Lunes en la mañana en la oficina y recién comenzaba una llamada en conferencia con un cliente que mi firma tiene en los Estados Unidos. Es un caso en que quiero trabajar así que tenía todos los sentidos puestos en la llamada para no perder detalles. Mi jefe estaba a mi lado como líder de la reunión cosa que me hacía atender todos los detalles de aquella reunión.
En medio de un corto receso verifiqué mi teléfono y pude notar un mensaje que me había dejado Claudia. Me saludaba desde su trabajo en Estados Unidos pues no hablábamos casi unas tres semanas. La conversación fue liviana, poniéndonos al día sobre nuestros trabajos, salidas en fin las cosas que le cuentas a tu mejor amigo. Como toda mujer ella muere por los zapatos así que me dijo de su última compra. Eran de taco alto y los traía puestos, me dijo que ese día sentía que era la mujer más bella del mundo. Ella es muy linda y si tenía esa opinión era porque de veras debía estar espectacular ese día.
Luego de varios mensajes mi jefe me anuncio que íbamos a continuar la llamada así que se lo comunique a Claudia. Comenzó igual como lo deje, poniendo extremada atención a los detalles, pero esta vez pendiente al celular pues Claudia no me había escrito. Pasaron unos minutos y llego su mensaje con una foto de sus piernas donde se veían sus zapatos. Poco le puse atención al zapato y me enfoqué en como adornaban sus piernas. Como la conozco sé que la tomo con la intención de captar mi atención y así lo hizo. Los zapatos eran rojos y rápido comencé a fantasear con ellos haciendo juego con un conjunto de ropa interior del mismo color. Ya mi foco en la conversación se había perdido un poco, pero dada mi localización en la mesa no lo habían notado.
Le envié un mensaje a Claudia hablándole de lo que tenía en mente. Ella me contesto que precisamente eso tenía puesto debajo de su traje. Como todo buen abogado quise pruebas de ese dato y poco después recibí una foto de ella sentada en su escritorio con el traje levantado hasta la cadera donde claramente se veía un hermoso tanga rojo. Mi atención paso a ser toda de ella pues ella sabe lo que me gusta y me lo daba. Le dije que la evidencia era buena pero no contundente pues ella sabe mi fijación por cómo se ven las nalgas cuando llevan tangas. Un minuto más tarde recibí una foto tal y como la pedí. Ella se había levantado su traje hasta la cintura y había tomado la foto mostrando como ese hermoso panty hacia ver más grande su perfecto trasero.
Para ese entonces ya yo daba señales de excitación pues mi miembro estaba tan duro que el bulto era notable. Con suerte nadie veía nada pues la mesa del salón me tapaba. Ella conociéndome más que nadie me pregunto si ya habían hecho efecto las fotos a los que conteste que sí. Al igual que yo pidió evidencia de los hechos. Le dije que sería difícil hacerlo pues no podía salir del cuarto donde estaba. Me dijo que me las ingeniara para hacerlo pues ella también quería mirar.
Muy cuidadosamente puse mi teléfono encima del bulto de tal manera que pudiera mostrarle el resultado de su trabajo. Saque la foto, pero el sonido que hace la cámara cuando saca una foto me delato. Aquel sonido fue casi un trueno ya que llego justo en una pausa que hizo mi jefe para pensar. Como era de esperarse todos en el cuarto se me quedaron mirando y solo me resto decirle que había sido sin querer que se sacara la foto.
La reunión continúo rápidamente pero mi nivel de adrenalina se triplico. Esa sensación de hacer cosas prohibidas crea más excitación que cuando las haces sin riesgos. Le envié la foto y ella me la devolvió con una de su vestido desabotonado en la parte superior donde se veía su lindo sostén. También llego uno diciendo que había cerrado su oficina y que podía hacer las cosas libremente. Le pedí que se quitara el traje y me enviara una foto donde pudiera apreciar su ropa interior junto con sus lindos zapatos. Me envió la foto que le pedí pues tiene un espejo grande en la oficina.
Para ese momento mi bulto llego a tal magnitud que el roce con el pantalón me creaba placer. Se lo comunique así mismo y ella me informo que hacia un rato que había empezado a rozar sus dedos en su entre pierna. Me escribió que estaba que la foto de mi bulto logro humedecerla y que una vez cerro su oficina comenzó a hacerlo. Me dijo que si quería dirigirla podía hacer cosa que tome como tarea seria. Le escribí que siguiera rozándose, pero solo con una mano, la otra la usara para rozar sus senos. Me contesto que lo hizo y que no resistió quitarse el sostén dejando libre sus pechos. También me escribió que sus pezones están duros y que sentía mucho placer pasando sus dedos sobre ellos.
Yo por mi parte comencé a rozar mi miembro con la mano y así se lo hice saber junto con la instrucción que se terminara de quitar la ropa para que pudiera tocarse libremente. Así lo hizo y siguiendo mis próximas instrucciones comenzó a tocarse su clítoris usando los dedos del centro de su mano derecha. Se frotaba haciendo movimientos circulares sobre este mientras se apretaba el seno con la otra mano. Ya para ese entonces me dijo que tuvo q ponerse una servilleta en la boca para no dejar escapar los gemidos que salían de ella.
Mi próxima instrucción fue que se penetrara con sus dedos y así los hizo me dijo que estaba tan excitada que tuvo su primer orgasmo que si al momento de introducirse los dedos. Yo entraba en desesperación pues quería perder el control y terminar como ella lo hizo, pero no podía. Ella a pesar de haber terminado siguió con su acción solo cambiando su posición a petición mía. Le dije que quería que lo hiciera como si yo la estuviera penetrando en la posición del perrito. Ella me confeso que quería gritar y tampoco podía. Le pregunte si aún conservaba el juguete que una vez le había regalado y me dijo que siempre andaba con él.
La próxima instrucción fue usar el juguete. Se sentó nuevamente en su silla y abriendo sus piernas comenzó a penetrase no sin antes activarlo para que la vibración aumentara la reacción. Tuvo su segundo orgasmo minutos después. Yo ya no podía resistir y como casi un milagro el cliente pidió otro receso. Esta vez dada la cercanía con el almuerzo se decidió retomar la reunión luego de regresar de almorzar. Salí casi corriendo a mi carro, como vivo cerca de la oficina no me tarde ni cinco minutos en llegar a mi apartamento.
Para ese entonces Claudia se había vestido y había salido a almorzar, pero un mensaje mío la intercepto era una foto de mi miembro erecto con un mensaje de que yo podía jugar libremente también. Esto la encendió nuevamente pero ya estaba montada en su vehículo. Le pedí que guiara a un punto seguro donde se pudiera estacionar y pudiera complacer mis peticiones. Busco un lugar alejado en el estacionamiento del centro comercial donde planeaba comer y comenzó nuevamente a seguir mis instrucciones esta vez de voz. Le dije que quería que se quitara la ropa interior y comenzara a jugar, pero esta vez la quería escuchar a plenitud. Sus gemidos que salían del altavoz de mi teléfono invadieron todo mi apartamento. Gritaba mi nombre y yo casi sin piedad tocándomelo gritaba el de ella. Me decía que se movía tanto que su auto se movía también. Yo seguí moviéndolo cada vez más rápido según escuchaba que ella aumentaba su intensidad. Como la conozco tanto ya sabía que estaba a punto de tener su orgasmo de almuerzo y yo el mío.
Pasaron varios segundos cuando ambos anunciamos simultáneamente con gritos que el orgasmo había llegado. Mi descarga caliente salió expulsada como lava en volcán en erupción sus gritos duraron casi un minuto y luego hubo silencio. Ambos tratábamos de reponernos a esa reacción simultánea. Luego llego una risa casi imparable era el resultado del estrés saliendo de nuestros cuerpos rápidamente. Aquel evento no planeado había servido de terapia para ambos. Luego de eso ambos tomamos un almuerzo y seguimos nuestro día de trabajo. Yo pude aportar más a la reunión por la tarde. Cuando iba de salida me llego otro mensaje de Claudia. Esta vez era un enlace para descargar un archivo. Para mi sorpresa era una excitante colección de los audios de nuestro encuentro incluyendo otro audio de un aperitivo que tuvo ella sola en su apartamento. Con evidencia como esa nadie podría perder un caso.