Comienzo por presentarnos, soy Ernesto y mi esposa Guillermina, trabajo como administrativo en una empresa de construcciones y ella es C.E.O. en una multinacional, con muchas responsabilidades sobre su espalda, es una mujer muy inteligente y capaz, creo en este punto que si ella no estuviera en la empresa no sería tan fructífera como lo es desde que llego ella al cargo.
Debido a su agotador trabajo, trato de complacerla con unas vacaciones bien distendidas, nos vamos en carpa o en casa rodante (nos gusta la vida al aire libre) a un lugar paradisiaco, lleno de vegetación y un lago bastante grande de cristalinas aguas, y en donde podemos dar rienda suelta a nuestros impulsos sexuales haciendo cosas que al estar en casa no se puede, ya sea por los chicos o por temas de horario, con lo cual podemos tener sexo tradicional o algún rápido, según la disponibilidad.
Guille con sus treinta y cinco años tiene un cuerpo que no sale de lo tradicional, diría más bien excede en diez kilos su peso, pero todo lo que tiene lo tiene bien puesto debido a su actividad en el gimnasio, sus tetas redondeadas y firmes lo mismo que sus respingados glúteos, y esa pancita incipiente que me vuelve loco de amor.
Yo cuatro años más que ella, también excedo mi peso, pero gracias a mi actividad cuando recién empecé a trabajar, (hombreaba bolsas y paleaba arena) mis músculos aún siguen tonificados (lejos de tener un cuerpo de gimnasio) pero si se notaban, menos los del abdomen, pues yo también tengo mi panza, con ropa no se nota, pero si me saco la remera se ve.
Con nosotros a parte de nuestros dos hijos vive mi suegra, Evangelina, cincuenta y ocho años, diría que Guillermina es un clon de su madre, tienen un físico parecido. Vive con nosotros desde que mi suegro falleció a causa de un infarto, algo totalmente inesperado, pues también hacia vida sana.
Ya presentados, les cuento.
Habíamos programado ya el viaje a “nuestro” lugar, preparamos la casa rodante con todo lo necesario. Los chicos quedaron al cuidado de su madrina, la hermana de Guille. Evangelina se quedaría sola en casa para descansar.
El día anterior a la salida Guille me dice que me parece si la llevamos a su madre, cosa que no dude ni un segundo en responder que sí, por dos motivos, Eva me trata mejor que a sus hijos y segundo también se merece ese tipo de descanso, al fin y al cabo nos llevamos de maravilla los tres. Colaborando entre todos (luego de hacerle la propuesta y varias negativas después) preparamos su ropa y la acomodamos en el vehículo.
Al día siguiente partimos hacia el palmar Ciudad de Entre Ríos, que se caracteriza por tener infinidad de palmeras, vegetación frondosa, fauna diversa en total libertad y lagunas internas, nosotros ya teníamos la nuestra, que habitualmente no anda nadie y podemos acercar la casa rodante.
Luego de cuatro horas de viaje, comenzamos a divisar las palmeras desde la ruta, a los pocos kilómetros, el cartel que anuncia “Bienvenidos al Palmar”.
Vamos directamente al lugar de acampe, lo primero fue armar una carpa para mi suegra, ella insistió para no entorpecer nuestra intimidad, luego le tocó el turno a nuestra “casa”, desenganchándola del auto la calzamos con los tacos y listo, ya instalados.
Luego de un breve paseo para que Eva reconozca la zona y viera parte de la costa Uruguaya, volvimos al acampe para cenar, con una luna llena que estaba apareciendo de entre las aguas del rio.
Cenamos unos sándwich y nos fuimos a dormir, bueno, mi suegra se fue a dormir, nosotros tuvimos una buena ración de sexo distendido, algún que otro gemido y pequeño grito al llegar al orgasmo.
Al otro día nos levantamos los tres temprano para ver el amanecer, belleza verlo a la margen del rio, volvimos para desayunar, ya sentados a la mesa, suena el celular de Guille, era del trabajo, tenía que estar urgente para resolver unos problemas que habían surgido, una inspección, creo.
Convenimos luego de querer regresar, que ella volvería sola a la ciudad, total era uno o dos días nomas, y prometió que a su regreso apagaba el móvil. Tomo dos o tres cosas y partió rumbo a la empresa.
Parte del resto de la mañana y la tarde paseamos para que conozca la zona, cruzamos algunos zorros grises y algún que otro carpincho que curiosos nos miraban.
Por la noche, cenamos y nos fuimos a descansar. Al cabo de una o dos horas siento ruido de agua, algo andaba en el lago, me asome y gracias a la brillante luz de esa inmensa luna que reflejaba su cara en el espejo de agua, divise una silueta nadando, era mi suegra que se aprovechó de la complicidad que le daba la oscuridad para nadar desnuda. Mis ojos no daban crédito del cuerpazo que estaba viendo, con su edad no tenía nada que envidiar a su hija, debo reconocer que medio dormido pensé que era Guille. Salí de la casilla y me acerque lentamente sin hacer ruido escudado entre las sombras para observarla mejor, ver el culo sobresalir de la superficie hizo que mi miembro se yerga con una dureza importante, se notaba a través de mi pantalón corto.
La excitación pudo más que la razón y comencé a masturbarme, con tanta ¿mala suerte? Que piso una botella plástica que algún desconsiderado dejo tirada, haciendo que mi suegra se de vuelta tapándose los senos, alcanzo a verme, al darse cuenta que era yo, muy lentamente salió del agua bajando los brazos y sin cubrirse, avanzo lentamente hacia mí, su espectacular figura brillaba a la luz de la luna mientras que su largo cabello caía sobre su espalda.
-Yerno querido, ¿te gusta lo que ves?
-(tragando saliva) si la verdad sos una verdadera escultura, perdón pero no me pude resistir.
-Yo tampoco y me cortaste mi “tarea”, el escucharlos anoche y ver como se movía la casa me trajo recuerdos, pero basta de charla y terminemos lo que empezaste.
Se puso delante de mí tomando mi verga endurecida para masturbarme, yo no reaccionaba hasta que comprendí el terminemos. Mi mano fue hasta su vagina coronada con unos vellos húmedos muy bien recortados, introduje un dedo de mi mano derecha dentro, mientras la izquierda estimulaba el clítoris. De su boca salían un montón de palabras ininteligibles que se confundían por sus gemidos, en un momento sus rodillas comenzaron a doblarse levemente, intentaba erguirse pero nuevamente sus rodillas se doblaban, estaba llegando al orgasmo, apuró su movimiento de vaivén en mi miembro hasta que todo mi semen salió disparado sobre su espalda y su culo, se dio media vuelta y me estampo un beso a la voz de gracias, me saco el pantaloncito y la remera, ambos desnudos fuimos al agua.
Nos besamos por un rato, luego nadamos mientras hablamos de lo sucedido, que sería un secreto entre los dos, confesándome que desde que falleció Juan, no había tenido sexo con nadie, lo más cercano era un dildo que se había comprado para masturbarse, que le gusto la situación que vivimos y sabia como era yo, por eso no lo dudó ni un segundo, nadando de perrito se acercó nuevamente, me beso y masajeando mi pene espero pacientemente que se me pare de nuevo, una vez que lo logró acerco su pelvis y con la soltura que le dio el agua levanto sus piernas rodeando mi cintura, para dejar vulnerada la entrada de la vagina, intente penetrarla de golpe, pero no pude, parecía como un mecanismo de defensa de su concha, mientras con una mano la sostenía de los glúteos con la otra abrí los labios vaginales y ahí pude estar en su interior, que hermosa vagina apretada, el contraste del frio del agua con la calidez del interior era algo que nunca había experimentado, la libido estaba por las nubes, enseguida comenzó a jadear y gemir en mi oreja, me excito más aún.
-Hay Ernesto, querido yerno, cuanto placer me estás dando, mi hija se sacó la lotería con vos.
Se le empezó a entrecortar la voz pero pude entender lo último que dijo, Ernesto… acabo, acabo, y pego un largo suspiro.
No me pude aguantar ni retener más el semen que también empecé a derramar en su interior.
Nadamos un rato más y me dijo…
-Esto no termina acá, ya lo empezamos tenemos que terminarlo.
Sorprendido de como se había desatado le lance…
-Como vos quieras, estamos vos y yo, te voy a hacer lo que me pidas.
-¿Lo que te pida?
-Si, lo que me pidas o lo que quieras, llamalo vos por su nombre.
-Bueno por lo pronto quiero que nos sentemos en las reposeras, fumemos un cigarrillo y unas cervezas, te voy a dejar descansar un rato porque no sabes lo que te espera.
-¿Para tanto? ya me da miedo.
-No tengas miedo, algo me ha contado Guille, y se lo que te gusta.
Dos cigarrillos después y cuatro latas de cerveza nuestros cuerpos estaban secos, fue hermoso compartir la charla desnudos.
Parándose delante de mí, acerca su vagina a mi cara, aprovecho y me sumerjo entre sus piernas para probar el exquisito sabor de mi suegra. Luego de un rato de disfrutar mi lengua, me toma de los pelos para hacerme poner de pie. Ya erguido me lleva rumbo a la cama matrimonial que está en la casilla.
-Acostate boca arriba.
Obedezco como un niño que se mandó una macana, se posiciona sobre mí para chuparme la verga y que pueda hacer lo mismo en su sexo. Estaba haciendo una mamada de película, la verdad nunca me la habían chupado así, estaba entre chupar yo o disfrutar de esa boca experta, trate de conservar la cordura y logre que llegue al orgasmo y un poquito más, tuvo un squirt delicioso.
-Ahora quiero sentirte adentro.
-Jaja ya estuve adentro tuyo.
-No mi vida no estuviste nunca dentro de mi culo.
Se sentó ella misma sobre mi miembro y se dejó caer introduciéndola de golpe, no hubo cara de dolor ni grito ni nada de lo que ya se conoce al hacerlo, solo exclamo.
-Que hermoso me encanta, hacía rato que necesitaba una de carne, ahora sin sacarla acomódate.
Fui girando y ella incorporándose para ponerse en cuatro, una vez que con mucho esfuerzo lo logramos me empezó a hablar en un tono más fuerte.
-Dale yerno, dale duro, ahora vas a saber lo que es coger con tu suegra, fuerte como si me lo quisieras romper por favor.
Sus palabras me hicieron entrar en un estado que me hizo descontrolar, le empecé a coger ese culo con una violencia que me desconcertó, pero le di lo que me pidió, al cabo de un rato y al sentir mi semen dentro pego un grito que pensé vendrían el guarda parques.
-¡¡¡Acabo!!!
Solo eso alcanzo a decir, luego quedo inerte en la cama, desmayada, fueron unos segundos, pero para mí fueron como diez días.
-Yerno, lograste lo que nunca un hombre pudo lograr, yo sabía, te tenía fe.
Luego de la sesión de sexo desenfrenado, dormimos totalmente desnudos y abrazados.
Al otro día nos levantamos tarde, fuimos así como estábamos al agua, hacía calor, ni hablamos de lo sucedido, al salir reviso el celular y había un mensaje que decía en cinco minutos salgo para allá. Le comento que está viniendo Guille, aproximadamente llega en tres o cuatro horas.
-Bueno yernito, hay que aprovechar.
Hasta que llego mi esposa, lo hicimos en el lago un par de veces, en la cama no podíamos, pues tuvimos que acomodar el desastre que dejamos anoche.
Al llegar Guille, nos saludamos efusivamente.
-Como les fue sin mí, pensé que se iban pelear, pero veo que el ánimo esta bueno. (bromeo)
-No hija, tu marido es un santo, no me dejo que me aburra, me tuvo entretenida y sabe mucho.
-Ha bien, seguro te llevo a conocer todo.
-En realidad hija me hizo recordar cosas gratas.
-Que bien, a dios gracias se llevan bien, me pone feliz.
-Desde un principio sabía que nos íbamos a llevar muy bien.
El resto de los días transcurrieron sin novedades, ni sospechas por parte de Guille. Solo tuvimos una oportunidad de hacer algo en el lago cuando fue a la despensa a comprar algo para almorzar, cuando regreso nos encontró agitados en el agua y dijo.
-Chicos dejen de nadar, miren como están de cansados.
Los tres reímos, dos, sabíamos el por qué.
Ya de regreso a casa, casi todo volvió a la normalidad, con la diferencia que, en cada oportunidad que teníamos, una sesión de sexo había.