Entonces Elena (un nombre que casi olvidaba si no fuera porque sale a trabajar) salió de su trabajo en la oficina, dirigiéndose a su casa rápidamente, iba vestida como le dijo su amo en la mañana, tacones como siempre, falda arriba de la rodilla, un calzón delgado, agarrado desde la cintura, blusa blanca de botones, dos abiertos claro, un brasier negro contrastante, y un blusón como suéter negro.
Claro que nadie sabría lo que ocultaba Elena, nadie jamás imaginaria lo sumisa y puta que era en su día a día.
Llegando a su casa subió a la habitación, guardo toda la ropa, se puso tacones más altos y delgados, lencería negra para su piel morena clara, arreglo la casa, todo estaba listo, se peinó con una cola, labial negro y maquillada perfectamente y elegantemente, al escuchar llegar el carro del amo, corrió casi inconscientemente como los perros, se colocó enfrente de la puerta, de rodillas y mirando hacia abajo, había entrado su amo.
-Hoy fue un día cansado, estoy completamente agotado. Quiero comer un filete de carne
-Si señor -mientras tenía su mirada a los pies.
-Voy a quedarme solo en pantalones, y te espero en el sillón de la sala, vete ya.
-Si señor.
Ella se paró solo para quitarle el saco y la camisa que llevaba su amo, viendo su abdomen como si fuera lo mejor que había visto en el mundo.
Ella dejo el saco en su lugar, y se puso la camisa de su amo, sumamente sudada, lo que hizo excitarla, estaba deseosa de lavar con su misma lengua lo que había sudado su dueño. Ella se marchó hacia la cocina, empezó a cocinarle a su amo, de vez en cuando pasaba su amo solo para azotarle el culo con su mano mientras ella solo seguía.
Al terminar lo puso en un plato, tomo una cerveza del refrigerador se dirigió hacia la sala mientras su amo veía televisión, se arrodillo, lo entrego y miro hacia su pene, deseosa de lo que el dijera.
-Quítame los zapatos y bésame los pies, después quiero que me quites el pantalón.
Ella obedeció con gusto, besaba y lamia con devoción los pies de su dueño, tan encantada de ser casi una esclava para él, bajo su pantalón, y mientras el solo se relajaba y comía, ella comenzó a lamer y besar sus huevos, con toda su verga en la cara, de rodillas, tan excitada como dominada ella era feliz dejando su labial negro en la piel de su amo.
-No quiero sentir que sacas mi verga de tu boca perra -dijo mientras la tomaba con fuerza de su pelo, poniendo su boca en su verga y empujándola para ver cómo se la comía.
Ella fundía sus labios en toda la verga de su amo, pasaba por su paladar, hasta la garganta, sus labios masajeaban por dentro, su lengua era testigo de lo mucho que le gustaba estar así, era experta ya, pero por un momento saco un poco su boca para respirar, pensando que él no lo notaria. Sin embargo, ella solo sintió una cachetada, sorprendida y excitada por eso, solo paro y quedo con su mirada abajo.
Él le tiro un poco de su cerveza desde su cara hasta sus tetas, le dio otra cachetada, y la tomo del pelo para el mismo coger su boca, la metía con salvajismo, y ella lo disfrutaba mientras intentaba no tener arcadas, azotaba sus tetas medianas.
La mando por la comida de ella, una ensalada, ella con saliva y cerveza en su cara fue hacia allá, respirando un poco, se la dio, y entonces el termino en su comida, y ella empezó a comer mientras él le coloco un vibrador que el controlaba, le complacía ver a su puta en 4 comiendo en el suelo mientras gemía por su vibrador.
Y apenas eran las 6 del día.