Esto pasó ya hace un tiempo, tendría unos 25 años, en aquella época era soltero y aunque estaba interesado en una relación estable lo cierto es que tenía otra vida de entretenerme teniendo conversaciones calientes en apps, si bien era buen parecido no era muy bueno para el “ligue” tradicional por lo que no solía ligar tanto en fiestas sin embargo en esas apps tenía mucho éxito, solía tener muchos matchs y puesto que no buscaba nada serio por ahí, solía ir directo al grano y invitar al sexo. Algunas me seguían el juego, otras me borraban, lo normal.
Usualmente no pasaba a mayores, cuando mucho sextear por whatsapp, mandarnos fotos, hacer video llamada, etc., pocas veces me vi realmente con alguien, lo que sí es que cuando la plática lo permitía yo aprovechaba para contar mis fantasías más sucias, esas que no cuentas en general y que al contar me ponía aún más caliente.
En una ocasión hice match con una mujer madura, tendría unos 45 años, no recuerdo su nombre, me hablaba de cosas sobre la sexualidad como esperarías de una mujer que yo describiría como “hippie” que se dedique a la sexología (no es que hasta donde yo recuerde ella se dedicara a eso) pero el punto es que era digamos “efusiva” en temas de sexualidad y por ello, puesto que la conversación lo permitió. Yo empecé a contar muchas de mis fantasías más digamos “poco comunes”
Le conté una de ellas que requiere un poco de contexto: (quizá pronto cuente más historias sobre ello en otro relato) pero el resumen era el siguiente: desde niño solía ponerme ropa de mujer a escondidas, conforme llegué a la adolescencia empecé a hacerlo más seguido, comprarme mi ropa, etc., básicamente me veía al espejo y me excitaba mucho sentirme una “mujer sexy” y a veces la fantasía evolucionaba a tener de pareja a otra mujer eventualmente la fantasía se convirtió en yo siendo una mujer femenina e inocente que era seducida por otra mujer más dominante y tenían sexo fuerte.
En fin… Le conté un poco de esa historia y pues ella me leyó con intereses, ella, por su parte me contó que era divorciada y bisexual que solía tener una relación abierta con su exesposo pero que finalmente no había funcionado, finalmente me invitó a su casa y aunque no me insinuó nada sobre sexo, quería seguir platicando.
Aunque me daba nervio acepté ir, contar mis fantasías y escuchas las suyas me excitaba mucho y aunque nunca me mencionó su intereses en vivir mi fantasía conmigo decidí llevar una pequeña maleta con mi ropa de mujer favorita “por si acaso”.
Como en aquel tiempo vivía con un roomie que conocí por internet y no éramos tan amigos, tenía algo de privacidad lo que me permitía tener una sección en mi closet cerrada con llave con todos mis “outfits” femeninos.
Antes de salir, me rasuré bien, y escogí mi ropa favorita en aquel tiempo, un pequeño calzón tipo bikini con estampado floreado sin costuras, un pantalón de mezclilla negro skinni que sentía me daba forma, unos flats color piel que me gustaban porque soy alto y si me transformo me gusta sentirme femenina, me puse un brassier blanco con estampado a rayas azules que por alguna razón me hacían sentir como “niña de casa”, una blusa de tirantes igual con rallas azules, también saque una peluca de color castaño ondulado y finalmente un poco de maquillaje.
Finalmente llegué a su departamento, era un departamento más bien juvenil, no algo que esperarías de una mujer madura pero estaba lleno de detalles “hippies”, cuarzos, y cosas así, ya luego me contó que cuando se divorció empezó a vivir con un roomie que efectivamente era más joven.
Empezamos a platicar, era muy raro estar con una señora que me doblaba la edad pero era interesante explayarse tan abiertamente en temas de sexo, entre las cosas que me contó me dijo que tenía una pareja mujer con la que luego tenía relaciones (lo cual a mi excitaba mucho escuchar) y que usaban un dildo/strapon, le dije que me invitará cuando pasará algo, se rio y me dijo que no.
Seguimos tomando y contando, yo le conté de mis experiencias y ya desinhibido y caliente decidí acercarme a ella, le tome la pierna y en un momento ya estábamos en su habitación.
Esta fue la primera vez que estaba con una mujer madura, lo cual por si solo era muy excitante, recuerdo que nos besamos y le empecé a quitar la ropa y lamer todo su cuerpo, cosa que me encanta hacer, un recuerdo que tengo muy grabado es que me dijo que “su clítoris” era muy grande cosa que por alguna razón le daba pena pero para mi fue curioso y le dio cierto más picor a la situación.
Me baje a darle sexo oral, por supuesto lamí su clítoris lo cual parecía encantarle, y efectivamente era muy grande, creo que nunca me ha tocado uno así, como yo estaba muy caliente y pensando en mi fantasía no quise avanzar más en algo “tradicional” y mejor le dije:
“oye y tienes ese dildo, no lo quieres usar conmigo”
Lo pensó un poco y luego se paró y fue por el a su closet, lo tomó con una cara picara, estaba sobre un cinturón de piel puesto que era para ponérselo, y pues aproveché y le dije:
“oye y si quieres traigo mi ropa femenina, quieres hacer lo que te conté”
Ahora sin pensarlo me dijo si, obvio eso significaba “pausar” el momento pero no iba a desperdiciar la oportunidad, me puse mi ropa como puse, salí corriendo a mi coche y traje mi maleta, al regresar ella ya se había cambiado por una nueva lencería, brassier negro de encaje, tanga negra transparente y encima de todo su arnés con un pene de plástico.
Me quedé parado y dije “wow” y sonreí “que sexy eres”.
Vacié mi maleta en su cama, el ver mi ropa parece que la prendió y me dijo:
“entonces quieres ser mi putita”
"si por favor" – dije
“Ponte tu ropa pues, ahora te llamaras Tamara“ – me dijo
Dije “ok”, mientras me ponía mi ropa, como tenía una erección tremenda tuve que apretarme el pene contra mis piernas y subirme el pantalón para apretar bien.
“Te falta un poco de maquillaje Tamara, ven aquí” – me dijo
Me puso labial rojo que traía yo y como que el resto pienso no le gustó me dijo :
“Deja traigo de mi maquillaje quedarás muy linda”
Saco un delineador de ojos negros, y una poco de polvos y demás, mientras yo estaba sentada (a partir de ahora soy Tamara en esta historia y hablaré en femenino) me maquillo la cara, me delineo los ojos, cuando estaba lista me dijo:
“quedaste hermosa Tamara”
Me llevó al baño, cuando me vi al espejo quedé congelada, era toda un mujer, con mi cara blanca y ojos marcados, mis labios rojos y resaltados, debajo de mi blusa se asomaba el tirante de mi brassier que al ser push up alzaba un poco mis pechos pequeños, mi pantalón marcaba mi cadera que no era grande pero tenía buena forma, y mi cabello castaño delante de mi hombro me hacía ver hermosa. Ahora si, estaba lista para tener mi primera vez.
“Que te parece” – me dijo
Ella veía también al espejo donde yo podía verla en su lencería negra y su pene de plástico totalmente erecto.
“Wow, muy bien” – Fue lo único dije, no tenía muchas palabras estaba borracho de excitación.
Regresamos a la cama, lo primero que hice fue hincarme y tomar su pene, y chuparlo, lamerlo completo con mi lengua y “masturbarlo” como si fuera de verdad, ella solo me vía gimiendo como si realmente fuera un pene de verdad.
Me quité la blusa quedando en brasier y seguí dándole sexo oral, ella me decía como “que bella zorrita mi Tamy” y cosas por el estilo.
“súbete a la cama” me dijo y procedí a hacerlo sin chistar, “quítate el pantalón”, y me lo quite dejando salir mi clítoris totalmente erecto.
“Eres una zorrita Tamy ¿lo sabias?” – me dijo
“Si lo se cógeme, soy tu putita” – le dije
Me quito ella mi calzón y me empezó masturbar mi clítoris, le dije “no espera”, estaba a 2 de explotar, y aún faltaba.
“cógeme por favor" – le dije
“Ok ponte de perrito hermosa” – me dijo
Me puse de perrito en la cama.
“Que rico culito tienes” – me dijo
Fue a su closet por un poco de lubricante, se subió a la cama (puesto que no era tan alta su pene daba a mi ano).
“Puede que duela un poco voy poco a poco” -me dijo.
Puso lubricante en su nuevo pene y en mi ano y empezó a metérmelo, poco a poco, si dolía pero era demasiado excitante, una vez dentro empezó a sacar y meter y sacar y meter, yo no podía de la excitación y gemía entre placer y dolor.
“Voltéate” – me dijo después de un rato.
Quedé volteada viéndola de frente, se quitó el dildo, tomó un condón nuevamente de su closet, me lo puso, se bajó la tanga, me empezó a montar, la verdad no paso mucho tiempo cuando exploté, mi ojos se nublaron, nunca había tenido un orgasmo como ese, ella siguió y tuve un segundo orgasmo nunca había tenía doble orgasmo tampoco, sentía que sacaba ríos de leche, si no tenía condón yo creo que le hubiera chorreado
Después de eso no recuerdo mucho todo fue muy raro como si todo hubiera sido un sueño, lo poco que recuerdo es despedirme de ella y (no me pregunten porque) borré su contacto de mi celular y la bloquee, quise buscarla más adelante pero ya no había forma de contactarle, ni siquiera recuerdo bien donde vivía pero me dejo un recuerdo inolvidable.