Contar un poco de mi vida sexual en esta página ha servido para desahogar un poco esas experiencias tan increíbles que me han tocado vivir. También han servido para recordar esos días y a esas bellas mujeres a las que tuve el placer de introducir mi miembro en su deliciosa vagina.
Hubo una serie de relatos que abrieron una puerta que tenía cerrada. Los relatos de cómo tuve sexo con las dos hermanas y la madre de mi ex novia. Lo tengo claro en mi mente y lo revivo mucho, fueron cada una increíble a su modo. Pero como dije, aún tenía una espinita. Contacte a mi ex novia, Fernanda. Fuimos novios hace poco más de 10 años y nuestra relación termino hace unos 8 años. Después de eso fue cuando paso todo con sus hermanas y madre. Busque sus redes sociales y volví a dar con ella, vi su foto de perfil y en seguida tuve una erección recordando esos días cuando lograba convencerla de tener sexo y como a pesar de ser algo conservadora sabia prenderse y pasarla bien.
Mande una solicitud y me acepto en poco tiempo. Pude ver sus fotos que hasta ese entonces tenía privadas y vi que ya tenía un pequeño niño de unos 3 años, ella había ganado unos kilitos, que en realidad no me importaban, seguía teniendo su cara hermosa y unos ojos que a pesar de ser rasgados debido a su genética asiática eran grandes y hermosos. Era lo que llamaríamos una “gordibuena”.
Le mande un mensaje y hablamos un poco, nos pusimos al corriente, ella se había embarazado de un tipo que la había dejado y ella vivía con su madre (ya divorciada de mi ex suegro) la ayudaba a cuidar a su niño mientras ella salía a trabajar. Una de sus hermanas trabajaba en otra ciudad y la menor de ellas tenía una repostería en la ciudad. Le pregunte si estaba viendo a alguien y me dijo que no tenía tiempo, era trabajo y llegar a casa a estar con su hijo. Yo le conté de mi matrimonio y de mi hijo y la invite a salir sin pensarlo. Salir un día a tomar algo como amigos, para ponernos al corriente. Ella dudo un poco, vio mis intenciones y sabía que yo buscaría algo con ella.
Al final, después de insistir un poco ella accedió ir el sábado a las 6 pm a un café que queda cerca de una plaza comercial cerca de la casa de su madre, ella llegaría saliendo del trabajo. Ese día le dije a mi esposa sobre todo y seguido de un gran beso me dijo al oído “disfruta, mi amor”.
No me prepare mucho, los sábados y domingos por lo general no suelo salir y prefiero pasarlos con mi familia, pero como dije, de solo pensar en ella mi pene se ponía grueso y duro. Llegue ese día puntual y ella aun no llegaba, espere 15 minutos y ella aun no llegaba, comencé a pensar que tal vez no iría, justo cuando estaba por marcarle para ver si la esperaba o me retiraba la vi entrar. Venía con una camisa de botones con el nombre de la empresa donde trabaja y con un pantalón de vestir que hacia lucir sus grandes caderas y su increíble trasero de forma increíble. Me puse de pie y nos dimos un gran abrazo, su olor me intoxico de inmediato. Me apretó contra ella y duramos casi un minuto abrazados, a pesar de todo los dos fuimos importantes en nuestras vidas.
Nos sentamos, pedimos algo y empezamos a hablar, duramos aproximadamente hora y media hablando de lo que había pasado en nuestras vidas después de terminar. Obviamente yo deje de fuera el detalle de que había tenido sexo con toda su familia. Al ser yo una persona demasiado sexual, eventualmente la conversación fue tomando un tinte cachondon. Le pregunte sobre su vida sexual y ella con una risa nerviosa me dijo “¿Cuál?, no tengo tiempo para andar haciendo eso” y nuevamente soltó una risilla nerviosa. Le propuse ir a un bar que nos gustaba de ir cuando éramos novios. “no sé, no puedo dejar mucho tiempo a mi mama con el niño” me dijo mientras vi que en su interior si quería ir, aunque no pasara nada, quería al menos salir de su rutina. Yo decidí no insistir, obviamente entendería si ella prefería ir con su hijo, es natural.
Pero de la nada dijo al aire “ok, vamos” y marco a su madre para avisar que iria con unas amigas del trabajo por algo de cenar. Salimos de ahí y nos fuimos en mi coche, conduje hasta ese bar, nos sentamos pedimos algo de tomar y disfrutamos de una amena platica y de buena música en vivo. Por ahí de las 11 pm, ya llevábamos varios tragos encima, ella nunca fue una persona que tomara mucho, y con pocas cervezas siempre salía a relucir su lado “caliente”. Tocaron una canción romántica y me acerque a ella y cantándole al oído me fui acercando hasta tocar con mis labios la esquina de sus labios, ella con una de sus manos acariciaba mi barba y disimulaba ver a la banda tocar. Puse mi mano en una de sus piernas y ella volteo a verme y en ese instante le robe un beso.
Sus labios, como extrañaba esos labios, su olor, su sabor, sus grandes y hermosos ojos me veían con confusión. “vámonos” le dije suavemente, me puse de pie, tome su mano y fui a caja a pagar. Nos subimos al coche y en cuanto entre se lanzó sobre mí y nos comenzamos a comer. Sentía su respiración acelerada, con mis manos busque sus pechos, que habían crecido por su embarazo. Ella bajo su mano a mi pantalón y por encima tocaba mi pene. Ya estaba duro, no había momento en ese día en que estuviera así. La veía desesperada, ansiaba verga, era tal su frenesí que no podía bajar el zipper de mi pantalón. La ayude, saque mi grueso miembro y ella cual leona sobre su presa se dejó ir. No sé si lo mencione antes en algún relato anterior, pero sus mamadas no eran las mejores. Pero el tiempo la había ayudado y el conocer lo que me gustaba también. Se concentró en mi glande, su lengua daba círculos e introducía un poco su lengua por mi orificio. Encendí el auto y emprendí el camino hacia el motel. Ella no paraba de chupar mi miembro, yo con mi otra mano jugaba con sus pechos y en los semáforos acariciaba por encima de su pantalón su vagina. Estaba increíblemente mojada, se podría decir que chorreaba. Casi llegando al motel ella engullo por completo mi miembro, fue increíble, no pude mas y descargue mi primer carga de semen en su garganta. Ella comenzó a toser, pero no saco mi pene de su boca, antes el solo hecho de correrme en su boca había significado una pelea entre los dos. Soltó mi pene y tomo una gran bocanada de aire. Sus ojos llorosos y su rímel corrido y su cara de perversión evitaron que mi pene se pusiera flácido, ella no lo soltaba, me masturbaba ligeramente, mientras besaba mi cuello.
Entramos al motel, deje el dinero y me di cuenta que no traía preservativos conmigo, el motel tenia servicio de venta pero tenía que marcar, abrí la puerta del cuarto, ella venia delante de mí y en cuanto entre me beso y cerró la puerta, yo aún traía mi miembro de fuera. Despoje de toda prende su cuerpo y comencé a comer su vagina, tenía tiempo sin un hombre, no era una jungla pero si tenía una buena cantidad de vello allá abajo, no me importaba, probé sus jugos y hundí mi cara en su cueva, en cuestión de segundos escuche sus gemidos y con sus piernas apretó mi cabeza, se corrió en instantes. Me sorprendí “cuanto tienes sin tener sexo” le dije mientras pasaba mi lengua por su vagina, ella agitada me dijo “2 años” iba a hacer un comentario al respecto, pero me interrumpió “méteme tu verga, métemela” me puse de pie, quite mi pantalón, veía el deseo en su cara, quería mi miembro dentro de ella “ya, métela, ándale ya” y me lance sobre ella cual luchador mexicano e introduje de golpe mi miembro en su chorreante vagina, ella grito de placer y puse sus piernas en mis hombros y comencé un frenesí. Estaba poseído, después de 8 años estaba dentro de aquella vagina que tantas veces recibió mi semen. Siempre fue una mujer que le daba pena gemir y siempre cubría su boca para que no se escuchara, esa vez fue distinto, tal vez el no haber tenido un hombre en dos años y el alcohol le habían hecho perder el pudor y se destapo. Sus gritos inundaban el cuarto y no tarde mucho, sentía el orgasmo cerca. Baje el ritmo, ella me conocía “te vas a venir” me dijo mientras me jalaba hacia ella para besarme. Haciendo un esfuerzo para contenerme y agitado solo dije “si”, “vente adentro” no pasa nada y me beso. No aguante más y solté mi segunda carga dentro de su vagina. Sentí cada pulsación y cada bombeo de semen que deposite en su vagina.
Me tire a su lado, agitado, con mi pene flácido, ella también estaba agitada, se dio vuelta y me beso, con su mano acariciaba mi miembro que aún estaba cubierto en sus fluidos y los míos. En un minuto volví a estar duro. Me puse de pie en la cama y puse mi miembro en su cara, ella lo metió en su boca, quería ver ese culo en todo su esplendor y la puse en cuatro. “no bebé, de perrito ya sabes que no me entra” me dijo mientras ella sola se acomodaba, cuando éramos novios pocas veces me dejaba metérselo de perrito, creo que era mas su pudor que otra cosa. Me acomode, puse sus hombros contra la cama, vi ese ano y esa vagina peluda y llena de semen y fluidos vaginales, puse la punta en la entrada de su vagina y lentamente empuje, sus gemidos eran de placer mezclados con dolor, vi una de sus manos apoyarse contra el respaldo de la cama y apretarla con fuerza y la otra apretaba las sabanas mientras introducía mi grueso miembro hasta el fondo, una vez que logre introducir mi pene lo mas profunde que pude tome sus hombros con mis manos y comencé a bombear rápida y fuertemente, ella llego al orgasmo pero yo no pude, su celular sonó y era su madre, solo había marcado para ver si se iba a tardar mas. No pudimos concluir y la lleve por su auto, en el camino hablamos y coincidimos en volverlo a hacer nuevamente.