Para mí, esta es una de las mejores escenas de la actriz pornográfica de nacionalidad checa Daniella Rush, realizada para la película “DNA: Deep N' Ass 3”, que se editó en el año 2002; probablemente algunos meses antes del desafortunado accidente automovilístico que ocasionó su prematura retirada de la grabación de películas pornográficas.
La escena, que dura 19 minutos con 30 segundos, es una demostración magistral de la perfección del cuerpo de Daniella Rush, así como de la soltura con la que ella puede llegar a manejar vergas de hasta 23.5 centímetros dentro de ella (por su vagina o su ano), como la del actor estadounidense Lexington Steele, quien es el encargado de empalar a esta Diosa Checa.
Desarrollo de la Escena
Comienza a sonar un loop musical. Sobre unas escaleras y un barandal metálico encontramos acariciándose a sí misma a Daniella Rush, quien está vestida con un top blanco cruzado, minifalda color azul rey; así como sus ya acostumbradas zapatillas de plataforma de acrílico transparente que muy comúnmente suele lucir en otras escenas y sesiones de fotos. Daniella no está usando ropa interior, por lo que, cuando se levanta un poco la mini para tocarse, nos permite ver ya sus bien formados cachetes del culo. A continuación, Daniella levanta su pierna derecha y la apoya sobre el barandal, acariciándola de una forma exageradamente seductora, en un recorrido con su mano que termina en sus genitales, los cuales, por la falta de ropa interior, han quedado irremediablemente expuestos a la cámara.
Con un primer plano de su sexualidad, seguido inmediatamente de otro de su culo durante el recorrido, Daniella va subiendo lo que resta de los escalones metálicos. El loop musical continúa, acompañado de algunos taconazos de las zapatillas de prostituta que ella está usando.
Corte a un piso superior, donde Daniella pronto encuentra un grupo de sillas en donde puede tomar asiento, para proceder a liberar sus hermosos senos del top blanco. A juzgar por su mirada, pareciera que Daniella sabe perfectamente que, con esa introducción a su escena, bastará para que todos los hombres que la estén viendo tengan ya una erección bajo sus pantalones, si no es que unos ya se han empezado a tocar y, como consecuencia, las gotas de líquido preseminal están comenzando a brotar de sus vergas.
Cada vez con menos ropa, ella gatea un poco por encima de las sillas, mientras se sigue acariciando y exhibiendo. El ambiente en la locación de grabación debe estar tan cachondo ya, que se puede escuchar la voz del director, Jules Jordan, pidiéndole que se toque a ella misma. Con suma delicadeza, Daniella acaricia sus pezones, para luego humedecer en saliva sus dedos, y comenzar a estimular su clítoris y recorrer toda su vulva que se aprecia hinchada, sabedora seguramente de todo el placer que está por recibir.
Cambio de ritmo de la música, coincidiendo con un primer plano de la cara de Daniella recostada sobre dos o tres sillas. La cabeza de la verga de Lexington Steele entra a cuadro y rápidamente Daniella abre los labios para comenzar a saborearla. El tratamiento que ella le da es cariñoso; succiona la cabeza y le pasa la lengua como si de un caramelo se tratara. Un caramelo muy largo y negro que pronto va a estar entrando y saliendo de su vagina y más tarde de su culo.
Durante esta parte podemos caer en cuenta de que la verga de Lex debe ser tan gruesa como la muñeca de la mano de ella; y posiblemente aún no hayamos terminado de contemplar esta conclusión, cuando en pantalla Daniella ya se encuentra lamiendo sumisamente los testículos gordos que cuelgan del actor pornográfico y, alternándose un poco entre lamer verga y escroto, esta increíble chica arroja un par de miradas a la cámara, como si cuestionara al espectador "Desearías que fuera a ti a quien le como el pito y los huevos, ¿verdad?”.
Al fin llega el momento de que el hinchado coño de Daniella reciba 23.5 centímetros de verga negra y, con su minifalda enrollada hasta la cintura y el cuerpo ligeramente arqueado, por fin Lex comienza a introducir su miembro, permitiéndole la cortesía de que, al menos durante estas primeras estocadas, sea ella quien pueda controlar el ritmo de la penetración, en un movimiento de "entra-saca" que impulse su cuerpo contra el pene de él.
Pero a estas alturas de la escena, Daniella Rush se ha convertido ya en una auténtica perra en celo, que desea ser dominada por su macho y que este tome el control de la cogida. Razón por la cual, luego de cambiar de posición, quedando ella ligeramente apoyada sobre el cuerpo de Lex, podemos ser testigos de una sutil transición en donde ella pasa de mover su cuerpo a quedarse quieta y abandonarse al ritmo que su amante quiere imponer.
Aquí es cuando llega uno de los momentos más morbosos de la escena: Lex de pie sosteniendo a Daniella en el aire con sus manos sobre los muslos de ella, quien lo recibe pegando su espalda al pecho de él y cruzando uno de sus brazos alrededor de su cuello para evitar caerse. Por un momento muy breve lo único que sostiene a Daniella y la aparta del piso son esos brazos en sus muslos, el de ella alrededor del cuello y la verga de Lex que ya está llegando muy dentro de su vagina. Sus zapatillas de acrílico de puta barata ni siquiera están cerca de rozar el suelo.
Y justamente en este momento es cuando, quien les escribe, piensa: "¿Cómo es posible que esta mujer tan perfecta se atreva a dar este espectáculo? ¿Acaso no podría una mujer de sus características arreglárselas para llevar una vida mucho más fácil, sin tener que exhibirse? Y si a Lex se le ocurriera en ese momento eyacular dentro de la Diosa de mujer a la que está empalando… ¿podría dejarla preñada?
Tres chorros espesos y calientes de semen salen disparados volando bien arriba, y luego caen pesados sobre mi cintura y parte de mi camisa, sacándome de mis pensamientos. Yo ya estoy fuera de combate, pero en pantalla con trabajos ha transcurrido la primera mitad de la escena.
Ahora Daniella recibe a Lex a cuatro patas sobre una de las sillas. Sus gemidos, como los de las gatas en celo que llaman a algún macho para aparearse con ellas, no paran de escucharse.
Corte a un nuevo cambio de posición, en donde Daniella, ahora completamente desnuda, se dispone a dejarse encular por la verga de 23.5 centímetros y que es tan gruesa como la muñeca de su mano. A estas alturas, lo único que se le permite seguir usando son sus zapatillas de plataforma de acrílico transparente, esas que siempre le terminan dando un toque de prostituta vulgar a cualquier mujer que las lleve puestas.
Es linda la forma en la que ella se va empalando por el culo sobre la verga del Negro. Pienso que, si hubiera podido aguantar mi eyaculación hace tan solo un par de minutos, de cualquier forma, es aquí hasta donde en definitiva no hubiera podido resistirme a derramar mis espermatozoides.
Los genitales de Daniella continúan hinchados, por lo que ella, al tiempo que sube y baja sobre la verga que tiene alojada en su culo, vuelve a ofrecerle placer a su clítoris con una de sus manos.
Ahora ella yace recargada sobre un comedor de cristal templado, arqueada para recibir de nuevo a Lex por el culo quien, como en la parte del sexo vaginal, se dispone a tomar el control del ritmo al que habrá de encularla. La gruesa vara de carne poco a poco va desapareciendo entre los perfectos y redondos cachetes del culo de ella, y una vez que se ha alcanzado la profundidad deseada, da inicio un proceso continuado de salir y volver a entrar en su ano.
Daniella y su ojo del culo ya se encuentran totalmente entregados, por lo que, a partir de aquí, se empiezan a suceder una serie de posiciones sexuales sobre las sillas en donde lo único verdaderamente a destacar es el profesionalismo de ella como Actriz Pornográfica de primer nivel que, sabedora de lo que implica el sexo anal ha tomado las debidas precauciones de higiene en su preparación; así es que, a pesar de lo profundo que Lex pueda llegar dentro de sus intestinos, no logra arrastrar una sola evidencia de materia fecal. Y casi como si ella quisiera terminar de dejarlo bien claro, permite que Lex le saque el miembro del culo y se lo ponga en la boca para lubricar y de paso probar el sabor de su ano.
Es triste, pero nada puede durar para siempre, por lo que Lexington Steele luego de divertirse un poco más con el ano de Daniella, retira su miembro y se posiciona delante de su cara mientras se comienza a masturbar con la intención de acabar en su cara. Daniella lo sabe y al parecer también lo quiere, puesto que con su mano derecha toma el miembro de Lex y lo ayuda a masturbarse. El pito de Lex es tan largo que en él pueden trabajar ambas manos y aun así no lo abarcan.
Daniella, nuevamente, en un acto de total sumisión, abre su boca y saca su lengua instantes antes del clásico gruñido de Lex que anuncia el inicio de su eyaculación. Desafortunadamente en esta ocasión la corrida del negro decepciona, ya que apenas salpica de manera tímida la cara de Daniella. Probablemente mi eyaculación de hace 10 minutos le hubiera dejado la cara atravesada de gruesos hilos de semen, desde su mentón hasta su pelo. ¿O quizás yo hubiera terminado dentro de la vagina de esa perra en celo, con la ilusión de dejarla preñada? No lo sé, ¿tú que crees?
Como las buenas putas, Daniella termina exprimiendo el semen que queda alojado en la uretra de la verga y, de paso, se la mete a la boca para limpiársela al negro, al tiempo que, creo yo, aprovecha para disfrutar una última vez el sabor de su propio culo impregnado en ella.
Definitivamente una gran escena de Daniella Rush dirigida por Jules Jordan, con la que no paro de disfrutar masturbándome.