Después de una larga y extenuante jornada laboral salí de la oficina a eso de las 5 de la tarde entre a un centro comercial para comprar varias cosas que necesitaba; antes de salir del centro comercial entre al baño para quitarme el brasier pues me estaba causando dolor en la espalda, no es un secreto que el mayor descanso es quitarse este artículo de tortura femenina al igual que los tacones, decidí pedir un Uber, realmente estaba muy cansada y tenía muchos paquetes, el tráfico en Bogotá es espantoso por lo que estuve por 30 minutos esperándolo, para cuando finalmente llegó eran las 6:30 de la tarde y empezaba a oscurecer, don Luis me abrió la puerta y ahí estaba un hombre que a simple vista parecía de unos 55 años máximo pero tal fue mi sorpresa cuando me dijo que tenía 66 años, estaba muy buen conservado, hablamos de muchos temas él ya se había pensionado o cómo lo llaman en otros países era jubilado; también me contó que era quiropráctico y que se dedicaba actualmente a atender un pequeño consultorio particular en su casa o que hacía masajes a domicilio y que también estaba en Uber para incrementar sus ingresos.
Durante las dos largas horas de camino hablamos de muchos temas hasta de sexo yo notaba que me veía los pezones, para ese entonces no voy a negar que ya estaba bien mojada fue cuando don Luis me pregunto que si me habían hecho alguna vez masajes relajantes o reductores, nunca me habían hecho uno y no dudé en decirle que lo necesitaba ya que tenía mi espalda me dolía constantemente y que además por la falta de actividad física ya estaba perdiendo la figura y el tono muscular, ahí paramos en un semáforo y el muy “profesional” me dijo que no creía que le dejara ver, me tocó los gemelos y los muslos y dijo:
-Si estás muy flojita, pero con unos masajes eso se soluciona.
Le respondo:
-No son sólo las piernas todita estoy así ahora hasta me salió pancita.
Dicho esto procedió a tocar mi abdomen para corroborar la información, así toqueteándome de manera profesional y yo me dejaba sin pudor alguno.
Todo el camino me ofreció sus servicios diciendo que me atendía en mi casa o en la de el, me hizo entrega de una tarjeta y nunca paro de ver mis pezones cada vez que se le ofrecía la oportunidad.
Cuando finalmente llegamos a mi casa le pague me baje y cuando me agache a recoger los paquetes pudo ver mis senos aunque me hice la que no se había dado cuenta.
Me dijo:
-Escríbeme y acordamos un masaje completo.
Claro ahorita mismo te escribo para que tengas mi número.
Y así fue apenas entre a mi casa guarde el número y le escribí “hola soy Abril me acabas de dejar en mi casa”.
Me duche me puse mi pijama y me fui a la cama buscando algo interesante en Netflix, una hora después me respondió el mensaje “Hola hermosa, cuando te hago el masaje” yo enseguida le respondí “el sábado te parece bien” “Claro cuando tu quieras hermosa” nos mensajeamos cómo por media hora más cuando finalmente me pregunto que hacía y mi respuesta fue una selfie en mi cama donde obviamente se transparentaban mis pezones en la pijama acompañada de un pie de foto “descansando en mi camita” “que rico, yo también me voy a descansar”.
Al siguiente día después de salir de la ducha me tome una selfie con un gran escote y la puse de estado en el WhatsApp para que solo la pudiera ver el, lo estaba provocando.
Ya en la oficina recibo un mensaje comentando mi foto “que hermosa vista” todo el día estuvimos chateando y yo con muchas ansias esperaba que pasara rápido el día porque mi cita del masaje era el siguiente.
En la noche cuando llegue a casa tome una ducha como de costumbre y frente al espejo empañado me tome una foto desnuda, que también puse en el estado solo para que el la viera, apenas la vio me escribió “hola hermosa qué tal tu regreso a casa te relajo la ducha con agua caliente?” “Solo un poco pero sé que tu masaje me servirá mucho más” “claro que si quedarás muy relajada”, “Que debo llevar, vestido de baño, toalla” “no debes traer NADA” seguimos con los mensajes, me envió la dirección y acordamos que el masaje sería a las 10 de la mañana. Cuando ya me vencía el sueño le envié un emoji de un besito y le deseé una linda noche.
Llegó el deseado día, busque un juego de lencería sexi de transparencia negro y me vestí sencilla en jean, blusa y tenis.
Emprendí mi camino lista para mi masaje, me recibió muy alegre hasta con beso en la mejilla y abrazo. -siéntete en tu casa, quieres algo de beber?-Por ahora no, pero dime que debo hacer?- me dio una toalla grande y me dijo que pasara al baño y me quitara la ropa y pasara a la camilla mientras él traía unas cosas, estaba vestido de blanco con ropa muy cómoda y tenía sonidos de la naturaleza ambientando.
Cuando regreso yo estaba recostada en la camilla boca abajo envuelta en la toalla y con mi sexi ropa interior, al verme me ayudo a retirar la toalla y dijo esto también te lo debes quitar- señalando mi ropa interior.
Me senté en la camilla y sin reprochar nada frente a él me desnudé por completo volviéndome a recostar boca abajo.
Se puso manos a la obra y con un delicioso toque empezó a esparcir por mi espalda un aceite con olor a naranja, el masaje era increíble me fue aflojando todos los nudos del cuello y de la espalda, masajeo mis brazos, manos, piernas, pies, la suavidad de sus manos me tenía en las nubes, cuando empezó a masajear mis nalgas las apretaba y yo simplemente respiraba profundo dejando que esas expertas manos me tocaran.
Me saco de las nubes cuando me dijo – daté la vuelta hermosa, ahora boca arriba- y así lo hice, lo primero que masajeo fue mis senos y yo solo lo miraba no era capaz de articular palabra, a continuación siguió con el masaje en mis brazos y piernas cuando llego al abdomen peligrosamente pasaba sus manos cerca de mi pubis y todo el tiempo nos mirábamos a los ojos sin decirnos nada, volvió a mis senos y me pellizco los pezones, seguimos con el contacto visual y fue entonces cuando aproximó sus labios a mis pezones y empezó a chuparlos, no pude evitar emitir un gemido y descendió una de sus manos directo a mi conchita al sentir mi humedad me dijo – que delicia… mojadita- yo solo me limité a asentir con mi cabeza con la respiración agitada.
Seguía chupando mis pezones alternándolos y mientras introducía en mi conchita los dedos corazón y anular aumentando la rapidez de los movimientos, mi conchita producía el sonido por la humedad y mis gemidos retumbarán por el lugar y cuando ya no aguanté más llegó la explosión ese magnífico orgasmo que me dejo temblando como gelatina, cuando termine de convulsionar me beso fuerte pasábamos nuestras lenguas profundo uno en el otro al sépannos nos seguimos mirando y me dijo -quieres continuar? – si yo quiero culear- y no se diga más se quitó la camisa y el pantalón no llevaba nada más y tenía la verga dura lista para hundirla dentro de mi, así lo hizo me penetro fuerte y hasta el fondo mientras me apretaba los senos y pellizcaba los pezones.
Cambiamos de posición después de clavarme el de pie mientras estaba en la camilla me dio la vuelta y desde atrás me apretaba los senos, luego se subió a la camilla y yo sobre él mantenía el ritmo, fue una mañana llena de placer, tuve otros dos orgasmos y cuando él iba a llegar me dijo -me vengó, me vengó- rápidamente me saqué la verga y empecé a chupársela hasta que me llenó la boca de leche, la dejé caer sobre mis senos y la esparcía por todos mi pecho, nos fuimos a duchar y nos seguimos besando por un largo rato, ese rico masaje me quitó todos mis dolores y planeo seguir frecuentando este hombre que da masajes deliciosos.