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El mejor consuelo de amores de mi hermano
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Tiempo de lectura: 10 minutos

Voy a presentarme de nuevo. Me llamo Daniela, soy una chica española de la zona de la Mancha de 23 años cumplidos en enero. Estoy soltera desde hace unos meses, tras pasarlo muy mal intentando reflotar lo que se debería haber ido a pique hace años y tras varios intentos de imbéciles de aprovecharse de la situación para “cazarme”. Volví con mis padres para poder permitirme salir adelante.

Comprendo que querréis conocerme un poco físicamente, aunque solo sea para imaginarme. Me describo como una mujer de piel blanca, cabello corto tintado rojo fuego, lo que hace destacar aún más mis pecas. 1.55 metros de altura, peso 50 kilos, culo generoso, pero sin ser gordo, buena cintura y busto pequeño pero bien formado. Junto a ojos azules, manos pequeñas, voz dulce y labios suaves… Y muchos tatuajes de mis videojuegos o sagas literarias favoritas, junto a ropa un poco punk. Siempre me echan menos edad de la que tengo y soy algo tomboy jajaja, aunque como veréis eso no cambia mis apetitos para nada.

Respecto a relaciones y sexo. Me había propuesto ser yo la que lleve las riendas, por lo que estoy realizando mis fantasías más ocultas o simplemente dejarme llevar por el momento. Aunque la experiencia que voy a relatar no fue precisamente por iniciativa mía, al menos inicialmente.

Mi hermano que tiene 5 años más que yo, tiene mala fama, ha sido violento, ha tenido sus peleas, algunas graves… incluso ha podido entrar en la cárcel, pero se libró por poco, y ha dado muchos problemas a mis padres, pero desde hace algunos años se ha asentado y desde siempre ha sido muy bueno y cariñoso conmigo. La cosa es que cambio bastante por una novia que tuvo, asentó su cabeza, se puso a trabajar en la empresa familiar y hasta hace un mes se estaba hablando de boda.

Pero lo que no sabía es que ella, tenía otra idea. Al parecer cuando mi hermano se fue con los amigos de casa rural de despedida de un amigo suyo. Ni corta ni perezosa recogió todas sus cosas y se marchó. Tiempo después supe que había encontrado un ligue por internet y ahora está viviendo en Barcelona, con su "amor verdadero". Dejando a mi hermano con un palmo de narices y destrozado. Desde entonces empezó a beber sin mesura, no quiso saber de nadie ni de nada y se encerró en su casa. Intente al igual que toda la familia hacer que saliera o que hablase. Pero se volvió más brusco, como antes… La verdad, andaba muy preocupada por él.

Habían pasado seis días y yo seguía con mi vida, mi estomago se había asentado y el trabajo en la empresa familiar ya no andaba tan tenso y no teníamos tanto trabajo. Por lo que entonces andaba pensando en volver a escribir un poco (cuando me dejase de viciar al Sifu, un juego de peleas, bastante guay). Había vuelto de la piscina climatizada y estaba muy relajada ese día. Sin historias, vaya. Aunque hacía un poco de frío y no tenía puesta la calefacción, tenía puesto mi pijama. Cómodo y amplio, tan amplio que la verdad se me veían los pechos por la abertura de la camisa.

Ya había cenado una ensalada y un plátano, recogido todo y colocado la ropa para el día siguiente y demás. Vamos, en modo voy a jugar un rato, para luego irme a dormir para trabajar mañana. Vivo en un piso propiedad de mis padres, hay otros vecinos en el lugar, pero todos son mucho mayores que yo (no dista que no me haya calentado pensando o haciendo alguna travesura menor con ellos).

Era ya cerca de las 10 y media, quería jugar una hora antes de irme a dormir, aunque a veces termino antes. Según lo cansada que esté. Por lo que me acomodé al sofá y me puse a jugar. Cuando escuché el timbre de la calle. Como hay mucho crío gilipollas, pasé de él, sino hay al menos un tercer timbrazo ni me levanto. Pero más que un tercero, pronto fue un cuarto, quinto etc. etc… Por lo que tuve que pausar el juego y cabreada como una mona me levante para decirle de todo menos guapo a quien estuviese llamando.

Cuando levante el telefonillo y vi por la pantalla y me encontré que era mi hermano, lo que me dejó muy sorprendida. Ni siquiera le pregunté porque había venido a mi casa, le abrí. Se le veía muy desmejorado. Preocupada abrí la puerta al pasillo y esperé con el corazón en un puño a que se abriera la puerta del ascensor. Cuando lo vi salir de ella, con la misma ropa con las que le vi cuando me presenté en su casa tres días antes.

Mi hermano ha sacado la altura que a mi me falta, cerca de metro ochenta, se parece más a mi padre que a mi madre. Es larguirucho, pero se machaca mucho en el gimnasio, pelo largo y negro, nariz ligeramente aguileña, ojos azules en ese momento muy apagados, también ligeramente hinchados, se balanceaba ligeramente por la bebida, como descubrí poco después. Olía a horriblemente mal, que llevase un chándal de andar por casa ligeramente manchado le hacía parecer un yonqui.

Sus palabras, con un tono ligeramente beodo, fueron.- Dani como siga en casa no sé que voy a hacer…por eso he venido ¿Me dejas quedarme esta noche?- No vivíamos muy lejos uno de otro, por lo que a veces me visitaba para hablar o jugar un rato. Sonriéndole mientras le ayudaba a pasar le contesté:- Claro, lo que sea Javier, ya lo sabes…Aquí estoy para ti, para lo que necesites.- Todo hay que decir que no era muy agradable estar a su lado por el fuerte olor.

Lo senté en el sofá, estuve con él un rato, prácticamente le deje que hablase de lo que quisiese un rato para que se tranquilizará (estuvo un rato con la palabra puta en la boca refiriéndose a su ex) y le comenté de darle una bebida, él asintió mientras se quedó mirando a la pantalla embobado. Empezó a desvariar un poco sobre el juego (le gustan mucho, fue de él donde conseguí la afición)para luego callarse, al ver que me levantaba a por la bebida, notaba como me miraba mientras iba a por ella… En ese momento no le di mucha importancia.

Suelo tener en el frigorífico, cervezas, zumos y agua. Las cervezas suelo comprarlas un poco especiales, nada del Mercadona. Pero cuando me giré y vi su mirada ovina, pues me planteé si era bueno dejarle beber aún más. Por lo que sabiendo que si le llevaba agua podría en el mejor de los casos vomitarla, llene un vaso con zumo de naranja y se lo llevé. Cuando se lo dejé en la mesa lo miró enfadado y con mala hostia:- ¿Que mierdas es eso?

Enarqué la ceja e intente mantener la calma con suavidad le intente convencer:- Un zumo, no voy a darte cerveza, ya has bebido bastante, te sentará bien…- De un manotazo tiro el vaso al suelo haciendo que se rompiera en mil pedazos. -No me jodas, Dani. No soy un crío de mierda, tráeme una puta cerveza, joder.- Al menos eso entendí, la verdad es que le costaba vocalizar. No soy de andarme de chiquitas y estaba muy cansada para aguantar mierda, por lo que dije:- No soy tu puta criada. Si vienes aquí te aguantas con lo que te ponga.-

Mi hermano se levantó del sofá y me miró con una cara descompuesta por el enfado, que no le había visto antes. Pero paso de mirarme a los ojos a bajarlos hacia mi pijama, con su altura tenía una buena vista de mis pechos desde ahí. Sin decir nada puso una mano en mi hombro apretando con fuerza y otra atrayendo hacía él mi camisa, haciendo que pudiera ver mejor mis pechos. Me puse coloradísima, mi hermano jamás me había visto como una mujer… al menos eso creía- Eres una puta como Estefanía (su ex), provocándome…- Me intente zafar, pero su mano en el hombro me tenía sujeta y me hacía daño, intente desplazarla con mis uñas clavándose en ella, mientras le decía:- Javier, no estas bien. Qué soy tu hermana y estas muy borracho…

Pero eso más que pararle pareció darle mecha. la mano libre se metió dentro de mi pijama y empezó a tocar de forma bastante bruta mis pechos, pellizcando mis pezones, tanto que tuve que reprimir un pequeño grito:- Vale, ya, para.- Sentía como un escalofrío recorría mi espalda, mientras que él simplemente miraba hacía mis pechos y seguía magreándome. Viendo que no cedía, simplemente le deje hacer y tras unos minutos paro… para mi vergüenza he de decir que tenía mis pezones bien duros.

Con las lágrimas apenas contenidas le dije: – Ya, tranquilízate y céntrate por favor… Que soy yo Dani, tu hermana. Piensa.- Me empujó hacía el sofá, por suerte no me golpee sino que quede sentada, para mi horror vi como mi hermano se bajaba los pantalones dejando paso a unos calzoncillos que habían tenido mejores días. Le costó lo suyo bajarse todo, pero yo andaba bastante asustada ante su comportamiento y ni me moví.

Me agarró de la cabeza acercándola a su polla, que a pesar de la borrachera, estaba bien dura. No era precisamente pequeña de larga y dios, olía muy fuerte. No voy a mentir con que no he visto la polla a mi hermano antes… o sea, hemos vivido en la misma casa. Y como adolescente tenía curiosidad, por lo que le espié alguna vez y tras un par de regañinas no quedo en nada. Ahora la tenía en frente y con un tono enfadado grito destemplado:- Chupa, joder… Que siempre has sido una puta, no te hagas la mojigata ahora.-

En aquel momento no pensé mucho, no quería que me hiciera daño, aunque lo que más quería es que se calmara y pudiéramos hablar. Por lo que empecé a pajearle, no precisamente con agrado de mi parte. la pajee, mientras lamía su polla arriba y abajo. No quería metérmela en la boca. Intente centrarme para pensar que no era mi hermano con quien lo hacía, para no sentirme tan mal, aunque sus gemidos y casuales "puta" o similares junto con algún "Dani", me lo hacían difícil. Tras un rato, se corrió llenándome la cara con su semen caliente. Más calmado me dijo, como si fuera un gran piropo:- Nunca me lo habían hecho tan bien, Dani…

Más relajado, se sentó a mi lado y se quedó mirando embobado la televisión, donde se mantenía la pausa del juego, mientras que su polla se mantenía flácida. Yo me levante y fui al servicio sin decir una palabra. Allí me refresqué, mientras me quitaba el semen que cubría mi cara y parte de mi pelo. No quería pensar en lo que había pasado. Estaba con el estómago en un puño, temía volver a la sala. No quería quedarme en la casa, pero tampoco quería llamar ni a mi familia ni a la policía. Es mi hermano, lo quiero demasiado para eso.

Lo peor, es que recordé que en ciertos momentos me había puesto algo cachonda la idea de que mi hermano me follase y… barajé para luego reírme de ella, más al verme la cara conmigo mordiéndome el labio. Más calmada hice el mono frente al espejo y tras un momento, ya más recompuesta, saqué la cabeza para ver que estaba haciendo. Se había levantado para servirse una cerveza. Viendo que iba a estar así, decidí que lo mejor sería irme y quizás dormir en el coche. Cuando estuviera sobrio, pensé que podría decirle que opinaba y porque no quería verle más el jeto al menos por un tiempo.

Por lo que sigilosamente me fui a la habitación para conseguir algo de ropa para no ir en pijama al coche. No fue la mejor de mis ideas. Quizás alarmado por no verme durante tanto tiempo, me pillo sacando la ropa de un armario. -¿Qué haces?- Me dijo mirándome, y no tenía dudas de que estaba mirando mi culo. Me giré para encararle, seguía desnudo de cintura para abajo y lo peor es que su polla iba inflamándose según daba pasos hacía mi, no paré de mirársela por instinto. -Voy a irme, así puedes dormir a tu gusto.

Mi hermano preguntó muy flojo:- ¿Tú también me abandonas?- Se acercó hacía mi, pero en vez de la cara de rabia que me esperaba empezó a llorar:- No me dejes Dani, por favor.- Me abrazó y no sabía donde meterme. Lo peor era notar su polla contra mi vientre. Y aún peor, es que no podía enfadarme con él… y me gustaba que me abrazase. Sin venir a cuento, él me dijo:- Hueles muy bien. Siempre lo haces… y estas muy buena- Casi me da una carcajada, pero le contesté, obviando lo último que me dijo:- Pues tú no hueles precisamente bien ¿Te llevo a la ducha?

Más calmado acepto y me dejo llevarle a la ducha, aunque tanto roce con su polla en la espalda, me andaba poniendo nerviosa en muchos sentidos. Quería obviar lo que había pasado en el sofá como si todo hubiese sido un mal sueño. En tanto él no paraba de piropearme y decir que lo sentía mucho, mientras que yo le quitaba lo que le faltaba del chándal, dejando ver sus abdominales marcados y le ayudé a meterse en la ducha. Temiendo que se cayese. Me quedé allí de espaldas, vigilándolo por el espejo.

Mientras el agua caía, no pude dejar de fijarme como se acariciaba sin dejar de mirarme. Debería haberme enfadado, pero una ya llevaba un tiempo sin sexo y ahora más calmada, con falta de sueño pero con mi cuerpo pidiéndome caña al mismo tiempo. No pude mas que fijarme en sus movimientos, en como el agua rodeaba su sexo… y fue meter mi mano debajo de mi pijama. Al principio solo me roce ligeramente, discretamente, sin que pudiera verme, pero luego termine apoyándome en el lavamanos, mientras me metí dos dedos. Mientras que el aceleraba su ritmo. Cerré los ojos simplemente gozando

Estaba tan inmersa en darme placer que no me dí cuenta de que había salido y que se había colocado a mi espalda, hasta que note su polla acariciando mi culo. Di un respingo y casi me hice daño con el lavamanos al sacar mi mano demasiado deprisa de mi pijama. Lo miré desde el espejo, mientras que sin decir nada puso sus grandes manos a cada lado del elástico del pijama y lo bajó, dejando mi culo desnudo. Como contestación solo me abrí más de piernas y me agarre al lavamanos, mientras mi mano seguía dándome cariño.

Su polla empezó a acariciar mi entrada y yo que andaba ya mojada empecé a gemir, indicando que estaba lista. Entonces él me hablo con una voz algo más compuesta, mientras que retiraba su miembro:- Dani, creo que me he pasado, esto está mal y… -A lo que le dije molesta, mirándole desde el espejo:- Hace media hora que está mal, simplemente lo estás siguiendo. Después de esto no hablaremos del tema y aquí no ha pasado nada. Dormirás, te despejaras e iras con la familia y saldrás de tu agujero ¿Entendido?- Todavía dudoso, ni alejaba su polla ni terminaba de penetrarme – Pero Dani, que esto es ya…

Me giré y le mire a la cara:- Pues ya me has puesto caliente, gilipollas, me has asustado, me has hecho casi llorar y ¿Ahora me vienes con estas? Cuando estabas más borracho al menos eras más franco conmigo, soy una puta ¿No? Pues está puta quiere joder. Y luego lo dicho, esto no va a más ¿Entendido?- Mordiendo su labio mi hermano me agarro de la cintura y yo en silencio le ayude a colocar su miembro para con un golpe empezar a bombear dentro de mí. Notar como acariciaba toda mi cavidad con su miembro y el gimiendo mi nombre, me excito sobremanera.

Mi hermano no paro de empujar y empujar, y yo tenía que aguantar para no comerme el espejo, mientras que mi coño mojado aguardaba sus embestidas, sus manos al principio me tomaban de forma tímida de la cintura, pronto se convirtieron en garras que me apretaban, mientras aceleraba jodiéndome y poniéndome en volandas, por la diferencia de altura… No dijimos nuestros nombres, y si muchos gemidos, suspiros y ánimos tanto para recibir yo, como para él que me diese lo mío.

En cierto momento, se retiró de mi coño y lo mire con cara de cabreo, pero me dijo:- La cama.- Sonriéndole me fui para allá, quizás con paso tan poco firme como él, para luego quitarme los pantalones del pijama… se había desfogado bien conmigo. Quizás fuese por como andaba de bebido, pero no se había corrido aún.

Iba a ponerme a cuatro patas sobre la cama, cuando él me giro para ponerme de cara, pronto lo tenía encima con su lengua jugando con la mía durante un rato mientras que yo intentaba cogerle la polla para masajearla y él jodiéndome mi coño con sus dedos. No hubo muchas palabras, solo una necesidad animal que estábamos satisfaciéndonos el uno al otro.

Al rato se retiró para ponerse entre mis piernas y darme en la posición del misionero, con mis piernas enredadas en su cinturas para sentirla más al fondo y con mis manos agarrándome a su cintura, arañándole. Es cuando empezó a hablarme:- Dani… te tenía ganas desde hace años. Con esa ropa y ese culo que siempre parecías buscarme…- No le dije nada, pero me excito la idea, mientras que mi cerebro se desconectaba gozando de su sexo. No sé cuántas veces me corrí antes de que él intentará retirarse, pero le agarré con más fuerza con mis piernas y le dije:- No hemos usado condón… pediré la píldora ¿Vale? Tranquilo. Y tú también me calentabas mucho desde siempre.- Quizás fuesen las palabras que necesitaba, porque, joder, menuda corrida me dedico. Notar como su semen caliente se esparcía dentro de mí, me proporciono otro mini-orgasmo.

Al retirarse sudando y algo mareado, se acostó a mi lado, mirando al techo. Libre de su peso y sin la excitación anterior, me puse rojísima al pensar en profundidad lo que había hecho y sin mirarle le dije:- Vete al sofá, por favor. Mañana te vistes y sales antes de que vaya al trabajo. Y no pienses cosas raras, lo hemos dejado claro antes ¿Vale?- Pude notar su mirada, pero tras pensarlo un momento (que me pareció una eternidad), finalmente me dijo:- Vale, Dani… voy a darme una ducha rápida y te dejo el baño libre.- Mi mente pensó en todas las posibilidades e incluso jugueteé con la idea de meterme tras de él, pero eso haría aún peor las cosas.

Y tras ducharme después de que se fuera al sofá, ponerme el pantalón del pijama e irme a dormir, tengo que decir que no hubo más roces "extraños" (al menos de su parte, de madrugada tuve que darme caña por el calentón que llevaba). Y todo fue como dijimos, con él yéndose a su casa como si no hubiera pasado nada. Aun así, he estado estas semanas dándole vueltas, a pesar de la pastilla, teniendo un miedo horrible a haberme quedado embarazada y a pesar de que mi hermano ya está mejor de su depresión y actúa igual conmigo. Sé que algo a cambiado. Cuanto es lo que me da más miedo conocer la respuesta.

Pues está es mi incursión en amor filial, y quiero pensar que sea la última. No he ganado para sustos, comidas de olla y demás. Por lo que mis "aventuras" que sean bien lejos de mi casa y con personas que no conozca demasiado. Al menos eso espero… Me alegrará conocer vuestras opiniones y comentarios, sean por la página o en mi correo. Un beso.

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Comentarios

1 COMENTARIO

  1. Punky, se te echa de menos!
    He estado buscando a ver si en otras páginas habias publicado algo más y he llegado aquí, aunque no ha habido suerte con lo de nuevo contenido.
    Bueno, espero que me leas y te motive a volver a escribir.
    Venga, cuídate!

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