Un dementor es un ser ficticio de aquella famosa saga de magos y brujas que a algunos tanto nos ha llegado a gustar, a mí en particular me genera gran curiosidad este ser espantoso y frío, tan pobre y oscuro que se desplaza en las sombras en la búsqueda de personas nobles y solitarias para alimentarse de sus alegría y su alma…
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Nerviosa, mirando hacia los lados mientras caminas por el centro de aquella solitaria calle asfaltada de luces tenues de regreso a tu hogar, sientes gran satisfacción porque al fin has logrado aquello que te has propuesto, porque tienes los elementos básicos de tu vida, y celebras con alegría en una sonrisa de haber obtenido antes de tiempo aquello que tanto has esperado, de pronto un movimiento en un lateral de tu ruta te regresa de aquel pensamiento, giras tu rostro buscando a la rata que no tardará en salir del bote de basura a un costado, pero no ves nada, un frío inexplicable invade el ambiente, giras tu rostro de nuevo al camino y solo tienes delante una gran sombra con una capa negra levitando frente a ti, rápidamente se acerca, descubre su rostro y sin pedirte permiso se acerca a tu boca, tú no puedes moverte, en tu peregrinar silencioso te han tomado de sorpresa, coloca sus manos a cada lado de tu rostro y sientes como su invisible lengua puntiaguda recorre tu garganta y saca lo mejor de ti, no es el tipo de besos que te gustan, pero tampoco tienes la voluntad para zafarte, finalmente la ilusión ha acabado y lo miras sobrevolar en el horizonte, sientes ahora una extraña e inexplicable tristeza, una profunda soledad y un malestar inigualable, la desesperanza pronto invade tu pecho y una sensación de desapego a tu cuerpo hacen flaquear tus rodillas y te hace caer en el pavimento, cuando crees que logró terminar contigo, mágicamente aparece de los alrededores aquel compañero que notó lo que ocurría, sabe manejar estás situaciones y con un eficaz patronus logra romper el efecto…
Afortunadamente un chocolate en su bolsillo te hace recuperar tu actitud positiva y retomar tu camino seguro a casa, increpando tu caminar confiando mientras calma tu espíritu y seca tus lágrimas, va retirando su negra mascarilla mientras dice:
-La próxima vez no te confíes y si reconoces a un dementor aléjate y no lo dejes acercar a tu rostro, pues si se acerca se alimentará hasta del último sentimiento positivo que tengas y si no lo detienes… también se comerá tu alma!
Recuerda, que no todos mis amigos son tan buenos como yo…