Luego de la muerte de mi esposa, caí en una profunda depresión y mis amigos me apoyaron muchísimo, en especial uno de ellos, David. Nos conocíamos desde chicos y venía todos los días a casa, demás está decir que me sentía muy cómodo con él, hablábamos mucho de todo. Un día, yo estaba muy triste porque era el aniversario de bodas mío y no me quiso dejar solo a la noche, se quedó conmigo para acompañarme.
Cenamos tranquilamente y luego nos sentamos en el sillón del living a ver la tele. No me pude contener y comencé a llorar… David me abrazó y me acariciaba la cabeza, consolándome. No podía dejar de llorar y ya era tarde, entonces me dijo que dormiríamos juntos, pues no quería dejarme solo.
Fuimos a mi cuarto, me desvestí mientras él me miraba; Noté una mirada extraña en sus ojos pero pensé que era cosa mía… Una vez que yo estaba en la cama se sacó la camisa y vi el lomazo que tenía. Me confundió el hecho de que me gustaba lo que veía, pues siempre me gustaron las mujeres, pero tenía un cuerpo tan hermoso que no podía dejar de mirarlo. Se acostó al lado mío con el jean puesto, hacía calor y le dije que se ponga cómodo, lo hizo con una sonrisa en su rostro, se había dado cuenta que lo miraba.
Conversamos un rato y la charla fue para el lado del sexo, en un momento me dijo que sabía que lo miré con deseo. Yo no sabía qué decir, ni que hacer, entonces me tranquilizó, diciendo que no había nada de malo, que yo le gustaba también. Me quedé pasmado y él decididamente tomó la iniciativa y pasó su brazo por mi nuca, abrazándome y llevando mi cabeza a su pecho…
CONTINUARÁ…