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El capricho de mi prima (II)
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Y en el anterior, nos quedamos que Isabel después de darme un pequeño deleite con sus pechos, me saco de la habitación; que hice, pues irme y esperar que me llamara o escribiera después.

De Rossy solo saludos cortos me contestaba por WhatsApp, así que después de una semana, deje de escribirle, también que Isabel no me decía nada, solo seguía mandándome saludos con sus fotos sugestivas, pero que se borraban después de verlas. Como dos meses después de esa vez, donde ya estaban otras cosas ocupándome la mente, recibí un mensaje de Isabel, diciéndome que estarían la próxima semana de gira nuevamente.

Siempre pensé que las pecas las tenían por todo el cuerpo, como Sheetara de los Thundercats… te acuerdas?

-Sí, pero no… No tengo pecas en la espalda

-No creo, pienso que has de tener pecas en otros lados también…

-preguntaste por la espalda y te dije que no, ya no puedes preguntar dónde más!

Sabía que era un reto, ella estaba jugando conmigo también, sabiendas a que podíamos llegar, eso me calentaba, porque trataba de no ver hacia sus pechos, pero ella hacía unos ligeros movimientos del cuerpo que provocaban ver hacia el escote, a ese espacio que se agrandaba a medida que se bajaba de su cuello y hombros, ocultos por la ropa.

-pero por qué? ¿Que tiene?

-es mucha información de gratis

-Hagamos algo… juguemos para decidir!

-me gusta! ¿Quieres jugar a la carta más alta?

-muy bien! Juguemos a 21, quien se acerque más con menos cartas gana

-mmm… haremos algo, cada vez que ganes, yo me soltaré un botón de la camisa, si llegas a 5, me la bajo y te muestro la espalda… y sales de dudas-

Trago saliva, porque voy imaginándome ya viendo esa camisa desaparecer.

-Me gusta, acepto

-pero… cada vez que yo gane, tienes que quitarte una prenda!

-oye! ¡Eso no es justo!

-tómalo o déjalo… está haciendo frio, me abotonaré la camisa

Se abotono hasta el penúltimo botón, ya que le faltaba uno, ahora sus pechos se apretaban en la blusa cerrada, era algo que no debía permitir.

-ok, acepto!

-no cuentan zapatos! Mira que ya me quite los míos!

Subió las piernas al sofá y el pantalón marcaba las curvas de su cuerpo.

Empezamos el juego:

Nos quedamos viendo y podía notar en sus ojos que le gustaba el juego; comenzamos la primera partida, dos cartas, tres cartas, ella saca 19, yo 21; abajo el primer botón…

Segunda partida, una carta, otra más, yo saco otra, ahora ella saca 22 y yo 17, gano otra vez; un botón más para mí.

Ahora se ve la curva de sus pechos, tienen cierto brillo, sea por el calor del lugar, o el calor que ella va sintiendo.

Tercera partida; una carta, dos cartas, tres cartas… ella 21, yo 18, ella gana, celebra agitando el cuerpo y yo miro sus pechos hipnotizado… me toca ceder… me quito la camisa.

-primo, que bien se te ve

Estiró la mano y me la paso por el pecho, eso me calentó, lo hico por simple gusto, pero ya podía ver que se le ponían rojas las mejillas.

4ta partida; una carta, dos cartas, tres cartas… ella 20, yo 21, gano otra vez, ahora son 3 botones, ya fácilmente podría deslizar la blusa por los hombros y sostenerse únicamente en las curvas de sus pechos, pero aún está en su apogeo el juego.

5ta partida; dos cartas, una carta… ella 19, yo 23, se sonríe y me exige que me quite los pantalones…

-alto! ¡Aún tengo calcetines, esos primero!

-está bien, pero los dos cuentan por una ronda!

6ta ronda; una carta, otra carta, una más… ella 19, yo 25, salta muy alegre y se viene hacia mí, no dejo de ver a su escote, ya casi esta, un botón más para verlos de cerca…

-te quitas los pantalones corazón!

Me levanto y estiro las piernas, comienzo a desabrocharme muy despacio el pantalón, como quien no quiere hacerlo, de pronto ella se acerca…

-no seas tan lento! ¡Mejor te los bajo yo!

Se viene hacia mi casi a gatas y de un solo me los jala hacia abajo, su cara queda frente a mi bóxer, abre los ojos como platos cuando nota lo parada que ya estaba mi verga, del jalón que le dio a mis pantalones, mi verga salto como resorte dentro de mi calzoncillo; ella no dice nada, pero se ha puesto más roja, incluso la piel le brilla, se aparta un poco, se acomoda nuevamente al otro lado del sofá, su pecho esa agitado, lo veo subir y bajar con mucha excitación.

7ma ronda; una carta, dos cartas, una más… ella 23, yo 18, ahora le toca pagar…

-bien! ¡Ahora si me vas a mostrar la espalda!

Le digo tirando las cartas frente a ella, se queda mirándome y solo se desabrocho el botón, pero no se quitó la blusa, ahora veo bien el puentecito que une las dos copas que cubren su pecho, noto hasta los pezones duros y queriendo pasar a través de la copa, más abajo, su vientre agitado y una línea pequeña que es su ombligo, más abajo llego a ver la cintura de su falda.

-no, todavía no- me da como respuesta.

-falta que me ganes otra, que puede ser… quitarme la falda o que te muestra la espalda

Me la pienso y me excita más, me paso la mano como por descuido por el calzoncillo con mi erección en vista, solo para que ella siga calentándose… se me vino una idea a la mente.

8va ronda; dos cartas, una carta… ella 19, yo 18, pierdo, me pongo en pie…

-dime prima, me ganaste, que quieres de mí?

No se lo piensa mucho, se abalanza a bajarme de un tirón mi última prenda, en su veloz movimiento, mi verga nuevamente reacciona como resorte, le da en plena cara, la punta le paso por la boca, ya tenía algo de líquido pre seminal, le dejo un poco en los labios, ella instintivamente cerro los ojos, llevo una mano a sus labios para limpiarse, cuando lo hace le acerco la verga a la cara, ella suelta un pequeño grito al sentirla, abre los ojos desmesuradamente y la agarra; ahora me la agarra, sus manos están calientes, nos miramos…

-que puto eres!- me dice, mientras me jalonea.

-prima, tú eres la que me está jalando la verga

-que grande la tienes puto!

Acerca la cara y se la pasa por el rostro, la levanta y su barbilla se toca con mis bolas, siento algo húmedo, su lengua, ahora la saca y me los humedece, empieza a frotar y jalar, su boca atrapa uno y lo chupa, ahora su otra mano agarra mi nalga, me aprieta contra su cara, yo aprovecho y agarro su cabeza y jalo suavemente de su pelo, eso le gusto, dejo al descubierto su nuca y meto las manos por el cuello de la blusa bajándola hasta descubrir sus hombros, la deslizo obligándola a que contorsione los brazos para quitársela y que ella siga chupándome las bolas y agarrándome las nalgas, me da un fuerte agarrón y luego me las palmea.

Su boca se tragó mi verga, entro desapareciendo entre sus labios, me agarro las nalgas con fuerza, sentí sus uñas clavarse, aguanto el aliento un buen tiempo, pero después mi verga fue saliendo poco a poco de su boca, como el cuento de la espada en la roca, salía reluciente, brillosa, pero en este caso, brillosa de su saliva, tomo aire con ansia, su cara roja, lujuriosa, me dedico un guiño y una sonrisa antes de volver a chuparme con ansias, esta vez, su cabeza subía y bajaba sobre mí, me senté como pude en el sofá y ella se acomodó entre mis piernas, sus manos agarraban mis vellos, halando y frotando.

-ufff Prima! Que rico lo chupas

-me quitaste la blusa… y no había perdido aún

-bueno, fue del momento, pero ya vi… no tienes pecas

-jajaja, idiota! Pero ahora tú me debes algo

-yo por qué? Ya te di algo… creo que te gusto!

-si me gusto, te sale bien rica

-pero me sigues debiendo

Se acomodó nuevamente al otro lado del sillón para mi frustración y revolvió las cartas para jugar de nuevo, me subí el bóxer y ella en reflejo se acomodó la blusa, pero sin abotonársela.

-prenda por jugada, cielo…

-ok, hagamos esto, quien pierda la siguiente pide 2 prendas

-a ti te queda solo una

-está bien, daré la prenda que me puse de vuelta y algo más

-qué más?

-lo que pidas-

-lo que pida? Bien, eso me gusta

9na ronda; ahora con más en juego, no me medí, dos cartas, una carta… saca 19, yo 21, gano y pienso que debe quitarse…

-dame tu blusa y la falda

Ella a disgusto de perder, se va quitando la blusa nuevamente, sus pechos siguen proyectando los pezones duros en las copas del sostén, tienen una curva deliciosa, ahora se pone de pie, la falda tiene un broche por detrás, lo suelta y se da vuelta para que le ayude con el cierre, la muy descarada, veo su pantaleta rosada, me vuelve a calentar y a endurecerme la verga.

-sigamos pues! No me rindo aún!

10ma ronda; si gano otra vez disfrutare como sea de un espectáculo, así que las cartas caen; una carta, dos cartas, tres cartas… ella 21, yo 21, empate pero, ella tiene 5 cartas y yo 6, así que ella gana.

-gane! Te toca pagar primo!

-está bien, soy tuyo

Me pongo de pie y me estiro, mi verga esta dura otra vez, solo escondida por mi calzoncillo, estaba listo para que me bajara la prenda otra vez y se le antojara coger a lo salvaje.

-ponte de rodillas

-que?

-que te pongas de rodillas… rápido, eso es lo primero que quiero!

Me puse de rodillas, extendí los brazos esperando su siguiente orden, entonces ella se acomodó en el sofá, reclinándose y abriendo las piernas, me hizo señas de que fuera por ella…

Me puse entre sus piernas, agarrando con mis manos sus muslos carnosos, ella me hizo una mueca lujuriosa que me encantó, sus ojos verdes, labios y mejillas casi del mismo tono rosado intenso…

-dame amor primo

Comencé acariciando sus pantorrillas y besando sus muslos, fui subiendo hasta chocas con su entrepierna, a pesar de tener mi cuerpo en medio, todavía podía estrechar el espacio disponible al apretar las piernas, puse mi barbilla sobre su vientre y de ahí comencé a bajar poco a poco besando y lamiendo, hice un amago de alcanzar sus pechos, apenas los toque me llevo las manos nuevamente hacia sus caderas.

A medida que bajaba la cara, lleve mis manos por su vientre y las caderas masajeándolas, al tiempo que deslizaba su pantaleta hacia abajo… entonces fui dejando al descubierto su pubis, apenas unos finos vellos cubriéndolo, más abajo aparecían sus pliegues, ligeramente oscurecidos, que escondían un interior rosado y brillante, fui metiendo mi lengua, lo que hizo que soltara un bufido y apretara las piernas, pero yo se las mantenía abiertas, seguí metiendo mi lengua, lamiendo sus pliegues y hurgando también con los dedos, fui por su perlita, mi lengua la alcanzó y comencé a lamérsela, ella se retorcía de gusto, mientras me empapaba la cara con sus secreciones, llene mis manos de la misma y se la fui frotando por el vientre, tratando de alcanzar sus pechos, pero apenas los tocaba ella me devolvía la mano a su entrepierna o a sus caderas, estaba muy mojada y jadeaba sin parar, su piel brillaba por el sudor de su cuerpo caliente, hasta su cabello tornaba a un tono rojizo, como ardiendo.

Se estremeció con una serie de orgasmos que con la voz temblorosa alcanzo a decirme algo:

-Ponte condón

-que?

-ponte condón ya!

Corrí a buscar uno, recordando donde los tenia, fui y volví corriendo. Ya no más juegos, esta vez apunte directo a su coño, dio un grito cuando entro, pero se estremeció y contoneo cuando comencé a bombearla, me miró de forma que no sabía si era furia, lujuria o ambas a la vez, tome sus piernas y la abrí cuanto pude, se la metía profundo y luego la sacaba lentamente o volvía a meterla, ella gemía más cuando la sacaba lento y volvía a pasarle la cabeza por los labios vaginales, le dije que se quitara el sostén.

-Quítatelo

-jejeje! no

-Entonces me quitaré el condón…

-no te atreverías!

-no me crees?

Entonces lo saque de un solo y me lo quité, sin darle tiempo a reproches se lo metí nuevamente, ella seguía retándome y me miró con más fuego en la mirada. Me corrí sin más y solté un chorro que la hizo estremecerse, entre maldiciones y las arcadas del orgasmo que se le vino, seguí bombeándola por un buen rato más.

-que bien la mueves! Dame más, dame más!

Su voz sonaba chillona y melosa, pero lo que decía me excitaba y le daba con más fuerza, aguantamos un buen rato, hasta que el momento pasó, se la saque, se le escurría un chorro de semen y jugos por la entrepierna y me acerque a su cara, se la puse al lado.

-desgraciado puto!- me dijo, viendo mi verga algo flácida pero hinchada y cubierta de semen y jugos frente a su cara, no tardó mucho en decidirse y comenzó a chuparla, hasta dejarme limpio hasta las bolas.

Después de eso me recosté a su lado en el sofá, creo que me dormí unos minutos, pero me despertó la sensación de algo moviéndose sobre mi, al abrir los ojos era Isabel masajeándome las piernas.

-Te lo ganaste, me lo hiciste con ganas, solo porque no te las mostraba-

Se quitó el sostén y me mostro lo majestuoso de sus tetas, unos pezones redondos y rosados, como bollos dulces con una cubierta de cereza; se puso entre mis piernas y me froto la verga con sus pechos hasta ponérmela dura nuevamente, le dio una lamida antes de moverse sobre mí y ponerme sus tetas frente a mi cara, comencé a chuparle esos pezones preciosos, mientras le frotaba las nalgas con la verga, hasta metérsela nuevamente y que me cabalgara, haciendo vibrar esos majestuosos pechos para mí.

En la mañana la madrugada la llevé al hotel, hasta la próxima visita.

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