡No saques ningún dedo ni tu polla!

Empezó a convulsionar y las rodillas se le doblaban, su respiración la tenía muy acelerada, y empecé a acelerar el movimiento:

– ¡¡¡Me voy a correerrr!!! ¡¡¡Me corrooo!!!

Con un movimiento muy rápido, mi mujer se la sacó y se arrodilló delante de mi polla con la boca abierta, no me dio tiempo ni a metérsela en la boca, me corrí en su cara, su boca, su cuello, mi leche le caía por las tetas, hasta que terminé, se metió mi polla en la boca y la limpió completamente, esperamos hasta coger aire y relajarnos, estaba muy extrañado, era la primer vez que me corría en su cara, y la primera vez que le metía un dedo por el culo, bueno dos dedos.

Ya, cuando acabamos de vestirnos le dije que me había encantado, su contestación fue:

– ¡¡¡Para que veas lo que te puedes perder si te pegas mucho tiempo en Sevilla y ahí lo dejo!!!

A los dos días de aquello, salí hacia Sevilla, mi primera parada sería en la casa que la empresa había alquilado cerca de la sede, cuando llegué a ella era más de lo que me esperaba, un chalecito, no muy grande, 2 habitaciones en la planta de arriba más una más en la planta baja, un jardín ni grande ni chico, y lo mejor de todo, una piscina de unos 10 metros de largo, no le pegaba a la casa una piscina tan grande pero era genial, ya se sabe que en Sevilla, y cuando ya llega la primavera, la temperatura sube bastante, temperatura ambiental.

Nada más llegar, había una señora con su hija esperándome para entregarme las llaves y explicarme el funcionamiento del calentador de agua y algunas cosillas más, me dejó su número de teléfono por si había algún problema y se marcharon.

Acto seguido llamé a Jorge para decirle que ya estaba en Sevilla, en la casa, y que se podía venir cuando quisiera, me contestó que ya estaba entrando en Sevilla y que le mandase la ubicación porque no quería perder un momento más para vernos y ya sabes, así que le mandé la ubicación, me instalé en la habitación más grande, que tenía una cama "King Size", y me desnudé y me salí al jardín con intención de darme un baño en la piscina, me eché en la tumbona del jardín esperando con muchas ganas de que Jorge llamase a la puerta, me venían a la cabeza las imágenes de cuando follé con mi mujer en la ducha, las de Jorge y yo en el hotel y mi polla empezó a despertar, se puso morcillona cuando el timbre de la puerta sonó.

Me levanté y llegué hasta la puerta, comprobé la mirilla y ví que era Jorge, así que le abrí la puerta tal y como estaba, se asombró al verme desnudo y, entrando, cerró la puerta, me agarró la polla y me dijo:

– ¡¡¡Joder, esto sí que es un buen recibimiento, jajaja!!!

Se acercó y me besó sin soltarme la polla, lo abracé sin parar de comerle la boca mientras notaba como su nabo crecía dentro de su pantalón.

– Vámonos a la habitación, necesito todo lo que me puedes dar, le dije, y de la mano los dos, subimos hasta el dormitorio.

Una vez allí comencé a desnudarlo, le quité la camiseta, solté su pantalón, y al caer al suelo, me fijé que llevaba un tanga de algodón de color blanco de caballero puesto, me dijo que lo había visto en una lencería y se decidió a probarlo, me dijo:

– No sabes como excita el llevarlos puestos, con esa tirita que me roza el ojal y acabo con el tanga empapado de líquido preseminal por lo caliente que me pone, además, duermo con tu bóxer puesto, huelen a ti y me excitan mucho. Anoche tuve que pajearme del calentón que tuve.

Esas cosas me ponían a mil, así que lo giré y observé su culo con el tanga puesto le hacía un culo precioso, un poco de mujer, y ya tenía yo la polla bien dura así que la acerqué a su culo mientras lo abrazaba y le besaba el cuello. Él respondió agarrándome los huevos mientras que se acariciaba la polla por encima del tanga.

Me arrodillé y le quité el tanga con la boca, se lo bajé hasta el suelo y le abrí el culito, dios, solo quería follarme ese culo que parecía hambriento, le abrí las nalgas y apareció ese ojal sin un pelo, bien depilado, redondo, apretadito, él me dijo que se lo había lavado explícitamente para mí, que le hiciera lo que me apeteciera, apoyó sus manos en la cama y con mis manos abriendo sus nalgas, acerqué mi boca y comencé a lamerlo, su respiración empezó a acelerarse mientras yo el acariciaba los huevazos y el nabo, colocaba la lengua en la entrada pero no llegaba a entrar, apreté y entró un poco, en ese momento degusté uno de los sabores más excitantes y más raros que jamás había probado, ni el de mi mujer me había comido, eso me puso muy excitado y le metí un dedo, él de decía que despacio pero que no parara, que lo dilatase, que quería notar mi polla dentro de él, se recostó en la cama, con las piernas de rodillas en el suelo, me coloqué detrás y puse mi capullo en su ojal, me dijo:

– No te muevas, ya me la clavo yo, tú quédate tal como la tienes.

Eso hice y, muy lentamente fue pegando su culo a mí, yo veía como muy despacio mi polla le entraba, no tenía el culo tan cerrado como me pensaba o durante estos días había utilizado alguna "herramienta" para abrirlo, me decía:

-Joder duele un poco, y quema, pero he leído que hay que dejarla dentro sin moverla y se pasa el dolor.

Una vez que la tenía dentro, nos quedamos así un par de minutos, él tenía la respiración alterada, me decía que la notaba, que quería eso siempre en su culo para dormir, claro que no dormiría, jejeje, yo notaba el interior de culo en el tronco de mi polla, y estaba con ganas de empezar a moverme cuando me dijo:

– Ahora, empieza a moverte despacio… así… ¡¡¡ufff siii, dame más, quiero ser tu putita y que tú seas la mía!!!

Le agarré bien de las caderas y empecé a bombear mis caderas, gemíamos y jadeábamos como adolescentes follando, iba acelerando el movimiento, dios, era la primera vez que follaba el culo de hombre, bueno, en verdad era la primera vez que follaba el culo de alguien, que follaba con mi polla, lo de mi mujer fue con los dedos, y estaba disfrutándolo a tope, notaba que no me quedaba mucho para correrme, y me dijo:

– Sácala, quiero que nos montemos en la cama y que me folles haciendo la cucharita, no te vayas a correr dentro, quiero probar varias posturas.

Nos tumbamos en la cama, él estaba totalmente empalmado, se tumbó de lado, me coloqué detrás y se la metí ¡¡¡dios, esa sensación de follar un culo me tenía totalmente alucinado, me encantaba!!! mientras se la clavaba, le agarré el nabo y empecé a menársela, la tenía muy dura y mojada, no paraba de gemir, notaba en mi mano que su polla comenzó a palpitar en mi mano y él empezó a gemir.

– ¡¡¡Me coorrrooo, cabrón, no te pares, sigue dándome hasta que te corras, quiero que me llenes el culo de ti, de tu leche!!!

Noté como pegaba el primer trallazo de leche y como salía despedida hasta la otra parte de la cama y al suelo, ya empecé a notar que me iba a correr, y mi polla lo avisó dando los primeros envites.

– ¡¡¡Échamelo dentro, cabrón!!! ¡¡¡Préñameee!!!

Ni pude ni quise sacársela, y me vacié dentro de su culo, joder que alegría y qué placer, nos quedamos riéndonos y recuperando la respiración hasta que mi polla salió de su culo y con ella parte de mi leche, se levantó y fue al baño a limpiarse. Cuando salió me dijo:

– Corazón, en un rato vas a ser mi puta

Eso hizo que notara moverse algo dentro de mí, algo que sabía que me iba a gustar pero que me asustaba a la vez, pero quería probar qué se siente cuando alguien te encula.

Pero eso será para el próximo relato.

Lo dicho, se agradecen comentarios.

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