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Cogiendo clandestinamente (Primer capítulo)
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Tiempo de lectura: 5 minutos

Hola a todos mis lectores muy buenas las tengan. Para el día de hoy les voy a contar otra de mis aventuras esta sucedió ya hace unos treinta años, época en que todavía mi esposo no había dimensionado lo que a mi me gusta tanto. La verga. Hasta ese momento no tenía ni idea de lo puta que yo soy a pesar que ya me había visto tener relaciones sexuales con otros hombres y que él pensaba que lo hacía por complacerlo.

Viajamos de paseo a Chinauta que es un sitio de tierra caliente que queda a una hora larga de Bogotá, a unas cabañas. Alquilamos una llegamos muy de mañana. El sol estaba en todo su esplendor yo me coloque un vestido de baño de dos piezas quería broncearme un poco. David si se metió a la piscina a nadar un poco, pedimos cervezas paso la mañana y almorzamos. Nos fuimos a recostarnos un poco dormir la siesta y luego volvimos a la piscina. Ya había más gente que llegaba de Bogotá a pasar el fin de semana en las cabañas. Al rato de estar bronceándome me dieron ganas de ir al baño, me levante y me fui para la cabaña, por el camino un par de caballeros que acababan de llegar estaban descargando el carro me ven venir y se me quedan mirando como fieras a su presa, me causo fue risa el verlos con la boca abierta mirándome caminar, se desbordaron en elogios a mi cuerpo, apenas los salude y pensando que ojala vengan solos.

Me fui para la cabaña y regrese a la piscina, los caballeros no se veían por ningún lado. Ya abra tiempo para conocerlos. Al rato mi esposo me aplicaba el bronceador y los vi llegar a la piscina con sus gafas de sol empantanoletados, chanclas, cerveza en las manos y toallas, la piscina estaba bastante concurrida, muchas parejitas y la bulla de los niños jugando en el agua. Se hicieron cerca de nosotros, pude observarlos sin ser pillada al también tener mis lentes de sol mientras mi esposo me aplicaba el bronceador. Uno de los caballeros era velludo sus pechos bien torneados el otro más bien delgado y más joven de mi edad por esa entonces.

Mi esposo nadaba y yo seguía observándolos, vi que tenían cigarrillos y guarde los míos, me levante, me les acerque y les dije.

–Hola muñecos me podrían regalar un cigarrillo.

–Claro preciosa con mucho gusto.

Me lo dan y me lo pongo en la boca, el mayorcito me lo prende y preciso en ese momento pasaron corriendo dos muchachos que jugaban en la piscina que aunque no me tocaron yo si hice el ademan de que lo hicieron quedando abrazada de la cintura de él.

–Ahí que muchacho por favor. Discúlpame por empujarte.

–No te preocupes que no fue nada.

Yo seguí con mi brazo izquierdo rodeándole la cintura y fumando con el derecho.

–¿Y cómo te llamas muñeco?

–Alejandro preciosa ¿y tú?

–Dianita para ti muñeco.

–Encantado de conocerte Dianita ¿y con quién estas?

–Con mi esposo.

–¿Y dónde está?

–Míralo es el que está nadando en lo hondo.

Me le coloco en frente, colocando mis dos manos en la cintura.

–¿Y no se molesta si te ve hablando con alguien?

–Pues la verdad me importa un carajo.

–¿Y es que están peleados o qué?

–No para nada venimos a distraernos descansar, broncearme a él le gusta nadar a mi me gustan otra diversiones.

–¿Y cómo cuales diversiones te gustan?

–Pues si me llevas a tu cabaña te las puedo mostrar.

Mis manos recorrieron su cintura acercándomele al oído le dije.

–Vamos y nos divertimos los dos.

Le doy un beso en la boca, en ese momento llego el mas joven que venia del bar con cervezas me ofreció una la abrí nos tomamos un sorbo y volvimos a besarnos ahí delante de todo el mundo no se si mi esposo me vio no me importo ya que lo que quería era llevármelo a la cama.

Con Alejandro nos fuimos para la cabaña abrazados, dándonos picos, llegamos, entramos, nos besamos apasionadamente desnudándonos de una, le agarro la verga, lo masturbo y me agacho a mamársela, la lambo, le chupo los huevos le hago una rusa, me detuve al sentir que se venía, me levanto y me le acuesto boca arriba, levanto las piernas y dejo que me lamba la cuquita y el trasero, me vengo rápidamente, se detiene y me pone su verga en la entrada de mi cuquita, me penetra hasta el fondo, siento sus huevas tocar mi trasero, comienza a cogerme brutalmente, le pido mas candela, mis sensaciones me inundan, todo mi cuerpo tiembla de emoción me sigue cogiendo hasta hacerme venir, me levanto lo acuesto boca arriba y vuelvo a mamársela por unos minutos, me le acomodo encima agarro su verga y me la meto en mi cuquita, me lo cogí por otros minutos, cambiamos de pose, colocándome en cuatro me posee como a una perra, su verga me penetra mi cuquita dejándome sensaciones excitantes nos venimos al tiempo terminando en un abrazo fuerte y prolongado.

Nos recostamos un poco, nos metimos a la ducha, nos vestimos y salimos nuevamente a la piscina. Mi esposo seguía nadando, ni cuenta se dio que yo no estaba, me volví a aplicar el bronceador y me acosté a broncearme. La tarde paso rápido bebíamos cerveza con mi esposo llego la noche y en el bar que también hace las veces de restaurante colocaron música un quiosco grande rodeado de matas yo me coloque un short nalguero y sin botones y una cinta tela que cubría mis tetas, sandalias de amarrar y mis pulseras. Pedimos roncito cigarrillos y agua, la música era interpretada por un equipo de sonido jejeje puro long play y cassettes todavía. Bailamos varias piezas con mi esposo y también con aquellos dos empecé a servirle trago a mi esposo haciéndoselo tomar de una y yo no, ya que pensaba repetir esa noche con Alejandro y había que dejar a mi esposo bien dormidito en la cabaña.

Así fue como las nueve ya mi amado esposo estaba embriagado y me lo lleve para la cabaña nos tomamos los últimos tragos en ella y él se recostó en la cama mientras yo me bañaba hasta el trasero, para irme a la cabaña de Alejandro me quite la ropa y me coloque una bata y mis sandalias de amarrar. Cuando termine mi esposo estaba profundo. Me miro al espejo.

–Bueno chica aprovechar que el cornudo de tu marido se quedó dormido, llego la hora de divertirme con lo que más me gusta.

Me le acerco.

–Bueno papi yo ya vengo, me voy a pasarla bien rico, espero y no te me despiertes, hasta mañana.

Le doy un beso en la trompa y me voy, llego a la cabaña golpeo y me abro la batica dejando ver mi cuerpo desnudo. El que abrió fue Mauricio, quien quedo sorprendido al verme.

–Hola muñeco vengo a pasar la noche con ustedes dos, ¿no sé si quieran hospedarme en su cama?

Alejandro salía del cuarto en ese momento se acerca y yo entro encontrándonos en un abrazo apasionado.

–Ho Dianita que delicia tenerte nuevamente.

Nos soltamos y atraigo a Mauricio.

–Acabo de dejar a mi esposo dormidito así es que los tres podemos divertirnos hasta tarde esta noche.

Mauricio me miraba mis tetas las que acarició y lo beso, bajo mi mano y le acaricio su verga sobre su pantaloneta, siento que se para rápidamente, volteo a mirar a Alejandro y mi mano derecha le agarra el mentón mientras que con la izquierda apretó la verga de Mauricio, quien me quita la bata dejándome completamente desnuda, se bajan las pantalonetas dejándome ver sus dos vergas que rápidamente se ponen duras me agacho a mamárselas, se las lambo, les acaricio las huevas, se las chupo, los masturbo, las escupo me las restriego por la cara y vuelvo a mamárselas, me levanto, le agarro la verga de Mauricio y me la pongo en la entrada de mi cuca, me penetra, volteo mirar a Alejandro.

–Vamos muñeco métemela en mi trasero. Alejandro se nos acerca y me penetra el trasero me sostengo de sus hombros y brinco con la ayuda de ambos, al rato me bajan y nos vamos para el cuarto a seguirla en la cama Mauricio se acuesta boca arriba, me le monto encima de su verga dejándome rodar y Alejandro se arrodilla detrás mío penetrándome el trasero. Al rato cambiamos de pose y me voltee dándole la espalda a Mauricio quien me penetra el trasero y Alejandro la cuca, cosa de diez minutos en que Alejandro descansa unos minutos y vuelve a penetrarme el trasero dándome con todo su fortaleza aumentando el ritmo con cada envestida.

Me vengo en un prolongado orgasmo que me estremece mis entrañas haciéndome gemir de la dicha tan hijueputa que sentía, de pronto el Alejandro me la saca y termina masturbándose viniéndose encima de mío, Mauricio aprovecha que ya no está Alejandro encima de mí y acelera el ritmo viniéndose dentro de mi inundando mi trasero con su semen. Terminamos todos acostados en la cama me ofrecen cerveza y nos fumamos un cigarrillo.

–Qué bueno estuvo esto muñeca, Valla si eres sorprendente.

–Como te abras dado cuenta esta es la diversión que me encanta.

–¿Y tu esposo que no te dijo nada de lo de esta tarde?

–Ni cuenta se dio que me le perdí de la piscina y ahorita está profundamente dormido, me podre quedar esta noche con ustedes y él ni por enterado de lo rico que la estoy pasando. Me fui para la cabaña Mi esposo dormía plácidamente y me acosté. Al otro día me despertó el celular, uno de mis clientes haba sido arrestado, salimos a desayunar y luego para Bogotá terminando anticipadamente un buen fin de semana.

Espero sus comentarios al correo [email protected].

Con amor

Diana lucia Saavedra

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