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Experiencia de gang bang con mi esposa
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Ayer decidimos ir a ver la puesta de sol al faro y después tomarnos una copa en el pub las Dunas.

Paula se puso un vestido muy ligero y muy cortito que la sienta muy bien y como ha adelgazado mucho, las pedazo de tetas que tiene parecen más grandes. Con su pelo rubio y rizado y las gafas de sol, hace que todos los tíos se vuelvan a mirarla.

Cuando íbamos caminando hacia el faro nos cruzamos con tres tíos maduros, atractivos, con aspecto duro, de pescadores. Cuando pasamos entre ellos, nos hicieron hueco para pasar y le pegaron un buen repaso visual a Paula. Yo me hice el despistado, pero vi perfectamente la cara y los gestos que se hacían entre ellos, valorando a mi mujer.

No le comente nada a ella, pero me di cuenta de que ella también se había percatado y supongo que la puso caliente.

Vimos la puesta de sol, nos fumamos un canuto y volvimos anocheciendo al pub con intención de tomarnos una copa y jugar un billar.

El garito estaba lleno, la mesa de billar ocupada y no había ninguna mesa libre dentro. Salimos y al fondo del jardín, había una mesa corrida con sitios libres. Nos acercamos con intención de sentarnos cuando nos dimos cuenta de que las tres personas que la ocupaban eran los tres tíos que nos habíamos cruzado en la playa.

Sentaos, esta mesa es para compartir – nos dijo uno de ellos.

Dudamos un instante, pero Paula, les dio las gracias y se sentó en una esquina de la mesa.

Gracias, el local está lleno y…

No os preocupes, estamos encantados en compartir la mesa con una mujer tan atractiva y contigo. Por cierto me llamo Paco.

Encantado, conteste yo, estrechándole la mano.

Nosotros estábamos a lo nuestro, pero por el rabillo del ojo podía ver cómo no la quitaban ojo.

Bueno, dijo uno de ellos, cómo vamos a compartir mesa, me voy a presentar: yo soy Carlos y mi amigo es Luis.

Encantada, soy Paula.

Yo soy Antonio, mucho gusto.

Eran tres tíos de mundo, muy agradables y con buena conversación.

Se liaron dos canutos y nos preguntaron si nos importaba que fumaran, Paula rápidamente dijo que no sólo no le importaba sino que esperaba que le pasaran alguna calada. Los cuatro rieron y yo estaba asombrado de la soltura que tenía ella, seguramente por el porro que nos habíamos fumado con anterioridad.

Después de ese canuto vino otro y otro y otra copa y otra. Total, eran las 11 de la noche y teníamos un pedo de colores.

En un momento que se fueron a la barra para pedir algo de comida y otras cervezas, Paula me dijo discretamente:

Cariño estoy con un moco tremendo y además estoy cachonda como una perra.

Yo, un tanto perplejo, la pregunte:

¿quieres decir que te mola alguno de ellos y quieres que hagamos cochinadas?

Siii, me gusta mucho Paco, la verdad es que me lo follaria. Es un tío tan fuerte, tan moreno, huele tan bien, creo que tiene que follar muy bien.

Uff, se me puso dura en ese instante.

¿Si quieres puedo preguntarle si le gustaría pasar la noche con nosotros?

¡¡Me encantaría!! Cariño – me dijo poniéndose melosa- desde que lo hice con aquellos dos chicos delante de ti. Me he vuelto muy puta y tengo muchos pensamientos cochinos.

Como quieras, a mi también me apetece una noche golfa.

Hacía bastante tiempo que no habíamos tenido rollo con algún tío, aunque la última vez lo hicimos con dos chicos que conocimos en una urbanización nudista de Vera y esta noche se había puesto todo a favor para perder la cabeza.

Habíamos ido a pubs liberales y en uno de ellos conocimos al primer amante de Paula, pero no nos gustaban nada, aquello parecía un rollo muy frío, nosotros preferíamos ligar en un bar normal o en la playa, no sé, de una manera más natural.

Llegaron los tres hasta la mesa y traían varios platos con comida y más bebida, pero se habían dejado algo en la barra. Paco, se ofreció para ir a por lo que faltaba y yo le acompañe para ayudarle y aprovechar el momento para preguntarle.

Sois una pareja encantadora, nos gustáis mucho, me dijo Paco.

Vosotros también, estamos pasando una noche estupenda, sois muy divertidos y agradables – le conteste-

Tú mujer es una tía muy atractiva y muy abierta.

No sabes tú cuánto (pensé).

Mira Paco – dije un tanto solemne – quería comentarte una cosa un poco delicada, por lo que te pido, aunque no te conozco, un poco de discreción.

No te preocupes, puedes preguntarme lo que quieras. Me contestó un tanto asombrado.

Bueno, verás, nosotros somos una pareja abierta y a veces tenemos relaciones con otras personas, pero siempre lo hacemos los dos juntos. No sé si te escandalizas?

Para nada, continúa.

Verás. Paula me ha dicho que te preguntara si te gustaría pasar la noche con nosotros,

Lo mismo té parece muy fuerte.

Mira Antonio, tengo que confesarte una cosa, cuando os hemos visto en la playa nos ha molado

Tu mujer, nos ha encandilado a los tres y ellos han comentado:

Joder que tía más buena, tiene un morbo de la hostia, podían ser una pareja liberal, no sabe cómo la íbamos a poner.

Chicos, les dije, estoy seguro de que a esa tía le gusta follar como una loca. Tiene cara de puta.

Perdona tío, me dijo, me he dejado llevar y no sé si te he ofendido.

No te preocupes, todo lo que dices es verdad y a mi me encanta ser un cornudo. Es una hembra incansable.

Nosotros estamos acostumbrados a esta historia, por aquí vienen muchas parejas liberales de Europa y también de España, sobre todo de Madrid y cada verano tenemos muchos encuentros.

Normalmente vamos a los pub liberales, pero nos pone mucho mas ligar así, por la calle tiene más morbo.

Notaba como, conforme iba discurriendo la conversación, Paco se iba poniendo cachondo.

Bueno, aceptas la propuesta, le dije.

Hay un problema, me advirtió.

¿No puedes esta noche? Podemos quedar otro día, le pregunte.

No, no, el problema es que hemos venido los tres juntos y si queréis vamos todos.

La verdad es que se me había pasado por la cabeza por culpa de mi mente morbosa, pero me sorprendió.

Bueno, no sé, esta es otra historia, nunca hemos tenido una experiencia así, no sé si Paula…

Sinceramente no creo que haya ningún problema, yo conozco bien a las mujeres y se como es Paula, me lo dice su cara, es una zorra que no tiene límites, puede con los tres sin problema y será la noche de su vida. Propónselo y si acepta los vamos a pasar muy bien con ella y ella va a disfrutar mucho, pero mucho, mucho y tú también. Vas a ver lo guarra que se pone tu chica.

El corazón lo tenía a mil por hora, pero pensaba que Paula no aceptaría, la historia era muy fuerte.

Al fondo del jardín nos hacían señas con los brazos para que volviéramos.

Cuando llegamos a la mesa, Paula se había sentado entre los dos y como habían seguido fumando y bebiendo, había un compadreo tremendo entre los tres, se estaban riendo y Luís tenía la mano sobre el muslo desnudo de mi mujer y lo acariciaba levemente, mientras contaba chistes, como si fuera natural.

Estuvimos cenando y pasando un buen rato.

Ella se levantó de la mesa y dijo que iba al servicio, yo me levante para acompañarla y aprovechar la ocasión para contarle.

Nada más separarnos de la mesa, me preguntó nerviosa la respuesta de Paco.

Cariño me ha dicho que estaría encantado, que está loco contigo y que tiene experiencia con otras parejas.

Entonces? Se viene a casa con nosotros? me dijo nerviosa.

Verás, hay un problema por llamarlo de alguna manera, es que Paco me ha dicho que vienen los tres a casa, que le gustas a todos y que tienen experiencia en esta movida y que te va a gustar mucho la experiencia…

¿Que? Me parece muy fuerte, no sé si – dijo titubeante.

Creo que estas muy caliente como para rechazar una proposición así y además estás muy pedo para no cortarte, he visto que tanto Luis como Carlos se han tomado alguna libertad contigo, estabais muy integrados cuando hemos llegado.

La verdad es que si, el que más me gusta es Paco, pero estos dos están muy buenos y parece que saben lo que hacen.

Entonces OK?

No sé, decídelo tú. Y se metió al baño de chicas a esperar la cola,

Cuando llegue a la mesa estaba temblando, no sabía cómo empezar y tenía que aprovechar, mientras ella estaba en el baño, para que no fuera tan violento y cuando llegara todos supiéramos de que iba la movida y no hubiera nada que hablar, solo dejarnos llevar.

Antonio, lo he hablado con ellos, me dijo Paco, y están como locos, nos vamos a follar a tu mujer entre los tres y tú lo vas a presenciar, cuando acabemos tu mujer será mucho más puta que antes, te lo aseguro.

Paloma llego y se la veía muy nerviosa, se fue a sentar cuando Paco, dijo:

Venga vámonos, que está gente está cerrando.

Nos dirigimos al parking y ellos propusieron ir los cinco en el coche de Carlos y dejar el mío allí para recogerlo al día siguiente ya que yo iba muy borracho.

El coche era pequeño y me propusieron ir delante con Carlos y que ella fuera atrás con Luis y Paco. La dejaron en asiento del centro y salimos del Pub con dirección a nuestra casa.

En el recorrido llevábamos la música a todo volumen, las ventanillas abiertas y el pelo de Paula volaba por los aires. Yo miraba de vez en cuando y la veía empotrada entre los dos, en cada muslo tenía la mano de uno de ellos, se besaba con Paco mientras Luis le sacaba una teta del vestido y se la comía con glotonería. Las manos avanzaban por la piernas mientras las abrían de par en par y desde mi posición podía ver el coño abierto y las manos ávidas avanzando hacia él.

Estaban posesos la sobaban por todas partes, prácticamente la habían desnudado. Ella palpaba los bultos de sus pantalones amasando lo que tan pronto iba a tener a su alcance.

Pude escuchar cómo se corría en dos o tres ocasiones. La cosa iba in crescendo y pensé que se la iban a follar allí mismo, cuando llegamos a la puerta de la casa.

Bajamos del coche, ella se recompuso la ropa porque prácticamente estaba desnuda, Paco le había quitado las bragas y las llevaba en la mano, oliéndolas de vez en cuando y dándoselas a oler a los otros dos.

Atravesamos el jardín a oscuras, Paloma iba entre dos de ellos que no cejaban en meterle mano y en hacer paraditas para comerle la boca. Por fin llegamos a la casa y nos acomodamos en el salón. Ella les ofreció una copa y fue a la cocina y Paco la siguió. Desde mi posición poesía ver verlos. Los otros dos estaban tirados en los sofás con un pedo tremendo, todos estábamos muy borrachos.

En la cocina Paloma se puso frente al fregadero para fregar unos vasos y Paco se le colocó detrás, mientras le decía algo al oído. Ella se rio y el la agarro por la cintura arrimándose el rabo al culo. Ella suspiró y se apretó contra el restregándose. Paco le agarro las tetas y se las saco del vestido, la dio la vuelta poniéndola frente a él y se apretó, de nuevo, para que pudiera sentir su polla en el coño. Aquello los disparo, empezaron a morrearse y desde mi sitio podía oír los jadeos de ella. El bajo su mano llevándola hasta su vulva comprobando que está completamente empapada, la acaricio mojándose los dedos y se los llevó a la nariz para olerlos.

La cogió por la cintura y salió al salón con ella.

Mirad cómo está Paula y les enseño los dedos mojados a los dos.

Joder tío, está tía está muy caliente, hay que hacerla feliz.

Cariño, le dijo Paco, creo que tenemos que subir arriba, a tu habitación los cuatro.

Por las escaleras la metieron los dedos en el coño, la sobaron las tetas, ella iba como una perra salida. Cuando llegaron arriba, ella se metió en el baño para darse una ducha mientras los tres la miraban pelándose el rabo.

Salió completamente desnuda y los tres la llevaron en volandas hasta la cama, la pusieron en el borde con las piernas abiertas y uno de ellos se arrodilló para comerle el chocho que rebosaba de humedad.

Mientras se lo comía, los otros dos se pusieron, uno a cada lado de ella y le arrimaron las pollas para que se las chupara.

Ella estaba desbocada, yo contemplaba la escena desde la puerta de la habitación.

Paco sacó su polla gorda y se la arrimo a la entrada de su agujero, penetrándola lentamente hasta el fondo de su vagina. Ella tuvo que sacarse una polla de la boca para poder correrse a gusto.

Durante dos horas estuvieron follandola en todas las posiciones, la ponían boca abajo, a cuatro patas, de lado. Se la clavaron de todas las formas posibles.

Cuando todos se satisficieron, se quedaron tumbados entremezclados, completamente derrotados.

Paula me miró con esa cara de puta que pone cuando ha sido satisfecha y cerró los ojos.

Yo, durante el espectáculo, me había pajeado varias veces. Me metí en la habitación de al lado y me dormí.

A las siete sonó un despertador, me levante y vi cómo los tres amigos se apresuraban a marcharse. Era un día de diario y tenían que ir al trabajo.

Paula se levantó, se duchó y bajo a desayunar. Yo le había preparado un desayuno contundente que devoró con ansia. Cada vez que teníamos una sesión así, revivía de energía, se sentía viva.

Después de desayunar nos fuimos a la playa.

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