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Con la mujer de mis sueños
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Tiempo de lectura: 7 minutos

Seis veces! Seis veces me corrí.  Jamás he podido y al paso que voy jamás poder superar esa vez que logré meter a la cama a la que fue mi amor platónico… Bueno, más bien fue esa mujer que siempre deseabas poseer, esa mujer que cumple todos el checklist de la mujer perfecta en cuanto a físico refiere.

Su nombre es Diana. Mide 1.65, tez blanca, ojos grandes y cafés, labios carnosos, rasgos exquisitamente finos. En cuanto a cuerpo refiere, si tuviera que encontrar un comparativo con alguien "famoso" sería con la pornstar Valentina Nappi. Delgada pero aun así con lo suyo, dos hermosas tetas y un culo firme y paradito.

A ella la conocí cuando cursaba preparatoria, desde que la ví me llamo la atención, como ya dije, ella cumplía los requisitos de mi mujer físicamente perfecta. Pero, siempre tiene que haber un pero, ella y yo siempre fuimos agua y aceite. Teníamos gustos similares en cuanto a música, pero nuestro humor y nuestras metas eran muy diferentes. Aún así convivíamos seguido porque nuestro grupo de amigos era el mismo. Salimos de preparatoria y nuestro grupo de amigos aún se frecuentaba, pero nuestra historia era la misma.

Ella en ese tiempo por trabajo emigró a otra ciudad y yo me distancie de ese grupo de amigos y me enfoque en proyectos personales y en mi novia en ese entonces. Pasaron años y recibí un mensaje de Américo, nuestra banda favorita venía a una ciudad relativamente cercana y nos pusimos de acuerdo para ir, el me dijo que no me preocupara por el hospedaje. Confíe en el y espere el día.

Cuando llegó el día emprendimos camino en mi auto, escuchabamos las canciones de dicha banda y hablabamos, después de no vernos en varios años, nos estabamos poniendo al corriente. Llegamos a donde ibamos a hospedarnos, una casa de tamaño mediano, ella me dijo que ahi vivia una amiga de el con varios amigos de ella. Por mi mente jamás pasó que sería Diana la que vivía ahi. Esperamos un poco afuera, ella aún no llegaba a su casa, alrededor de 20 minutos después llego en un auto pequeño, abrió la cochera y entró, al ver que era ella solo suspire y mire a mi amigo. El entendió y se encogió de hombros y me puso su mano en mi hombro y dijo "no vas a pagar hospedaje".

Entramos y nos saludamos, ella también iba al concierto, tomamos unas cervezas previo al concierto, y con cada cerveza que tomábamos fuimos hablando más y más y hasta se volvió un momento ameno y agradable. Fuimos al concierto y fue increíble, logramos colarnos hasta el frente y estábamos pegados al escenario, ella se posicionó frente a mi, pegada al riel que dividía al escenario de la multitud. Con cada empujón de la gente yo aprovechaba para pegar mi miembro por su hermoso culo. No pasó mucho para tener una erección, ella lo noto, me volteo a ver e hicimos contacto visual, mordió su labio y volvió su atención al concierto, ella se pego a mi cuerpo, los dos impulsados por el alcohol y la euforia nos dejamos llevar. Puse una de mis manos en su cintura y me pegue fuertemente a su culo y lo que restó del concierto asi estuvimos.

Al terminar, caminábamos mientras esperábamos que algún taxi nos recogiera, yo caminaba con dificultad, mi erección era tan notoria que tenia que bajar mi playera lo más posible. Américo estaba borracho, prácticamente lo veníamos cargando, varios minutos después conseguimos un taxi y al llegar a la casa de Diana con algo de ayuda del taxista logramos meter a Américo a la sala. Era aún temprano, aproximadamente las 11 pm. La noche era calurosa y al llegar ella me dijo, se me antoja meterme a la piscina, yo fastidiado por el calor dije que era una gran idea. Su casa contaba con una pequeña alberca y un asador en el patio. Prendimos un poco de carbon, abrimos unas cervezas y ella entro a la alberca mientras yo estaba en el asador preparando una carne.

Ahi deja la carne, no pasa nada y ven dijo mientras se metía a la piscina. Me quite mi sudada playera y en boxers entre a la cálida agua de la piscina. Al entrar, camine hacia ella y la bese sin pensarlo. Que beso, sus suculentos labios parecían comerme, su lengua pasaba por todo orificio dentro de mi boca, jugaba con mi lengua, mordía mis labios y paraba y daba pequeños mordiscos en mis orejas mientras yo besaba su cuello. Ella tenia puesto un bikini nada revelador de color azul cielo, con sus piernas enredadas en mi cuerpo estrujaba mi pene, la erección ya era insoportable, deseaba penetrarla. Comencé pasando mis dedos por su depilada vagina, sus callados gemidos en mi oreja me excitaban, metí un dedo y me apretó ligeramente el cuerpo mientras sus ojos reflejaban el placer que sentía. Nos miramos fijamente, mientras yo introducía el segundo dedo, su respiración se aceleró, beso mi boca y mordió fuertemente mi labio, con mis dedos acariciaba su clitoris bajo el agua, ella estaba en el climax, con su mano bajo mi bóxer, en ese momento me golpeó la realidad. Me di cuenta de con quien estaba, era la mujer perfecta, aquella que reunía todo lo que yo esperaba en una mujer. Me comencé a excitar en demasía. Ella buscaba mi grueso miembro, me fue llevando lentamente a un extremo de la piscina. Su espalda recargada en la pared de la piscina y sus piernas enredadas en mi cintura, tomó con decisión mi pene y sin dejar de besarme lo introdujo en su apretada cueva de placer.

Y vaya placer, ella gimió, mordió mi cuello, y movia su cintura, yo estaba congelado, no por no saber que hacer, en mi mente trataba de prolongar lo más posible aquel momento, no quería arruinar corriéndome instantáneamente aquel tan soñado momento. Pero fue inútil, no pasaron ni 10 segundos cuando saque forzosamente mi pene y bajo el agua solté varios chorros de semen, ella con la respiración agitada me vio y dijo "ya?" Fue un balde de agua fría para mi ego. Me beso tiernamente, el beso se prolongo y en cuestión de un minuto mi amigo estaba listo para el round 2.

Ella volvió a sentir mi pene erecto pegado a su estómago. Sonrío pícaramente y tomo mi mano, salimos de la piscina y nos sentamos en un pequeño colchón en el pasto. Pude ver sus rosados pezones cuando se quito por completo el bikini, su rosada vagina palpitaba, seguíamos besándonos y acariciándonos. Lentamente comencé a bajar por todo su cuerpo, mordiendo sus pechos, sus pezones, su estómago y saboreando su suave piel, su aroma era un perfume que invitaba a la lujuria, llegué a su vulva, la vi, mojada, rosada y esperando ser follada por un semental, que es lo que ella merecía, por alguna extraña decisión, el destino se apiadó de mi y me permitió ese placer. Acerque mi boca y comencé a comer esa deliciosa vagina. Ella tomaba con una mano sus pechos, pellizcaba sus pezones y con la otra tomaba mi cabeza y apretaba mi cabello, sus jugos fluían y acaban siendo tomados por mí, que delicia, el acordarme ahora de su sabor hace que mi pene se ponga duro como roca. Me perdí en ese mar de placer y volví a la realidad cuando escuche su voz agitada decir "dame verga, metemela, metemela", me posicioné, tome una de sus piernas y la recargue en mi hombro, la otra la abrí un poco y puse mi enrojecido pene en la entrada de su vagina, empujé lentamente, quería ver toda expresión de su cara al sentir mi pene entrando en su vagina. Su cara de dolor y placer, sus gemidos, mordía sus labios, con su mano en mi estómago me marcaba el ritmo, no quería que la introdujera de golpe, comencé a mover mi cintura, con lentitud metía y sacaba mi pene, ella levantaba su cabeza y veía como desaparecía el cilindro de carne dentro de ella. Sus fluidos mancharon de blanco mi pene, el placer era increíble, su vagina parecía masajear cada centímetro de mi pene, no tardé mucho y saque mi pene y descargue mi orgasmo en su estómago, algunos chorros alcanzaron su barbilla y sus pechos, en medio del orgasmo la volví a introducir, ahora llevaba un ritmo frenético, el placer que sentía al estar aún sensible por el orgasmo que acababa de tener y su húmeda vagina me volvían loco. Tense todo músculo de mi ser y en segundos me estaba corriendo nuevamente, esta vez dentro de ella.

Ella sintió cada bombeada de mi semen dentro de ella, me tomo y me beso. Yo gemía de placer y la apretaba con fuerza contra mi. "No te salgas papi, no te salgas, dámela toda" me dijo mientras me besaba. Saque mi pene, algo flácido y rojo por la fricción y el orgasmo. Comencé a pasar mi glande por su clítoris, ella daba pequeños saltos de placer y con mi pene yo esparcía mi leche que fluía de dentro de ella. Sin estar totalmente erecto lo introduje nuevamente. Pude sentir en segundos a mi pene endurecerse al interior de ella, puse sus dos piernas en mis hombros y empuje como una bestia. Ella tapaba su boca con una de sus manos, puso su mano en mi pecho y con dificultad me dijo que parara, saco mi pene y se puso de pie, me tomó la mano y nos dirigimos a su cuarto. Cabe resaltar que la casa obviamente estaba sola, el único otro ser era Américo que estaba en un sueño pesado a causa del alcohol. Entramos besándonos, la voltee y la puse en cuatro y penetre su vagina. Ella tomaba con fuerza la cabecera de su cama, apretaba con fuerza los barrotes, daba pequeñas nalgadas en sus nalgas y en seguida estaban rojas debido a lo blanco de su piel. Con una mano acariciaba sus mágicos pechos y con la otra me inclinaba y masajeaba su clítoris. Seguía en mi frenesí, por varios minutos estuve bombeando, sentía el orgasmo cerca, ella ya se habia corrido pero pedía más, nuestros cuerpos sudados y el olor a sexo inundaba el cuarto. Saque mi pene y un pequeño chorro decoró esas nalgas.

Cansado me tumbe en la cama, jadeando y agitado. Ella se puso a un lado mío, pude sentir su mojado cuerpo. "Cuatro veces, que aguante" me dijo mientras juguetonamente pasaba sus dedos por mis testículos, "todavía hay mas lechita aquí para mi?" Me preguntó mientras ya tomaba con su mano mi pene y me masturbaba lentamente.

Hasta su mano se sentía bien, tarde un poco mas que de costumbre pero mi pene nuevamente endureció sin decir nada ella dijo "parece que si hay más" y en seguida desapareció mi pene en su boca. Jugaba con su lengua en mi glande y metía un poco a su boca, pasaba su lengua por todo mi falo, yo quería mas, quería sentir mi pene hasta su garganta. Métela hasta el fondo, le dije mientras me retorcía por el placer. Se detuvo un poco, pensando en la situación "estás loco, no me cabe, la tienes muy gruesa" y paso su lengua nuevamente por mi glande. Inténtalo, ándale, suplicandole. Ella lo intentó, pude sentir su lengua moviéndose mientras trataba de meterla toda, lo logró, escuchaba y sentía como parecía ahogarse, y no me contuve y descargue mi quinto orgasmo en lo profundo de su boca, ella empezó a toser, mi semen salió por su nariz y ella fue al baño, fui detrás de ella, aun agitado y excitado por ese orgasmo.

Ella volteó a verme con ojos llorosos y aún con algo de tos, me acerque a ella y la bese. Nuevamente fuimos a la cama y nos acostamos, como dos novatos amantes nos besamos y en misionero la penetre, sin dejar de besarnos, nuevamente no dure mucho, avise que me corría, me pidió nuevamente que acabará dentro de ella y por sexta y última vez esa noche descargue mi lo poco que quedaba de semen dentro de mi ser. Nos recostamos, totalmente exhaustos, nos duchamos y bajamos a comer un poco de la carne que no se habia quemado en el asador. Platicamos como si hubiésemos sido buenos amigos de toda la vida, ambos coincidimos en que tal vez la animosidad entre los dos era una atracción que ninguno de los dos quiso aceptar nunca. Seguimos siendo buenos amigos hasta la fecha, tuvimos varios encuentros más, pero ninguno tan intenso como esa primera vez. Ella vive en Estados Unidos ahora, felizmente casada, pero aún hablamos y recordamos esas veces.

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