Familia complicada (5): Venganza

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En los días siguientes no pasó nada digno de mención, Laura me evitaba, yo estaba preocupado, no tan solo le había hecho daño a Flor, que sabía que había sido mucho, ella lo había aguantado como una campeona, sino que me empezaba a cuestionar mis supuestos dones de macho alfa. Esto lo noto mi padre, después de una sesión bastante dura en gimnasio, donde ya no me tenían tanta consideración, por seres más chico. Es más, yo notaba que me hacían esforzarme al máximo.

Padre: que es lo que te anda pasando.

Fer: Nada, ¿por qué?

Padre: Enfrentarte a Tomas, que tiene 40 años, y es mucho más lento y menos ágil que tú y no pudiste vencerlo. Eso se llama distracción, una cosa a la vez, un problema a la vez. Concéntrate y enfócate.

Fer: si, papá, ya entiendo.

Padre: Que te tiene tan desconcertado.

Ahí le conté todo a mi padre, todo lo acontecido con Flor, omití por supuesto lo de Laura, no era tonto. Estábamos sentados en la camioneta, después de mirar un rato al frente se empezó a reír, y me empezó a hablar de la paciencia, de los tiempos, de la excitación de las mujeres, y que había momentos para ser rudos y otros para ser delicado.

Pero eso lo iba a tener que aprender yo con la practica, es más me dijo que le avisara para dejarme la casa libre, vi cierto toque de orgullo en sus ojos, después me dio dinero y me dijo que todavía no quería ser abuelo, así que me cuidara, yo estaba de cuadros, mi padre se había comportado mucho mejor de lo que esperaba, me dio ánimos, y hasta consejos, no lo podía creer y hasta me sorprendió.

En cuanto a Laura no pudimos hacer nada de nuestras sesiones de exhibicionismo, ya que mi padre se había empeñado en que todos los fines de semana asistiéramos a eventos de artes marciales en ciudades cercanas, y me metió a eventos amateur de Jiu-jitsu donde perdí por muy poco contra un contrincante mucho mejor que yo. Uno de Muay Thai, donde hasta escuche decir al entrenador de mi rival a mi padre.

Coach: Mi muchacho es más grande y pesado que tu chico.

Padre: Si, no hay problema es exhibición nada más.

Después de tres asaltos termine perdiendo por puntos, pero con un sabor a victoria enorme, los dos eran más grandes en edad y peso. Y su experiencia era de muchos más años que yo. Y sin embargo no desentone, fui un hueso muy duro de roer. Mi padre grababa cada pelea y después me decía mis errores, y en realidad fue por falta de experiencia no porque no supiera. Eso me dio un gran salto anímico.

Tuve dos encuentros más de MMA, aunque estos fueron en lugares más peligrosos y los peleadores eran de barrios marginales, de esos que están acostumbrados a las peleas callejeras desde niños. Una perdí también por puntos y por poco, y la otra la gané, muy claramente por sumisión.

En cuanto a Flor después de un par de semanas de esquivarla y poner escusas como mi entrenamiento, tuve que juntarme con ella, lo hicimos en su casa, y en su habitación o más bien dicho en su salita de estar, que esta antes de está. Su madre nos trajo cosas para comer y nos dijo que salía por una hora al supermercado.

Flor: ¿Te pasa algo, he hecho algo mal?

Fer: Me he sentido mal, porque te hice daño, y no disfrutaste como merecías

Flor: Haa es eso, jaja -se puso colorada- Si me dolió y mucho, pero es porque es muy grande, a parte mi madre me dijo que era normal, la primera vez. Y cuando se fue el dolor, sentirte dentro fue la sensación más placentera de mi vida.

Fer: ¿Le contaste a tu madre? ¿Y cómo sabes que la mía es grande?

Flor: Si, no tengo secretos con mi madre, ella sabe todo desde el principio y me ha apoyado. En persona solamente he visto la di mi padre y la tuya es mucho más grande, y las otras las he visto en videos porno.

Fer: Se la has visto a tu padre erecta. –Yo no quise decir que yo también se la vi al mío.

Flor: Si, cuando era chica sentía mucha curiosidad, y los espiaba, hasta que una vez mi padre en su oficina llamo a mi madre, yo fui al rato a ver qué pasaba, mi padre la tomo del cuello y la ahorco, la hizo arrodillar y empezó a penetrar su boca, mi madre largaba baba y abría mucho la boca le costaba respirar mucho, estaba roja casi bordo yo pensé que le hacía daño y salí corriendo a defenderla, mi madre me llevo a mi cuarto y me explico algunas cosas, con los años me fue explicándome todo.

Fer: Eso es muy fuerte, y fue la única vez que viste algo

Flor: No desde ese momento fue una rutina espiarlos cada vez que podía, he visto como mi padre a poseído a mi madre de múltiples formas, algunas que ni me imaginaba, lo mismo es todo consensuado y mi padre con la edad que tiene ya no puede como antes así que utiliza muchos juguetes. Mi madre sabe que los observo y me ha explicado todo.

Fer: Acércate -le dije mirando a mi erección, que se notaba mucho- tu madre tardara.

Flor: Ahora mismo se fue para que podamos hablar porque estaba preocupada, pensé que después de entregarme a ti no me hablarías más, aunque ella me dijo que no era así.

Ella se arrodillo y saco mi pene, estaba muy hinchado y con su cabeza llena de líquido pre seminal, ella paso su lengua y se metió la cabeza como si fuera un chupetín. Tome su nuca y ella entendió todo, abrió su boca, y me sorprendió casi entro todo, falto muy poco para que su nariz tocara mi pubis, hasta ahora solo llegaba hasta la mitad.

Fer: ¿Y esto? -Dije ante la sorpresa con una sonrisa

Flor: Es que he estado practicando con una banana, mi madre me ha dicho que a los hombre como tú les gusta la garganta profunda -Mierda con su madre jaja.

La mamada siguió y fue brutal, en varias ocasiones su nariz tocaba mi pubis y mis huevos chocaban contra su barbilla, había mejorado muchísimo y me estaba dando un placer y morbo estratosférico, y no aguante más y acabe en su boca abundantemente, pero no dejo escapar nada, también me di cuenta de ese detalle.

La levante y lleve hasta su cama, le levante la falda baje su bombacha, seguían siendo infantiles.

Y empecé a comer y succionar su mojada, dulce y rosada vagina, mientras la masturbaba con dos dedos, ella acabo al instante, estaba excitadísima, pero seguí, y en el segundo orgasmo me enderece y me puse un preservativo, levante sus piernas y las puse en mis hombros, y con mi pene la empecé a masturba pasándoselo de arriba y abajo, punteándola cada tanto, hasta que la penetre suavemente, ella gimió y en su cara no había dolor como la primera vez, sino que estaba roja y tenía una mirada de deseo, seguí penetrándola hasta que entro todo, según su jugos vaginales lubricaban la penetración fui aumentando la velocidad, hasta que sentí que acabo agarrando fuerte las sabana y mordiéndose los labios.

Yo me saque el preservativo y comencé a masturbarme cuando ella me vio y estaba repuesta se acercó a mi abriendo la boca acabe en su boca otra vez, de reojo mire el espejo que estaba enfrente y vi el reflejo de la madre que juntaba la puerta.

Después de eso nos acomodamos, hicimos algo de la escuela y yo me fui. No vi a su madre, tampoco dije nada, no sé qué alcanzo a ver y que no. Al llegar a casa Laura estaba discutiendo con su madre Gabriela, acaloradamente, parece que no le gustaba el nuevo noviecito de Laura, yo pasé de largo sin meterme.

Ya en el gimnasio después del calentamiento me apartaron y trajeron un chico muy fuerte, pero relativamente nuevo, rondaba los veinte años, el tema es que lo vi como un esparrin, y mi padre y el profe estaban encima mío, y me mostraban todas las posibilidades de terminar la pelea victorioso, el resto de la semana fue igual, pero con otros contrincantes, y el fin de semana de nuevo a un lugar de mala muerte para enfrentar a un peleador de la zona marginal, al cual vencí claramente.

Yo sabía lo que pretendían, el musculito contaba con fuerza y tamaño, pero no con técnica, por eso mis contrincantes, y el tema de ir a pelear a esas zonas de clase baja es experiencia y templanza, como los peleadores rusos los enfrentan a osos, no es para ganarle al oso, sino para que no tengan miedo al enfrentamiento. En el gimnasio la semana que siguió fue más tranquila, con más técnica.

Con Flor no nos juntar esa semana y yo tenía muchísimas ganas, ya le estaba agarrando el gustito a nuestros encuentros. El sábado mi padre me dijo que no saliera que lo tendría que ayudar, cosa que se tomó como algo natural en la casa ya que tanto yo como mi padre no decíamos nadas de los torneos que asistíamos. Cerca de las 21 h, mi progenitor recibió una llamada, y partimos.

Llegamos al parque de la ciudad, un parque enorme, donde se conjugaban naturaleza con distintos escenarios, por ejemplo una plaza central, fuentes, un anfiteatro, un museo, y un estacionamiento grande en medio de estos dos últimos, este estacionamiento era aprovechado por los jóvenes de la ciudad, un grupo que tenía autos, los de las motos, los de las bicis que tenían una pista o circuito cerca, y adolescentes que iban de picnic, ya estaba anocheciendo y a esas horas ya quedaban los grupos o comunidades ligadas a los autos y motos, casi todos preparados, cada quien con su tribu urbana.

Nosotros llegamos y me pareció raro encontrar en otras camionetas a mis compañeros de gimnasio, eran 6 camionetas y seriamos un grupo de 20 personas en total, cuando vi que, en la punta más alejada del estacionamiento, estaba el grupo de rugby de mi escuela, con el musculito incluido. Era un grupo como de 12, las camionetas avanzaron casi juntas y quedaron enfrentadas a los autos de estos.

Padre: Ya es hora, ten confianza en ti mismo hijo- Me puso la mano en el hombro y me abrazo.

Descendimos todos de las camionetas, todos los del equipo de rugby no sabían que pasaba, y los de los demás coches que estaban por la zona también miraban intrigados. Todos nos pusimos en fila frente a sus autos, y de espalda nuestras camionetas. En esa parte del estacionamiento no había cámaras, siempre se rompían por casualidad. Mi padre se adelantó y encaro al musculito que ya me había individualizado.

Padre: Tú pelearas con mi hijo, uno contra uno. Y lo que pase aquí, se queda aquí. Como hombres.

El musculito tiro la lata de cerveza que tenía en la mano y se encamino donde estaba yo, el olor a marihuana, cubiertas quemadas y combustible se mesclaba en el ambiente, yo no estaba nervioso, estaba ansiosos, sentía latir mi corazón pum, pum, pum. Mi respiración, y sentía mucho calor, sentía mi cara y mi cuello tenía fuego, la adrenalina corría por mis venas como si fuera sangre. Y pensé para mí, le arranco la cabeza, le voy a arrancar la cabeza.

Él se acercó a mí y tiro un golpe hacia mi cabeza, pero muy anunciado, y ahí vi todo, mi entrenamiento, mis ejercicios, y mi práctica, lo vi todo como en cámara lenta, vi el movimiento de su hombro, y lo poco que giro de su cadera.

Fue fácil esquivarlo, le conteste con un jab que impacto en su cara. El contesto, yo di un paso al costado, y golpeo con un gancho buscando su hígado, y sobre la misma rodillazo a su estómago, que impacto, pero le hizo poco daño, el tomo con su mano izquierda mi rodilla contra su estómago, y con la derecha me lanza dos golpes a la cabeza tipo martillo, yo me cubro pero debido a su fuerza me hacen daño igual, al tercer golpe tomo su brazo y hago presión sobre su codo y hombro, lo que él me suelta para evitar que y aplique una llave sobre su brazo, pero al salir conecto un codazo sobre su pómulo.

Nos separamos jadeando, él me miro y corrió hacia mí para teclearme, algo que habíamos practicado, por cierto. Lo dejo pasar y tomo de la cintura bien firme, lo levanto y dejo caer, fue un golpe durísimo, hasta para tipos que practican el rugby, quedo conmocionado, me acerco y empiezo a dar golpes de martillos sobre su cara, él se cubre y patea mi costado, pero retengo su pierna, giro y aplico una llave sobre su rodilla, lo escucho chillar del dolor, aplico más presión y lo siento gritar y crujir su rodilla, no se rompió, pero yo quería humillarlo, como él lo hizo conmigo.

Suelto su rodilla, y me lanza un golpe, que fue casi testimonial porque ni fuerza tenia, inmovilizo su brazo y empiezo a dar codazos contra su cara, uno tras otro, con mucha técnica, con mucha fuerza, todo esto hasta que alguien me toma desde atrás, y me inmovilizan los brazo, pero yo quería seguir e intento zafarme.

Sigo peleando para liberarme, hasta que escucho Fernando, ya está. Miro la escena y mi padre con mi profesor me tienen agarrado uno de cada brazo, el musculito en el suelo atendido por sus amigos, casi inconsciente, con la cara destrozada, sangrando y con varios cortes. Mi padre se acerca al grupo toma la cara del muchacho, la ve y les dice a los amigos.

Padre: Llévenlo al hospital, va a estar bien, pero que lo vean. Esto termina acá, pero si quieren pelear que sea uno contra uno, como hombres. Sino nos llaman y peleamos entre todos.

Todos asintieron, yo sabía que ahí estaban sus amigos que eran tres, el resto eran miembros del equipo, pero no eran amigos del musculito, a muchos les caía muy mal. De ahí nos fuimos directo a un gran resto bar, donde mi padre estaba exultante. Pedimos pizzas y cervezas, podía ver el orgullo en los ojos de papá, no paraba de reír y lanzar chistes a sus amigos, yo bebí cerveza por primera vez con mi padre. Volvimos como a las tres de la mañana a mi casa, mi padre un poco tocado por el alcohol, era la primera vez que lo veía así.

Fui a la cocina a tomar agua, no podía dormir, tenía muchas emociones a flor de piel. Estaba en la barra con mi vaso, y aparece Laura. Vestía un camisón transparente y ropa interior, muy sexy, alcanzo a saludarme apenas, nos quedamos mirando el uno al otro, sin decir nada, el aire se cortaba con cuchillo, había mucha tensión entre nosotros en ese momento. No había encendido las luces, apenas no iluminábamos con la claridad que entraba del jardín. Y de la nada empezamos a escuchar muchos ruidos que venían de la habitación de nuestros padres, eran gemidos de Gabriela, parecía que la estuvieran matando realmente.

Laura: Ja ja parece que tu padre ha venido muy juguetón están noche.

Fer: Si, estaba muy motivado. -Dije acordándome de su cara de felicidad, hacía tiempo que no veía al viejo así.

Me levante para dejar el vaso en su lugar, más que nada para dejar de mirar el cuerpo de mi hermanastra, ya parecía yo un lobo mirando a su presa. Ella me vio mejor ya que me acerque a la ventana de la cocina y me dio la luz de afuera. Mientras tanto los gemidos de mi madrastra habían cesado.

Laura: ¿Qué te paso en la cara, por qué estas así? -Dijo esto acercándose a mí, quedamos muy cerca.

Fer: Nada, puse en su lugar a un imbécil.

Nuestros ojos estaban clavados en la otra persona, no podíamos dejar de mirarnos, ella pasaba su mano por sobre los moretones de mi cara, y yo alternaba entre mirar sus ojos y su boca. En unos segundos y sin pensarlo la bese, o ella me beso a mí, no sabría decirlo. El beso que empezó tierno y romántico, se fue convirtiendo en posesivo y muy sensual, era una lucha entre nuestras lenguas, labios y dientes, ya que terminábamos mordiéndonos los labios entre nosotros.

Ella llevo sus manos a mi nuca y yo las mías a su cintura, masajeando el nacimiento de sus nalgas, la traía hacia mí y la apretaba contra mi cuerpo con fuerza, hasta que nos separamos por falta de aire y un hilo de saliva quedo entre nosotros, había sido un beso pornográfico, con mucho deseo, la excitación de ambos era evidente, yo con un gran bulto en mi pantalón y ella con los pezones en punta y respirando por la boca buscando aire, no parábamos de mirarnos a los ojos y jadear. Íbamos a seguir cuando escuchamos pasos en la escalera y la vos de su madre.

Gabriela: Cariño te subo algo. ¿Qué necesitas? -Mi padre contesto casi inaudible.

Padre: Shhh no vallas a despertar a los chicos. Y necesito otra mamada tuya jaja.

Ambos salimos disparados, yo hacia mi habitación y Laura al comedor, creo que para subir por la escalera principal y no ser vista por su madre. Ya en mi habitación intente calmarme, tenía la respiración y las pulsaciones a mil, y no era porque casi nos pillan. Era por el beso, no sabía que demonios me estaba pasando con mi hermanastra y peor aún, ella sentiría lo mismo que yo. Nuestros padres tuvieron sexo otro rato más, aunque más tranquilos. Yo me tuve que masturbar pensando en mi odiosa, caprichosa y sensual hermanastra.

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