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Encuentro en bikini con un señor maduro (2)
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Tiempo de lectura: 7 minutos

En esta ocasión les quiero contar la segunda parte con el señor mayor con el cual tuve sexo estando en bikini, pero esta vez ha sido en tanga y mientras su marido dormía en la planta de arriba de su apartamento.

Todo ocurrió en el mes de agosto de este verano. Como de costumbre a todos los veranos anteriores, me alojé en el mismo complejo de siempre a pasar el mes entero. A diferencia de otras veces, en esta ocasión era mi familia la que venía para acá porque yo me encuentro viviendo por la isla (en otra zona) por motivos de trabajo.

Los días y las semanas pasaban, y cada vez me encontraba más cachondo y únicamente satisfaciéndome de unas simples pajas. En un momento de calentura, me volví a instalar mi tan querida app para ver qué era lo que me encontraba.

¡Sorpresa! Ahí que se encontraba mi querido amigo inglés, aunque no le hablé de primeras, sino que me limité a buscar otra gente más joven y de mi edad. A pesar de ello, él me habló sin saber que era yo, debido a que no tenía fotos en mi perfil, le contesté y tanteé un poco el terreno, por la curiosidad de si se acordaba de mí y por supuesto que sí, recordaba cada de detalle de nuestro encuentro y me estuvo diciendo cosas que me hacían estar cada vez más cachondo. En ese momento, como no había nadie y estaba solo, a raíz del encuentro la primera vez, mi pasión por la lencería creció y me había hecho durante el año con un par de tangas. Por lo cual, era la única vestimenta que llevaba en ese instante.

No vamos a mentir, si estaba con la app era por algo, y era por las ganas de tener algo. Quise aprovechar y ponerme uno para así para buscar algo más con el propósito de ser follado, en vez de follar a alguien.

En medio de esa charla, me recordó el detalle del bikini que le gustó mucho, así caliente y que me dijera eso le dije que llevaba un tanga puesto y como no se lo creía le mande fotos frente al espejo, sin que se me viera la cara. Le dije que cuando podía quedar y me dijo que lo tenía imposible, que estaba con el marido y me llamó puta por tener un tanga puesto y eso me prendió y le dije que sí pero que no me podía follar porque estaba con otro ahora. La cosa quedó ahí, al final solo me hice una paja y desinstalé la app.

No pasó ni una semana, como un día mi familia salía y sabía que se iban a pegar hasta las tantas, nuevamente aproveché y me puse un tanga. En la tarde me instalé la app y no había gran cosa, estuve la tarde después en la piscina un rato y me volví al apartamento para darme una ducha. Me puse un rato antes con el móvil y me lo encuentro de nuevo en la app. Nuevamente hablamos, le dije de quedar, no en mi apartamento porque no me arriesgaba a que viniera mi familia o por si la vecina nos veía y decía algo, ya que estaba todo el rato en el patio de su apartamento.

Me dijo que estaba con el marido pero que si me atrevía a hacerlo mientras él se iba a dormir en la planta de arriba y nosotros estábamos en el sofá del salón y sin hacer ruido. La verdad que me lo pensé un poco, pero estaba tan cachondo le dije que sí, que necesitaba tiempo también para darme una ducha y así de paso me limpiaba bien. Él me contestó que perfecto así hacía tiempo para que se fuera a dormir el marido y que me pusiera un tanga. Eso me puso a mil porque lo siento como el único con el que estado en esa faceta y le gusta.

Por tanto, haciendo tiempo, me di una larga ducha, aprovechando para preparar mi “coñito” para la ocasión, lo cual me iba calentando más. Así ya medio listo, solo faltaba vestirme, me avisó que cuando quisiera, le dije que me ponía el tanga y algo de ropa y que iba para allá, que me recordara el apartamento. Me dio una serie de instrucciones, como que iba a estar la luz del salón apagada, que solo se vería la luz que desprende la televisión encendida, que la puerta del patio estaría abierta y que la del apartamento también, que solo entrara que ahí estaría el desnudo y no hiciera ruido.

Me puse el tanga, uno de color salmón y una camiseta normal, pero al abrir el ropero la verdad que vi un pantalón corto, tipo “short” de una de mis hermanas, de color azul que pensé por qué no, así más morbo el salir del apartamento y como era de noche ya que seguramente pasaría por un bañador. Así que dicho y hecho, ya vestido salí del apartamento, saludé a la vecina y me fui rumbo a su apartamento.

Cuando llegué, estaba todo tal como me dijo. Entré en silencio, sin hacer ruido y ahí estaba él tumbado en el sofá y desnudo de cintura para abajo viendo la tele. Al verme, se levantó y me dio un beso, mientras que con sus manos me fue recorriendo todo mi cuerpo. No creo que se percatara del tipo de pantalón que llevaba, porque me lo bajó muy rápido y me vio en tanga, mientras yo me quitaba la camiseta, soltando una leve carcajada y una sonrisa picarona. En este momento, en tanga, en el salón de su apartamento, con el marido en la parte superior durmiendo, me sentí una puta. La verdad que lo que era en ese momento, si no, no estaría ahí y era lo que yo quería, y él lo sabía también.

Nos estuvimos besando mientras el manoseaba mi culo y yo con mi mano iba a su polla, la cual estaba dormida en ese momento, lo que quería decir que me iba a tocar activarla a base de una buena mamada. Ya que con mis tocamientos no se terminaba de despertar, se quedaba bien morcillona.

Él seguía jugando con sus manos recorriendo mi cuerpo, sobre todo mi culo. Hasta que me sorprendió, debido a que yo pensaba que estaba ahí como su puta únicamente, que no tenía polla para él en ese momento y es que se sentó en el sofá, me hizo a un lado el tanga por delante, liberando mi polla bien dura, pero que yo no le hacía ningún tipo de caso, para empezar a darme una rica mamada, estuvo así un rato que no paraba de comérmela y que yo por instinto le follaba la boca.

Pero como digo, yo estaba ahí como puta, era lo quería y lo que se me apetecía. Por lo que saqué mi polla de su boca, me recoloqué el tanga y aprovechando que él estaba ya sentado en el sofá, me puse de rodillas ante mi amante y procedía a comerme su polla, que seguía sin estar dura. Nada más mi lengua empezó a recorrer su polla, el lanzó un leve suspiro y en inglés me dijo que llevaba esperando por tener su polla en mi boca desde la última vez, lo cual me prendió mucho y comencé a comérsela como una puta hambrienta y desesperada.

Me tuvo a su merced en esa posición comiéndome su rabo un buen rato, no saben lo rico que es meterse en la boca un rabo que no está en acción o medio despierta y sentir que con tu sola boca y lengua se va haciendo cada vez más grande dentro de tu boca. Iba jugando con ella, mamada, lamida por su glande, recorrer su tronco mirando a los ojos de tu amante, darle un beso suave en su rica punta y pasar a comerse nuevamente. No sé cuánto duramos así, pero para mí se me hizo corto.

En un momento, me paro y me levantó, me dio un rico beso para pasar a tumbarse en el sofá diciéndome que le pusiera el culo en su cara, mientras yo seguía comiéndole su polla. Me ilusionó hacer ese 69, porque ahora sí y no como antes, era la puta que quería ser y que estaba siendo, ya que estaban jugando con mi coño y preparándolo para recibir lo que tanto quería. En cuento sentí su lengua lamer alrededor de mi ano, sentí un escalofrío que me hizo erguirme y dejar de comerle la polla para sentir el placer de su lengua, a la vez que con sus manos me iba abriendo mis nalgas para jugar mejor.

Como no se podía hacer mucho ruido o prácticamente nada, me comencé a comer de nuevo su polla, con una desesperación mayor. Así estuvimos otro rato, haciendo yo pausas para que no se corriera ya y debido a que ya también había empezado a meterme sus dedos en mi interior. Sabía que ya llegaba mi momento de cabalgar y darme un buen rodeo jejeje. A todas estas, yo seguía con mi tanga puesto y así se iba a quedar toda la sesión, lo que mi amigo ahí estaba bien duro y me dejaba empapado todo el tanga.

Ya desesperado y con ganas de más, me despegué de él, me di la vuelta, lo besé y le dije “amor, es hora de follarte a tu puta, quiero tu polla dentro de mí”, a lo que él se acomodó y me dijo “como los viejos tiempos”. Quería mirarlo mientras me follaba y cabalgaba su rabo, por lo que, haciéndome a un lado el tanga, cogí con mi mano su polla, dándole una pequeña jalada y la dirigí a la entrada de mi ano, de mi coño esa noche.

En los primeros centímetros que me fueron entrando, no sé quién tuvo un suspiro más fuerte de los dos, pero se notaba que los dos lo estábamos deseando. Una vez estuvo dentro por completo, me paré y le di un beso con pasión y empecé a moverme lentamente, sintiendo bien cada centímetro en mi coño.

Una rica subida y bajada que estuve aumentando el ritmo cada vez más, mientras él me iba agarrando de la cadera y manoseándome las nalgas. Cada instante que iba pasando, el ritmo ya era de una rica follada sin parar y bien fuerte.

Por momentos yo era el que dejaba de cabalgarlo y era el que sujetándome de las caderas el que me follaba sin parar, hasta que se cansaba el pobre y retomaba yo la acción, que iba alternando con movimientos rápidos, suaves y lentos sintiendo todo bien rico y moviéndome con mi culito jugando con mi juguete dentro de mí.

Estuvimos un buen rato así, así que me dijo que se iba a correr y aunque me lo pensé por un segundo, me la saqué y así como estábamos, yo aun encima de él, besándolo y jugando con nuestras lenguas, con mi mano lo terminaba de pajear hasta que se corrió sobre mi mano.

Así me levanté y con toda mi mano con su corrida, con mi tanga empapado y demás, me la llevé a la boca, lamiéndomela con la mano y recogiendo los restos para saborear ese néctar. Nos besamos y compartimos su rico semen, hasta que nos despegamos, me ofreció una toalla y una toallita para limpiarme la mano.

Una vez que terminé de limpiarme, me recoloqué el tanga, me puse mi camiseta, cogí mis cosas y me dirigí a mi apartamento. No me encontré a nadie pero me hubiera dado igual, yo iba con una sonrisa, con un short de mujer y debajo un tanga, después de una rica follada.

Al llegar, me di una ducha, sin quitarme el tanga, ahí fue cuando me di cuenta de que, salvo el instante que me dio una mamada al inicio, no me había tocado yo aún, normal que estuviera así de dura, dándome cuenta de que pues sí que había cumplido con mi papel de puta esa noche, que había satisfecho a un maduro, se había corrido y yo no había descargado y que lo haría un rato después de todo aquello.

Aunque esto ocurrió hace unos pocos meses, ha sido la última polla que me comí, y a la vez que les escribo esto estoy usando un tanga otra vez más. Ya sé que a ese hombre si sigue por ahí y vuelvo, si me apetece me dará una buena cogida, si no ya en este tiempo buscaré algo y seguiré explorando esa faceta mientras no tenga pareja o tenga algo con alguna chica por ahí, como ha ocurrido un par de veces y por eso capaz no he hecho nada más, aunque ya hace un mes o más que no tengo nada con ninguna otra mujer, pero son otras historias.

Espero que les haya gustado, que me imaginen así como les cuento y en tanga también mientras les escribo esta historia, que por cierto alguna que otra ya he ido a la playa con alguno puesto y caminado, aunque ya a oscuras solamente en tanga yendo o volviendo a playa nudistas.

Cualquier cosa no duden en dejarme un comentario.

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Mr Kohala
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